Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 17 de marzo de 2017

Woman at Point Zero, Nawal El-Saadawi | Reseña

Sinopsis: Nawal El Saadawi’s highly acclaimed feminist novel, Woman at Point Zero, follows the life of Firdaus, an Egyptian peasant girl, from her childhood of incomprehensible cruelty and neglect to her end in a grimy Cairo prison cell.
From her earliest memories, Firdaus suffered at the hands of men—first her abusive father, then her violent, much older husband, to finally her deceitful boyfriend-turned-pimp. After a lifetime of abuse, she at last takes drastic action against the males ruling her life.
(Si alguien necesita o quiere que la traduzca, con gusto).

¿Recuerdan que en el Tag Feminista de hace dos días dije que quería leer esta novela? Bueno, como es cortita (tiene apenas 128 páginas), me puse a leerla y la acabé en un día. No podía soltarla. Las 128 páginas de la historia de Firdaus me mantuvieron completamente pegada a mi kindle durante como tres horas y sólo me detuve porque tenía que hacer un examen y no podía con el kindle en la mano. La leí en inglés y, de hecho, lo considero recomendable porque leí una traducción directa del árabe. La novela fue publicada originalmente en árabe en 1975 y esta edición que yo leí es más reciente, con un prólogo actualizado sobre la autora.

La autora de joven
Antes de la publicación de este libro, en 1972, la autora trabajaba como Directora General de Salud Pública del gobierno egipcio, pero al publicar un libro llamado Mujeres y Sexo perdió su trabajo. ¿Por qué? Denunciaba la mutilación genital femenina, una práctica bien vista en el Egipto de aquellos tiempos. Hoy, en Egipto, el gobierno la prohíbe y supuestamente la sanciona (aunque no muchos doctores han ido a la cárcel por practicarla) y han logrado recudir, en los últimos años, la mutilación genital femenina más de un 10%. Tienen un plan para reducirlo otro 10%. Hoy, esa terrible práctica se practica en el Nordeste de África principalmente y en Yemen. También en la zona subsahariana y, contrariamente a lo que la gente hoy en día parece creer, no nació con el Islam (hoy en día, además, no se practica en muchos países de mayoría musulmana). Hay registros que cuentan que ya existía mucho antes de ello y, en las zonas de África donde se practica, la práctica no distingue religión. Firdaus, la protagonista del libro, sufrió la mutilación genital femenina. También la autora y esa práctica ha marcado su obra.
Cuando tenía 6 años la daya (comadrona) vino con una cuchilla en la mano, me sacó el clítoris de entre los muslos y lo cortó. Dijo que era la voluntad de Dios y que ella había cumplido su deseo.
(Nawal Nawal El-Saadawi, La hija de Isis).

En la novela Mujer en Punto Zero, Firdaus describe esta experiencia en las primeras páginas diciendo que no comprendía lo que había pasado, como un placer perdido para siempre. Y es que en la época en que este libro se publicó, ser mujer en Egipto no era lo mejor que te podía pasar. Aun hoy, varias organizaciones internacionales califican a Egipto como el peor país árabe para ser mujer. Lo cierto es que alrededor de esas ideas hay muchos prejuicios, porque la gente se suele imaginar a Egipto como un país bárbaro y sin ley. No es cierto. En India tuve el placer de conocer a dos egipcias, una de ellas egipcia cristiana, de una familia acomodada porque estudiaba en una universidad privada (sí, el 99% de la gente que conocí en la India tenía mucha más solvencia económica que yo, eso pasa cuando vas a una unviersidad privada a estudiar). Me contó algunas cosas de egipto. Las buenas y las malas. También me contó que en Texas le habían hablado en español y bromeo con el hecho de que los rizos de nuestro cabello eran casi iguales (aunque ella tenía más) y el color de piel era casi el mismo. Me dijo que yo parecía árabe egipcia. Yo le dije que ella parecía latina. Sólo estuvo un mes en India y luego se fue. A mis compañeras les escandalizaba que saliera con blusas de tirantes, que se hiciera la cera, que siempre estuviera en shorts en el hostal y que su mejor amiga fuera una egipcia musulmana que usaba hijab, pero sólo cuando iba a comer (porque servían hombres) o salía. Habían elegido India juntas. Así que me contó cosas de Egipto.


Y me dio curiosidad y ahora estoy convencida de que debo pisar Egipto al menos una vez en mi vida y ver todas las maravillas que tiene. Nawal El-Saadawi hablando de Firdaus, por el contrario, es todo lo contrario a esa chica egipcia. Firdaus nació pobre y sólo obtuvo un certificado de escuela secundaria. Su padre la golpeaba y su tío abusaba de ella. Su madre nunca se ponía de su lado y, si no había suficiente comida, no le daba de comer. Cuando sus padres murieron, su tío la llevó a Cairo y le dio una educación, pero después la casó con un hombre mucho mayor que ella que la golpeaba y, al quejarse ella, su tío le dijo que todos los hombres golpeaban a sus esposas. Ella lo cuestionó, diciendo que un hombre que conocía la religión como él no podía golpear a su esposa, porque Dios no dicataba eso. Lo único que consiguió, frustrada, fue descubrir que los hombres que conocían la religión se creían con el derecho de golpear a sus esposas.


Entonces, Firdaus empezó a buscar su libertad desesperadamente. Cualquier libertad estaba bien. Firdaus no había conocido nunca ni la libertad ni el amor. Nadie nunca la había puesto a ella primero. Con sus padres, el cuarto más frío en invierno estaba destinado para ella; con su tío, ella ocupaba un duro sofá mientras su tío ocupaba la cama. Nawal El-Sadaawi describe la busca de libertad de una mujer de manera desesperada. Ella misma achaca la pérdida de libertad en su país y en gran parte del África árabe al colonialismo. Dice la autora en una entrevista: «Mi madre fue mucho más libre de lo que ahora es mi hija». Así es Firdaus, que busca la libertad como puede. Acaba en la prostitución, donde dice que al menos ella puede establecer el precio por su cuerpo. Hay una parte donde ella admite que, de cierto modo, creía que se estaba autoconvenciendo. 

Creo que este libro debe ser un must-read de la literatura africana, sobre todo de la literatura africana feminista. La autora ha sido una de las mujeres más prominentes en el feminismo, callando a todos los que dicen que ya sólo en los países árabes se oprime a las mujeres (recordándoles que es una opresión universal), dejando en claro que no apoya a ningún gobierno, porque ningún gobierno apoya a las mujeres (sino sólo a aquellas que están con él) y que fue presa política por criticar el gobierno en Egipto. De verdad, este libro es muy cortito, me dejó muy bien sabor de boca y lo deben de leer. Está traducido al español, aunque me parece que es complicado de encontrar. Lo recomiendo muchísimo.

miércoles, 15 de marzo de 2017

El tag feminista

Este tag lo encontré en El fénix lector y dije... ¡LO HAGO! Pueden asumir que el título es lo que me hizo decidir que iba a hacer este tag tan rápido como lo vi, pero es que además me encantó, porque celebra a las mujeres, no solo en los libros, sino a las mujeres que hablan de libros, porque sirve para recomendar libros y cosas. En fin, vamos a ello. ¿Empezamos?

1. Historia donde las amistades entre mujeres son prioritarias



Acabo de leer este libro hace muy poquito y por eso lo voy a mencionar aquí; es The Female of the Species de Mindy McGinnis. Podría decir que la amistad entre Alex y Peekay es lo más importante de todo el libro, pero la verdad es que además de eso, el libro habla de las relaciones entre mujeres y cómo las condiciona a ser la sociedad. Por eso, la amistad de Alex y Peekay, que nace de manera espontánea, se vuelve tan importante a lo largo del libro y toma un lugar protagónico por sobre todas las cosas. Me gustó mucho el libro y los animo a que lo lean.

2. Personajes femeninos favoritos



Soy una fiel a Hermione Granger, en primera porque demuestra que ser sabelotodo es muy padre y porque yo deseaba ser como ella cuando era una niña (¡teníamos el mismo cabello horrible!). Me gustó siempre el papel que tuvo en Harry Potter y que sigue y seguirá teniendo. Es de mis preferidas en esta vida. No es la elección más original del mundo, pero es que no puedo mentir: Hermione Granger siempre ha sido mi favorita.


También adoro a Violetta R. Schmidt porque sin ella el Diablo Guardián no sería lo que es. Diablo Guardián de Xaviel Velasco es mi libro favorito (su mejor libro hasta la fecha, por mucho que él reniegue) y sin Violetta, Diablo Guardián no sería lo que es. Y punto. Me gusta su fuerza, su libertad (o su búsqueda de ella), que no quiera a nadie y que entren ganas de vomitar cuando se pone sentimental. En fin, ella es también, de mis preferidas.

Y antes de que les ponga aquí una biblia inmensa, porque si hay algo que me gusta son los personajes femeninos, aquí está una entrada que se llama: Mis 10 personajes femeninos favoritos.

3. Autora o guionista favorita


Tengo muchas, podría estar listándoas hasta mañana, pero bueno, habrá que elegir algunas para ponerlas aquí y presentárselas a ustedes. Como regla, excluiré a todas las que mencioné en Más autoras que deberías conocer (actualización) porque esa entrada la publiqué hace nada y repetirme no tiene mucho caso, la verdad. Así que voy a mencionar a una mujer que admiro y que ha hecho de todo lo que ha podido para publicar: María García Esperón. Es una escritora Mexicana, a la que conozco personalmente, que escribe de mitología griega, romana, fenicia y mexicana. De sus libros, les recomiendo Copo de Algodón, El anillo del César, Dido para Eneas y El disco de tiempo.


4. Película de animación que consideres feminista



Mulán. Para mí, Mulán fue la prueba de que las mujeres peleaban igual que los hombres, que siempre habían peleado y que podían salvar China y enamorar a un general confundido al mismo tiempo. Que podían romper todos los protocolos de un imperio, que podía desafiar al ejército entero sólo para salvar a su padre. Para mí, Mulán, que destrozó todo el palacio, deshonro a su padre y salvó a todos, es la mejor película de animación de todos los tiempos. Casi. Si no fuera por otras más


Pocahontas. Pocahontas fue la primera vez que vi a los Nativos Americanos en pantalla. Si en México todavía glorificamos la figura del indígena (mientras a los verdaderos indígenas los relegamos), en Estados Unidos los indígenas nativos no están por ninguna parte. Y Pocahontas (y su romance con John Smith, que fue la OTP de todos los tiempos y no se rompió ni cuando descubrí que el John Smith de verdad era un mentiroso de mierda) fue increíble. Porque Pocahontas se paró ante todos y dijo "basta, esto es lo que quiero". Porque Pocahontas 2 no existe (mato al que me diga lo contrario) y Disney hizo un buen trabajo con una historia que no fue tan bonita. (Googlen a Pocahontas, anden). También es mi favorita, pero... todavía hay más.


Valiente. Mérida y su cabello rojo me fascinan. También su acento escocés, lo bonita que se ve en ese vestido azul oscuro que trae y lo hábil que es con el arco. Creo que fue la primera película de princesas que vi ya de adulta. (Adulta, adulta, nada de adolescnte) y me encantó, porque Mérida pelea por su libertad en medio de las tradiciones, por hacer oír su voz y por elegir lo que ella quiere. Me encanta. Es lo mejor del mundo. Ahora sí, ya acabo. 

(También me gustan Rapunzel, Tiana, Moana y el diseño de Elsa en Frozen. También me encanta que Bella lea y que Ariel cante. No soporto a la Bella Durmiente, Blancanieves me da miedo y la Cenicienta me aburre, a menos de que los ratones y Lucifer estén en pantalla). 

5. Un libro con temática feminista que quisieras leer



Ahora mismo, tengo la mirada puesta en varios. Para empezar, acabo de conseguir Mujer en punto cero de Nawal El Sadaawi, ambientado en Egipto a la mitad del siglo veinte. La protagonista, Firdaus, pasa de ser hija a esposa a prostituta. Quiero leerlo desde hace tiempo y le tengo bien echado el ojo porque con lo que me costó conseguirlo... En fin. Ya les contaré cuando lo lea.

6. Booktuber o blogger favorita


Pues ya hable de algunas en Blogs fantásticos y donde encontrarlos, así que hoy toca mencionar a dos booktubers que se merecen toda mi admiración: Abril, de Ensayos de Abril y Karen, de Las flores están locas. Las admiro muchísimo, por su pasión por los libros, por su feminismo, por todo lo que me han enseñado y porque hacen sus vídeos increíbles. Aquí les dejo dos vídeos:




7. Frase que consideres feminista



Tengo una perfecta de Jane Austen en Persuación sobre cómo hablar de mujeres, al final todas somos criaturas racionales, no damas que han idealizado: 
I hate to hear you talk about all women as if they were fine ladies instead of rational creatures. None of us want to be in calm waters all our lives

lunes, 13 de marzo de 2017

Half of a Yellow Sun, Chimamanda Ngozi Adichie | Reseña

Sinopsis: Con gran empatía y la naturalidad de una narradora comprometida, Chimamanda Ngozi Adichie recrea la vida de tres personajes atrapados en las turbulencias de la década: el joven Ugwu, empleado de la casa de un profesor universitario de ideas revolucionarias; Olanna, la hermosa mujer del profesor, que por amor ha abandonado su privilegiada vida en Lagos para residir en una polvorienta ciudad, y Richard, un joven y tímido inglés que está enamorado de la hermana de Olanna, una mujer misteriosa que renuncia a comprometerse con nadie. A medida que las tropas nigerianas avanzan, los protagonistas de esta historia deben defender sus creencias y reafirmar sus lealtades.

Esta es la historia de tres personajes en Nigeria y la breve historia de Biafra. Biafra fue el nombre que tomó la zona sudoriental de Nigenia al proclamar su independencia. Fue independiente por tres años, más o menos, habitado por más o menos 13 millones de personas (la mayoría de ellos pertenecientes a la etnia igbo) y fue sólo reconocido como estado independiente por cinco países, todos ellos africanos: Gabón, Haití, Costa de Marfil, Tanzania y Zambia. Los años sesenta fueron años turbolentos en Nigeria y eso es, más que cualquier historia, lo que Chimamanda retrata allí. Por medio de tres diferentes personajes narradores es que Chimamanda habla de la historia de Nigeria en los años sesenta, los años del intento del golpe de estado, los años de la guerra, los años justo después de la independencia. Y es que, si hay algo que ha dejado África en el estado en el que está hoy, con países sumidos en la pobreza y en las guerras, fueron quienes la conquistaron y se la partieron como un pastel sin tomar en cuenta a las etnias y a las fronteras que estas se habían trazado. Los británicos, especialmente, hicieron lo que les pareció. 

Así que esta es la historia de Nigeria dividida en dos partes: la primera mitad de los 60 y la segunda mitad. Una marcada por las transiciones y el nacimiento de un país independiente y la segunda marcada por la guerra. Biafra existió brevemente durante tres años y Olanna, jundo con Ugwu y su familia fueron ciudadanos y, junto a ellos, sus historias. Creo que Chimamanda da en el clavo al encontrar como narrar la guerra, desde los ojos de tres personas diferentes: Olanna es una privilegiada mujer Nigeriana, Yoruba, de una familia con recursos, su esposo, también privilegiado académico, igbo. Ugwu, que viene de barrios pobres, de familia pobre, que se educa porque sus jefes son benevolentes, hasta Richard, un británico enamorado de la hermana de Olanna, que lo ve todo con los ojos de quien es de afuera, expatriado, con los ojos de quien un día se encontró en medio del conflicto, pero en realidad no tenía nada que ver. Y a todo eso, Chimamanda le suma contradicciones humanas, las debilidades de todos sus personajes y su forma de lidiar con los problemas.


Algo que me gusta de Chimamanda es como habla de las mujeres. Mujeres independientes, pero a veces también esclavas de sus propias debilidades y contradicciones. Mujeres que no quieren comprometerse, mujeres que lo dejan todo por amor, mujeres que hacen todo para conseguir lo que su familia necesita, mujeres que protegen a sus allegados. Total, mujeres de las de toda la vida, las que siempre han estado en este mundo. Me gusta como las hace enfrentarse a un mundo que nadie hizo para ellas. Como lo moldean como pueden y como se deja. Las mujeres de Chimamanda me dan esperanza. 

En 1966 hubo un intento de golpe de estado en Nigeria. Ese mismo año, los igbos fueron víctimas de matanzas al norte del país y eso empezó el conflicto y le dio el nacimiento a Biafra, una región que fue indepentiente tres años (ya lo dije). Eso no fue hace mucho. Cuando pasó, mi mamá estaba entrando a la adolescencia y mis medios hermanos estaban por nacer. Te pone en perspectiva, ¿eh? No pasó hace mucho y gran parte de Nigeria aun está sufriendo las heridas de guerra. Quizá por eso Chimamanda escribió esta historia. Para hablar de la historia de su país, de su historia (porque ella misma es una mujer igbo). El libro salta entre el pasado y el futuro, mostrándonos los inicios del conflicto, hasta que los personajes se encuentran en la mayor desolación de la guerra. 


Richard escribe un libro. Olanna quiere una familia. Sus vidas suenan normales, ¿no? Y sin embargo, no lo son, porque son, los dos, parte del centro del conflicto. Ugwu, que es sólo un joven mozo, también lo es. Creo que haber puesto a tres personas tan ordinarias como los protagonistas es uno de los grandes aciertos del libro. Nos hace ver la guerra con tres ojos diferentes, todos válidos y vivir tres experiencias diferentes, pues las voces de los res protagonistas están perfectamente diferenciadas. 

Les recomiendo mucho el libro, sobre todo si quieren leer un poco de África.