Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 8 de abril de 2016

Pero es sólo ficción, ¿no?


Dejen los pongo en el mismo canal en el que estoy. Llevo viendo esta discusión en grupos de Facebook una y otra vez en los últimos días; así que, como toda discusión en grupos de Facebook, ustedes se imaginarán la cantidad de falacias, insultos y argumentos mal escritos que hay, aun cuando a veces se intenta mantener el respeto. ¿De qué es la discusión? De fanfiction. No, no bromeo, el fanfiction levanta muchas pasiones, especialmente si es de la categoría más ocupada en Fanfiction.net: Harry Potter. ¿Por qué tanto revuelo? Porque es una discusión que trata de temas sensibles y directamente se mete con los gustos de las personas, es una discusión que tiene que ver con uno de los pairings más polémicos, más populares y definitivamente, más leídos: el Draco/Hermione, Dramione para los amigos. 

¿Cuánto levanta este pairing? Tanto como para que una entrada de mi blog que tiene Dramione en el título tenga el 10% de las visitas totales de mi blog. Con casi 400 entradas, ¿ustedes creen que es normal que una entrada entrerrada años al fondo, con mal formato tenga el 10% de todas mis visitas? Ya, yo tampoco lo pensaba. El tema en discusión no es si es una pareja válida o no, sino la cantidad de violencia física y sexual que existe en muchos fics. Y de fondo, aunque nadie lo mencione realmente por su nombre, la cantidad de violencia de género, doméstica, de pareja y el abuso psicológico que existe. ¿Por qué nos gusta leer eso y, porque, además de todo, lo consideramos romántico? Y, más importante aún, ¿hasta que punto está bien?

Me gusta el Dramione. El bien escrito.  El día de hoy, de todo mi Top Ten, La revolución de las bestias no se llevaría ni siquiera una mención. En todos los demás, se trata a la relación de Draco y Hermione como lo que es: una relación problemática, que hiere a muchas personas, entre ellos los protagonistas y que está lejos de ser una relación ideal. Pero La revolución de las bestias usa la violencia de pareja de una manera que pretende ser shockeante, poco agradable y además que pocas veces podría ser el preludio de una relación romántica. Y sorpresivamente, lo es. ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Debería ser preocupante? ¿Por qué se romantiza el abuso? y, finalmente, ¿por qué se defiende diciendo que es sólo ficción?


Las violaciones en la literatura (y en las películas, las series, los comics, etcétera) nunca han dejado de ser tema polémico. Las hay hasta en Arráncame la vida. Pero a veces una violanción deja de ser un tema tratado con respeto (no delicadeza, sólo respeto) y se vuelve un recurso burdo y shockeante para, por ejemplo, desarrollar a un personaje femenino o darle un backstory trágico. A veces no es ni eso y sólo sirve para desarrollar personajes masculinos, que son los héroes que rescatan a las mujeres. Maggie Stiefvater, escritora de libros juveniles, define a esto como violaciones literarias. Si han vagado por mi blog un tiempo saben que es un término que uso seguido y que siempre linkeo a la fuente, pues es un post que vale la pena leer (This is a post about literary rape). Si ya han leído el fragmento que voy a poner, pueden saltar dos párrafos, si no, aquí les va lo que más rescato de todo el post anterior: 
I’m talking about novels where the rape scene could just as easily be any other sort of violent scene and it only becomes about sex because there’s a woman involved. If the genders were swapped, a rape scene wouldn’t have happened. The author would’ve come up with a different sort of scenario/ backstory/ defining moment for a male character. Really, this sort of rape is such a medieval, classical way to tell a story.
Traducción (hecha por mí): Estoy hablando de novelas donde la violación puede ser cualquier otra clase de violencia y sólo se convierte en algo acerca de sexo porque hay una mujer envuelta. Si los géneros estuvieran cambiados, la violación no habría ocurrido. El autor podría haber creado un escenario/backstory/clímax diferente para un personaje masculino. Realmente, esta clase de violación es una manera demasiado medieval de contar una historia. 
Estamos hablando de situaciones en las que sólo se vuelve algo acerca de violencia sexual porque hay una mujer envuelta. No puedo pensar más que en la contraparte de Dramione, la pareja más popular en fanfiction: el Draco/Harry... Drarry para los amigos. También he leído muchos en el curso de mi vida, aunque no soy especialmente fan, y nunca me he encontrado con las mismas situaciones de violencia física y sexual. Si con insultos de ambas partes cuando aun no se llevan bien y discusiones algo subidad de tono, al igual que en el Dramione. Pero nunca ha habido violencia sexual (al menos, no en los ejemplos que he leído, si conocen alguno, sean libres de decirlo abajo y les creeré, porque no tengo intenciones de leerlo a menos de que el tema se trate con respeto).


Pero dejando el tema del fanfiction, ¿por qué me molesta tanto la violencia sexual mal tratada en los libros? Porque está mal tratada. No hay más. No creo que sea un tema que tenga que ser tabú; es más, creo que es un tema que no debe ser escondido debajo de la alfombra, porque sólo estamos contribuyendo a los múltiples estigmas que lo rodean. Pero tampoco podemos usar la violencia sexual como recurso burdo, mucho menos, si después se escribe que la víctima se enamora de su violador. Eso siempre me ha hecho sentir incómoda, mil veces más incómoda de lo que me hizo sentir Lolita en su tiempo y siento que no tienen ningún otro propósito más que incomodar o shockear al lector y, después, intentar humanizar al violador.

Cuando estaba más chica y me encontraba esas escenas gratuitas en las cosas que leía (porque nadie nunca se molestó en averiguar si lo que yo leía era adecuado para mi edad), tenía una reacción: me sentía mal e incómoda. Pero lo justificaba porque... sólo es ficción, ¿no? Pero decir que sólo es ficción es un arma de dos filos. Porque nosotros podemos decir por activa y por pasiva que no lo apoyamos; me he encontrado con gente que lo justifica porque al final todo es muy romántico y de alguna manera se humanizó al agresor y se le convirtió en el héroe romántico. Pero... ¿en serio? La mayoría de las escenas de violencia sexual que he leído no se han molestado ni siquiera en googlear sobre el tema, buscar las consecuencias psicológicas, leer si quiera una entrevista a alguna víctima, consultar sobre los motivos. En vez de eso, veo el tema tratado con ligereza, sin el respeto que de verdad merece. No tiene, ni debe, ser tabú; pero tampoco merece ser tratado con ligereza y sin investigación.

En los Estados Unidos, cada 107 segundos, una persona es violada; cada año, existen aproximadamente 293,000 víctimas. 68% de esas violaciones, nunca se reporta a la policía. 98% de los violadores nunca pasan un día en la cárcel. Pueden encontrar más estadísticas sobre los Estados Unidos en Who are the victims? en el sitio RAINN (Rape, Abuse & Incest National Network). En México, existen 15,000 denuncias por violación sexual al año; en el entendido de que sólo se denuncian en México el 20% de las violaciones, se puede calcular un estimado de 70,000 violaciones por año. De acuerdo a la información de 2009, en México sólo se produjeron 2,795 condenas por violación. (Fuentes: Amnistía Internacional y esta página que citaba a Amnistía internacional). Esas sólo son las estadísticas de dos países en el mundo. ¿Todavía les parece poco? Y eso que los números son fríos y tras cada una de esas denuncias y esas víctimas, hay una historia. Y muchas, veces, detrás de esas historias, hay comentarios desagradables como "se lo buscó", "estaba siendo una puta", "¿viste como iba vestida?", "lo estaba pidiendo". Hay personas que simplemente parecen olvidar que las víctimas nunca lo piden.

Si quieren escribir de violencia sexual, háganlo. Pero no la escojan como una opción sólo porque hay una mujer involucrada. No lo hagan de manera gratuita. Y, sobre todo, no lo hagan sin informarse primero. RAINN tiene una lista de los efectos que una violación y casi cualquier crimen sexual sufre la víctima, por favor, no lo ignoren. No lo usen como una backstory traumática si no saben de que están hablando. Porque, ¿saben qué? No importa que ustedes digan que es sólo ficción, para alguien, allá afuera, hombre o mujer, no es ficción; para alguien, allá afuera, es la realidad y probablemente su peor pesadillas. Y tratarlo de manera tan banal es, francamente, un insulto.


miércoles, 6 de abril de 2016

When I was Puerto Rican, Esmeranda Santiago | Reseña


Sinopsis: Esmeralda Santiago's story begins in rural Puerto Rico, where her childhood was full of both tenderness and domestic strife, tropical sounds and sights as well as poverty. Growing up, she learned the proper way to eat a guava, the sound of tree frogs in the mango groves at night, the taste of the delectable sausage called morcilla, and the formula for ushering a dead baby's soul to heaven. As she enters school we see the clash, both hilarious and fierce, of Puerto Rican and Yankee culture. When her mother, Mami, a force of nature, takes off to New York with her seven, soon to be eleven children, Esmeralda, the oldest, must learn new rules, a new language, and eventually take on a new identity. In this first volume of her much-praised, bestselling trilogy, Santiago brilliantly recreates the idyllic landscape and tumultuous family life of her earliest years and her tremendous journey from the barrio to Brooklyn, from translating for her mother at the welfare office to high honors at Harvard.

No me gusta reseñar libros autobiográficos. No lo digo mucho porque últimamente pasan por mi estantería muchos libros de caracter autobiográfico. Sin embargo, defiendo el derecho a criticar los libros autobiográficos, como productos editoriales que son. Probablemente no puedo permitirme poner en duda la historia, ¿quién soy yo para decir que la historia está mal estructurada si así fue como pasaron las cosas? O, por ejemplo, tampoco se puede criticar demasiado a los personajes porque no se tiene ni una pista de si quien escribió el libro los capturó bien o no. Al menos, eso es loq ue me detiene a la hora de reseñar un libro autobiográfico. 

Tampoco me gusta mucho reseñarlos porque no sé qué decir de ellos cuando hablo de su núcleo. Me ha pasado muchas veces que un libro autobiográfico o carece de un núcleo porque sólo pretende ser una compilación de anécdotas o tiene un núcleo muy diferente al que encuentras un libro de ficción. Ya dije arriba que, hablando de cosas que realmente sucedieron, no soy capaz de tratar a los personajes como simples personajes y siempre tengo que recordar que son personas reales, que quizá aun viven. Así que para reseñar este libro me estoy armando de paciencia por todo lo que voy a soltar. Respiro hondo. Y ahora sí, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. 

Esmeralda "Negi" Santiago
Esmeralda Santiago nació en Puerto Rico y durante gran parte de su vida, vivió en Macún, un pueblito donde no llegaba el drenaje o la electricidad. Fue la más grande de una familia que, cuando se mudó a Nueva York con su madre, consistía de siete hermanos y, para el momento en el que entró a la universidad, era de once. Once personas, ¿se imaginan? La poca privacidad, la atención dividida de los padres, el ruido constante, las peleas, las comidas y los buenos momentos. A lo largo de todo el libro podemos ver a la madre de la escritora continuamente embarazada, dedicándose a sus hijos y educándolos como la habían educado a ella. 

A Esmeralda la llaman Negi y, a pesar de todas las carencias de su pueblo, en la escuela aprende unas cuantas palabras de inglés, porque Puerto Rico es un estado libre asociado de los Estados Unidos (si alguna vez se preguntan por qué los inmigrantes puertoriqueños no tienen problemas con la ciudadanía americana, ahí tienen su respuesta: ya la tienen). Fuera de eso, poco vemos de influencia estadounidense. Puerto Rico es un país latino y, aunque no lo crean, todos los países latinos se parecen un poco. Quizá por eso los extranjeros confunden tanto y creen que comemos chile de aquí a la patagonia cuando no podrían estar más equivocados o creen que todos son mexicanos o creen que la música es igual. Pero aunque las tradiciones y la cultura difieren, para mí, los valores que transmitían las familias del siglo pasado se parecen que casi parece que los hayan calcado

Si hay algo por lo que se caracterizan nuestras sociedades es por ser increíblemente sexistas. La discriminación por motivos de género está a la orden del día. Pero, como dice mi mamá, hoy no es como hace 40 años. Si lo comparamos, parece que hemos dado pasos de gigante (y eso es lo que me mantiene optimista con todo el tema del sexismo). Durante su infancia, Negi no tiene casi ningún problema con los chicos. A su madre no le hace ninguna gracia que le ayude a su padre en su trabajo, pero como su padre la deja, poco puede objetar ella. Sin embargo, más o menos a la mitad del libro, empezamos a oír las alusiones a como Negi se va a convertir en una señorita y cómo hombres empiezan a verla de otra manera, cómo su madre le empieza a prohibir salir y cómo le dicen que no juegue con los mismos chicos que jugaba antes. Me dijeron lo mismo, casi. Le cambiaron un poquito. No me prohibieron jugar con hombres, pero no les gustaba que la mayoría de mis amigos siempre fueran hombres. Asumieron que cualquier hombre que me hablara querría algo más. Me enseñaron a protegerme. Me dijeron que no saliera de noche. Todo eso, más de cuarenta años después que a la escritora de este libro y en un país completamente diferente


La madre de Negi sufre de lo mismo. Su padre y su madre están en un continúo estira y afloja porque el padre de Negi tiene otras mujeres, otros hijos y suele desentenderse muy fácil de sus hijos. Aun así, la madre de Negi vuelve con él incontables veces y vuelven a pelearse incontables veces. Pareciera que vive con el permanente miedo de dejarlo para evitar el "qué dirán". Y a pesar de todo, parece que los dos quieren a sus hijos, no hay maltrato, lo único que ocurre es que transmiten los mismos valores y costumbres que les transmitieron a ellos y no toda costumbre es buena, por más costumbre que sea. 

En fin, no quiero hacer esto enorme, pero creo que tengo que mencionar otro punto del libro. Pareciera que se enfoca mucho en la discriminación de género por todo lo que he puesto allá arriba, pero la verdad es que no habla de eso todo el tiempo. Más que nada, porque el problema más común que suele tener Negi es la discriminación: en la ciudad, por venir del campo; en los Estados Unidos, por ser puertoriqueña. Esmeralda Santiago nos muestra muchas diferentes sobre su educación, sobre su vida en Puerto Rico, sobre sus padres, sobre la sociedad en la que le tocó vivir.   


Lo único malo del libro es que salta de un tema a otro sin algo que parezca unir a todo. Lo hace de manera cronológica, sí, pero hay cosas que se olvidan entre las páginas y vuelven a aparecer tres o cuatro capítulos después sin explicación y como por arte de magia. Bueno, lo que intento decir es que lo único malo del libro es que parece que le falta cohesión, pero que a pesar de eso se sostiene muy bien. Por supuesto que lo recomiendo, sobre todo para los interesados en Puerto Rico o en América latina en general.  

lunes, 4 de abril de 2016

7 consejos para el #CampNaNoWriMo

Cuatro días en el CampNaNoWrimo y muchos seguro que ya se están tirando de los pelos. Por falta de planeación, por exceso de planeación, porque su idea ya no les convence, porque van atrasados por muchos días o simplemente se están preguntando por qué ser tan masoquistas, si con un mes de NaNoWriMo al año es suficiente para acabar loco. Bueno, no se preocupen. vengo a compartir mi sabiduría infinita (o sea, ninguna) para salvarlos de la catástrofe. Estos son mis consejos de una escritora amateur a todos los que están intentando completar el CampNaNo con éxito y están empezando a preguntarse qué demonios están haciendo.


1. Aprovecha que puedes elegir tu meta. Esto es algo que en noviembre no puedes hacer. En noviembre es todo o nada, las 50K palabras o nada. Pero el Camp te da la oportunidad de elegir cuántas palabras vas a escribir y si sabes que no podrás lograr las 50,000 palabras siempre puedes relajar un poco tu objetivo. Tampoco es para que digas que escribirás 5000 palabras en todo el mes, pero sí para que te pongas una meta realista. En mi caso, son 30,000 palabras. 

2. Sé constante y adelanta cuando puedas. Sé que este consejo lo dan en todas las entradas sobre consejos para el NaNoWriMo y derivados pero de verdad es útil. ¡Háganle caso!

3. Planifica lo necesario. Hay personas que necesitan conocer toda la trama de lo que van a escribir antes de empezar y personas que no, sólo necesitan una idea, un final, un tema o una frase. Haz lo que se te acomode. Si necesitas planificar y apenas te diste cuenta, pierde el tiempo en planificar: al final te darás cuenta de que escribirás más cómodo y tendrás menos relleno entre tus manos. Si planificaste pero ya quieres cambiar todo el plan o ignorarlo y confías en ti, ¡hazlo! Lo ideal es que te conozcas y sepas si vas a necesitar un planning o no, pero nunca es tarde para remediar este asunto. 


4. No procrastines. No es necesario que apagues el internet, pero no procrastines. Adiós a perder mil horas en una página de nombres para bebés o decir cada cinco minutos en twitter que estás intentando escribir en el CampNaNoWriMo. Menos hablar de sus novelas y más escribirlas. Hay muchos escritores que pasan más tiempo diciendo que van a escribir que escribiendo, justo como esos estudiantes universitarios que pasan la vida diciendo que tienen que estudiar en vez de estar estudiando. No hay nada malo en compartir una o dos veces al día tu avance o pedir ayuda cuando la necesitas, ¡pero tampoco pierdas el tiempo en eso en vez de escribir! Que estar diciendo en las redes sociales que tienes que escribir no va a hacer que la página de word se llene de letras como por arte de magia, por más que nos gustaría.

5. Deja de preocuparte por si estás escribiendo una mierda. El 99.999999% de los trabajos que salen después de un NaNoWriMo o un CampNaNoWriMo son impublicables, por no decir otra cosa (me acabo de inventar la palabra, also). Son los únicos momentos del año en los que la cantidad es más importante que la calidad. Cuando acabe el mes podrías gastar todo tu tiempo en releer las porquerías que escribiste y mejorarlas, mientras estás escribiendo deja de preocuparte. Si pasas más tiempo corrigiendo que escribiendo el tiempo va a ganarte. 


6. No escribas solo. Si no quieres interactuar con desconocidos como los que te asignan en las cabañas del Camp invita amigos. Ellos estarán allí para oír tus quejas, te entenderán y también se van a quejar. Es buen método para relajarse, pedir ayuda y no sentirte solo en tu odisea.

7. Escribe. No hay mejor consejo que ese, se los aseguro. 

Finalmente, diviértanse. Ya oirán de mí y mis avances en el CampNaNo, por aquí, por mi twitter y por todas mis redes sociales aunque, por supuesto, me voy a aplicar mis propios consejos. No olviden que están escribiendo un borrador y que, cuando lo acaben, aun les quedará camino por recorrer. ¡Pero ya habrán dado el primer paso que siempre es el más difícil!

¡A ESCRIBIR!