viernes, 12 de abril de 2019
Hablando de comics malos: Marvel Edition
miércoles, 10 de abril de 2019
Cuando te golpeo, Meena Kandasamy | Reseña
Me voy a alejar dos segundos de mis últimas reseñas de comics para hablar de Cuando te golpeo. No realmente porque quiera alejarme de hablar de cómics (planeo seguir haciéndolo hasta que logre ponerme al corriente con las reseñas que tengo pendientes de ese mundillo), sino porque esta reseña lleva como dos semanas en los borradores y, eventualmente, yo me canso de ver entradas en los borradores que no avanzan ni para delante ni para atrás. Y Cuando te golpeo realmente me gustó mucho. Me pareció un libro inteligente, muy bien escrito, maravilloso, increíble. Tengo una y mil cosas qué decirles de él para recomendárselos. La autora es una autora originaria del sur de la India (de Tamil Nadu, residente en Chennai), muy joven y que ha escrito algunas otras cosas que no conozco (hasta allí mi reporte de ella, bravo por mí).
Cuando te golpeo es una novela bastante corta donde la protagonista, que narra en primera persona, busca reapropiarse de su historia de violencia doméstica. El libro empieza con la protagonista contando cómo su madre hizo suya la historia y la volvió la historia de sus pies y su cabello, para contárselo a todo aquel que quisiera escucharla (o sea, las seis personas que todavía le hablaban a pesar de tener una hija separada en casa, puesto que la protagonista da a entender que es de un lugar bastante conservador en el sur de India). Por eso, explica, va a reapropiarse de la historia. Es suya. Es su vida. Y empieza a contar.
Ella era comunista y él también y se enamoraron. O eso parecía. Durante todo el libro, el marido me recordó a muchos hombres que he conocido o que visto a lo lejos. Esos *comunistas* que evidentemente leyeron a Marx y a Engels y a Lenin, quizá, y chance saben quien es Kollontai, pero no le pusieron demasiada atención, de esos que sueñan y deliran con la revolución, pero en vez de capacidad de análisis, lo que tienen es capacidad sólo para repetir lo que ya muchos dijeron antes que ellos y que además presumen de ser comunistas (si en algún momento de la vida usted siente la necesidad de presumir eso como si lo hiciera mejor persona, por favor, revísese y recuerde que Mao dijo que hay que ser insaciable en el aprendizaje e incansable en la enseñanza). Además de todo, abusa psicológica y físicamente de su esposa.
Como sé de comunismo, había partes en las que lo que el marido decía me mataban de risa y me daban ganas de darle con un ladrillo en la cabeza, las dos cosas a la vez. Me daban risa (una risa como histérica y desesperada) porque sé que son cosas que la gente en el mundo real dice y por qué pensaba: "¡carajo, por esta clase de gente uno cree que los comunistas tienen prohibido usar iPhone!". (No, en serio, ese era el nivel, tiene por ahí un discurso sobre el uso de Facebook que tenía un análisis bastante de mierda que si me lo hubiera dicho alguien se lo hubiera rebatido hasta la saciedad...; discurso que sólo tenía como propósito lograr que su esposa cerrara su Facebook para tenerla aislada de sus relaciones interpersonales). Y me daban rabia porque es algo para enfurecerse, de verdad. En una parte, cuando critica la poesía de su esposa, le dice que está todo mal porque en su poesía, ella siempre lo hace ver como si él tuviera la culpa de todo, nunca responsabilizándose ella misma ("si, mira, ahorita mismo va a culparse ella de que tú la golpeaste") y ella le dice que él hace lo mismo. Y sí. La golpea y luego finge (o no, quien sabe), sentirse mal. Nunca cambia, nunca busca un cambio. Sólo finge sentirse mal y se autoflagela para quedar en paz y listo para volver a ser una persona de mierda.
Hay una parte que se me quedó muy grabada donde escribe un poema que va más o menos así: "When I hit you, / comrade Lenin weeps". ("Cuando te golpeo, / el camarada Lenin llora"). Estoy parafraseando un poco, no sé si son las palabras exactas, pero el mensaje es ese: cuando la golpea, Lenin llora. Al menos la escencia. Y sí, mira, cómo no va a llorar Lenin de ver cómo estás usando su nombre para sentirte mal por golpear a tu esposa (y luego golpearla otra vez) porque eres incapaz de hacerte responsable de tus acciones. Bueno, creo que con eso cubro la esencia del marido. Lo encontré bastante realista porque, en serio, me recuerda a gente que he visto.
Por otro lado, me identifico mucho con la escritora. La curiosidad que la llevó hasta Marx, Engels, Lenin y Mao, es algo que conozco, la manera en la que habla del amor, de escribir y de las palabras, es algo que entiendo. La protagonista me gusta porque habla un idioma que entiendo en todos los sentidos. En India se hablan muchos idiomas. Tamil en la zona de Tamil Nandu (y en otros estados del sur), Mayalam en Kerala, Kannada en Karnataka, Hindi en el norte, Urdu en Kashmir y Telugu al este, Inglés en casi todos lados (a veces, a veces no). La protagonista analiza las palabras, las formas de decir las cosas en uno y en otro. Habla Tamil y Mayalam, porque estudió en Kerala. Vive en Karnataka y hay una parte en la que dice que hablando en kannada, no es más que un ama de casa: sólo sabe preguntar por el precio de las cosas, hablar del quehacer. Es algo bastante significativo, especialmente porque su marido se opone (bajita la mano) a que aprenda kannada realmente. Entonces todo este análisis que hace del lenguaje me pareció un recurso bastante inteligente en la narración. Especialmente cuando escribe cartas a un *amante*, rebelándose contra su marido porque odia que use la palabra *amante* y luego las borra tan pronto las escribe.
La verdad, una novela que vale mucho la pena por que la autora sabe exactamente cómo y por qué quiere contar la historia que va a contar. Además de que para mí era bastante interesante pensar en cómo le rebatiría al marido su bullshit cero comunista y sí muy reaccionaria. Yo la leí en inglés porque así fue publicada originalmente, pero creo que vale la pena leerla en cualquier idioma en el que se publique, es una historia muy poderosa que me gustó muchísimo. Se las recomiendo.
lunes, 8 de abril de 2019
Spider-Gwen, Jason Latour & Robbie Rodriguez | Reseña
Sinopsis (más o menos general): In one universe, it wasn't Peter Parker who was bitten by the radioactive spider, but Gwen Stacy! She's smart, charming and can lift a car ... just don't tell her father, the police chief. Now, in the wake of Spider-Verse, Gwen swings into her own solo adventures! And she soon finds herself between a rock and a hard place when the Vulture attacks, and NYPD Lieutenant Frank Castle sets his sights on bringing her down. Then, still haunted by Peter's death, Gwen visits his only family: Ben and May Parker.
Spider-Gwen, escrito por Jason Latour e ilustrado por Robbie Rodriguez es uno de mis cómics favoritos y también es una de mis fuentes de frustración más amplias. Lo es todo a la vez. Este arco abarca lo que ocurre después de la muerte de Peter Parker (que en este universo se convierte en el Lagarto) y acaba con el arco de Venom. Una de las reseñas que leí sobre el último volumen es que era un final muy emo para una historia... emo en general. Y sí. Creo que por eso me gusta tanto. Lo veo en la ilustración, un estilo oscuro con detalles muy fosforescentes, en la forma de narrar, en el fatalismo con el que Gwen Stacy narra su historia. Por eso me frustan tanto algunas de las cosas que hicieron con su historia y me gustan tanto otras.
Pero vamos por partes.
¿Quién es Gwen Stacy? Supongo que la conocen por haber muerto. Si han visto las películas, la recuerdan como Emma Stone (y por haber muerto) y si han leído los cómics de Spiderman, supongo que la recuerdan como esa chica que fue su novia... y murió. Quiero creer que hay más desarrollo a su personaje en alguna parte, pero todo lo que te encuentras de entrada es que es la novia que se murió y esa muerte se convirtió en un turning point para Peter Parker en la vida. Es una especie de cliché de chica que desarrolla la personalidad de chico. Algo así como una versión rara y extraña de la forma en que usan a las Maniac Pixie Dream Girls.
Ahora me he encontrado que Spider-Gwen tiene la atención en los reflectores, sobre todo por su papel en Spiderman: Into the Spiderverse (la mejor película de superhéroes que he visto, hands down) y eso me encanta. Bueno, vengo a decirles que si les interesa el personaje, deberían darle alguna oportunidad a sus cómics. Jason Latour tiene bastantes buenas ideas (unas mejores que otras) para sacar a Gwen Stacy del imaginario de *la novia que se murió* y volverlo un personaje con agencia propia. En su universo, la Gwen Stacy con superpoderes no puede dejar ir la muerte de Peter Parker porque el mundo no se lo permite. Es perseguida porque es creída la responsable de la muerte y J. J. Jameson está deseoso de atrapar a la spiderwoman con las manos en la masa. Por si fuera poco, su padre está al mando de las investigaciones de la muerte sin tiener ni idea la manera en la que estuvo involucrada su hija y, sólo para aderezar, el Frank Castle de este universo también quiere atraparla y Matt Murdock es un kingpin dispuesto a todo, sobre todo si se trata de tener poder sobre Gwen y de controlar sus poderes.
La premisa es muy interesante y cuando la historia sigue su línea más básica es cuando mejor es. Gwen Stacy metiéndose en todos los problemas del mundo. El problema es que hay un montón de issues de relleno, crossovers que están planteados de manera muy extraña y un volumen entero echo completamente para rellenar (el tres, Long-Distance, que está lleno de especiales por las fiestas, crossovers fanservice que nada la aportan a la trama y en general mucho desmadre). La serie va de sus highest highs a los lowest lows en dos segundos. Así que, para mí, ese es uno de los problemas principales: no es mala, simplemente es irregular. Vale la pena por su arco principal, es la mejor versión de sí misma cuando está explorando la historia de Gwen Stacy y su psicología sin meter ninguna clase de relleno. Gwen tiene muchísimo potencial. Los mejores volumenes después de los primeros son los últimos tres, sobre todo porque el relleno deja de ser tan descarado, las cosas van al punto y vemos a Gwen lidiar con Venom, las consecuencias de todo lo que ha hecho y enfrentarse a la versión de Matt Murdock con la que tiene que lidiar.
No quiero spoilerarles más detalles de la trama principal, creo que ya les dije lo que necesitan saber y los detalles más importantes para que entiendan por qué es una de mis series favoritas (viéndola como un todo) a pesar de lo mucho que me hace quejarme y jalarme el cabello de frustración cuando no está al cien. Ahora el personaje cambió de manos y existe una nueva serie: Spider-Gwen: Ghost Spider, escrita por Seanan McGuire e ilustrada por Rosi Kampe (los nombres no me suenan), que no he revisaro, pero que quizá en unos años les traiga la reseña de la serie entera (porque algo que me da un poco de flojera es reseñar volúmenes de comic uno a uno, a menos de que sean la clase de comics que me gustan tanto que lo merecen y en el que cada volumen trata un arco argumental completamente diferente).
Les recomiendo mucho echarle un vistazo a Spider-Gwen, Jason Latour tiene buenas ideas (no lo había conocido hasta esta serie) y mi parte favorita son las ilustraciones de Robbie Rodriguez. Abril para el blog está siendo un mes lleno de comics, pero es que me di cuenta de que no les compartía mi amor por los comics lo suficiente (especialmente porque mucha gente me ha dicho que le da miedo internarse en este mundo lleno de crossovers y eventos especiales y pues creo que sólo es cuestión de aventarse al vacío probando varias series hasta que descubras que te gusta). Por eso quiero hablarles de comics.