Esta es,
como supondrán, la entrada número 100 del blog. Nos ha costado llegar a ella,
de 2009 para acá. Cuando cree el blog tenía la firme intención de no dejarlo
abandonado, como dejé Locuras de Nea (blog en donde publicaba desvaríos) o como
dejé otros dos por el camino personales. No, este iba a ser diferente. Muy
diferente.
Su primera
entrada fue una breve presentación, y la segunda, trató de un tema que venía
rondando en twitter, cuando los ilusos aún éramos anarquistas, buscaproblemas y
nos enfocábamos en nuestras campañas por la criticolibertad y unas cuantas
tonterías más. En estos dos años y algunos medes me he metido con todo: con el lenguaje
XAT, los pijos, y muchos muchos libros.
Total, que
este es un recuento de daños.
En el camino
ha sufrido Mierdúsculo (en una extensa crítica
a sus cuatro libros, uno crítica
sin sentido a Luna Nueva y otra reseña
no objetiva más a Amanecer), Medianoche
y su respectiva secuela, Adicción,
y hasta me he metido con Murakami.
Me he metido
con todo. Y no sólo con lo que no me ha gustado, por supuesto. Con el tiempo
este dejo de ser un blog enteramente personal para convertirse en un blog
esencialmente literario, de recomendación de animes, y de apoyo al Fanfic. Al
principio no lo era. Divagaciones de una Poulain, fue, en sus inicios una máquina
de entradas polémicas que derivaban de mi frustración por el orden del mundo
(?)… una de las entradas más polémicas es la tercera: Si
yo fuera…, donde hable de todo lo que haría en
Potterfics si el sillón de dirección fuera mío.
Entre las
entradas más visitadas se encuentra una de las más tontas, que ostenta el
título desde que la publiqué: De
momentos de felicidad extrema. De cerca
le sigue el Top
Ten Dramione y Le
fabelux destine d’Amelie Poulain.
Hoy,
Divagaciones de una Poulain, es un blog a medias literario, a medias de
crítica, a medias de películas que me gustan y a medias para hablar de anime.
Me ha gustado recorrer todo este camino y espero seguir haciéndolo durante
mucho tiempo más.
100 entradas
no es mucho, después de todo.
Nea