Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 9 de julio de 2019

Enigma asiático, Carolin Philipps | Reseña

Sinopsis: Lea es una adolescente adoptada por una pareja de alemanes. Cada vez que oía o veía algo sobre China, su país natal, sentía un vuelco en el corazón. Todo lo de aquel país le resultaba familiar de una manera especial y, sin embargo, muy lejano. Durante años se negó a acercarse a esa cultura, por temor a saber algo origen y, más aún, sobre los motivos por los que fue dada en adopción. Un día, sin embargo, comienza la búsqueda que la llevará hasta la familia biológica y a conocer uno de los episodios más oscuros de la sociedad china contemporánea.

Este libro es tan pero tan malo que me dio rabia. Primero, porque trata de temas que se prestan a la reflexión (racismo, misoginia, infanticidio) y está escrito desde la mirada más blanca posible. En serio, sólo podía pensar a The whites are at it again y no sólo eso, Imperialists are at it again, porque justo tiene una manera de mirar a China que me parece muy desagradable. No es que lo haga remarcando todo lo que es horrible sobre China, no, sino que lo hace desde la idea de que China es algo maravilloso y exótico. No. China es un lugar, donde hay gente. Para esto, realmente prefiero leer a Amy Tan, que con todo y su bias sobre China, habla de esa cultura como se habla de cualquier otra. No es rara (decir que es rara implicaría que hay algo "normal" y estamos hablando de ¡culturas!, pero claro, el mundo occidental quiere imponer lo suyo como normal y ni siquiera en lo occidental las culturas son homogéneas) ni es éxotica. Es. Tiene diferentes costumbres y diferentes maneras de ver la vida. Por el contrario, Carolin Philipps refuerza la idea de China como una lejana tierra exótica (en la que los campesinos viven en el atraso y eso es El Mal, porque que flojera pararse a ver las condiciones de vida en China y por qué las creencias de los campesinos son las que son, sean buenas, malas o nada de eso) y casi parece que alaba que se occidentalice. ¿Y eso es algo bueno? Es algo que ocurre, y ya (usualmente de mano con el imperialismo, pero bueno, ocurre).  En fin, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.


El libro aborda el tema del infanticidio en China. Cuando la política del hijo único, miles de familias deseaban tener hijOs. Con o. En masculino. Los infanticidios de niñas aumentaron, mujeres eran presionadas para olvidarse de sus hijas y presionadas para tener hijos (ya, como si la decisión dependiera de ellos). Por supuesto, cuando salió la política probablemente les pasó por la cabeza que habría resistencia (en China tener muchos hijos era de buena suerte), pero no la cantidad de infanticidios. Todavía, a pesar de que intensas campañas que se habían hecho por la emancipación de la mujer (pueden ver los testimonios en La mitad del cielo), había muchos contextos en los que las mujeres seguían siendo vistas como inferiores. Se aborda ese problema en un ensayo que leí hace poco que viene en Sisterhood is powerful: China es enorme y el trabajo que debía hacerse para conscientizar a todas las personas era enorme igualmente, por lo que mientras en algunos lugares se hablaba ya de la colectivización de la crianza y de las labores domésticas, en otros apenas se estaba hablando de que las mujeres no eran seres inferiores a los hombres. Entonces, pues sí, el problema de los infanticidios (en los que el sexo y el género tenían todo que ver) fue algo que afloró. No sólo eso: la trata de niños aumentó (se ofrecían bebés en venta a extranjeros en algunos casos). Habiendo explicado yo este contexto, hablemos del libro: Lea es una joven China adoptada a la que sus padres le contaron que la adoptaron en un orfanato. Después de que su padre le de unas respuestas vagas cuando ella escribe un artículo sobre los guerreros de terracota y sea demasiado obvio que hay cosas que no le está contando, empieza su curiosidad por descubrir de dónde viene y quienes fueron sus padres biológicos. Creo que saben hacia dónde va la cosa, ¿no?


En fin, la primera vez que sale el tema de los infanticidios en China en el periódico escolar donde trabaja Lea, afloran un montón de actitudes racistas contra ella (porque claro, sus compañeros medio racistas la ven china y aunque sea alemana le echan la culpa). Una cosa positiva del libro (mínimamente, tampoco para echar cohetes) es que el chico que llevó el tema al periódico después publicó uno sobre los buzones para bebés abandonados instalados en Alemania, para demostrar que no era algo exclusivo de China. Y bueno, que existan los buzones para bebés es algo horrible que NO DEBERÍA EXISTIR porque para empezar lo que debería existir son condiciones para que las mujeres puedan decidir ser madres, lo cual involucra educación sexual, acceso a métodos anticonceptivos, aborto, que existan guarderías o, de otro modo, que la crianza sea colectiva y no recaiga sobre las mujeres, etc. Lo que me parece positivo es que justamente ese personaje vuelve sobre sus pasos al ver lo que causó su primer artículo y la ola de racismo que se empezó a extender (cuando, claramente, el foco no está ahí). ¿Cómo trata la autora a China? Ese es otro asunto.


Ya mencioné arriba que la trata como una tierra exótica, rara, alejada de lo normal, no como una cultura y civilización como cualquier otra (anda que no todas tienen mierda escondida). ¿POR QUÉ NO PODEMOS DEJAR DE MOSTRAR TODO LO QUE NOS RESULTA AJENO COMO EXÓTICO? Por otro lado, es de esos libros que critica la opresión a la mujer en el patio del vecino y no ve la suya. Muy literalmente. Eso me pasó cuando fui a India. A ver, vamos a explicar algo rápido: la misoginia y la opresión a la mujer se manifiestan diferente en contextos diferentes, pero están presentes en prácticamente todas las sociedades de clases. Cuando viví en la India, estudiando becada, mucha gente me preguntaba cómo podía vivir siendo tan machista la sociedad. Pero ah, cuando llegué me encontré con que no es que fuera más o menos machista (no tengo un ranking de dónde están menos oprimidas las mujeres, perdón), sino que la misoginia se manifestaba muy diferente y más bien variaba. Y lo mismo pasa con China y con cualquier cultura que conozcan. Entonces Philipps ve lo que pasa en el patio del vecino y no voltea a mirar al propio nunca (lo cual, si pasara, creo que mejoraría el libro, porque justamente resaltaría cómo la opresión se manifiesta diferente en contextos diferentes). Resulta chocante, un poco.

Ahora, al tema que me atañe: hay un poquito del libro entre la propaganda anticomunista. Al principio creí que eran mis ideas, pero luego llegué a la página 99 y descubrí que no. Vean este fragmento: 
Mientras comían sopa de codorniz y rollitos primavera, el señor Li les contó que hasta 1968 había sido profesor de historia antigua de China. Entonces llegó al Revolución Cultural y con ella el odio de los comunistas hacia todos los profesionistas. Médicos, maestros, profesores, todos eran sospechosos porque por su profesión acostumbraban pensar demasiado.
—La gente que piensa siempre es considerada una amenaza en los países no democráticos. No fue diferente con Hitler —añadió el padre de Lea.

Alta ahí la comparación de un régimen fascista con uno comunista. Pero antes de meterme a eso (porque obviamente tiene una agenda mencionar a Mao junto a Hitler, como si fueran cada uno lo mismo y no hubieran escrito de política con enfoques totalmente contrarios), voy a buscar algo que escribió/dijo Mao en Contra el culto a los libros:
Si usted no ha investigado un problema, se le priva del derecho a opinar sobre él. ¿Es esto demasiado brutal? No, en lo más mínimo. Puesto que no ha investigado el estado actual del problema ni sus antecedentes, e ignora su esencia, cualquier opinión que exprese al respecto no pasará de ser un disparate. Decir disparates, como todo el mundo sabe, no resuelve nada; así, ¿qué habría de injusto en privarlo del derecho a opinar? Muchos camaradas no hacen más que lanzar disparates con los ojos cerrados; esto es una vergüenza para un comunista. ¿Cómo puede un comunista decir tonterías con los ojos cerrados?
¡Inadmisible!
¡Inadmisible!
¡Hay que investigar!
¡No decir disparates!
Por supuesto, el investigar requiere pensar, reflexionar. Y no es sólo leer, debatir sobre un problema ayuda a reforzar nuestros argumentos y conocer otras posturas. Este es un tema que también es un tema que se aborda en La mitad del cielo, donde se habla de cómo se animaba el debate en las escuelas y en las comunidades durante el apogeo de la revolución cultural. O sea, tanto así como "estaba prohibido pensar" pues no. Y ojo, que la Revolución Cultural igual no fue perfecta e igual e cometieron errores, pero oigan, hay que criticar bien, no con frases del tamaño "es que con Hitler era lo mismo", "no se podía pensar". Y ya, cierro mi caso con eso. Voy a otro tema (que mira que un libro de menos de 150 páginas me hace rantear con ganas).


Por otro lado, la prosa es... plana, se puede atisbar cierto interés aleccionador (que a estas alturas no cabe en libros para jóvenes, sino que yo considero más interesante el que los textos abran debate) más que un interés literario de contar una historia sobre la cual se debata. Los personajes tienen un poco de evolución (Luca y Lea en especial), pero aún así siento que podrían estar mejor desarrollados y que la historia tiene un muy mal ritmo y que este va a trompicones y como puede. O sea, dejemos en que odié este libro y que no lo recomiendo, pero que si lo quieren leer los animo a hacer una lectura crítica de él. 

domingo, 7 de julio de 2019

La aprendiz (Crónicas del mago negro #2), Trudi Canavan | Reseña

Sinopsis: Sonea es la única aprendiz del gremio de los magos que no proviene de una familia rica y poderosa, pero eso no le supone ningún problema mientras cuente con la protección de Rothen y Dannyl. Sin embargo, cuando empiezan a circular ciertos rumores malintencionados sobre Sonea que obligan al Gran Lord Akkarin a intervenir, la intrépida aprendiz se encuentra ante una difícil disyuntiva: ¿debe mantener oculto el oscuro secreto del Gran Lord o, al contrario, ha llegado el momento de sacar a la luz una terrible verdad?


Después de leer el primer libro tuve una sospecha. Ahora que acabé de leer el segundo libro, la confirmé: esta trilogía no debería ser una trilogía, sino un libro solito. Un tochaco, pero un libro sólo, al fin y al cabo. Noto que la trama relacionada con el mago negro es la principal y que todo lo demás es accesorio para rellenar espacio. La aprendiz es un libro muy largo para la trama que tiene (El gremio de lo magos, por otro lado, ya dije que se sintió desaprovechado en algunas cosas porque el descenlace pudo ser mejor y la relación entre las clases de Kyralia pudo haberse explotado más). Hasta ahora, la trama individual de cada libro no merece todas las páginas que le dan, parece que se va arrastrando como puede mientras el resto del libro se dedica, sí, al mago negro y al misterio que esconde. Lorlen, el administrador, Rothen (por momentos) y Dannyl, todos, están inmersos en la trama que concierne al mago negro y Sonea... bueno, Sonea está ahí. Es tan triste lo accesorio que es que por más que le han buscado que hacer, queda muy opacado por los demás. Pero a ver, como dijo Jack el destripador, vamos por partes. 
 
Sonea en este libro
Cosas que se me hubieran ocurrido a mí para que Sonea no fuera sólo un accesorio durante el libro: que se empezara o se intentara resolver el misterio de dónde viene su magia (porque es lógico que alguien se lo pregunte, especialmente ella), que su investigación sobre los pasadizos de la universidad tuviera mucho más peso, porque al final queda en nada, que se explorara más su relación con el Gran Lord Akkarin (o que investigara aunque fuera infructuosamente sobre él). Lo triste de la trama de Sonea es que se reduce al bullying. Regin, el antagonista del libro, es, al igual que Fergun, en el libro pasado, un antagonista penoso. No es que esté mal construido, porque sus motivos son muy claros (existe mucha gente como él en el mundo real, decidida a hacer que los que considera inferiores lo pasen mal) y es entendible su forma de ser, pero no pasa ser ser un reflector para que veamos lo buena persona que es Sonea. Regin es literalmente El Aluminio (¡hay un tipo de personaje que se llama así y yo no lo sabía! Lo aprendí en un video ensayo sobre Mr. Peanutbutter de Bojack Horseman), cosa que se explica acá (El Aluminio es ese personaje que existe para resaltar las características de otro, ya sea positivas o negativas; por ejemplo, Draco Malfoy es un personaje de ese tipo hasta antes del sexto libro de Harry Potter). Regin y Sonea comparten algunas características (son magos fuertes, son inteligentes, estudiosos y dedicados) y contrastan en muchas otras (Sonea viene de las barriadas, es losde y no encaja entre los magos; Regin es todo lo contrario). La presencia y actitud de Regin nos recuerda que Sonea es buena persona, que no es cruel y que desencaja en el Gremio. Como si fuera un aluminio puesto detrás de una piedra preciosa para hacer destacar un poco más sus características (y he de ahí el nombre del tipo personaje). ¿Entonces, de dónde viene mi queja?



A ver, Regin me parece un villano patético. De todo el juego que podría dar, es un personaje mayormente plano (y a ver, esto per se no es malo, que un personaje sea plano significa que no evoluciona o cambia) con motivaciones demasiado simples. Me hubiera gustado que, o fuera alguien que evolucionara (para mal habría sido muy interesante, ¿hasta dónde sería capaz de llegar para demostrarle a Sonea que no pertenece?) o que sus motivos hubieran sido más complicados y contradictorios como los seres humanos (por ejemplo, que hubiera sido más explicito el conflicto que le causa que Sonea sea buena en la magia al mismo tiempo que está convencido de que es inferior, porque así funciona el mundo). El primer libro mostraba mucho esta clase de cosas, aunque sutiles, estos conflictos interiores. Aquí es todo más blanco o negro y no hay matiz alguno (aunque bueno, yo voto porque las barriadas armen su ejército revolucionario, dinamiten el gremio y pongan a los magos verdaderamente al servicio del pueblo y no del rey) y, por eso, Regin no pasa de un villano patético y de relleno. Es relleno porque el verdadero villano (o no, quien sabe, todo es muy misterioso) es otro. La trama principal de la trilogía brilla mucho más, aunque este libro sólo se dedique al desarrollo, sin cerrar ni un sólo hilo argumentativo (por eso digo que hubiera sido mejor que toda la historia fuera un libro autoconclusivo, porque la estructura narrativa da para eso).

Yo a Regin

Bueno. Hablando de la trama principal, ahora quiero tratar cosas que mejoraron con respecto al primer libro. Dannyl tiene mucho más espacio de brillar (y Rothen queda opacado, una lástima). A través de sus ojos conocemos el resto del mundo que ha creado Trudi Canavan (que la verdad es que no invirtió demasiado en matices con las descripciones de sus reinos, pero bueno, no diré nada de eso todavía, quiero esperar a la conclusión). El personaje que acompaña a Dannyl, Tayend of Tremmelin es tremendo personaje, me encanta el desarrollo que tiene (aunque la verdad es que Trudi Canavan no sabe escribir slowburns amorosos, uno se huele desde el principio lo que está pasando, pero no hay tensión alguna y los diálogos en esas cuestiones siempre salen forzados, no sé que le impide ser más natural). Debo confesar además que me sorprendió encontrar alguna clase de representación LGBT en este libro porque no es algo común en la fantasía y me parece que Canavan tuvo mucho cuidado con como la introducía. El libro se publicó originalmente en el 2002 y en ese entonces que yo recuerde, la fantasía siempre se promovía como algo de chicos (muy muy fuertemente), todavía estábamos oyendo de cómo los libros de fantasía eran satánicos (especialmente, este tipo de libros, que hablaban de magia negra y esas cosas) y los libros con contenido LGBT nunca eran para jóvenes. La trama que toca esos temas es interesantes y creo que da para el debate y, sobre todo, nos muestra un panorama diferente en la literatura fantástica al que conocemos ahora (donde existen libros como The Priory of the Orange Tree, por ejemplo). 

Por otro lado, Dannyl es el personaje por medio del cual exploramos cosas que tienen que ver con la magia y el pasado del Gran Lord Akkarin, lo cual vuelve su trama de lo más interesante. Agrega cosas al mundo que ya conocemos y pues, todo bien por ese lado. Akkarin es un misterio y un personaje muy críptico, necesito saber mucho más de él. Y cuando digo mucho es mucho. Justo si el tercer libro me da mucho material me encantará. Pero necesito información, estoy así:

  
Bueno, ese es el libro, un extraño desastre narrativo lleno de relleno, que arrastra sus tramas como puede. Voy a acabar la saga porque pues ya sólo me falta un libro y no pierdo nada. Pero que quede claro que yo dinamitaba Kyralia porque es un sociedad con todo lo malo que tiene una sociedad de clases (o sea, Canavan la armó muy bien) y eso es justamente lo que me gusta. En el fondo se puede adivinar alguna crítica, aunque por como la esritora maneja el tema, no espero un cambio muy significativo para el final de la saga, a ver con qué me sorprende. Esta vez no se si recomendarles el libro porque admito que hay cosas que tienen potencial, pero les juro que se me hizo super cuesta arriba leerlo todo y sufrí un poco porque sentía que la trama de Sonea no servía para prácticamente nada (no me equivoqué, aunque fue un alivio ver que le ayudaba aunque fuera a desarrollarse un poco como personaje) y porque todo el mundo iba dando tumbos por ahí con la excepción Dannyl. Por cierto, hay un misterio de asesinatos, pero ni lo menciono porque no tiene prácticamente ninguna relevancia en el libro (considerando el tiempo y las páginas que les dan), supongo y espero que serán para la secuela.

Nos vemos en la próxima reseña. 

viernes, 5 de julio de 2019

Cómo planeo para el #CampNaNoWriMo

¡Hola a todos! Hoy no es día de hablar de libros sino hablar de escribir porque estamos en el mes del Camp NaNoWriMo (ya saben que se hace uno en abril y otro en julio y si no saben pues lo acaban de averiguar). El Camp funciona como entrenamiento para el NaNoWriMo en noviembre, ya saben, cuando uno va por todo o nada (50K palabras o 50K palabras). Ya una vez escribí una serie de consejos donde sobre todo les recomendaba aprovechar la flexibilidad del Camp a la hora de fijarse una meta, que les recomiendo que chequen si lo están haciendo ahora mismo y planean hacerlo dentro de poco. Hoy vamos a hablar un poco de planeación. Hasta yo, conocida por hacer outlines de tres líneas, planeo cosas. Bueno, les voy a contar un poco de que hago con unos cuantos consejos.


A ver, los NaNoWriMos son retos de cantidad y no de calidad. Esa es la primera cosa que quiero dejar en claro, porque sé que muchas personas se sienten mal cuando sienten que sus borradores no están quedando tan pulidos como querían, que la planeación se salió un poquito de control o que de repente están trabados porque lo planeado ya no les gustó y necesita ajustes. Para empezar, ningún primer borrador es excelente. Todo necesita que lo veamos con ojos descansados (por eso dejar las cosas a reposar unos días después de terminarlas es buena idea) y corrijamos. Nadie se salva de ese trabajo del mal. Después de corregir una vez, hay que corregir otra y otra y otra. No hasta el infinito porque si o nunca tendremos algo terminado, pero se entiende. Así que el chiste es sacar adelante la historia. Como sea, pero que la estructura o el esqueleto salga como nosotros queremos para corregir sobre eso. Por eso planeo algunas cosas. Ahora sí, me voy a ir por partes para decirles lo que hago y soltarles consejos o recursos.

Hojas de personajes


Soy una persona que suele escribir historias character-driven, por lo que para mí lo más importante es tener claro quienes son los protagonistas. Siempre me ha gustado hacer fichas porque soy una master de hacer fichas para partidas de rol por foro enormes, con backstory enorme y muchos detalles para luego desarrollar todo on-rol. Sin embargo, para las novelas, me voy más a lo simple y básico que a las fichas muy largas. ¿Por qué? Porque en el rol tu ficha la va a leer otra persona y es importante que tenga todos los elementos del pasado de tu personaje que tu consideres importantes para su historia y porque es una carta de presentación. El rol narrativo, ese que se juega por foro, es otro tipo de storytelling colectivo donde cada quien va aportando poco a poco y no es lo mismo que escribir una novela solitariamente. Así que no necesitas tanta cosa, menos para proyectos como el NaNoWriMo. Así que acá va el primer consejo: si haces fichas de personaje (y no es mala idea hacerlas si eres character-driven), que estas sean lo más concisas posibles.

Además, sé consiso en qué personajes obtienen una ficha. Yo sólo la hago para protagonistas, personajes con un papel muy amplio o significativo en la trama y antagonistas. El resto a pastar, que no hay tiempo que gastar en personajes que aparecen una línea y no son tan significativos como otros. 


Por otro lado, sé que hay quien hace modelos de fichas y es bueno tenerlas en cuenta. Pero no te quedes con un modelo estático. Yo usualmente diseño las mías propias, porque tienen tan pocos campos que me suele quedar grande todo. Además, lo hago porque con cada proyecto soy flexible. Por ejemplo, con un proyecto no me sirve describir con detalle la apariencia de alguien en la ficha y en otro proyecto sí. En un proyecto necesito saber edades o a qué se dedican y en otro no... O sea: pon lo que sea relevante para la historia. Por poner dos ejemplos:

1) Proyecto A: Tengo un setting post-apocalíptico, necesito saber cómo sobreviven o se ganan la vida mis personajes. Así que además del nombre y la edad, agrego ocupación a la ficha y ahí pongo como se dedican a sobrevivir. No necesito nada más, pero dejo un campo vacío sobre cosas relevantes para ir escribiendo cosas que no debo olvidar conforme vaya avanzando en la novela.

2) Proyecto B: Es de Fantasía Urbana en la Ciudad de México e incluye dioses de la mitología mexica. Todos ellos pueden presentarse ante el resto con una apariencia humana, pero quiero que tengan elementos de sus representaciones como dioses, entonces además de poner quiénes son, cómo se hacen llamar para aparentar ser mortales, describí su aspecto, especialmente los detalles que tienen que ver con su identidad divida y esas cosas.
Ejemplo del proyecto B

No se crean que mis fichas son muy largas, no pasan de una hoja en una libreta no muy grande. Como dije, ser conciso es lo mejor porque además te ayuda a descubrir muy fácilmente los motivos de tu personaje o te obliga a poner en pocas palabras cuál es su núcleo. Además de eso, suelo poner como dato curioso cuál es su moral alignment si es que tienen alguno o, en otros cosas, en que casa (o casas) estarían si yo estuviera escribiendo un Hogwarts AU (universo alternativo), lo cual me funciona porque debido a que escribo fanfics de Harry Potter, conozco diversos arquetipos de diversas casas y puedo aplicarlos fácilmente. O sea, lo de hacer fichas de personaje, mientras más flexible y conciso, mejor para mí.

El truco es experimentar y descubrir qué te funciona (pero recuerda, lo de hacer cosas simples es un buen consejo).

Outlines (o escaletas)


Soy la reina de hacer outlines de tres líneas o muy breves y lo recomiendo ampliamente para proyectos como estos. ¿Por qué? Primero, son proyectos de escritura a la que yo le digo de fondo. No son imporsibles, son proyectos que pueden ayudarte a hacer de la escritura un hábito (que es escribir diario hasta lograrlo), pero también son proyectos donde la frustración puede atacarte desde todos los ángulos. Primero, porque sientes que lo que estás escribiendo no es suficientemente bueno (recuerda, es un primer borrador, tendrás oportunidad de pulirlo, no debe ser perfecto a la primera); puede atacarte el síndrome del impostor (¡dale con una silla hasta que se vaya...! Vale, no, ojalá fuera tan fácil de correr); puede frustrarte tener una planeación detallada porque estás trabado o trabada en alguna parte que no sabes como cambiar sin deshacer todo o porque ya te fuiste por otro lado. La mejor forma de evitar eso es hacer un outline flexible. 


¿Cómo lo hago yo? Marco un punto de partida, en general, es muy bueno empezar a narrar la historia allí donde todo empieza a cambiar. O sea, nuestros personajes tenían vidas aparentemente normales (en su setting, claro, la definición de normal es extremadamente flexible) hasta que... *inserte aquí cosas que pasan*. De ahí, la cosa queda muy libre, pero siempre, siempre, siempre marco cuál será el final o descenlace para tener siempre claro a dónde debo llegar. Eso evita desvíos o rodeos enormes. Además, marco un par de puntos clave que sé que necesito poner en alguna parte y lo demás lo dejo libre. Por supuesto, cada quien es libre de marcar todas las cosas que crea importantes, pero la flexibilidad ayuda a que un outline sea adaptable al cambio y a que la escritura no se vuelva frustrante porque no hay suficiente espacio para experimentar en el momento.


Hay que ser cuidadosos a la hora de escribir para no acabar con desmadres, pero la verdad es que en mi experiencia es lo que más me da resultado. Por supuesto, esta no es una receta para todo el mundo, cada quien tiene que experimentar con cómo funciona mejor (es más, hay personas que no hacen el NaNo o proyectos parecidos porque no trabajan bajo presión y eso está bien, a cada quien según sus necesidades y de cada quien según sus capacidades). Esos son todos mis consejos por hoy, ¡sigan escribiendo! (Y a ser posible, ahuyenten al síndrome del impostor a patadas o como mejor les funcione, no compren la idea de que los escritores son unos cuantos talentos impresionantes: si escriben, son escritores).