Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 15 de febrero de 2019

Mujeres. Nuestras vidas, nuestras luchas

Sinopsis: Los movimientos de mujeres han adquirido un gran protagonismo en la escena política y social argentina. Los Encuentros Nacionales de Mujeres son, desde 1986, la expresión más avanzada de su organización y lucha en el país. Eso ha contribuido a abonar un movimiento de mujeres autónomo, solidario con las luchas obreras y populares, organizado en núcleos específicos como el de Amas de Casa del País, Movimiento de Mujeres en Lucha o Casa de las Mujeres, que hacen alianzas concretas en cada momento político, para su propio objetivo liberador. Esta publicación refleja aspectos de estos procesos, buscando contribuir al estudio, a la reflexión y al debate desde un punto de vista marxista.

Este libro me lo puso enfrente Ans de Cien flores. De hecho, pueden leer la entrada que le hizo al respecto como su lectura de enero, está muy completa y seguro nota más cosas porque ella es argentina y este, ante todo, es un libro que habla de la lucha de las mujeres argentinas. Es un compilado con varios ensayos/artículos (no sé como definirlos en cada caso, perdón a mi maestra de expresión oral y escrita) que tratan distintos temas que atañen a la mujer: la discriminación en los lugares de trabajo, la violencia doméstica, la violencia sexual y la prostitución y la trata de personas. Tengo varios puntos que me gustaría hacer sobre él.

Primero, quiero decir que es un texto bastante introductorio ante todo. Me parece que los temas que trata puede servir de punto de partida para investigar más y pasar a textos que profundicen más en los temas y en la cuestión de la mujer. Este tipo de textos me parecen muy valiosos para hacer de puente, dígamoslo así. No son para que la gente se quede sólo con ellos, sino para ser complementados y seguir investigando

Segundo es que, como ya mencioné, es un texto que se centra en argentina. Y a menos de que sean de allá o sean como yo, que he soñado con vivir en Buenos Aires desde que tengo trece años, quizá no todos los datos les interesen. Hay artículos que hablan de bastantes temas específicos y cursos de acción que se han tomado en el contexto de estas mujeres. Se rescatan también estadísticas del país (que no está de más conocer) con respecto a temas de violencia contra las mujeres. Y ahora sí, hechas esas dos aclaraciones, paso a hablar del texto en sí.

Voy a empezar con mi texto preferido por ser el más claro entre todos (según mi perspectiva) que escribió María Conti, llamado La violencia en la familia, un duro aspecto de la opresión. Analiza la violencia intrafamiliar desde el punto de vista del marxismo como un problema de clase. ¿Dónde se da la violencia? ¿Por qué razones? Además explica de manera muy clara de qué se habla cuando se habla de clase como contradicción principal y cómo se aborda la cuestión de la mujer desde el materialismo dialéctico.
Las contradicciones de clase y género, expresadas en la doble opresión, son de distinto carácter. La contratación de clase es la principal, entendiendo como tal a la que enfrenta a las clases y sectores dominantes de la sociedad, con el pueblo en su conjunto. La de género es secundaria, pero se establece entre ellas una relación dialéctica y requiere esta última de un abordaje específico. Cuando una mujer es golpeada o abusada sexualmente, requiere una contención que no resuelve la política general solamente (…) Entendemos que en el momento en que una mujer está siendo golpeada o abusada sexualmente, esto pasa a ser la contradicción principal a resolver en ese momento concreto.
 Me parece un texto muy al punto, muy claro. Para mí, pequeño paréntesis aquí, es muy importante que los textos sean claros. Eso no quiere decir que sean simples o que hablan de temas simples, porque la opresión de la mujer no es un tema sencillo, pero sí que el texto sepa transmitir las ideas de manera clara y concisa. Aprender a explicarse es todo un asunto y me gusta mucho como se explica María Conti: desde lo teórico hasta las estrategias prácticas.


Siguiendo un poco con el tema de la estrategia, es algo que me gusta alrededor del libro. Hace poco, cuando criticaba Por qué no soy feminista, hablaba de que no me parecía un buen libro porque se me hacía muy poco estructurado con muy pocos fundamentos y, además, muy poco propositivo. Una de mis grandes críticas al feminismo, y la razón por la que he ido alejándome de varias ramas para aterrizar en el marxismo, es la falta de la teoría revolucionaria. Los análisis de la opresión de la mujer dentro de muchas corrientes feministas pueden ser magníficos (a veces lo son, hay muchos que me gustan), pero para mí no son lo único necesario. Se necesitan estrategias, maneras en las que las mujeres podamos pelear por una mejor vida. Por esto, es que este libro me parece bueno. Es una excelente introducción a varios temas que atañen a las mujeres y habla además de estrategias que se han tomado en comunidades de mujeres para, justamente, mejorar sus condiciones de vida.

Por ejemplo, el capítulo dedicado a mujeres y trabajo habla de las huelgas y las peticiones que se han dado, las maneras en que las mujeres reclaman mejores condiciones laborales y que no existe discriminación en los lugares de trabajo. Además, en otro de los artículos, se analiza a fondo la problemática del aborto en Argentina, haciendo especial hincapié en que no se lucha sólo por el aborto, sino por la Educación Sexual Integral y el acceso a los anticonceptivos. La campaña por el aborto en argentina tiene muchos muchísimos años de historia y conocer su historia me parece algo bastante importante en el marco de América Latina.

Finalmente, el libro cierra con un artículo sobre la prostitución, que también me pareció bastante bueno como introducción. En el artículo se habla precisamente de la falsa idea de la libre elección que existe en el capitalismo y la manera en que las personas se convierten en mercancía bajo este sistema económico.
Quienes ven en la prostitución una expresión de la "libertad sexual" aceptan una sexualidad basada en el dominio masculino y la transformación del cuerpo de una persona en un objeto. Mantienen las ideas respecto de (por lo menos) dos clases de mujeres: las "buenas", útiles como amas de casa, las que tienen los hijos, tal vez las que acompañan; y las "malas", con quienes, por un precio se puede tener una satisfacción sexual unilateral "sin compromiso".
Si las personas son vistas como mercancía, ¿tienen opciones libres de vida?
Como ya lo mencionó Ans en su artículo sobre el libro, me parece un muy buen material introductorio a varios temas que nos conciernen a las mujeres. Además que es un muy buen material que se puede leer en grupo para abrir el debate e ir profundizando poco a poco.

sábado, 9 de febrero de 2019

La profecía del cuervo (The Raven Boys #1), Maggie Stiefvater | Qué leo, qué reseño

Sinopsis: Cada año, la noche de San Marcos, Blue Sargent acompaña a su madre al camino de los espíritus para ver a los que morirán en los siguientes doce meses. Sin embargo, este año es distinto: Blue, la única de su familia que no tiene facultades adivinatorias, ha visto a uno de estos espíritus, y eso solo puede significar que es su amor verdadero o que lo va a matar. Él se llama Gansey y es el estudiante más rico del colegio privado más elitista de la zona, la Academia Aglionby, cuyo emblema es un cuervo que todos los estudiantes llevan bordado en el jersey. Junto a Adam, un estudiante brillante, celoso del poder económico de sus compañeros; Ronan, un chico con problemas emocionales desde la muerte de su padre, y Noah, el observador taciturno que apenas habla, forman los chicos del cuervo, y están empeñados en descubrir la ubicación de la tumba del último rey galés, Glendower, el Rey Cuervo. Blue sabe que debe mantenerse alejada de ellos, porque los chicos del cuervo siempre traen problemas. Aunque nunca podría imaginarse el siniestro y oscuro mundo que los rodea, donde la magia dejará de ser un juego para convertirse en una amenaza mortal. 

Este fue el último libro del Qué leo, qué reseño de 2017. Me quedaron dos en el tintero, pero como ya dije en la entrada pasada, no me voy a acercar ni con un lanzallamas a ellos, así que voy a dar por cerrado ese evento en 2019 porque se ve que me gusta tomarme mi tiempo. Y bueno, vamos a ver: tengo quejas, como es costumbre. La verdad es que había oído argumentos encontrados sobre este libro y a la mayoría de la comunidad bloggera le había más o menos gustado. Al menos, les había gustado más que Temblor, la saga de la misma escritora. Por eso yo no sé si mis estúpidos estándares son imposibles de alcanzar o simplemente soy una fijada. No, no me encantó. Creo que es una novela que queda a deber en muchas cosas, pero bueno, como dijo Jack, el destripador, vamos por partes.  


1. La edición deja mucho que desear. Y este, lamentablemente, es un problema que me he encontrado muchas veces en SM con cosas que no sean o Laura Gallego (e incluso allí), Gran Angular y Barco de Vapor (las colecciones estrella de la editorial). Tiene caracteres donde no debería tenerlos (un cero por ahí metido es lo más notorio) y cosas que no debería tener para una reimpresión del año pasado (sí, acabo de revisar la página legal). Eso es un problema, pero bueno, no el más grave.


2. El worldbuilding sufre. La historia transcurre en Henrietta, Virginia. Me queda claro que es un pueblo, pero que es un pueblo muy raro. Me da la sensación de que la misma Maggie Stiefvater no tiene ni idea de cómo es su pueblo. Por ahí buscamos donde era y es un lugar donde viven más o menos trescientas personas. El Aglionby, la escuela a donde van los chicos del cuervo, pega mejor como escuela del Upper East Side de Nueva York que allí, pero bueno, no juzgo mucho: es un internado y no es ni de lejos el mayor problema. El worldbuilding sufre porque se contradice de repente, el libro olvida cosas que ya dijo y vuelve sobre sus pasos... muchos problemas. Si fuera coherente dentro de su propia incoherencias de ser un pueblo en medio de la nada con departamentos de lujo y un internado enorme, me lo creería. Me pueden vender cualquier mundo en un libro, sólo pido que el autor lo conozca lo suficiente como para navegarlo y que sus personajes lo navegen.

3. Tiene problemas de coherencia. Personajes que en la página diez tienen un trabajo y en la cuatrocientos ni siquiera los lectores lo recuerdan, personajes que se enteran de cosas que nunca les dijeron y aunque como lectora de repente puedo intuir cuando se enteraron, ni las escenas me lo muestran ni el narrador me lo dice (hay un ejemplo bastante claro que tiene que ver con la muerte de alguien). 


4. Narrador con crisis identitaria. Al principio entendí que este era un narrador omnisciente (más o menos) narra desde el punto de vista del personaje, pero conoce cosas que el personaje no, se da cuenta de cosas de los demás personajes que no debería saber o captar tan rápido el punto de vista desde el cuál está narrando. Así que por eso comprendí que era un narrador omnisciente. ¿El problema? El uso de los puntos suspensivos. No es común con los narradores omniscientes, porque los puntos suspensivos transmiten duda o pausa. Los narradores omniscientes no tienen dudas porque están contando la historia: los de las dudas son los personajes. Así que es un problema cuando los puntos acaban (mal, además) en medio de la narración. Hay una frase que va más o menos así: "[...] con la grabadora encendida y el oído aguzado, a la espera de que... pasase algo". Esos puntos no van. ¿Por qué el narrador no estaría seguro de que Blue está a la espera de que algo ocurra si es omnisciente? Pues ni idea. A veces parece un narrador no confiable (en cualquiera de sus tipos) y, la verdad, para la manera en la que narra la autora y la cantidad de veces que estos errores ocurren en el libro, hubiera sido mucho más interesante el uso de narradores no confiables. Se hubiera aprovechado mucho mejor.

5. Hay mucho relleno, pero faltan muchas cosas. Tengo páginas llenas y llenas de escenas intrascendentes, pero a la vez siento que faltan explicaciones. Lo último lo deduje después de hablar con alguien que no está familiarizada con las líneas ley ni con el realismo mágico ni con el folclore de los nativos americanos o simplemente... de toda América. Ahora explico. Lo primero es obvio: si tienes un pedazo de libro, una escena o una buena parte de ella, por ejemplo, y no contribuye a avanzar la trama, desarrollar o mostrar cosas que el lector debe saber de los personajes (mostrar, énfasis en mostrar) o sigue el núcleo narrativo, tu escena es relleno. Y puede ser bonita, pero es relleno. De ellas, el libro está lleno. Páginas y páginas de información intrascendente, que bien podría ser sustituida con más muestras y ejemplos del realismo mágico que rodea al libro y cosas sobre la línea ley que los personajes buscan. Y sobre esta queja, va la que sigue.


6. Si en el capítulo uno tienes una escopeta en la puerta y en todo el libro no la descolgaste, ¿para qué me lo cuentas? Como es una saga, diré que tiene hasta el final de la saga tiene para usar todas las inutilidades que menciona (porque es lo que hace Rowling: armario evanescente, collar de ópalos, guardapelo, todos son mencionados libros antes de que hagan su entrada triunfal), pero dudo que le alcance el espacio. Hay un exceso de infodump que nunca se usa para nada ni avanza en la trama y eso me frustra. Estoy leyendo misterio, quiero buscar las pistas por todos lados, que estén bien escondidas. Aquí son agujas en medio de un montón de paja, pero están a simple vista... por mucho. Y sobre eso vamos al siguiente punto.

7. Entre el foreshadowing poco sútil y el poco uso del "show, don't tell", adiviné la mitad de los plotwists que no me spoilee. El libro es muy obvio. Lo que no quiere decir que no lo haya disfrutado, porque disfruté leerlo y creo que es un trama con potencial, sólo creo que... bueno, es muy obvio. Maggie Stiefvater no sabe guardarle secretos a sus lectores, al menos no bien. 


8. Adam y Ronan son los mejores personajes porque están más desarrollados. Sé más de ellos que de los propios protagonistas. Y me atraen mucho más, porque creo (y esta es una opinión totalmente biased) que tienen más potencial de trama. Ahora, lo que no es biased es que son los más desarrollados. No siento que conozco a Blue, siento que una hoja de papel es mucho más profunda que ella. Blue es un personaje construido alrededor de la sensatez: es sensata porque siempre le han dicho que matará a su amor verdadero su lo besa. Más que eso, sé algunos datos, pero si tuviera que escribir un fanfiction con ella, acabaría inventándome más de la mitad de las cosas sobre su personalidad (y eso nunca es bueno con los protagonistas, en el caso de Harry Potter, sé cómo usar la personalidad de Harry, de Ron y de Hermione en mi favor en casi todas las circunstancias, con Blue, inventaría con ganas). Gansey tiene motivaciones (eso se lo reconozco, a Blue no se las encontré aún), pero es un persona muy one note. Por otro lado, Whelck me quedó a deber: es potencial desperdiciado porque la autora se olvida de él la mitad del libro; Neeve es potencial desperdiciado también. Ronan y Adam, por el contrario, se llevan el libro. Voy a seguir leyendo la saga porque me gustaron mucho.

9. La premisa tiene potencial. ¿Líneas ley? Se ha escrito mucho de ellas. Es un tópico que da para muchas cosas. ¿Realismo mágico? ¿Pueblos en los que nunca pasa nada, pero pasa todo? Yo compro. El problema es que la premisa no lo es todo: tienes que acompañarla de un worldbuilding sólido, personajes construidos que se desarrollen a lo largo del libro (sólo Adam y Ronan aquí cumplen eso) y una redacción buena. Porque, como nota, la redacción es mala y adivino que la traducción también (porque hay errores de los que sólo puede culpar al traductor). 

10. ¿Seguiré leyendo? Claro que sí. Soy terca. Y esto tiene potencial. Y quiero mucho a Adam y a Ronan.

jueves, 7 de febrero de 2019

Qué leo, qué reseño | 2019 edition

¡El evento del año que absolutamente nadie pidió! Y que yo hago a la menor provocación. Bueno, lo estoy proponiendo porque ya acabé la edición que hice en 2017 (con la reseña que saldrá el sábado, el primer libro de The Raven Boys)... bueno, sinceramente, me faltaron dos libros (uno de Marie Lu y otro de sabrá dios quien, pero se veía con una portada que prometía material nivel Federico Moccia), pero no planeo tocarlos ni con la punta de un lanzallamas en este momento, entonces, pues vamos otra vez a empezar.


¿Por qué lo estoy haciendo? No sé, me acordé de lo divertido que es (ustedes creen que sufro leyendo lo que me ponen a leer, pero generalmente me divierto mucho y lleno los libros de notas). Además, este año el blog cumple diez añotes y este es el evento para agradecerle a los lectores por seguir aquí: les daré el poder de decidir mis lecturas (algunas, no se crean que no sé a qué me enfrento). Bueno, vamos con las bases:

1. Vale proponer cualquier libro de narrativa de cualquier género. Sólo narrativa.
 
2. No es necesario ser seguidor del blog, ni poner un banner, ni hacer publicidad, ni donar parte de su patrimonio a la dueña de este blog, ni enlazar, ni... Pero si alguien quiere publicitarlo, adelante. Cuanto más seamos, más nos podemos reír. Y más me pueden hacer sufrir a mí.
3. No hay premio; solo la satisfacción de sentirse como un dios con un poder muy pequeñito y leer mis reseñas al finalizar.
  
4. Plazo desde hoy hasta el 28 de febrero 2018 para proponer cosas y votar por ellas. Las reseñas saldrán, idealmente, de a una por mes de aquí al aniversario del blog, que es en octubre. Cada propuesta es un voto.
  
5. Si saben contar meses, saben que sólo leeré (máximo) ocho libros. Podrían ser menos. Los más votados o los que salgan en el sorteo random en caso de que haya empate.
  
6. No valen ni segundas ni terceras ni cuartas partes ni nada que no sea la primera parte de nada (si no he seguido una saga, tengo razones). En caso de sagas entrelazadas entre sí (como la bendita Cassandra Clare), se valen las primeras partes de cada una. Tampoco valen libros que ya he leído, que los pueden consultar en mi perfil de Goodreads (de todos modos, si no quieren consultar propogan lo que quieran y si ya he leído algo, simplemente se descartará).
  
7. Cómo los conozco, hay autores vetados: no voy a leer a E. L. James ni a Blue Jeans ni a Jamie McGuire ni a Blair Holden y mucho menos a Federico Moccia (y ni vale mencionarlo, pero voy a quemar todo libro de Carlos Cuauhtémoc Sánchez). ¿Quieren verme sufrir? Sean originales. ¿No quieren verme sufrir? GRACIAS.

 
8. En caso de que algún libro me sea completamente horrible, me voy a sacar mi derecho a no acabarlo. Eviten libros aburridos. Los libros malos podrán ser malos, mientras no aburran. En mi vida he dejado sin acabar tres o cuatro libros, así que ya saben.
  
9. Si hay empate, random.org decide que voy a leer.
  
10. Las propuestas se dejan en forma de comentario aquí abajo. NO MAILS. Si me mandan mail igual acaba con telarañas antes de que yo lo note. En caso de tener algún problema, contáctenme por Twitter (basta una simple mención).
  
11. No vale el contra voto.
  
12. Se fomentará la discusión entres los participantes. Aún no se como, pero se fomentará la discusión. Al menos, se fomentará que vean mi sufrimiento live en Twitter.
  
13. No existe el límite de propuestas. Por mí como si quieren proponer cien libros, igual no los voy a leer todos.
  
14. Ya no sé me ocurre nada más.