Sinopsis: This is the story of Paul, a sophomore at a high school like no other: The cheerleaders ride Harleys, the homecoming queen used to be a guy named Daryl (she now prefers Infinite Darlene and is also the star quarterback), and the gay-straight alliance was formed to help the straight kids learn how to dance.
When Paul meets Noah, he thinks he’s found the one his heart is made for. Until he blows it. The school bookie says the odds are 12-to-1 against him getting Noah back, but Paul’s not giving up without playing his love really loud. His best friend Joni might be drifting away, his other best friend Tony might be dealing with ultra-religious parents, and his ex-boyfriend Kyle might not be going away anytime soon, but sometimes everything needs to fall apart before it can really fit together right.
This is a happy-meaningful romantic comedy about finding love, losing love, and doing what it takes to get love back in a crazy-wonderful world.
Este es el tercer libro de David Levithan que leo. El primero, uno de sus últimos libros, Two Boys Kissing, me encanta y de hecho cuando lo reseñé hablé bastante bien de él. Con Cada día, tuve algunos problemas pues consideré que tenía mucho relleno, la relación entre los protagonistas sólo se sostenía de un lado y algunas otras cosas. Con este, me doy cuenta de una cosa: David Levithan ha mejorado con el paso de los años. Pero vamos, muchísimo. Demasiado. Exageradamente. Lo malo, claro está es que este es su primer libro. Y es terrible.
Boy Meet Boy tiene lugar en un universo paralelo, de eso estoy segura. Un universo paralelo mucho más open-minded en el 2003 que lo que es el mundo en el que vivo. No es que no hable de la discriminación a los gays, el problema no es ese. De hecho, ningún libro que tenga como protagonistas a dos chicos de la comunidad LGBTI+ tiene por qué hablar sólo de la discriminación como si fuera una obligación. Que hablen del tema y no lo eviten como si fuera tabú se agradece, pero nunca es exactamente una obligación de nadie. Este libro no ignora el tema, simplemente lo trata de manera muy superficial y el mundo en el que se ambienta parece artificial. Como dije, un mundo paralelo donde las cosas son infinitamente mejores.
Por otra parte, no tiene muchos puntos fuertes. Levithan escribe bien y ha mejorado con el paso de los años. Aquí quizá hay demasiado azúcar, pero no me parece un error, simplemente me parece que no es un libro al que yo le vaya a poner 5 estrellas en Goodreads después de haberme causado un come diabético o algo peor. A pesar de todo eso, le encontré cierto sentido a lo azucarado de la narración: me recordó a cuando tenía 15-16 años y también me recordó demasiado por qué adoro que hayan pasado esos años: se acabó el "todo es un drama", no más preocuparte por como te vean los demás en la escala social (a menos de que seas un pendejo), no más problemas de ex novios a los que tienes que ver diario. No más.
Este libro, es ese mundo, pero elevado a la enésima potencial. Dejando de lado que el quaterback es una chica transexual, hay lesbianas, y hay gays, parece que estoy viendo una película adolescente gringa (que no sea Mean Girls, al menos esa tiene un guion más inteligente). Sí, ese tipo de películas donde todo el mundo es blanco, las porristas y los jugadores de americano son como estrellas de cine y todos son un cliché andante. Esas películas. De los personajes, debo decir que el narrador y dos o tres chicos más o no están tan mal. Pero fuera de eso, hay algo que no cuaja. No es que sean personajes mal construidos, pero parecen hechos a medias, se nota que es el primer trabajo del autor, hay un millón de nombres con los que nunca logre empatizar del todo. No hagan clichés con patas. No funcionan.
Pasando a otras cosas, la historia es en sí insustancial. Hay una trama, hay un climax que se ve venir de lejos y hay demasiada adolescencia suelta. No odio a los adolescentes. Pero me recuerdo a mi misma a la edad de Paul, nuestro protagonista, y quiero ir y golpearme a mí misma. Me pasa lo mismo con Paul: quiero golpearlo al mismo tiempo que me saca una sonrisa nostálgica, pero no mucho más. Me entretuve con el libro, pero simplemente creo que es un libro de esos que pasa desapercibido y no más; de esos que, en unos años, no se va a acordar ni el Dios en el que no creo, ni el diablo, ni nadie.
Me molestó especialmente que se le diera más importancia al drama de Paul después de besar a su ex (¡UN PERSONAJE BISEXUAL ESTO DEBE SER UN MILAGRO!) que a la situación de Tony. Son dos cosas que ocurren casi al mismo tiempo, y una tenía todo el potencial para ser un buen drama (un drama inteligente) y la otra no. Adivinen cuál eligió el autor para darle mucha más importancia a la hora de crear drama. Sí, a la cliché barato. Al final, retoma la situación de Tony (un adolescente gay con padres cristianos y un poco intolerantes), pero ese arco argumental (que tenía más potencial) queda desperdiciado y sepultado bajo el peso de un deux-ex-machina que lo arregla todo, o al menos, da esa sensación.
Me alegra que Levithan haya mejorado. Pero debo advertirles algo: si Levithan no les interesa especialmente, este es un libro, ni se preocupen por leer este libro. No tiene caso. No aporta nada a sus libros de calidad y es más bien un cliché azucarado con patas es una preparatoria irreal con una trama desperdiciada. Eso sí, narrado muy bonito (pero con un montón de cosas obvias remarcadas). En fin, ¿conclusión? No muy recomendable. No completamente malo, pero sí irrelevante.