Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

sábado, 2 de abril de 2016

Recuento de los daños | Marzo 2016

Como siempre, leí mucho. No sé ya ni por qué se los digo, si es que yo sólo tengo dos modos: o leo mucho o no leo nada. No sé si lo habrán notado, pero los meses que desaparezco son también los meses que me encuentro en sequía total. Y este, por supuesto, no fue uno de ellos. Así que sin más dilación, ¡vamos al recuento del mes! (Plis, no me odien).

Mar Negro, Bernardo Esquinca


Este es un libro cortito, en realidad, de cuentos de terror y misterio. Me gustaron porque Esquinca no necesita recurrir a los detalles escabrosos para darnos miedo. Durante varios días tuve el libro pegado porque no podía soltarlo. Punto más a favor es que es un libro ambientando en México como hacía mucho no leía uno, usa los lugares comunes en los relatos: Tlatelolco, el Centro Histórico, los edificios de Reforma. Los relatos no se parecen ninguno a otro, vamos desde arañas con doce patas a zombies y vampiros, desde la época en que Cortés estaba intentando someter a los Aztecas hasta el 2 de Octubre. Sin duda es una de las voces nuevas del terror mexicano que tanto le hace falta al género para mantenerse vigente. Si les interesa saber más, le escribí una reseña en Plusbits.

Challenger Deep, Neal Shusterman


Le había echado el ojo a este libro desde hacía meses y por una o por otra cosa no lo leía. Por tiempo, porque tenía otros pendientes, porque me salían lecturas conjuntas hasta de la planta del pie y por simple y sencilla desidia. Sin embargo, como necesitaba un ganador del National Book Award para el desafía de PopSugar, decidí que era un buen momento para dejar de poner excusas y leerlo de una buena vez. Challenger Deep es un libro maravilloso, que leí en inglés y también un poco confuso porque parece discurrir sobre dos líneas temporales y dos lugares diferentes aunque obviamente el protagonista es el mismo. Para entenderlo... bueno, sólo les queda leerlo. Le hice una reseña en el blog para que se animen a leerlo todavía más.

All about love, Bell Hooks


El libro de marzo en Our Shared Shelf y curiosamente el libro que acabó encajando en libro de autoayuda en el Challenge de Pop Sugar. La parte buena es que por fin llegué la categoría y que los dos primeros ensayos de este libro están decentes, lo malo es todo lo demás. No soy muy aficionada a los libros de autoayuda y acabé leyendo esto porque salió en Our Shared Shelf y se veía interesante, pero cometí un error. Lo admito. El libro no se sostiene demasiado bien, como ya expliqué en mi reseña en La hora del té, donde cada mes aprovecho para contar las cosas que pasan en el grupo de Goodreads. En fin, no fue un horror, pero definitivamente no mi mejor lectura en todo el mes.

Persona normal, Benito Taibo


Segunda decepción del mes. Sólo fueron dos y gracias a dios llegaron seguidas. No fueron decepciones nivel After, gracias a dios. Por eso marzo fue un buen mes. Pero este libro es exactamente esa clase de libros que no me gustan por el mensaje que traen (pista: no, no eres mejor por leer, aunque leer es muy bueno, pero ¡no te hace mejor persona!), porque la voz narrativa es la del autor y no la de los personajes y porque además mete mensajes moralistas en cada capítulo sin que tenga ningún núcleo. Hice la reseña y la verdad es que me quedé sin ganas de hablar del libro. Sólo me quedaron ganas de irle a decir a Taibo que, sí, que me encanta como persona, pero que no mame y acto seguido estamparse el libro en la cara.

Borderlands/La Frontera, Gloria E. Anzanldúa


Bueno. Uno de los mejores libros que leí en el mes y fueron muchos, así que... Borderlands fue publicado en los años que la comunidad chicana en Estados Unidos buscaba su identidad. Gloria E. Anzaldúa fue parte de ese movimiento como chicana de sexta generación cuya familia ya estaba en Texas cuando Santa Ana les concedió la independencia. El libro se divide en dos, como ya había puesto en la reseña: en la primera parte hay ensayos que hablan sobre la identidad chicana, la lengua, la cultura del borde, el machismo en las familias, de ser chicano y, al mismo tiempo, ser miembro de la comunidad LGBTI+ y los problemas que ambas cosas acarrean, juntas y por separado. La segunda parte son poemas. Ya lo había dicho pero entre la Gloria poeta y la ensayista prefiero a la segunda, pero si sólo vemos los poemas, no hay duda que prefiero a la que escribe los poemas en español. Un libro muy recomendado.

A long way gone, Ishmael Beah


Este libro es uno de esos libros dramáticos con los que aprendes muchas cosas y, si el libro tiene suerte, dejas de pensar que eres el centro del mundo y que tu vida es una mierda. Lo segundo no es lo importante, pero te pone con un poco de perspectiva. Ishmael Beah fue un niño soldado durante la guerra civil en Sierra Leona, en los noventas; perdió a casi toda su familia y, después de la guerra, tuvo que sobreponerse a su adicción a las drogas y lo acostumbrado que estaba a la violencia. En el libro, como ya dije en la reseña, tira de sus recuerdos para contar todo lo que le pasó y, al final, dar una reflexión sobre los niños soldados, cómo pueden ser ayudados y el trabajo que ha hecho en la ONU para crear conciencia. Verdaderamente, un libro impresionante.

In the Name of Salomé, Julia Alvarez


Yo no quería leer este libro de Julia Alvarez, quería otro. Pero este fue el que estuvo disponible primero en la OpenLibrary y yo no le iba a decir que no cuando igual tenía buena pinta (pero no tan buena como el otro). El libro cuenta la historia, ficcionalizada, de una poeta dominicana, Salomé Ureña y una de sus hijas, Camila Salomé Henriquez. Sí, las dos mujeres existieron en la realidad y, por lo que pude averiguar en mi curiosidad, la historia es bastante fiel. Una de las cosas curiosas del libro, y por lo que lo recomendaría, es que la estructura es curiosa. Empieza con Camila Salomé ya retirada y mayor, en Estados Unidos, pretendiendo ir lo más cerca de Republica Dominicana que pueda y con Salomé Ureña de niña, poco después de la independencia de Republica Dominicana de Haití. A partir de allí, una historia corre hacia adelante y otra hacia atrás hasta que ambas se encuentran. Tengo la reseña pendiente, pero ya la publicaré.

How the García Girls Lost Their Accents, Julia Alvarez


Este es el libro de Julia Alvarez que sí quería leer. Dio la casualidad que en la OpenLibrary se liberó poco después que el anterior y, a pesar de que es algo que suelo hacer muy poco, acabé leyendo dos libros de la misma autora el mismo mes y, además, uno detrás de otro. La historia de las chicas García es una historia de migrantes, de identidad y de cultura. Pareciera que es la vida de Alvarez ficcionalizada, volviéndose ella Yolanda García, maestra y poeta, quien tiene el mayor papel en el libro junto con las cuatro hermanas que se balancean entre dos culturas muy diferentes. Con este libro y con el anterior, debo decir que aprendí mucho sobre Republica Dominicana, cosas que, aunque conocía a una persona allí, no sabía de antes. Como ya dije en la reseña, libro muy recomendado.

How to be a Pirate, Cressida Crowell


La segunda parte de Cómo entrenar a tu dragón. Libro sin duda divertido y además, el audiolibro lo narra David Tennant, que hace unas voces de risa para los personajes. ¡No podía dejarlo pasar! Como me fui de vacaciones a un lugar sin internet, este libro se volvió mi principal entretenimiento cuando quería relajarme un poco porque las aventuras de Hiccup son muy divertidas. No he escrito reseña ni de este ni del anterior, porque la verdad es que planeo hacer una reseña colectiva tan pronto como acabe de leer la saga, pero me sorprende lo bien que la autora junta temas muy infantiles con temas más complejos y nunca deja de ser divertido. Un libro muy divertido que, sin duda, recomiendo. ¡Sobre todo si les gustan los dragones!

Room, Emma Donoghue


Por fin, el último libro del mes. Este libro fue el elegido en el Club de Lectura de la Noble y Ancestral Casa de los Black y fue toda una revelación. Aunque está traducido, elegí leerlo en inglés porque intuía que me iba a perder de muchas cosas si lo leía traducido, porque esta narrado por un niño de cinco años que en realidad no conoce el mundo real y ha vivido cinco años en Habitación. Un libro precioso, rompe-kokoros, que desde los ojos de un niño de cinco años nos cuenta, con la inocencia de Jack, como es la vida en la Habitación, cómo es su madre, por qué lo esconde del Viejo Nick y como logran escapar. Tengo la reseña pendiente, pero ¡ya la estoy escribiendo! Ahora quiero ver la película, porque el trailer me emocionó.

Colaboraciones


En PlusbitsMx:


En La hora del té:

jueves, 31 de marzo de 2016

How the García Girls Lost Their Accents, Julia Álvarez | Reseña

Sinopsis: Uprooted from their family home in the Dominican Republic, the four Garcia sisters―Carla, Sandra, Yolanda, and Sofia―arrive in New York City in 1960 to find a life far different from the genteel existence of maids, manicures, and extended family they left behind. What they have lost --and what they find-- is revealed in the fifteen interconnected stories that comprise this exquisite first novel. Just as it is a feature of the immigrant experience to always be looking back, the novel begins with thirty-nine-year-old Yolanda's return to the Island in "Antojos" ("Cravings") and moves magically backward in time to the final days before the exile that is to transform the girls' lives. Along the way we witness their headlong plunge into the American mainstream, but although the girls try to distance themselves from the Island by ironing their hair, forgetting their Spanish, and meeting boys unchaperoned, they remain forever caught between the old world and the new. With bright humor and rare insight, Julia Alvarez vividly evokes the tensions and joys of belonging to two distinct cultures in a novel that is utterly authentic and full of irrepressible spirit.

Cómo las chicas García perdieron sus acentos, traducción literal del título de la novela, empieza con el regreso de Yolanda a su isla natal, Republica Dominicada, a los treinta y nueve, después de cinco años de no pisarla. Sus tías la obligan a hablar en español, aunque parece que se le han ido olvidando las palabras y lo único que quiere es ir al campo a comer guayabas, ella sola, en un carro y sin chaperón, lo que resulta un escándalo entre su familia. De allí, empezamos a ir para atrás. Las chicas García ya no tienen sus acentos, más bien su español se ha vuelto diferente, pero el libro nos va condiciendo hacia atrás, hasta antes de que se fueran a vivir a Estados Unidos, obligadas por una situación política en la que su padre se veía amenazado y vamos desentrañando sus vidas. 

Este libro es la vida de Julia Álvarez ficcionalizada. Ella es Yolanda, Yo, Yolo, Joe en los Estados Unidos. Poeta que ha dejado de escribir para frustración de su madre y se ha convertido en maestra, aunque su madre rogaba porque ella fuera la famosa de la familia y dejara el nombre de los García de la Torre en alto. Durante todo el libro, tenemos historias de las cuatro hermanas: el matrimonio de Sofría, Fifi, que hizo enojar a su padre y con el que apenas se está reconciliando después, de, cómo no, darle a su primer nieto varón; los problemas de Sandi, Sandra, que estuvo internada en un psiquiátrico después de una decepción; de como Yolanda se siente extremadamente liberal dentro de su familia, pero frente a la libertad estadounidense sigue siendo más conservadora y finalmente de Carla y los zapatos rojos. 

Latinoamérica es increíblemente diferente entre sí. Diferentes costumbres, diferentes héroes, diferentes fechas. Republica Dominicana tiene una historia particularmente complicada. Pero en esencia, todas las familias latinoamericanas del siglo pasado se parecen un poco. Al menos en los libros. Se nota el contraste de la liberación femenina, al menos entre Yolanda y sus hermanas, que son feministas pero no pueden lograr que nadie en la isla se una a su causa, en especial sus tías mayores, porque creen que no es femenino andar rogando por sus derechos (sí, ese es un argumento normal) y sólo se preocupan por buscarles marido. La dualidad entre su identidad ―estadounidenses y dominicanas a la vez― se hace notar sobre todo en Mundín, su primo, que mientras está en Estados Unidos es parte de ellas, un compañero, pero cuando vuelve a Republica Dominicana cada verano se vuelve un macho de nuevo, intentando encajar. 

A pesar de que el libro va hacia atrás, narrando desde el presente donde Yolanda vuelve a la isla hacia el pasado, cuando se acustumbraban a vivir en los Estados Unidos o aun estaban en Republica Dominicana, no es difícil de seguir. La narración es muy simple y eso ayuda, además de que a pesar de que ya sabemos cómo termina la historia de las chicas García (sin sus acentos), lo de antes es nuevo y es una narración que se spoilea poco a sí misma. Como cualquier libro latino de un descendiente de latinos o inmigrante, está plagado de expresiones en español en todas partes y de modismos en los dos idiomas que lo hacen sentir más cercano. 


De entre los personajes, todos se sienten humanos, con sus contradicciones y esa crisis de identidad que las hace debatirse entre dos países. Como decía la sinopsis atrás de mi ejemplar (escaneado para la OpenLibrary): se rebelan quitándose los chinos, planchándose el pelo, pero vuelven a sus raíces por la fruta, la comida y cada año, volviendo sin sus maridos, al cumpleaños a de su padre, que parece que no le importa tener cuatro hijas mujeres, como insiste en aparentar, pero que sólo accede a reconciliarse con Fifi cuando tiene un hijo varón. Su madre las protege y las defiende de su padre, pero aún así fue criada con otros valores y las aleja de las escuelas públicas para meterlas en internados católicos, donde sabe que sus hijas estarán bien cuidadas. 

Respecto a la trama, tengo que decir que no hay un núcleo fuerte en el libro, lamentablemente, a pesar de lo bien unidas que están las escenas. Es un libro sobre todo de identidad, pero no se concentra en eso, sino en problemas varios. A veces no consigue abarcarlos todos, lo cual es una lástima y deja con dudas y ese regusto a que estamos viendo un montón e historias pequeñitas que se escapan y dicen que les toca ser contadas en otra ocasión, así a lo Ende. Es el único punto malo que le puedo ver al libro y pasa con muchos libros de este tipo. Realmente es una lástima porque el libro es precioso.

¿Lo recomiendo? Por supuesto que sí. Es un libro muy interesante si les gustan estos temas, aunque está algo complicado de conseguir. Ojala, si lo leen, les guste

martes, 29 de marzo de 2016

Las comas son amigas, no comida (III)

A lo mejor si a la mitad no me doy cuenta de que la entrada está quedando kilométrica esta es la última parte en la que les daré lata con las comas. A lo mejor, pero no estoy segura. Recuerden que las comas son cosas muy importantes porque ponerlas o no ponerlas es la diferencia entre decir una estupidez o no decirla. Queremos que todo el mundo nos entienda, ¿no? Bueno, entonces, manos a la obra, tenemos trabajo que hacer. 

Uno de mis usos preferidos para las comas (sí, soy tan ñoña que tengo favoritos) es el siguiente: las comas se usan para delimitar incisos. La mayor parte de las veces (no todas) este uso se puede alternar con raya o con paréntesis, pero como hablamos de las comas... se usa así: se pone una coma antes y una después del inciso, no importa lo que haya atrás o delante del inciso, sea conjunción o no lo sea, vocativo o no, lo que sea: el inciso se delimita por comas. Hay incisos de muchos tipos, que son los que vamos a ver hoy.

Por ejemplo, podemos empezar por las aposiciones explicativas. Para que no me digan que hablo en chino, les explico: una apocisión es una construcción de elementos gramaticales y si es explicativa, quiere decir que incluye información adicional aclaratoria. Pongamos un ejemplo:

Yo podría escribir: María no tiene dinero, ¿puedes prestarle?
Pero por ejemplo, podría querer explicar que María es mi hermana menor.
Entonces, el inciso quedaría así:
María, mi hermana menor, no tiene dinero, ¿puedes prestarle?
Ahí, la aposición es "mi hermana menor" y como podemos ver, está rodeada por comas.
Más ejemplos de aposiciones explicativas:
Edimburgo, ciudad de Escocia, fue el lugar que visité cuando estuve de viaje.
Carlos V, rey de España, es muy famoso.
Moctezuma Xocoyotzin, huey tlatoani de los Aztecas, recibió a Cortés.

Continuemos con las explicaciones: los incisos también pueden ser adjetivos explicativos u oraciones adjetivas explicativas. Todos sabemos que los adjetivos calificativos nunca van separados por comas (El perro bonito, el gato viejo, etc, etc), pero los explicativos, que nos dicen cómo se encontraba el sujeto cuando ocurrió cierta acción en vez de describirnos al sujeto, sí. 

Ejemplos:
Los ratones, derrotados, dejaron de buscar queso por toda la casa. (Se explica que todos los ratones estaban derrotados, de ahí que ya no buscaran más queso).
Si queremos poner la oración sin comas tendría otro sentido:
Los ratones derrotados dejaron de buscar queso por toda la casa. (Decimos que de todos los ratones, sólo los derrotados, que no son todos, dejaron de buscar queso por toda la casa).  

En ese ejemplo podemos ver que muchas veces es gramaticalmente correcto ponerlo de las dos maneras, con o sin comas. Pero en ambos casos estamos explicando o diciéndole a nuestros lectores cosas diferentes, así que tenemos que tener claro que es lo que vamos a transmitir para no caer en errores.

Volviendo a los incisos: estos también pueden ser expresiones accesorias que no tienen ninguna vinculación o propósito explicativo en la oración en la que se insertan. Muchas veces se usan en la poesía, si es que no les suenan de ninguna parte.

Ejemplos:
Llegó a casa, dime tú su no es para matarlo, con todos sus amigos y sin avisar.
Tus caderas, ¡que delicia!, son lo mejor que me ha pasado en la vida.

Y después a la RAE le dio flojera seguir clasificando (bueno, probablemente no) y dijo que era considerado inciso cualquier otra clase de comentario, explicación o precisión a algo dicho

Ejemplos:
Toda la familia, incluida mi cuñada, estaba de acuerdo con lo propuesto.
Un buen hombre, según decía un célebre escritor, era fiel a sus principios.

Ya voy a acabar... casi (y esa sólo me la creo yo). Ahora, se escribe coma antes de una palabra que se acaba de mencionar cuando se repite para introducir una explicación sobre ella. Por ejemplo...

Se compró la mejor moto que había en el mercado, moto que, a los pocos meses, acabó olvidada y polvorienta en el garaje.
Compramos manzanas en el supermercado, manzanas que estaban carísimas.
El carro verde se descompuso, carro que compramos al año pasado.

La palabra etcétera se rodea por comas para separarla del resto de la oración. Ya les había puesto un ejemplo parecido al hablar de enumeraciones pero ahora vemos el caso de qué es lo que ocurre si, después de un etcétera, la oración continúa. 

Así es:
Los cítricos como el limón, la naranja, la toronja, la mandarina, etcétera, son muy buenos para prevenir los resfriados.
Así NO:
Los cítricos como el limón, la naranja, la toronja, la mandarina, etcétera son muy buenos para prevenir los resfriados.

También se escriben comas antes de cada una de las oraciones o elementos coordinados en oraciones del tipo: bien..., bien...; ora..., ora...; ya..., ya... He elegido dejar este uso casi al final porque no es muy común y yo, por ejemplo, sólo lo uso al hablar o escribir de manera muy formal. No es muy común en el habla coloquial.

Ejemplos:
Organizaremos la reunión el jueves, bien en tu casa, bien en la mía.
Todos querían a Sara como presidenta de la colonia, ya porque les había prometido beneficios, ya porque de verdad creían en ella.

Ahora, otra cosa importante pero a la que casi no pone atención. ¡FECHAS! Sí, al escribir una fecha completa, con el lugar incluido, el lugar se separa de la fecha. También se separa el día de la semana y el mes con comas. 

Ejemplos:
Distrito Federal, 28 de marzo de 2016.
Houston, Texas, a 13 de febrero de 1994.
Martes, 3 de enero de 1870.

En las direcciones, en España, dato curioso, se pone coma entre en nombre de la calle y el número. Yo personalmente siempre he escrito así: Rosas 24. Pero eso, según la RAE, se escribe así en España (que los españoles confirmen): Rosas, 24. Ahí sí, que cada quien decida cómo poner las cosas, de todos modos las entendemos todas, ¿no? 

Ahora, para seguir y ya casi acabar, usamos las comas para distinguir entre todos los sentidos de una oración. Ya lo he explicado antes con algunos ejemplos, pero aquí me dedicaré un poco más a eso. Pongamos algunos ejemplos:

Me he vestido como me indicaron (me vestí de la manera en que me indicaron).
Me he vestido, como me indicaron (me indicaron que me vistiera, pero no cómo).
Mientras, hizo lo que debía y no hubo problemas (mientras algo más ocurría, él hizo lo que debía).
Mientras hizo lo que debía, no hubo problemas (no hubo problemas siempre que él hizo lo que debía).
Vamos a comer niños (pues van a comer niños, deben estar muy ricos).
Vamos a comer, niños (los niños van a comer y no a ser comidos). 

Bueno, hay más usos de la coma y los pueden consultar en la RAE. La mayoría son más técnicos y subcasos de los que expliqué en esta serie de tres entradas. De todos modos, si tienen dudas, sean muy amables de dejarlas aquí abajo y yo contesto lo que sepa y si no lo sé, pues lo busco. Ojalá que estas tres entradas les hayan servido de mucho y les hayan gustado y las apliquen. Compártanlas si es que conocen a alguien que las necesite. Además, si quieren que haga algo sobre algún otro signo de puntuación (que sepa usar, claro), pueden pedirlo, ya saben. 

¡Diviértanse con las comas! Recuerden que son amigas, no comida.