Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 30 de abril de 2021

Lavinia, Ursula K. LeGuin | Reseña

Sinopsis: Lavinia crece sin conocer otra cosa que la paz y la libertad hasta la llegada de sus pretendientes. Su madre exige que contraiga matrimonio con el apuesto y ambicioso Turno. Pero los augurios y las profecías de los manantiales sagrados afirman que deberá casarse con un extranjero, que provocará una guerra y que su marido no vivirá demasiado tiempo. Al ver que una flota de barcos troyanos llega remontando el Tíber, la joven decide tomar las riendas de su propio destino. Y así nos cuenta lo que Virgilio no hizo: la historia de su vida y del amor de su vida. Le Guin da voz a este personaje surgido de la Eneida de Virgilio en una novela que nos transporta al mundo semisalvaje de la Italia antigua, cuando Roma no era más que una aldea mugrienta situada cerca de siete colinas.

No soy la voz femenina que podríais esperar. El resentimiento no es lo que me impulsa a escribir mi historia. La rabia, en parte, quizá. Pero no es una rabia sencilla. Anhelo justicia, pero no sé lo que es la justicia. Es duro que te traicionen. Es peor saber que tú misma hiciste inevitable esa traición.

Lavinia

Conozco la Eneida a través de reimaginaciones y reinterpretaciones de ella. No creo en muchas cosas (como en Dios, en el zodiaco, en el tarot), pero sí creo que los libros y las historias nos llegan cuando debe ser. En tantos años leyendo he aprendido que muchas veces historias a las que llegamos por casualidad son historias a las que llegamos de manera deliberada. Lavinia, por ejemplo, fue una lectura a la que llegué por un Club de Lectura. El libro llevaba un par de años ya en mi kindle (no sólo en la biblioteca digital, no, descargado) y yo llevaba años diciendo que probablemente pronto lo leería. No es un secreto que me interesan las historias que reimaginan la mitología o las historias clásicas desde los ojos de las mujeres. No me gusta decir "dan voz" por motivos personales. Pienso que las mujeres siempre tuvieron voz, nadie tiene que llevárselas y decirles, aquí está tu voz, habla ahora. Pienso, más bien, que nadie se sentó a escuchar nunca.

Quizá es más cómodo creer ese mundo en el que las mujeres nunca hablaron, nunca contaron historias y los grandes poetas fueron siempre otros. Pero incuso Virginia Woolf lo dice en su cuarto propio: cuántas veces no habrá sido anónimo simplemente una mujer. Quizá también es más cómodo imaginar ese mundo en el que las mujeres no estaban presentes en las historias, donde no había un lugar para ellas, porque es más fácil decir que "no estaban" que analizar por qué había historias donde eran relegadas al fondo en diferentes lecturas, donde sólo eran objetos, dónde las interpretaciones las ponían sólo como un elemento del decorado. Quizá es más cómodo decir: no estaban. Buscarlas es más difícil. Preguntarse por el papel que cumplen, pensar en cómo se contaría una historia desde sus ojos es más difícil aún.

Quién sabe que habrá pensado Virgilio al escribir de la reina Dido o de Lavinia, mujeres que influyeron y cambiaron el curso de a vida de Eneas. Quizá nunca podramos más que especular cómo fue que las concibió y las creo, cómo fue que nacieron y surgieron en la historia. Pero algo increíble es que siempre se pueden transformar las historias y pueden volverse a contar. Ya dije que conozco la Eneida gracias a las historias de otras y que un día me sentaré y la leeré entera, porque el solo saber todo lo que ha inspirado es increíble. María García Esperón escribió Dido para Eneas con la voz de Dido. Hace el recuento del paso de Eneas por Cartago y la historia de su reina. Es uno de mis libros favoritos, editado en México por Ediciones el Naranjo. Es una historia preciosa. Ursula K. LeGuin (una escritora que podríamos pensar no tienen nada en común con María, salvo que ambas aprecian muchísimo a la imaginación), en cambio, recupera a Lavinia y la sienta a hablar con Virgilio. Imagina qué le diría, cómo contaría ella misma su historia. Como se vería Eneas desde sus ojos, cómo enfocaríamos al héroe desde los ojos de Lavinia, hija, esposa y madre de reyes. 

La viuda romana, Dante Gabriel Rossetti
La viuda romana, Dante Gabriel Rossetti

Creo que no necesito hablar ya de Ursula K. LeGuin para decirles por qué me gustó este libro: es una magnífica narradora, una mujer excepcional, tiene todas las credenciales del mundo para ser considerada una de las escritoras de literatura imaginativa más importantes en el mundo, es aclamada, famosa, su nombre no es desconocido. Quizá hablando de ella no esté descubriendo a nadie nuevo para muchos, es cierto, pero quizá otros todavía duden de si acercarse a ella. No sé si Lavinia sea el lugar para empezar (es cierto que es diferente a otras de sus obras, pero Ursula has range), pero si les interesa la Eneida y las historias que transforman otras, bien pueden intentarlo por aquí.

Lavinia, como libro e historia, es un trabajo impresionante que se centra en el personaje antes que todo. Retrata su amistad con Silvia, la emotiva relación que tiene con su padre, el rey Latino, sus tribulaciones sobre el matrimonio, la complicadísima relación con su madre que tiene (nota aparte para decir que yo disfruto mucho las representaciones de relaciones entre madres e hijxs de los más variadas, incluso aquellas que son complicadas y conflictivas, con lo cual ese detalle me gustaba mucho), su relación con Eneas y el hijo de este, Ascanio, otro personaje que Ursula escribe de una manera complejísima. Si algo logra retratar muy bien la escritora es precisamente la complejidad de todos sus personajes, sus tribulaciones con el destino y sus sentimientos

Un detalle en especial es que Úrsula siempre escribe pensando en la paz y en la armonía y entre líneas se puede atisbar que intenta justamente no pintar una imagen que tan sólo sea romántica sobre la guerra. Lo que aborda Verónica Murguía en El fuego verde, por ejemplo: es diferente la guerra del poeta que la que en realidad ocurrió; el campo de batalla descrito con metáforas se antoja hermoso algunas veces, cuando la realidad puede ser muy diferente. Sin guerra no habría héroes, dicen; y Lavinia pregunta: ¿Y qué tendría eso de malo? (Oh, Lavinia, dicen, ésa es una pregunta de mujer).

Venus aparece ante Eneas como cazadora, Pietro da Cortona
Venus aparece ante Eneas como cazadora, Pietro da Cortona

Justamente me gusta como se conjuga en ello el retrato de Eneas desde los ojos de Lavinia: un héroe cansado que busca la paz y no ve la guerra como un fin o algo que perseguir. 

—Cuando un hombre cree que sóo puede demostrar su virtud en la guerra —le dijo a Acanio—, cualquier otra empresa se le antoja una pérdida de tiempo. Trabajar la tierra si es un granjero, gobernar si es un gobernante, la veneración y los actor de la religión... Todo ello es inferior a la destreza en la batalla.
[...]
—A ese hombre no le encomendaría cultivar la tierra, gobernar, ni servir a los poderes que nos controlan —dijo Eneas—. Porque, al margen de lo que esuviera haciendo en cada momento, siempre querría hacer la guerra.

Esa reflexión que hace Eneas (¿soy Eneas por haber matado a Turno?, ¿soy quien soy por haber matado a otros?) me parece algo muy importante y valioso en tiempos donde quizá se exalta la violencia por la violencia y mucha literatura parece secuestrada por ella, cuando el "realismo" en una historia nos parece que es solo la sangre y las visceras y no también la ternura, el amor, la tranquilidad. Me repito mucho entre reseñas, lo sé, pero es que es impresionante cómo Ursula trata esos temas, porque su prosa es siempre sensible, siempre cuidada

Ursula K. LeGuin
Ursula K. LeGuin

Por supuesto que les recomiendo este libro. Me gustó mucho y últimamente estoy sólo por la labor de escribir reseñas de libros de los que tengo temas que discutir (y eso pasa más seguido con los que me gustaron), porque es complicado escribirlas, pensarlas, reflexionar sobre las lecturas. No es cosa de cinco minutos (como a veces se piensa: "ay, una reseña, qué sencillo, qué rápido, apenas si cuesta") sentiarse y desmenuzar por qué algo nos gusta, nos mueve, nos hace reflexionar o por el contrario no nos gusta, pero nos hace pensar en algo o sentimos que tenemos algo que decir. Lavinia es uno de esos libros que ha estado en la lista de "libros que sí quiero reseñar" por meses porque a veces eso toma conjurar (escribir, al final, tiene algo de magia) una reseña. Se los recomiendo porque Ursula no "le dio" voz a Lavinia, sino que hizo que Lavinia, el personaje, su personaje y el de Virgilio y de muchos otros y otras que han escrito de ella, la arrebatara para sí misma.

Si he de pervivir siglo tras siglo, al menos por una vez tendré que romper el silencio y hablar. Él no me dejó decir una sola palabra, así que habré de arrebatársela. Me dio una vida larga, pero pequeña. Necesito espacio, necesito aire.

viernes, 23 de abril de 2021

Los hermanos Khalifa, historias y cuentos de hadas

Hoy es el día del libro. Por eso quiero hablar un poco de las historias que es, para mí, lo más valioso de los libros. Crear historias ha sido una constante en mi vida desde que recuerdo. Sé exactamente cómo empezó: un cuaderno de doble raya y media hora designada en la primaria para escribir algo: un diario, una carta, un cuento, lo que nosotros quisiéramos. La maestra no lo leía y nosotros sólo escribíamos. Estaba bien. Era una actividad agradable (quizá la única que recuerdo de primero de primaria) y que la maestra no revisara nada (más que arrastraramos el lápiz cada tanto, aunque fuera para escribir una palabra) la hacía más atractiva (porque esa maestra me caía mal y el asunto era mutuo, no era una niña fácil). 

Encabezado

Allí escribí sobre un rey y una reina que tienen una hija a la que las hadas (escrito entonces como adas) le concedían dones, pero había un hada malvada y condenaba a la princesa a picarse y... ¿Les suena? Escribí una adaptación de la Bella Durmiente que fue despertada de su maldición por un príncipe y se casó y tuvo una hija que fue la reencarnación de Blancanieves y luego su hija fue la reencarnación de Elisa, la de Los cisnes salvajes y luego la hija fue la reencarnación de Odette, la princesa Cisne y... así. Mi referencia eran adaptaciones mismas de los cuentos que había en mi casa, las películas de Disney y las historias de mi mamá. A veces bromeo diciendo que yo nací escribiendo fanfics y moriré escribiendo fanfics (porque el retelling es parte del fenómeno transformativo), pero no tan seguido remarco que los cuentos de hadas marcaron mi destino escritor en ese momento. No hubiera empezado a escribir de no haber sido por haber escuchado y experimentado otras historias. 

Hoy quiero hablar un poco de eso, de dos libros que ponen las historias y el poder de contarlas e imaginarlas al frente por sobre todas las cosas. Estoy hablando, por supuesto, de los dos libros que tienen como protagonistas a los hermanos Khalifa de Salman Rushdie, un escritor indio. Los leí casi al mismo tiempo (en un club de lectura salió elegido Luka y el Fuego de la Vida y aproveché para leer también Harún y el Mar de las Historias, que es de anterior publicación) y desde entonces he estado pensando bastante en ellos. Así que, sin más, antes de hacer esta entrada demasiado larga, vamos a hablar un poco de ambos libros.

Harún y el Mar de las Historias

Harún y el mar de las historias

Sinopsis:  Rashid Khalifa es el mejor cuentacuentos del mundo. Sus mágicas historias llevan la alegría al triste país de Alifbay. Pero un día sucede algo terrible y se le agotan las historias. De la noche a la mañana, el Océano de la Fantasía se ha convertido en el Sha de Blablable. Su hijo Harún decide ayudarlo a recuperar su don. A lomos de la Abubilla, viaja al Gran Mar de las Historias, un lugar maravilloso donde se originan los cuentos. De esta manera da comienzo una aventura fabulosa por los reinos de la fantasía.
Escrita como regalo para su primer hijo, Harún y el Mar de las Historias es una fábula llena de magia acerca del poder de la imaginación, y confirma a Salman Rushdie como uno de los mejores escritores de fábulas contemporáneos.

Está es una historia del escritor a su primer hijo. Como bien dice la sinopsis, Rashid Khalifa es un cuentacuentos y no sólo eso: es el mejor cuentacuentos del mundo. Sus historias llevan alegría allá a donde va. Hasta que sucede algo terrible y se le acaban todas las historias, no puede contar ni una más. Harún es quien decide ayudarlo a recuperar su don, sea como sea, y a lomos de la Abudilla, se marcha hacia el Gran Mar de las Historias, dispuesto a que el grifo de donde provienen la historias de Rashid vuelva a funcionar. 

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

Desde el principio del libro estamos obligados, de nueva cuenta, a encontrarnos con esa pregunta que escupen aquellos que desprecian la ficción y, por encima de todo, la imaginación: ¿para qué sirven las historias?

—Ese marido suyo, excúseme si soy indiscreto —decía con su voz de silbato—, tiene la cabeza llena de pájaros y vive en las nubes. ¿A qué viene tanto cuento? la vida no es un libro de cuentos ni una fábrica de chistes. ¿Qué utilidad tienen unas historias que ni siquiera son de verdad?

Es cierto, quizá: hay muchas personas que desprecian la imaginación y repiten lo mismo que el señor Sengupta le decía a Soraya, la madre la Harún. "Las historias no sirven de nada". Pero las historias son poderosas, el poder de la imaginación es quizá uno de los únicos superpoderes que poseemos (si queremos verlo en esa idea de "superpoderes", por ejemplo).

Las historias pueden ofrecernos otras visiones de la realidad: desde el realismo, la autoficción, menos golpeados por este desprecio, o desde la fantasía, la ciencia ficción o el terror que... bueno, todos sabemos los argumentos específicos contra cada género o al menos lo hemos oído: desde " solo son cosas para niños" —como si las cosas para niños fueran "malas" o "menores"—, que las cosas que no existen no sirven para nada —ah, la obligación que todo sirva para algo; ¿capitalismo, eres tú?—, que esa ficción no es política —y aquí permítanme que me ría—, el argumento de los cuentos Montessori del tipo que hay que contar historias de "niños como tú"/realistas porque las cosas de fantasía "confundían niños"... —yo desprecio cosas por motivos absolutamente random y a María Montessori muchísimo por eso; sí es un trabajo enseñar a distinguir realidad/fantasía, pero no podemos negar que la literatura imaginativa pone a trabajar la imaginación y no querer poner a trabajar la imaginación se me hace una de las cosas más tristes del mundo—, que nuestros sueños no son reales, que no se pueden narrar cosas serias desde la imaginación y podemos seguir de aquí a mañana.

—Imagina el Océano como una gran mata de pelo —explicó la Abudilla—. Piensa que tiene tantas Corrientes de Historias como una espesa cabellera tiene hebras largas y suaves. Cuanto más larga y abundante la cabellera, más se enredan. Podríamos decir que los Jardineros Flotantes son como los peluqueros del Mar de las Historias. Cepillan, peinan, lavan y suavizan. Ahora ya sabes.

Así es como Harún se embarca en un viaje peligroso rumbo a un mundo hecho de historias. Un detalle que quiero remarcar mucho en mi lectura del libro es que me parece precioso que las historias vengan del mar: fluyen, cambian, siempre están vivas. Las historias no están muertas, no son inmunes al cambio y este siempre puede venir de muchos lados. Se pueden transformar historias, la oralidad siempre ha dado pie a esto: los cuentos populares no tienen autor, sólo fueron recopilados por múltiples personas (y aquí quizá les suene Perrault o Grimm, pero ni fueron los únicos recopiladores, ni sus versiones son las definitivas y por supuesto tampoco las únicas), el trabajo transformativo está vivo (desde el cuentacuentos que le pone su marca al cuento que está narrando ante un público y lo hace diferente de cualquier otra versión, hasta la persona que escribe y publica fanfiction o quien reinterpreta historias antiguas y las narra desde otras voces y otros ángulos).

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

Las historias van fluyendo y van cambiando. Hay historias cuyo camino es más largo y otras que se quedan estancadas por multitudes de razones (quizá no son buenas, quizá no aparecieron en el momento justo, quizá fueron consideradas aburridas), hay historias que también acaban destripadas en pos de agendas de gente muy poderosa (cuántas veces los cuentos no han sido usados en la propaganda, cuántas veces no hemos visto cómo el desprecio a las princesas de los cuentos de hadas en vez de abocar por historias variadas de mujeres de todo tipo y en todo tipo de mundos se convierte en simple desprecio por lo que percibimos que es la "feminidad"). Hay historias que se censuran (y se corta el agua del grifo): cuántas veces no hemos visto historias cuyo contenido LGBTQ desapareció en busca de no ofender a nadie, cuántas veces hemos visto a la fantasía ser calificada de satánica, por ejemplo. 

—Hay romances populares que se han convertido en largas listas de la compra. Lo mismo que los cuentos infantiles.

El estilo de Rushdie al hablar de las historias y como para contarlas también debemos conocerlas (la verdad es que yo lo único que defiendo sobre ser escritor es que no se puede ser uno si no se lee) es precioso. A través de Harún y de su viaje se puede atisbar el amor que el autor le tiene a las historias, a los cuentos, a la imaginación. Recuerdo haber pensando que el libro tenía un aire a Alicia en el País de las Maravillas (en el sentido que el viaje es raro y estrambótico), pero ganaba allí donde para Alicia era sólo un sueño, porque a historia de Harún es real allí, en su mundo, realmente está ocurriendo. Les recomiendo muchísimo este libro. Definitivamente fue uno de los mejores que he leído últimamente. Un cuento de hadas que nos recuerda que los cuentos y las historias son poderosas porque también nos podemos reflejar en ellas, podemos imaginar con ellas, podemos crear otros mundos y buscar replicar sus detalles aquí. 

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

(Como escritora, y este es más un dato curioso, una de las grandes contradicciones de mi vida es querer tanto al marxismo, que es materialista, y a la fantasía, ¿pero quién dijo que no se podían imaginar sociedades comunistas en ella?).

Les recomiendo mucho el libro, además que yo aprecié todo el trabajo que hace incorporando elementos de las historias de origen árabe o hindú en la historia, desde el lenguaje. Y como hablar del siguiente para mí no tenía demasiado sentido el hacerlo aparte, quiero hablar de él también aquí. Así que, antes de mis conclusiones, vamos a hablar un poquito de Luka y el Fuego de la Vida.

Luka y el Fuego de la Vida

Luka y el fuego de la vida

Sinopsis: Veinte años después de Harún y el Mar de las Historias, Salman Rushdie nos deleita con una secuela, Luka y el Fuego de la Vida, una historia de aventuras para lectores de todas las edades, escrita para su hijo Milan.
Una hermosa noche estrellada en la ciudad de Kahani, en el país de Alifbay, sucede algo terrible: el gran cuentacuentos Rashid Khalifa cae en un sueño tan, tan profundo que nada ni nadie logra despertarlo. Para salvarlo del sueño eterno, su hijo Luka debe embarcarse en un intrépido viaje por el Mundo Mágico y hacer frente a temibles obstáculos para robar lo único que puede ayudar a su padre: el Fuego de la Vida. Con la ayuda de un perro llamado Oso, un oso llamado Perro, una princesa pelirroja malcriada y su famosa alfombra voladora, Luka tiene que vencer obstáculos imposibles, derrotar a los terribles guardianes del Fuego y burlar al peligroso Napapadie.
Rebosante de fantasía, Luka y el Fuego de la Vida fue un regalo que el gran escritor le hizo a su segundo hijo en su decimosegundo cumpleaños. Su lirismo deleitará al lector de todas las edades.

Este es otro libro que Rushdie escribió para uno de sus hijos (el hecho de escribir historias para aquellos a quienes quieres me parece algo precioso, sólo lo dejaré caer así). Han pasado veinte años desde lo acontecido en Harún y el Mar de las Historias y a pesar de que este libro es una especie de secuela, puede leerse sin tener en cuenta ese detalle. Rashid Khalifa está otra vez en aprietos y ahora le corresponde a Luka, su segundo hijo, ayudarlo. Vemos otro viaje hasta el Mundo Mágico donde se encuentra el Mar de las Historias porque Luka va decidido a conseguir el Fuego de la Vida para savar a su padre. La historia se lee perfectamente como una historia independiente, sin necesidad de saber nada sobre el otro libro y la otra aventura. Yo quiero hablar de él en conjunto tan sólo por un detalle: yo los leí juntos así que es lógico que me importe un poco vincular mi lectura, pero pueden leerlos en cualquier orden y como dios les mande o sólo leer uno. 

A mí me interesa cierto contraste porque es muy cierto que Luka no es Harún y su Mundo Mágico es tan real como el de su hermano, pero muy diferente a la vez. El libro lo deja claro unas pocas veces, enfocándose mucho en no tanto marcar esas diferencias, sino ir desarrollando la historia de Luka a su manera. Por ejemplo, para Luka los videojuegos son muy importantes y encuentra también en ellos muchos modos de contar historias, así que mientras va en busca del Fuego de la Vida, ese Mundo Mágico recuerda mucho a un videojuego (yo juego muy poco, casi nada, me gusta ver a otros jugar a veces —así fue como me aprendí Majora's Mask, de Zelda—, pero sí que se parecía un poco a un rpg en plan aventura). Los juegos que hace Rushdie con el lenguaje para recrear la idea de estar dentro de un videojuegos me gustan mucho (hay una parte que es especialmente explícita en este sentido, cuando los personajes se meten a un remolino y las palabras dan vueltas y vueltas) y creo que ejemplifican perfecto muchas de las cosas que se pueden hacer con el lenguaje. 

Fantasía; Ilustración por Ivan Laliashvili
Ilustración por Ivan Laliashvili

Una cosa que me gusta mucho de este libro es que hay una parte, ya pasando la mitad, que habla mucho de la relación de las personas (de manera íntima e individual) con las historias. No hay dos lecturas iguales de una misma historia porque yo que pasa entre uno y el libro es sólo tuyo. Puedes darle una idea idéntica a dos escritores y ninguno la abordará de la misma manera (una vez lo hicimos en un foro de fanfiction: haz un remix de una historia de otro). Lo que pasa entre quien está escribiendo y la hoja en blanco es personal. No hay dos mundos mágicos iguales porque no hay dos escritores iguales.

Este es el Mundo de mi padre. No me cabe duda que hay otros Mundos Mágicos soñados por otras personas, Paísesde las Maravillas y Narnias y Tierras Medias y a saber cuántos más... y no lo sé, tal vez existe Mundos que se han soñado a sí mismos, supongo que es posible, y no lo discutiré si decís que lo es... pero este, dioses y diosas, ogros y murciélagos, monstruos y seres viscosos, es el mundo de Rashid Khalifa, el renombrado Océano de las Ideas, el fabuloso Sha de Blablablá.

Y justo por eso quería recomendar estas dos lecturas hoy. Me mueven los libros que hablan de historias y de cómo es que pueden acabar estas historias. Luka quiere salvar a su padre, sí, pero también todas sus historias y su imaginación. No hay otro Mundo Mágico que sea el suyo y, quizá, sí, en algún momento haya que pasar la pluma a alguien más, pero a veces vale la pena buscar el Fuego de la Vida y escribir y crear un poco más. También les recomiendo mucho este libro.

Nuestro propio Mar de las Historias (conclusiones)

Quiero cerrar hablando de los dos libros, así que estaba bien dividir en otra sección. Disculpen si ya los hice leer hasta acá, pero a veces pienso mucho y debo de escribirlo (y escrito sólo queda una fracción de lo que pienso). En este día del libro quiero y deseo que sigamos poniendo nuestro enfoque en las historias

Al final cada quien puede seguirlo poniendo donde quiera, pero yo sí deseo un libro donde se venere un poco menos al libro como objeto y más por lo que nos está contando. Sí me preocupa el consumismo desmedido (¿importa más tener muchos libros, apartentar tener muchos libros o conocer las historias?), la falta de lectura crítica (una cosa le pido a la vida, que nunca nos falte el ojo crítico para las historias, vuelve muy hermosas a las que ya lo son y nos ayuda a encontrar detalles que antes habíamos pasado por alto) y que la propaganda se coma a las historias. Así pues, feliz día del libro. Piensen en las historias que los han movido más y que un libro no necesariamente es el objeto impreso, sino que puede ser muchas cosas. Las historias las podemos encontrar en muchas partes: un fanzine, un libro electrónico autopublicado, revistas, narradores orales, medios alternativos de la internet y muchas otras formas.

Además de recomendarles los libros de Salman Rushdie, también quiero decirles que imaginen, aunque no escriban. Las historias están ahí. Siempre están ahí. Yo las quiero mucho. Me han dado mucho.

viernes, 16 de abril de 2021

Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio, Andrea Chapela | Reseña

Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio

Sinopsis: En los futuros donde suceden estos diez relatos, una colección de dispositivos como pings, ansibles, lentillas, perfiladores o telones sensoriales –algunos de ellos instalados dentro del cuerpo humano– permiten a las personas conectar sus mentes en una nube digital, compartir sus pensamientos y memorias, ponerles filtros a sus percepciones o calcular el éxito de un romance, mientras comen tacos de canasta o navegan sobre las calles de una Ciudad de México totalmente cubierta por el agua. Con una inteligencia arrasadora, Andrea Chapela enfrenta a las protagonistas a realidades donde el conocimiento científico, la tecnología de punta y la vida cotidiana interactúan de forma cada vez más intrincada e inevitable, de modo que incluso en la intimidad de la mente ya no reina la voz de la propia conciencia. La tecnología deja de ser un fetiche técnico para mostrar su capacidad de moldear los afectos y los vínculos humanos. ¿Cómo transformarán estas máquinas de ingenio las experiencias del amor, la amistad, la culpa, el envejecimiento o la muerte? Nada nos dice tanto del presente como el ejercicio de especular sobre el futuro, sobre todo cuando este parece habernos alcanzado. Si desde la ciencia ficción suelen florecer las escrituras más innovadoras, con esta colección de cuentos Andrea Chapela se revela como una extraordinaria cultora del género. 

Yo no tenía pensado como tal escribir una reseña de este libro. Me gustó mucho (lo leí para el Guadalupe Reinas en diciembre pasado), pero no sabía exactamente cómo o sobre qué temas enfocar una reseña. Tenía algunos puntos críticos de los que quería hablar, pero eso no me parecía cómo tal suficiente como para enfocar toda una larga entrada en la que hablara de los relatos. Y entonces empecé a leer las reseñas. Ale, mi amiga, escribió en goodreads que a veces se tiende a pensar en la ciencia ficicón como la complicada relación del ser humano y la tecnología (es cierto que, quizá, cuando nos bombardean con obras mainstream que poco se preocupan del lenguaje y usan a la tecnología como un decorado más para esconder los hilos que faltan en la narración, esta concepción es la más normal). Toda la ficción no mimética o imaginativa, como lo es la ciencia ficción, la fantasía, el terror y todas las varientes que se les ocurran hablan también de cosas humanas que nos atañen. Hoy me enfocaré (cosa rara para mí) en la ciencia ficción un poco.

Old man yells at cloud, meme

Muchas de las reseñas señalaban sorpresa al encontrarse con lo que llamaban una ciencia ficción "diferente", "inusual" porque sí hablaba de lo humano. En algunos casos era sorpresa sincera, porque se trataba de lectores que no acostumbraban acercarse a la ciencia ficción y se adentran en ella. En otros es grosera ignorancia: decir que la ciencia ficción trata de temas que nos atañen porque son también humanos es como decir que el pasto es verde y el agua moja. No, no voy a cambiar de opinión. 2020, los normies descubren la ciencia ficción. Me resulta increíble que sea 2020 año de Dios Nuestro Señor en quien no creo y apenas estemos con estas obviedades... pero bueno, quizá no debería sorprenderme tanto, considerando el desprecio desde el realismo, lo "serio" y lo académico a la ciencia ficción. Cada que veía una reseña que decía "es más que sólo ciencia ficción" (el desprecio no falta) o alguna cosa parecida quería arrancarme los ojos. 

Sólo por eso me senté a escribir seriamente esta. Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio, reseña; subtítulo: Nea reacciona a las barbaridades dichas por otros sobre la ciencia ficción. Pásele a lo barrido, nos vamos a entretener un muy buen rato hablando de cosas que pienso sobre la ciencia ficción escrita en México (o en un espacio más amplio, América Latina), las maneras en que nos imaginamos el futuro y cómo hablar de las relaciones humanas puede ser algo muy interesante.

Andrea Chapela
Andrea Chapela

Primero, un poco de contexto: conozco a Andrea Chapela desde hace tiempo. Había una red en español para fans de Harry Potter (que ahora está dando sus últimos coletazos de vida en muchas de sus plataformas, por el cansancio de los fans, el resentimiento colectivo hacia la autora que se ha cultivado desde hace años) y recuerdo que el nombre de Andrea Chapela llegó a ser el de una pequeña celebridad. Yo sé que escribía fanfiction de Harry Potter (qué, ni idea, nunca me di a la tarea de averigüar, si es que queda un rastro) y que había publicado algo a lo que muchos, en ese entonces, aspirábamos: ¡un libro!, ¡una novela de fantasía llamada La heredera! Hoy yo, por ejemplo, ya no estoy segura de querer entrar al mundo editorial sin tomar mis precauciones antes de tiempo, pero en ese entonces Andrea Chapela era algo que todos queríamos ser. Y luego le perdí la pista hasta que muchos años después el destino me puso sus cuentos enfrente y luego salió el libro y muchas personas conocidas a mí estaban hablando de él. Las lecturas siempre tienen formas curiosas de encontrarnos.

Hablando ya exclusivamente del libro y sus lecturas, tengo varios temas qué tratar

La Ciudad de México como escenario

Mientras leía comentarios muy variados sobre el libro vi que muchos se habían sentido identificados con el hecho de que los cuentos en la Ciudad de México. Comentarios que decían haberlo sentido más cercano, por ejemplo. Para mí hubiera dado lo mismo que me lo hubiera contado en Tokio o en Dehli, salvo que quizá me hubiera tardado un poco más en cachar los lugares (bueno, en Dehli no, Dehli me dediqué a recorrerla un mes de mi vida). Cosas de ser de la periferia. Me resuena más el norte/norte de la ciudad, la zona de Zacatenco que el centro y el sur, donde siempre soy una extraña. Las veces que he escrito ciencia ficción lo he ambientado casi todo (con excepciones) en Tlalnepantla, por ejemplo. Pero sí creo que, cuando estamos acostumbrados a sólo conocer lo que viene del norte, del primer mundo o de las europas, ver ciencia ficción creada en México con este escenario abre un poco la perspectiva de que de este lado también se pueden escribir estos géneros

(Nota aparte alguien comentaba que no entendía por qué la Ciudad de México si de todos modos no todos se iban a sentir identificados y creo que aquí firmemente no es de a huevo sentirse identificado, sino entender un poco lo que hizo que Andrea Chapela, que ha pasado muchos años en esta ciudad, la eligiera como escenario de muchos de sus cuentos).

Madero, Ciudad de México
Madero, Centro de la CDMX

Hay cuentos que la utilizan como escenario mejor que otros. Por ejemplo, 90% real me frustró porque sentí que la ciudad quedaba, al final, de adorno. Me pareció interesante el planteamiento: una mujer tiene una falla con el filtro que le permite ver la "realidad" y se toma el día libre para explorar la ciudad y, de paso, su ruptura. (Nota que cada que veo un comentario de "ay, sólo es un cuento de una ruptura, ni es ciéntifico" quiero lanzar sillas). El problema es que creo que se quedó a medias en la manera en que exploró los sentimientos o quizá fue muy superficial. Me hubiera gustado sentir un poco más de viscelaridad en la narración como tal (no en las reacciones de la protagonista, que está bien que se lo vaya tomando todo con calma). El filtro roto de la realidad era muy buen elemento, pero sentí que no se había usado con todo su potencial. O quizá fui sólo yo. Pero me imagino todo explotado a su mayor potencial y creo que los juegos con el lenguaje que hubiera dado eso hubieran sido muy buenos.

En cambio, en Como quien oye llover me encantó el uso de la ciudad inundada (la vi descrita como una Ciudad de México Veneciana en algún comentario y me dio risa, lo admito, porque no entendí la necesidad de remitirse a Europa cuando, al menos por el lado de Tenochtitlán, los canales de agua y las chinampas no son nada nuevo para el Valle de México). El cuento aborda la relación entre dos adolescentes, sus deseos y la incertidumbre del futuro mientras pinta con una muy buena pluma los paisajes de una ciudad inundada por el cambio climático. Sin embargo, no estamos abordando el cambio climático y su tragedia, sino las consecuencias en la vida de las personas, la manera en la que se han adaptado (bien dicen que podemos adaptarnos a cualquier cosa); abordamos lo humano, las consecuencias y los fallos de la ciencia. (Nota aparte, anotaría este cuento en una lista de obras cli-fi, climate fiction).

Tenochtitlan
Canales de Tenochtitlan

Esos son solo dos ejemplos de los usos de la Ciudad de México en la historia. Aparece en muchos otros cuentos: desde menciones a lugares concretos que significan algo o elementos que hemos vivido en a ciudad (los mercados, el tráfico, la vida apabullante). Es una propuesta interesante como escenario y nos recuerda que el sur global y América Latina también es escenario de ciencia ficción. No soy muy partidaria de pedirles a los autores que escriban siempre sobre su identidad o los lugares que conocen (como una exigencia de, porque somos autores nacidos en contextos del sur global, tenemos que escribir siempre nuestras historias enmarcadas en sus escenarios), cuando el contexto en el que escribimos no se desprende ni cuando escribimos de otros planetas o de mundos inventados. Ahí está Liliana Colanzi con marte en Nuestro mundo muerto, Verónica Murguía con Broncelandia en El fuego verde, Liliana Bodoc en La saga de los confines. Puedo apreciar todas esas capas en su prosa que les da el ser mujeres latinoamericanas en distintos contextos y también apreciar que muchas veces se habla de temas que nos atañen a todos, estemos donde estemos.

Se tiende a pensar que la ciencia ficción universal es aquella que escribieron hombres blancos en otros nortes. Es un prejuicio que inunda creo que a todos los géneros del mundo. Las mujeres escriben para las mujeres solamente, el colectivo LGBT+ para el colectivo LGBT+, las personas de Latinoamerica para las personas de Latinoamérica. Es un prejuicio medio estúpido, pero está super arraigado, incluso hasta donde no nos damos cuenta. No nos imaginamos que la gente de las europas lea el cuento de Chapela titulado La persona que busca no está disponible, aunque el tema de los ancianos que desean una muerte digna no es algo exclusivo de México y de su sistema de salud (al que más o menos retrata), sino que es universal y podría comprenderlo cualquier persona en cualquier parte del mundo. Sí, la ciencia ficción de Andrea Chapela podrá ser latinoamericana, mexicana, chilanga, pero también es universal

Que la ciencia ficción sea más científica

Muchas veces tendemos a dividir los géneros imaginativos, en un intento de entenderlos en mucha categorías taxonómicas. Sirve para entender quizá algunas diferencias o distintas aproximaciones, sí, pero hay quien se clava demasiado en ellas. Baja fantasía vs alta fantasía. Ciencia ficción dura vs ciencia ficción suave. Y entre toda la taxonomía: los prejuicios. "La alta fantasía es la buena", "sólo la ciencia ficción dura es seria". Muchos quieren un cuento lleno de datos científicos, más que de sentimientos humanos. Y miren, que cada quien pida lo que quiera, pero hay que entender que estamo leyendo literatura y no un manual de uso o un informe científico. Por más datos duros que nos dé un texto, debe haber algo que nos haga sentir, una conexión con quienes somos, una patita con la realidad a través de nuestros sentimientos y nuestras pasiones. 

Andrea Chapela

Incluso Asimov lo hace, por favor

Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio lleva en su título varios aparatos creados por el género que sirven para la comunicación entre distintas criaturas. La palabra ansible fue acuñada por Ursula K. LeGuin en  El mundo de Rocannon, por ejemplo. Todos los cuentos, de alguna manera, lidian con la comunicación entre las personas. Todos. Con comunicar sentimientos, con asirse a alguien en medio de un mundo solitario y desolado, con buscar conexiones, con crear escenarios de relaciones hipotéticas (por ejemplo Calculando, Recalcuando, donde la protagonista hace uso de un algoritmo basado en IA para decidir si quiere o no continuar con una cita).

Ursula K. LeGuin
Ursula K. LeGuin

Para mí uno de los grandes valores del libro es explorar esa comunicación y como la tecnología que propone Andrea Chapela lo limita o lo ayuda. Conectarse desde planetas lejanos, desde otros lados del mundo, compartir cada momento de tu vida, cambiar tus memorias, insertar sentimientos que antes no estaban (como ocurre en Ahora lo sientes, un cuento que no me gusta especialmente, pero cuyo planteamiento es muy interesante). Se me hizo muy curioso revisar comentarios del libro y encontrar a quien deseaba que fuera más ciéntifico, más serio, mencionando "la seriedad debida", diciendo que un cuento era "solo una historia de una ruptura", "solo un romance entre dos adolescentes. ¿Es que, acaso, para que la ciencia ficción sea válida, tiene que hablar de datos duros científicos y no sobre relaciones, despechos y sentimientos? ¿Cómo es eso o qué? (si intentan adivinar el género de a quién le leí eso, no se van a sorprender). 

Se olvida que por más científica o menos científica que sea (cuál es la escala, por dios, quién hace el cientificómetro), la ciencia ficción es humana.

A través del ansible (conclusiones)

Finalmente, quiero decir que sí les recomiendo el libro. No todos los cuentos fueron de mi total agrado, es cierto, pero también reconozco que la mayoría de ellos tienen propuestas interesantes que a ustedes les pueden gustar más que a mí (o menos, pero ese es el arriesgue). Léanlo y no olviden nunca que la ciencia ficción es humana también y es literatura. Especular el futuro es un ejercicio muy interesante (hace mucho que no escribo del género porque prefiero la fantasía personalmente para escribir, pero de todos modos). 

Espero seguir leyendo a Andrea Chapela en el futuro. Me dejó con ganas de seguir explorando sus cuentos, definitivamente. Creo que se lo estamparé en la cara a quien me diga que en México no se hace buena ciencia ficción. Propuestas hay; creer a estas alturas que los géneros imaginativos sólo surgen en otros lugares y no en el país es necio. ¿Son géneros que necesitan apoyo? Sí, son constantemente despreaciados. Pero al menos la ciencia ficción empieza a hacerse un lugar.

Este libro está editado por Almadía. Yo lo leí en bookmate en su edición digital (nota aparte, esa edición digital es muy cara en Amazon, ¿vuela o qué chingados?, ¿se lee sola? Pregunta seria). El libro también está disponible en scribd y si quieren 60 días gratis para leerlo denle a este link.