Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 31 de diciembre de 2018

Recuento de los daños del 2018

Digamos que para mí fue un buen año. Un año raro, pero un buen año, al fin y al cabo. Sobre todo cuando se trata de lectura y cosas relacionadas con los libros. No sé por dónde empezar, pero bueno, acá va el recuento de todo el año y un poco de sneak peek para el que viene. Tengo planes para el próximo año porque es el año en el que esté blog, este pequeño espacio, cumple diez años. ¡No puedo creer que lleve casi diez años gritándole a la nube en un blog!


1. Este año volví a escribir fanfiction y escribí varias cosas. Desde adaptaciones de películas de Bollywood (una adaptación de Dil Se y otra de Veer - Zaara) hasta canciones inspiradas en canciones de reggaetón para un reto que organizó mi esposa llamado Reggaetón Mágico en la siguiente compilación: Nunca quise bailar con nadie. Todavía no acabo la compilación, pero espero hacerlo pronto. Además de eso, vale la pena mencionar Maldito, porque lo escribí en el Camp NaNoWriMo de junio y Las cosas que perdimos en el fuego, nada más porque me gustó mucho. 

2. Recuperando lo de arriba, este año fracasé de manera rotunda en el NaNoWriMo por motivos ajenos a mí (trabajo, entrevistas, vida privada y personal), pero sí logré completar el Camp de junio con las 50K palabras, entonces eso lo consideró un éxito. Ahora estoy trabajando en otros proyectos, tanto fanfiction como originales.

3. Pasando de la escritura a los libros, este año trabajé en FIL Minería y en FILIJ. Minería me dejó mentalmente acabada y con los pies hechos un desastre porque el piso del palacio es horrible; además de que descubrí que es una feria un poco más desgraciada porque acuden pocos niños y jóvenes (es  mi área) y los comentarios que desdeñan la LIJ son más. A pesar de eso, tengo buenos momentos. FILIJ estuve la feria completa, me congelé de frío, pero estuvo ligeramente mejor. De todos modos, creo que no volveré a trabajar otra feria completa porque eso en general impide disfrutarlas bastante. De todos modos, en la FILIJ tuve el placer de toparme con varias autoras que admiro como María García Esperón, Yolanda Reyes, Isol y Alicia Molina (además de que conseguí una firma de Oliver Jeffers).  






4. Ya que estamos hablando de ferias del libro, debo decir que este año viajé a la FIL de la Universidad de San Luis Potosí con las morras de Libros b4 Tipos y también a la Fiesta del Libro y la Rosa de la UNAM en Morelia con ellas. Dimos pláticas sobre mujeres escritoras, trabajo colectivo de mujeres y algunas otras cosas más. También participamos en el club de lectura de El libro cegatón leyendo Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2.




5. Además de todo, fui de nuevo a la FIL Guadalajara, cosa que estuvo increíble en todo sentido, con todo y que había demasiada gente. Compré bastantes libros a buen precio o libros que es casi imposible conseguir en México. Y además, Libros b4 Tipos estuvo presente en el Encuentro Booktube en el que dimos una plática sobre nuestro trabajo y recomendamos bastantes escritoras. Tuve la oportunidad de estar en la mesa y la verdad es que fue algo increíble. Acá abajo les dejo las fotos de la FIL Guadalajara.




6. Hablando de cosas relacionadas con los libros, además conocí a Fernanda Melchor en una presentación de Aquí no es Miami (es increíble escucharla hablar de verdad) y a Agustín Cadena presentando El príncipe de los tejados (que aun no he tenido oportunidad de leer). Creo que fue lo más importante en cuestión de autores y libros.




7. Cumplí de sobra mi reto de Goodreads este año, aunque he aprendido que, en los últimos años, debo poner una cifra elevada para que el reto aguante el ritmo al que consumo comics (aunque sólo marco como leídos los compilados) y los libros infantiles. Pero bueno, aquí les dejo la última actualización de mi año en libros (aunque quien sabe si cambie de aquí a que sea oficialmente primero de enero).

8. Como pueden ver en mi año en libros de Goodreads, este año releí Harry Potter. Releí la saga completa, que era algo que ya tenía pendiente y en planes con Raquel, al que después se sumó Abril y nos pidió que la esperáramos hasta septiembre y que después, platicando en su círculo de literatura Juvenil se convirtió en un círculo de lectura llamado #VolveraHogwarts y una actividad en línea (tenemos cuenta de twitter, instagram y página de facebook). Gracias al círculo de lectura conocí gente increíble con la que ahora comento fanfics si es necesario como excusa para seguir viéndonos y porque, seamos sinceros, Mortífago de Metanfetamina es genial.






9. Además hice mucho cosplay con Raquel (@hitzuji), que tiene un proyecto increíble de rp en tumblr. Acá abajo les dejo a Hermione y a Pansy.




10. De mi vida personal, lo único que van a saber es que me gradué.


11. ¿Qué viene? Más retos, por suspuesto. Pueden ver como me fue en mis retos generales en esta entrada y como me fue en el Tour Latinoamericano en esta otra. Estoy trabajando en otro reto que se trate de diversificar lecturas, entonces ya lo verán los primeros días de enero. Por supuesto, más planes con Libros b4 Tipos, todavía le quedan días al maratón Guadalupe Reinas, aunque yo soy una desquiciada que ya casi lo acaba. Y, además, por supuesto, los planes de aniversario.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

sábado, 29 de diciembre de 2018

Kabu-Kabu, Nnedi Okorafor | #GuadalupeReinas2018

Sinopsis: Kabu Kabu - unregistered, illegal Nigerian taxis - generally get you where you need to go, but Nnedi Okorafor's Kabu Kabu takes the reader to exciting, fantastic, magical, occasionally dangerous, and always imaginative locations. This debut short story collection by award-winning author Nnedi Okorafor includes notable previously-published short work, a new novella co-written with New York Times bestselling author Alan Dean Foster, and a brief forward by Whoopi Goldberg.

Kabu-Kabu es una expresión comúnmente usada en Nigeria para referirse a taxis sin registro e ilegales. Nnedi Okorafor dice que te llevan allá a donde necesitas ir y este libro hace lo mismo. Este libro hace un viaje por la mitolofía y el folclore nigeriano y te los pone enfrente, te los presenta, te muestra otra manera. Pero bueno, vamos por partes y empecemos por el principio (y perdonen el pleonasmo). 

Resulta que este libro lo leí para el maratón #GuadalupeReinas2018 que organizamos en Libros b4 Tipos al que deberían anotarse porque es el mejor maratón del año y no pueden perdérselo. Lo leí para la consigna de "una autora racializada". Aunque no soy precisamente fanática del término racializada, porque la "raza" es finalmente algo que se ha usado desde las clases dominantes para establecer quién es superior y quién no. Se usó para decir que algunos merecían ser esclavizados y vendidos. Se usó para arrebatarle sus tierras a mucha gente. Ahora se usa para referirse a toda persona que no sea considerada blanca (que sigue siendo todo un debate) y, dado que este año en Libros b4 Tipos llevamos a cabo la #TravesíaFeminista, que consistía en leer a autoras de todo el mundo, nos pareció una consigna interesante. 


También existe la creencia de que en esa consigna el libro que uno eligiera tendría que sí o sí hablar de raza de manera explícita. Y no. Kabu-Kabu es un libro que no habla del tema de manera explícita, no tanto, pero de todos modos lo hace. Cada página impregnada con el folclore nigeriano y las leyendas nigerianas nos lo recuerda. Es una cultura distinta, un modo de vida distinto. Distintas leyendas y distintas costumbres. Lo intuímos a cada página porque es imposible no hacerlo. Nnedi Okorafor no es condescendiente con sus lectores. Si quieres saber de los mitos y de las leyendas que habla, más te vale buscarlas tú. Ella habla de los buscadores del viento (¿cómo se traduce windseeker?), de taxis que viajan en otras dimensiones, de alfombras mágicas. Mis cuentos favoritos son, sin duda, aquellos que hablan de los windseekers.

 

También es notable el cuento (más bien novella) que le da título al libro, Kabu-Kabu, de una mujer que necesita llegar al aeropuerto de manera desesperada para poder llegar a Nigeria a la boda de su hermana y toma un taxi sin registro, que atiende un hombre Nigeriano que le dice que quizá no llegue a donde quiere, pero sí a donde necesita estar. Toda clase de clientes extraños se suben al taxi y la mujer, al principio escéptica, se encuentra en el medio de un popurrí de criaturas fantásticas. Además de eso, a mí me hizo bastante gracia un cuento de una alfombra voladora bastante protectora

Este es mi segunda acercamiento a Nnedi Okorafor y definitivamente es una autora que recomiendo. La primera vez que la leí fue durante el maratón pasado, cuando leí Akata Witch. Sus cuentos también son muy buenos y no puedo esperar para seguir leyéndola en adelante. Ojalá sea siempre tan satisfactorio adentrarme en sus historias y, además, ojalá pronto traduzcan Kabu-Kabu al español, porque aun no existe una traducción disponible (aunque es buena idea para practicar inglés nivel intermedio, bastante recomendado). 


Otra historia que me gustó bastante, para seguir picándoles la curiosidad, es una historia que transcurre al mismo tiempo que la guerra de Biafra, que aconteció por allí de los años sesenta/setenta. Es un episodio bastante importante en la historia de Nigeria que, sin embargo, no tiene mucho lugar en la Historia con mayúscula del mundo occidental (otro libro que trata el tema, si les interesa, es Medio sol amarillo de Chimamanda Ngozi Adichie). Además de ese, el primer cuento es una aguda crítica al cliché del Magical Negro, que también les recomiendo mucho: es corto, divertido y hace una buena crítica sobre el espacio que ocupan muchas veces los negros en la literatura o el cine.

Otro de mis cuentos favoritos es el de Tumaki, que es un romance entre un rainmaker (hacedor de lluvia) y una chica musulmana. Tiene varios fragmentos que me gustaría citarles, pero la mayoría de ellos son spoilers, sin embargo, hay uno que me gusta mucho y que les voy a poner acá abajo a ver si así los convenzo de darle una oportunidad a este libro: 
The first time I ever kissed a girl was accompanied by a chorus of simultaneous lightning, thunder, and a torrential rain and tasted like the wind and aquatic roses.
The moment was poetry.

jueves, 27 de diciembre de 2018

El vagón de las mujeres, Anita Nair | #GuadalupeReinas2018

Sinopsis: En la estación de Bangalore, en la India, Akhila, una mujer soltera de cuarenta y tantos años está a punto de realizar su gran sueño: subirse sola a un tren hacia un lugar lejano. Con ella viajan cinco mujeres con quienes comparte pronto intimidad: una madre confundida, una profesora de química casada con un hombre tiránico, una perfecta ama de casa que busca su identidad, una mujer cuyos sueños e inocencia se rompieron y una adolescente que parece comprender mejor que nadie lo que ellas buscan. Al calor de las confidencias susurradas durante la noche, Akhila intenta encontrar respuesta a lo que le ha preocupado desde siempre, los mismos dilemas que definen el viaje que cada mujer emprende en la vida.

La verdad es que le debo mucha atención a las novelistas de la India, sobre todo porque las dos que he leído este año tienen sendos puestos en las mejores lecturas que he realizado este año. La primera es Arundhati Roy, de quien leí El ministerio de la felicidad suprema y El dios de las pequeñas cosas y la segunda es Anita Nair, que acabo de conocer gracias al maratón Guadalupe Reinas que hacemos en Libros b4 Tipos (y que espero se convierta en tradición). Bueno, este libro es bastante largo para meterlo en un maratón de lectura (en goodreads me sale que su edición en español con Alfaguara tiene poco más de 400 páginas), sin embargo, el libro apenas me duró poco menos de tres días. Pero bueno, vamos por partes, el libro empieza con la siguiente nota: 
Hasta principios de 1998 había una taquilla especial para las señoras, los ancianos y los minúsválidos en la estación distrito de Bangalore. Y en la mayor parte de los trenes nocturnos de la India con compartimientos de segunda clase había un vagón especial para mujeres.
Desde entonces, se ha abolido la ventanilla de las mujeres en todas las estaciones de tren. También me han informado varios empleados de los ferrocarriles, en particular jefes de estación y revisores, de que el vagón de las mujeres ya no existe y que los vagones nuevos se fabrican sin este compartimiento.
En general, para mí las estaciones de tren en la India son una pequeña pesadilla. Conocí la más grande de Dehli y puedo decir que, si tuviera que viajar sola en ese lugar, no llegaría a ninguna parte. Todo está escrito en hindi. De todos modos, la única vez que viajé en tren, lo hice desde una estación más pequeña de Dehli, rumbo a Agra, en una clase de segunda, sleeper. Los boletos más baratos de mi vida. Usualmente prefería el autobús porque llegué a entender cómo funcionaban las ventanillas y dónde buscar los precios y destinos. Y cómo pelearme por los boletos. En las estaciones de autobús casi siempre hay fila de mujeres, sobre todo cuando hay mucha gente. Te formas en la ventanilla del destino y, con un billete en la mano, casi gritas cuantos boletos quieres para que te hagan caso (cuando hay mucha gente). Si no te sabes los números en hindi o ellos no los entienden en inglés, las señas. Como siempre había menos mujeres que viajaban solas, me mandaban a mí por los boletos en algunas estaciones. 


Y eso también funciona en muchos otras partes: hay fila de mujeres en la ventanilla de los bancos (en la demotización, solía ser yo la primera en pasar a ventanilla a cambiar billetes que habían sacado de circulación), hay fila de mujeres en los cajeros cuando están llenos (llegué a entrar con casi cuatro tarjetas y cuatro pines porque en la época de la demotización los cajeros duraban con dinero unas tres horas, si no sacabas en ese intervalo, no sacabas, y era más fácil que pasara yo más rápido). En los autobuses hay asientos de mujeres. Mientras no haya ninguna mujer parada en el autobús, no importa quien se siente en esas filas. Cuando hay, depende de la ruta, pero usualmente los revisores paran a alguien para que las mujeres puedan sentarse. Me pasó una vez en el trayecto de Noida a Greater Noida (un trayecto como de cuarenta minutos, que un revisor paró a gritos a un hombre para que yo pudiera sentarme). Y en los museos o templos o sitios arqueológicos donde hay revisión, siempre hay una fila de mujeres y otra de hombres (en el Taj Mahal incluso dividen entre locales y extranjeros porque vigilan bastante bien que ningún extranjero entre con boleto de local, que es más de diez veces más barato). En fin, ya que terminamos mis aventuras en la India como introducción a este libro, sólo quiero decir que lo sentí muy cercano. Entendí las referencias, la comida, los festivales y las costumbres, a pesar de que el libro esté ambientado en el sur de la India y yo haya vivido al norte, en Punjab. 


En fin, después de toda esa perorata sobre la India, me dispongo a contarles sobre el libro. El vagón de las mujeres es un libro coral que cuenta la historia de seis mujeres muy diferentes, de distintos estratos sociales en su relación a la vida social, el matrimonio, los hombres y el amor. La protagonista, Akhila, es una mujer que no se casó nunca, puesto que se tuvo que hacer cargo de su familia cuando su padre murió, decide perdirle consejo a las mujeres que viajan con ella. ¿Es difícil vivir sola?, se pregunta, puesto que desea hacer (aun vive con su hermana, que se pegó a ella). ¿Podrá todavía encontrar el amor? Las mujeres les responden contándole sus historias. Las más viejas, las más jóvenes, todas historias diferentes. Una mujer que desea aprender a nadar más que nada. Una nieta que se encarga de su abuela enferma. Una mujer que sí conoció el amor en su matrimonio, otra que no. Las historias son diferentes entre sí y abordan multitud de temas que tienen que ver con las mujeres: el matrimonio (que en la India es prácticamente una obligación, las que no se casan son solteronas), el aborto, los hijos, la falta de independencia. Una a una, las mujeres van contando poco a poco sus historias mientras Akhila le cuenta la suya al lector. Prácticamente todas ahondan en su relación con el amor. De todos los relatos hay cosas que rescatarles.


Sheela, la más joven de todas las que van en el vagón, se encarga de su abuela moribunda (hay una escena bastante especial donde su abuela, indefensa, sin maquillaje y sin arreglar, se niega a bajar de la ambulancia porque no quieren que la vean así y Sheela la ayuda, a su manera, para hacerla feliz) y pelea constantemente con su familia. Pelea usualmente con su padre, que la encuentra descarada. Hay una escena donde se imagina que le diría a uno de sus tíos que se porta con su primera menor igual que recordaba que su padre se comportaba con ella cuando era descarada y más pequeña (le hace gracia) y la verdad es que subrayaría ese pedazo millones de veces:
Mi padre hacía lo mismo. Le parecía muy divertido que yo fuera una descarada. Pero ahora lo llama mala educación y lo pone furioso. Por favor, no le haga lo mismo a ella. Crecerá convencida de que hay que ser así. Mejor enséñela a tragarse las palabras, enséñela a proferir cosas agradables, bonitas e inocuas. Mate su espíritu y domestique su lengua. Para que cuando crezca no se encuentre como yo, preguntándome que es lo que he dicho de malo o qué disparate voy a decir la próxima vez que abra la boca.
De verdad me gustó mucho esa parte. Sheela es una adolescente que no se atiene aún a las convenciones sociales y no entiende qué es lo que esperan de ella. Nunca han domado su espíritu. Mis historias favoritas, sin embargo, son la de Margaret y la de Mari. Margaret está en medio de un matrimonio infeliz con un hombre que es director de una escuela y no tiene el más mínimo amor por la pedagogía. Mari ha tenido una vida muy complicada, siempre buscando cómo sacar adelante a su familia mientras que a ella ni siquiera le tocó estudiar. 

Me gustaron mucho todas las historias. De verdad recomiendo el libro y sin duda considero que es un buen libro que poner en la lista de pendientes. Sobre todo si quieren conocer un poco más de la India, es un libro que tiene un pequeño bonus: al final trae recetar de cocina del sur de la India. Todo es delicioso.