Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 24 de noviembre de 2015

Arte Literario | Book Tag

Bueno, vi este Book Tag en El rincón de Chincla y como había tantas pinturas que me gustaban, decidí hacerlo. Siemre he dicho que, si para algo sirven los Book Tags es para recomendar libros o no recomendarlos, además de para entretenerse un rato y que cada quien exprese su opinión. Así que, ¡empezamos!

El beso


Libro cuyos protagonistas mantengan una historia de amor o amistad complicada


La historia entre Pig y Violetta, de Diablo Guardián, entra en historia de amor y de amistad, además de que, gracias a las personalidades de los dos, es bastante complicada. Pig es el Diablo Guardián de Violetta y Violetta... bueno, es Violetta. Nunca me voy a cansar de recomendar este libro
"Me voy a los extremos todo el tiempo. A veces te maldigo tanto que hasta rezo para que te vaya mal. 'Virgen Santísima, que le amputen un brazo a ese Hijo de la Chingada'. Y otras estoy rezando para que me llames y me saques de aquí y nos vayamos a cualquier pinche nowhere a volvernos una feliz pareja de nobodies. Pero el resto del tiempo trato de no pensar en nada. más que en mí."
(Xavier Velasco, Diablo Guardián).

Guernica


Libro que narre una historia dura


El cuento de la criada narra una historia muy dura, especialmente para las mujeres. Las criadas, que son mujeres fértiles, han sido degradadas al simple papel de progenitoras. Y además, el hijo que cargan en sus vientres no es suyo, nunca es suyo. Lo han perdido todo, absolutamente, hasta el nombre; esta es la historia de Defred, de los tiempos de antes, de su hija, la que perdió y de su esposo, al que mataron. 
"My name isn't Offred, I have another name, which nobody uses now because it's forbidden. I tell myself it doesn't matter, your name is like your telephone number, useful only to others; but what I tell myself is wrong, it does matter. I keep the knowledge of this name like something hidden, some treasure I'll come back to dig up, one day. I think of this name as buried. This name has an aura around it, like an amulet, some charm that's survived from an unimaginably distant past. I lie in my single bed at night, with my eyes closed, and the name floats there behind my eyes, not quite within reach, shining in the dark."
(Margaret Atwood, El cuento de la criada)

La libertad guiando al pueblo


Un libro que trate de una revolución y gente luchando por su voluntad


Creo que Rebelión en la Granja, de George Orwell, es el ejemplo perfecto. Es, además, narrada con animales, la historia de la revolución rusa tal como Orwell la vio y como fue una lucha que empezó a degenerar muy pronto. Este es un libro muy cortito, pero recomendable. 

El grito


Libro que no te haga gustado nada y te haya hecho querer gritar


Si creen que he tratado a los libros mal en mis reseñas, todavía no han oído lo que pienso de Evermore. Lamentablemente la reseña la hice cuando no era tan crítica, así que sólo critica los aspectos más superficiales del libro, pero este libro de Alyson Noël me hizo querer gritar muchísimo. Publican eso y no me publican a mí. Vamos, que yo puedo cagar una historia con más sentido.

La joven de la perla


Libro con una historia cargada de tópicos


¿A qué no se lo esperaban? Bueno, me podrán decir que el tema de Fangirl en sí es original (no puedo negarlo), pero, ¿de qué sirve tratar un tema original con personajes tan típicos? Cath no pasa de ser la "fangirl que escribe fanfics" típica, tímica, que se cree superiormente moral por leer, famosa, que no representa ni al 1% de la población que conozco en fanfiction.net. Y su hermana Wren es una fiestera típica, y el galán también y vamos... cargado de clichés hasta el infinito.

La persistencia de la memoria


Libro del que no recuerdes absolutamente nada


Sólo recuendo que La probabilidad estadística del amor a primera vista es malo, que su narración es plana y que no se lo recomiendo a nadie. No me pregunten ni por los nombres de los protagonistas.

La gioconda


Libro que tras leerlo no sabes si te ha gustado o no


Kundera y yo tenemos una relación complicada. Más si hablamos de este libro, La insoportable levedad del ser. Al día de hoy, admito que tras leerlo, es un libro que me marcó y con el que no estoy en total desacuerdo, pero tampoco completamente de acuerdo. En todo caso, reconozco que sería interesante intentar entender más a Kundera y seguir formándome mi opinión sobre él.
"El amor empieza por una metafora. Dicho de otro modo; el amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética"
(Milan Kundera, La insoportable levedad del ser).

Las meninas



Libro en el que te hayas perdido por la complejidad de la historia o una narración confusa



A pesar de haberme perdido en La región más transparente, el día de hoy es uno de mis libros favoritos y uno de esos libros que creo que todos los mexicanos deben leer al menos una vez en su vida. Ixca Cienfuegos como narrador y todos los personajes que se entrelazan en el México posterior a la Revolución Mexicana no tienen desperdicio. Eso sí, las primeras ochenta páginas son más confusas que el árbol genealógico de los Buendía.

La noche estrellada



Libro que te gustó tanto que te quedaste hasta altas horas de la noche leyendo



En mi casa pueden certificarlo: el día que leí Cien años de soledad dormí menos de dos horas. Así que lo único que puedo agregar a todo lo que ya se ha dicho sobre este maravilloso libro es... ¡léanlo! ¡No se van a arrepentir! (Y si se arrepienten me lo pueden lanzar a la cabeza) 


domingo, 22 de noviembre de 2015

#NaNoWriMo2015: Por qué escribo


En vez de estar escribiendo para el NaNoWriMo que es lo que debería estar haciendo ahora mismo, voy a contarles una historia de amor, probablemente una aburrida, pero la más importante para mí. Esta historia de amor se remonta a cuando yo tenía cinco años, casi seis, y, como mi madre se empeña en recordarme cada que le enseño lo que le escribo, yo escribía la palabra "hada" como "ada" y le plagaba las historias a Walt Disney. ¿Ya adivinaron que historia es? Si la historia de por qué escribo, o en otras palabras, la historia de por qué me enamoré de escribir.

En la primaria teníamos un cuaderno donde podíamos escribir historias o podíamos usarlo como diario; la maestra no lo leía, sólo revisaba que, de hecho, hubiéramos llenado muchas páginas. La cruda realidad es que era el cuaderno de música, pero jamás tuvimos clase de música ese año, así que nadie sabía exactamente en qué utilizar un cuaderno que ya nos habían pedido (al menos, ese, porque el de los pentagramas se quedó sin usar un año entero). La mayoría de los niños tenían problemas para decidir que escribir y se pasaban media vida pensando y dos minutos escribiendo. "Pero maestra, es que no hice nada interesante el fin de semana", "Maestra, no sé que escribir", "Maestra, ¿cómo se escribe un cuento?" A mí me parecía curioso porque yo llenaba las páginas sin ningún esfuerzo con una historia malísima que era un plagio descarado de la bella durmiente (con "adas madrinas" en vez de "hadas madrinas"); cuando terminé esa historia, plagié a Blancanieves y cuando acabé esa, plagié La bella y la bestia, y luego la de la princesa a la que su madrastra echaba de casa y convertía a sus hermanos en cisnes, y después a Barba Azul, y prácticamente toda historia de Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Perrault ya hubieran escrito antes.

Lo sé, yo era la original andante. Nunca la acabé, porque la princesa de turno siempre se casa, era feliz para siempre, comía perdices y tenía una hija que continuaba con la historia. A mis seis años yo había visto muchas películas y leído muchos cuentos clásicos y no se me ocurría que, para empezar, el destino de una princesa pudiera ser diferente. Lo cierto es que las primeras lecturas influyeron mucho a la hora de escribir mis primeras historias. Después recuerdo que vi Aladino y escribí una historia que estaba ambientada en una mezcla de la India y Arabia. Y así con cada cosa que veía o leía.

Esa era mi letra. Y ese es un pedazo del plagio de HP
Por ese entonces, se me ocurrió que yo podría escribir algo como Harry Potter. Lo sé. Magnífica idea. Yo tenía creo que doce años e iba a cumplir trece. Mi protagonista era una chica de cabello negro, ojos oscuros y se llamaba Anne Garrew. La historia estaba ambientada en México y como a mí se me ocurrió tener personajes llamados Anne, William, Patrice, Paulette, Renée, etcétera todavía no lo entiendo. La historia era pésima en todo sentido. Sin embargo, por ese entonces, cuando yo estaba a punto de tirar la toalla con la historia leí El Disco del Tiempo de María García Esperón, que en un momento se convirtió en uno de mis libros favoritos por aquel entonces y decidí ponerlo entre mis libros favoritos en Hi5 (sí, niños, por ese entonces la gente usaba esa red social del averno).


María García Esperón y mi madre fueron las primeras personas que me apoyaron para que siguiera escribiendo. Mi madre sabía que mi historia era mala. María no sé, probablemente. Yo escribía francamente mal, tan mal que Crepúsculo al lado parece una comparación; y tantito peor: decidí inmortalizar mis obras en el internet. Sin embargo, tenía doce años y era obvio que no iba a vomitar un premio Nobel escribiendo mi primera novela o mis primeros cuentos. Desde entonces estoy enamorada perdidamente de la escritura, de lo que puedes crear sólo con palabras, de ponerles cara, rostro y forma a las historias que hay en mi cabeza.

Es eso. Por eso escribo. Por amor.

Escribo para evadirme o para contar realidades necesarias. Para tratar temas simples o complejos. Escribo porque, para mí, escribir es como respirar: no concibo mi existencia sin esa actividad diaria (o casi diaria). A lo largo del tiempo he animado a muchas personas a escribir y muchas me han animado a no dejarlo jamás. Todavía recuerdo a mi maestra de español de secundaria quitándome las hojas que escribía en clase en vez de hacer los apuntes y devolvérmelas días después diciéndome que por favor no lo hiciera en clase, pero que conocía un concurso de cuento y que podía participar (perdí). Recuerdo que mis amigos siempre leyeron lo que yo escribía, unos con más interés que otros. Nunca he tenido ese problema de separar mis dos identidades, la que escribe y la que no. Amo escribir y amo decírselo al mundo.

Así que ya que estoy en el desesperado intento de escribir 50,000 palabras en un mes, y seguir escribiendo miles de historias después de eso, vine a contarles esta historia y, de paso, a decirles, que sólo necesitan un empujón para empezar la historia que siempre han querido.


viernes, 20 de noviembre de 2015

Letras mexicanas: recomendaciones de libros

San Miguel de Allende, Guanajuato.
Hoy es 20 de Noviembre, la causa de que haya niños nombrados Aniv de la Rev (por favor, ya no le pongan a sus hijos lo que viene en los calendarios), el Aniversario de la Revolución. En realidad nadie se pone de acuerdo en exactamente para qué demonios sirvió la Revolución viéndola con una perspectiva de 115 años y yo no soy una experta en el tema (lo mío es la conquista y lo pre hispánico, por favor), pero aprovechando que algunos se acuerdan de sacar lo patriótico que les quedó de Septiembre, yo traigo... ¡libros mexicanos! Y quiero hacer la aclaración de que estos no son sólo libros escritos por mexicanos, sino libros que, además, hablan de México de alguna u otra manera. Unos quizá más directo que otros, pero todos con una atmósfera mexicana. 

El llano en llamas, Juan Rulfo


Me costó mucho escoger entre este libro y Pedro Páramo, porque los dos son maravillosos, los dos se merecen estar entre mis recomendaciones, pero no quería repetir autor. Así que fue esta gran colección de historias lo que finalmente acabé eligiendo. Según mi papá, Juan Rulfo es el mejor escritor mexicano que existe. Yo discrepo, diciendo que hay muchos maravillosos y que todavía faltan muchos por surgir, pero admito que Rulfo, pese a tener tan poca obra, es muy diferente a cualquier otra cosa que yo haya leído en toda mi vida. Rulfo suele concentrarse en la vida en el campo y en las pequeñas y grandes desgracias que le acontecen a los campesinos y suele hacerlo muy bien; tiene una maestría increíble para hablar de la desgracia sin tapujos y hacerla cercana, nuestra, real y tangible.

Ojos llenos de sombra, Raquel Castro


¿Saben por qué compré este libro? Porque quería comprar una antología de cuentos de terror de Gran Angular y un comic que publicó SM y había una oferta del 3x2. Así que este fue el libro que acabó en mis manos porque la sinopsis se veía interesante. Ojos llenos de sombra habla de un montón de mundos que me suenan lejanos y transcurren en la misma ciudad en la que vivo. El mundo de la onda gótica, la música y la música gótica, todo aderezado con referencias a videojuegos porque la protagonista, hija de un papá bastante friki, carga con el nombre de Atari (y sus hermanos son Luis y Mario). Es un libro bastante fresco, que habla de descubrir quién eres, lo qué quieres y siempre anteponer tus deseos y tu futuro a lo que otras personas quieren o esperan de ti. 

Copo de algodón, Maria García Esperón


Por supuesto, si hablamos de libros que representen a México, este tiene que estar presente. ¿Por qué? Habla de mi época preferida de la historia mexicana: los últimos días del imperio Azteca (uno de los imperios más grandes y majestuosos que ha visto el mundo, pero también uno de los más sangrientos) y la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan. Creo que cuando hablamos de este tema se tienden a hacer juicios a ambos lados sin entender el momento o el lugar en el que todo ocurría y este libro nos permite visitarlo todo desde los ojos de una niña, la hija de Moctezuma Xoyocotzin, esposa de Cuitlahuac y después Cuauhtémoc, los últimos tlatoanis de los Aztecas. Creo que cuando hablamos de los Aztecas debemos reconocer su nobleza, su tolerancia y su destreza como guerreros sin olvidar que eran un pueblo sangriento y que, frente a los españoles, se quedaban cortos como estrategas. Siempre he creído que, como parte de un país que todavía vive a la sombra de una conquista que aconteció hace quinientos años, entender esa parte de nuestra historia es fundamental y una de las cosas que me gustan de María es que se las arregla para hacerlo en un libro infantil, ilustrado, precioso, y desde los ojos de una niña. 

Vivir la vida, Sara Sefcovich


¿Qué es vivir la vida sino una sucesión de absurdos y de conversaciones y de cosas y de viajes y de amigos que vienen y van y de bodas? Me acabo de inventar esa frase, pero a E. Susaba M. de Lara viuda de Reyes Luján y de la Vega y la Vega, le queda perfecta. E, porque le dio la gana llamarse Elsa, como su ídola, Susana porque así tuvieron a bien bautizarla sus papás, M. de Lara porque decidió no usar el apellido de su padre y honrar el de su madre. Viuda de Reyés Luján porque aunque ese marido no este muerto, como si lo estuviera y vuida de la Vega y la Vega porque ese sí de verdad se murió. Este libro es delirante. La protagonista no es que sea tonta, es que es ingenua, es que vive la vida a su manera. Va de un lado a otro y un día se rapa y al otro sale con la cabeza metida en una bolsa de papel a la calle por vergüenza. Tiene tres hijos de los cuales uno de la habla como si le hablara al aire, otra odia a todo el mundo y el otro tiene la decencia de mostrarse amable. Un marido que mejor si estuviera muerto y otro que de verás lo está (con viudo incluido). Este libro es maravilloso y si no les interesa con la parrafada que me acabo de echar, ya no sé como verdérselos.

La región más transparente, Carlos Fuentes


Si hablamos de la revolución, este libro es casi obligado. Casi, porque me costó muchas neuronas agarrarle el gusto y entender el delirio que supone sin perderme entre sus páginas. Y antes de que me ponga muy poética, porque es a lo que me inspira este libro, quiero decirles que no habla de la Revolución, sino del México post revolucionario, cuando los caudillos empezaban a desaparecer y las consecuencias, para bien o para mal, empezaban a hacerse tangibles. Este es un libro costumbrista que siempre me pareció honesto de una manera muy cruda, pero también con cierta esperanza. Porque, qué le vamos a hacer, aquí nos tocó vivir, en la región más transparente del aire. 

Sólo quise poner cinco y creo que dejé muchas cosas fuera, Haré otra edición cuando menos lo esperen, porque faltan M. B. Brozón, Elena Poniatowska, Toño Malpica, Benito Taibo, hasta Ángeles Mastretta, José Emilio Pacheco, Élmer Mendoza, Octavio Paz, Fransisco Hinojosa y todos esos nombres que no caben en sólo cinco recomendaciones. 

Exceptuando la primera foto, que me encontré en internet, todo el resto son mías; sí, esos son mis ejemplares, así de manoseados, así de usados, así de viejos. Porque un libro no es un objeto de culto, sino un libro es para abrirse, leerse, manosearse, usarse, rayarse, destruirse, cuidarse o no cuidarse. Esos son mis libros y siempre he estado orgullosa de ellos.