Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 14 de mayo de 2019

Fullmetal Alchemist, Hiromu Arakawa | Reseña


Sinopsis: Alchemy: the mystical power to alter the natural world; something between magic, art and science. When two brothers, Edward and Alphonse Elric, dabbled in this power to grant their dearest wish, one of them lost an arm and a leg...and the other became nothing but a soul locked into a body of living steel. Now Edward is an agent of the government, a slave of the military-alchemical complex, using his unique powers to obey orders...even to kill. Except his powers aren't unique. The world has been ravaged by the abuse of alchemy. And in pursuit of the ultimate alchemical treasure, the Philosopher's Stone, their enemies are even more ruthless than they are.

Voy a declarar esta entrada como la entrada de fangirleo por Fullmetal Alchemist. Fin. Bueno, a ver, hace tiempo vi el anime original y luego me dijeron que viera Brotherhood porque estaba muy chido y, bueno, dejémoslo en que soy una tortuga viendo cosas y mejor dije que iba a empezar el manga. Y después no podía parar de leer. Así que voy a hacer una lista de las cosas por las cuales recomiendo este manga, como hice con Tsubasa Reservoir Chronicles.

1. La trama está muy bien planeada, todo encaja completamente. Adoro eso. Porque son veintisiete tomos y, desde el principio se puede ver que hay un plan, un lugar al cual llegar. No tengo ni idea de cómo Hiromu Arakawa planee sus historias, si hay una mapa o simplemente un esquema general (que es lo que hago yo) de los puntos importantes de la trama. El asunto es que Fullmetal Alchemist es una historia con una premisa simple y un propósito, sin relleno, todo lo que sale en sus páginas tiene algún propósito o contribuye de alguna manera a la historia (aunque no quede claro hasta diez tomos después). Ese tipo de historias me gustan, tienen un pay-off. Vale la pena todo lo que te mantienen en vilo al leer.

2. El desarrollo de los personajes. Creo que todos los personajes del manga son personajes muy cuidados al momento de su creación, con sus fortalezas, sus defectos, sus pasados, los motivos que tienen para hacer lo que hacen o ser cómo son. Incluso entre los antagonistas, puedes entender por qué ellos quieren hacer lo que están haciendo. Una de mis cosas favoritas de la historia es que todo lo que le ocurre a los personajes tiene un efecto en ellos, para bien o para mal. Después de cada arco, es posible notar un cambio, aunque sea sutil. Así que al leer todo lo que les ocurre en veintisiete tomos, al final de estos, uno puede ver su evolución completa.



3. La narrativa de Ishval (y el hecho de que te confronta con qué personajes que llevas siguiendo en casi toda la historia son criminales de guerra). Algo que siempre he notado mucho en varios autores japoneses de manga, especialmente entre aquellos que escriben shonen, es que hay varios que, en sus historias, manejan muchos pararlelismos a la Segunda Guerra Mundial. Lo he visto en Shingeki no Kyojin aka Attack on Titan de Hajime Isayama, por ejemplo. Fullmetal Alchemist también sigue un poco ese camino al hablar de la guerra de Ishval y, específicamente, del genocidio de Ishval. Creo que ese es uno de los mejores ejemplos de cómo los poderosos usan las guerras (en las que ni siquiera se paran cerca del campo de batalla) para sus intereses y cómo el ejército (que supuestamente dice la propaganda que *protege a le gente*) en realidad es un organismo represor. Y justamente por todo el backstory de Ishval es que entre mis personajes favoritos está Roy Mustang y Riza Hawkeye (y ni qué decir de Maes Hughes), justamente por la manera en la que lidian con lo que hicieron y por cómo saben que sí, a la hora de la verdad, son criminales de guerra.


4. LAS MUJERES DE ESTE MANGA. A ver, me gusta que las mujeres escriban shonen porque es uno de los géneros favoritos y la representación femenina..., bueno, nunca ha sido de las mejores. Por ejemplo, muchas veces he visto a muchos personajes femeninos leyendo manga y es obvio que fueron diseñadas por un hombre (medio misógino, además). Véase todas las mujeres de Death Note con la excepción de esa que mataron porque era demasiado lista (Naomi Misora). Incluso Hajime Isayama, de Shingeki no Kyojin, que creo que tiene mujeres impresionantes (Sasha, Historia, Yimir, Mikasa y un lardo muy largo etcétera) a veces tiene unas decisiones medio raras y cuestionables (no les digo qué porque es spoiler del tomo 29 y no estamos en la entrada de ese manga). Pero todas las mujeres de Fullmetal Alchemist son personajes increíbles, diferentes, con diferentes motivaciones y con un desarrollo lejos de la mirada masculina que es misógina. Riza Hawkeye, Winry, Olivier Mira Armstrong, Lust, Mai Chang, Lan Fan..., todas son diferentes, fuertes de distintas maneras, con motivos diferentes. Ah, por cierto, también adoro a Pinako.


5. Una de las cosas que más adoro de crear historias es hacer notorio que, en una historia, las decisiones de los personajes, tienen consecuencias. Aquí es obvio. Además, el desarrollo de la trama va de la mano con el de los personajes y en general la estructura de Fullmetal Alchemist es de buen storytelling.

6. Sólo léanlo, fin. Es una historia fantástica de aventura super chida.

Y, como nota al margen, les voy a contar que Hiromu Arakawa es otro ejemplo de muchas muchas mujeres que publican con nombres masculinos porque publican cosas de géneros que son considerados *para hombres* (which, in my opinion, is bullshit). Y al menos conozco a un par de personas que se sorprendieron cuando descubrieron que era mujer (su nombre de pila es Hiromi). Bueno, se los recomiendo muchísimo (lo pueden encontrar completo en inglés en Manga Rock).


domingo, 12 de mayo de 2019

Chicas Muertas, Selva Almada | Reseña

Sinopsis: Un relato que combina percepciones y recuerdos personales con la investigación de tres feminicidios que revela, de modo sutil, la ferocidad del machismo y el desamparo de las mujeres pobres. Tres asesinatos entre los cientos que no alcanzan para titulares de periódicos ni convocan a las cámaras de los canales de Buenos Aires. Tres casos que llegan desordenados: los anuncia la radio, los conmemora un diario de un pueblo, alguien los recuerda en una conversación. Tres crímenes ocurridos en el interior del país, mientras Argentina festejaba el regreso de la democracia. Tres muertes sin culpables. Convertidos en obsesión con el paso de los años, estos casos dan lugar a una investigación atípica e infructuosa.

No puedo decir que me muriera por reseñar este libro.

No me gusta hablar de feminicidios, mucho menos viviendo en un país donde es algo que ocurre en promedio, nueve veces por día. De todos modos, quería hablar un poco de él. Se lo dejé a la suerte (las encuestas de tuiter) y después de un par, votaron porque lo reseñara, así que aquí estoy. Voy a hablar de Chicas Muertas. Y de Selva Almada. Y de los feminicidios, porque son el tema central del libro y es un tema que atraviesa a las mujeres, especialmente a las mujeres de clase trabajadora, que son la clase de mujeres que encontraron en los campos algodoneros de Juárez en los noventas, las que aparecen en el río de los remedios en el Estado de México, las que aparecen en campos baldíos, abandonadas. El feminicidio nos atraviesa.


Chicas Muertas es un híbrido entre novela, crónica, ensayo, crónica novelizada o algo así. Es una manera de acercarse a los feminicidios y hablar de ellos. Hay muchas veces que, como ya he dicho en muchas reseñas, la ficción nos permite imaginarnos mundos mejores, otras veces nos permite imaginarnos mundos mucho peores que queremos mejorar porque nunca paramos de soñar con mundos mejores. Pero también muchas veces y con muchos libros publicados en este tiempo dentro de latinoamérica: muestran partes de nuestra realidad. Es algo que abordé en el ensayo que escribí para Infiltradas, sobre cómo las mujeres en latinoamérica muchas veces abordan la realidad que viven las mujeres en el continente desde distintas maneras de narrar y contar historias, incluso desde distintos géneros. Sí, por si no lo sabían, me publicaron en un libro. Si quieren saber más pueden hablarme al tuiter o conseguir el libro en este link de la editorial Palabaristas. Ahora sí, Chicas Muertas.
Yo tenía trece años y esa mañana, la noticia de la chica muerta, me llegó como una revelación. Mi casa, la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro en el mundo. Adentro de tu casa podían matarte. El horror podía vivir bajo el mismo techo que vos.
 

Chicas Muertas recupera tres casos de feminicidio, aislados entre ellos (aunque en realidad el feminicidio es simplemente una forma que tiene de manifestarse este sistema en el que vivimos, no es algo aislado como tal) y Selva Almada toma como misión juntar los huesos de las chicas, armarlas, contar su historia y dejarlas correr hacia donde tengan que ir. A veces, detrás de las horribles estadísticas se nos olvida que hay seres humanos. Es algo común. Las estadísticas son sólo números y, para algunos, ver el horror en números es mejor que pensar en las personas que mueren. Para mí es igualmente horrible, porque la estadística, los números y todo lo que tiene que ver con matemáticas son otro lenguaje que construimos para poder explicar lo que sucede a nuestro alrededor. No puedo olvidar que en la estadística de México (9 mujeres muertas cada día en las que el caso es tipificado como feminicidio) hay personas, hay vidas y hay historias. Y en las estadísticas de Argentina y de toda América Latina pasa lo mismo.


Además de contar la historia de tres feminicidios, entre las páginas del libro de Selva Almada, se esconden otro montón de cosas que afectan y atraviesan a las mujeres. Especialmente, a las trabajadoras. Las mujeres que dependen de sus maridos porque viven en un sistema que las condenó a lo doméstico, sin posibilidades de emanciparse. Maridos que las violentan. Historias de violencia sexual, de mujeres que tienen miedo, que temen por sus hijas, que buscan a sus hijas desaparecidas sin descanso. Hay un fragmento en el libro en el que la narradora cuenta cómo le impactó una vez la noticia de que una mujer de su barrio, la esposa del carnicero López, lo hubiera denunciado por violación.
¿Cómo podía ser que el marido la violara? Los violadores siempre eran hombres desconocidos que agarraban a una mujer y se la llevaban a algún descampado o que entraban a su casa forzando una puerta. [...] Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, un vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.
No les puedo decir que sea una lectura agradable. Es una lectura corta, pero aún así desgarradora porque siempre es desgarrador leer sobre el tema. Es un libro que, además, explora el duelo de las familias, de los amigos y de todos los cercanos, lo que lo hace aún más difícil, complicado y pesado. Habla de las mujeres muertas, poniéndolas al centro, pero también de los que se quedan atrás. De las madres, las hermanas, los hermanos, los padres, los novios, de sus duelos y cómo viven, a veces, el no saber si las desaparecidas están vivas o muertas, como viven el no saber dónde están sus restos, si es que hay restos. Los feminicidios muchas veces son una historia sin terminar. En las novelas policiacas, que los usan a diestra y siniestra para que, durante el curso de la novela un o una detective busquen a un asesino, siempre hay una recompensa, siempre lo atrapan, siempre quedas con la sensación de que se hizo justicia. Eso no ocurre en la realidad. La realidad es que en México y también en Argentina, la mayoría de los feminicidios quedan impunes. Y eso es algo que se ve en el libro, que se siente, algo que continuamente transmite la prosa de Almada.


Finalmente, para concluir: ¿recomiendo este libro? Claro que sí. Me parece que es un libro desgarrador, pero con mucha fuerza. Almada es buena escritora y, además, es increíblemente sensible al momento de contar las historias de las tres chicas muertas. Así que sí, claro, lo recomiendo.

viernes, 10 de mayo de 2019

La maternidad en los libros

Primero quiero decirles que en México el día de la madre fue creado con un propósito muy claro: acallar al movimiento de mujeres. Y punto pelota. No soy muy fanática de su existencia, pero sí soy fanática de usarlo en mi favor. Eran principios de siglo cuando Excélsior sacó un concurso que algo tenía que ver con el día de las madres y su creación y premiaba a las madres más devotas, más sacrificadas, a las que se anulaban en favor de sus hijos porque era precisamente eso (todavía lo es) lo que se valoraba en una mujer para que fuera llamada "buena madre". Terrible, ¿no? Ya lo sé. Todavía hoy nos peleamos con esa retórica de que una madre "hace lo que sea" por sus hijos, insinuando que si una mujer no se sacrifica por sus hijos, no es buena madre; con la retórica de que una mujer no está completa si no es madre... Y con un montón de ideas de mierda.


Por cierto, a mi mamá le caga este día. Información que no necesitan sobre mi mamá, pero que igual les voy a contar porque quiero decirles que, a pesar de que nunca nos gustan las mismas cosas, mis gustos literarios están muy influidos por mi mamá. Y cuando digo que nunca nos gustan las mismas cosas quiero decir nunca. Punto. Mi mamá detesta la ciencia ficción y la fantasía (géneros que yo adoro) y adora la literatura de crimen y a romántica (que definitivamente no son mis géneros). No coincidimos en muchas cosas (salvo en nuestro odio a Corazón. Diario de un niño y Mujercitas y... no se me ocurre otro libro del mismo corte, pero casi todos los didácticos clásicos), pero aún así se nota lo mucho que ha influido en mis gustos. 

En fin, hoy vengo a contarles de las mamás y de cómo se ve representada la maternidad en muchos libros para recomendárselos porque todos los días son buenos días para recomendar libros.

1. Las madres de Harry Potter



Quiero mucho a Lily Evans, a Molly Weasley y a Narcissa Malfoy. Para mí son tres figuras centrales en algún punto de la vida de Harry (aunque en el caso de Narcissa, sea al final y por su supervivencia) que son muy diferentes y demuestran distintas maneras de vivir respecto a sus hijos (aunque a veces sólo tengamos atisbos de ellas), son personajes que tienen personalidad más allá de su rol como madres (algo muy importante, porque es muy importante dejar en claro que las mujeres son más que sus hijos) y que yo podría analizar por horas. Bueno, igualmente les dejo una entrada que hice con respecto a releer la saga para que si han vivido debajo de una piedra y no la conocen se animen a conocerla por fin.

2. Casas Vacías y la maternidad



Aquí hay diversidad de géneros y temáticas y autoras. Casas Vacías de Brenda Navarro es un libro que leí en 2018 y me pareció un libro impresionante. Habla de muchas cosas (de la violencia, de los desaparecidos, de la precaridad, de la tristeza...) pero uno de los temas centrales que toca es precisamente la maternidad y las diferentes maneras en la que la viven las mujeres. Habla mucho de lo que la sociedad no ve en las madres por pasar tanto tiempo alabando su devoción, sacrificio y abnegación, habla de lo que significa ser la madre de un desaparecido y del temor a ser tachada como mala madre. Léanlo, acá les dejo la reseña.

3. Eriko en Kitchen



Kitchen, de Banana Yoshimoto, es un libro que habla de lidiar con la pérdida. Mi personaje favorito en ese libro es Eriko, la madre de Yuichi, el chico que llama a la puerta de Mikage, una chica que perdió a su madre y está viviendo el duelo y la invita a su casa. Para mí, Eriko es el personaje central de la novela, es la figura maternal y es mi parte favorita de Kitchen. Creo que Banana Yoshimoto fue muy inteligente al escribir esta novela, que fue muy inteligente al lograr transmitir todo lo que transmite cuando habla del duelo y que creó al personaje de Eriko con mucho amor

4. Las mujeres como vasijas: El cuento de la criada



Hace mucho tiempo leí El cuento de la criada de Margaret Atwood y fue un libro que me impresionó. En alguna entrevista, ella hablaba de que todo lo que ocurría en Gilead tenía una base real, que todo era algo que había ocurrido en algún momento. Este libro me parece muy oportuno en este momento porque es un libro donde existen mujeres, las criadas, que no son vistas como nada más que vasijas o vientres para dar a luz niños para otros. Quizá no parezca, pero el debate de la gestación subrogada hoy en día está muy ligado a la maternidad y a cómo vemos al embarazo y a las mujeres (porque la gestación subrogada es explotación y no algo que debería reivindicarse; más bien, habría que poner el ojo en los procesos de adopción y todos sus problemas). Así que, por eso, este libro se ha ganado su lugar en esta lista. Tengo una reseña muy muy vieja sobre él (muy vieja), pero pueden leerla.

5. Las generaciones de mujeres chinas



Estas son dos recomendaciones en uno. La primera es La hija del curandero, de Amy Tan, una novela sobre el choque entre dos generaciones de mujeres chinas (una de ellas nacida en Estados Unidos) y sus respectivas historias. La relación madre/hija de las dos personajas principales es preciosa, complicada y está retratada de una manera hermosa, llena de matices. Además, no es la única relación madre/hija que aparece en todo el libro, este está plagado de ellas (mi personaje favorito siempre fue la hermana Yu, que pasó de vivir con misioneros cristianos a ser comunista de hueso colorado y lo fue hasta la muerte; Tita Querida tiene un lugar en mi corazón). La otra es La esposa del Dios del Fuego que también es sobre dos generaciones de mujeres en chinas y también es de Amy Tan. Del mismo modo que el otro libro que mencioné, en esta historia la relación entre madre e hija está llena de matices precioso. Les dejo la reseña de este libro (porque la de La hija del curandero no la escribí).