Aunque eso de las distopías se puso de moda, quiero decir que además de Los Juegos del Hambre yo no había leído ninguna más. La mayoría no me atraían. Así que si Delirium es un calco de otra distopía, no lo sé… Quiero decir que he leído tantas reseña y críticas, buenas y malas, de este libro, que no sabía que pensar. Para colmo, no lo había visto nunca en librerías. Pero ahora que lo pude bajar como eBook, lo leí.
“Una vida sin amor es una vida sin sufrimiento: segura, medida, predecible y feliz. Por eso cuando los habitantes de esta ciudad del siglo XXII cumplen los 18 años, se someten a la intervención, que consiste en la extracción de la parte del cerebro que controla las emociones. Lena espera ese momento con impaciencia, hasta que un día se enamora...”
¿Suena a cliché, no?
Bueno, dejado del lado lo cliché quiero decir que el libro es muy muy muy muy muy muy bueno. Los personajes son tridimensionales al cien por cien, y hacen que te intereses por sus vidas.
Sin embargo, hablemos del contexto del libro: un mundo sin sentimientos, sobre todo, sin amor. Da miedo. No es tranquilizante, como Lena cree al principio, no es más sano. A mí, me da miedo. Me da pavor esa frialdad y no me puedo imaginar un mundo en el que la gente pueda vivir así. Todos dicen que después de la “operación” eres feliz, que todo es mejor. Bueno, pues discúlpenme, pero a mí no me lo parece (o será que estoy enamorada).
Ahora, hablando ya del libro en sí: es demasiado interesante. Lo narra Lena lo cual no resulta ni tedioso ni aburrido, sobre todo porque aunque reflexiona demasiado, no deja de lado lo que está pasando en ese momento. Y tampoco es un personaje excesivamente empático, ni parece saber todo lo que sucede en todo momento. Además, vas viviendo en primera persona su cambio de opinión. Al principio cree en la operación, está ansiosa por ser “curada”, pero después, poco a poco, cuando sus sentimientos por Alex la inundan, su opinión va cambiado: no se sopetón, sino poco a poco.
De los demás personajes… Alex es un amor. Tal vez demasiado empeñado en que Lena haga lo correcto, en que piense bien las cosas, o tal vez demasiado cursi algunas veces. Pero amor después de todo. Hanna me gustó mucho, es rebelde…, tiene ideas que al principio Lena no acepta y es una amiga que me gustaría tener.
Por otro lado, maldito final. ¿Cómo dejar el libro allí? ¿En un punto tan importante? Sólo sé que esperaré la continuación muy impaciente y nada más, para dejarlos exentos de spoilers.
Nea.