Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 16 de octubre de 2015

Las uvas de la ira, John Steinbeck | Reseña

Sinopsis: Distinguida con el Premio Pulitzer en 1940, Las uvas de la ira describe el drama de la emigración de los componentes de la familia Joad, que, obligados por el polvo y la sequía, se ven obligados a abandonar sus tierras, junto con otros miles de personas de Oklahoma y Texas, rumbo a la «tierra prometida» de California. Allí, sin embargo, las expectativas de este ejército de desposeídos no se verán cumplidas. Entre las versiones cinematográficas que ha conocido esta novela destaca la memorable protagonizada por Henry Fonda y dirigida por John Ford.

Este libro se quedó en mi kindle mucho tiempo, esperando mucho tiempo, a  ver si me decidía a hacerle caso. Era para matar dos pájaros de un tiro: tachar un título de la lista de Pulitzers y un nombre de la lista de los escritores ganadores del Nobel. Porque yo un día decidí que iba a leer al menos un libro de cada ganador del Nobel aunque me llevara la vida entera (llevo diez autores y medio) y los Pulitzers de novela (llevo dos o tres, toda una vergüenza). 

La verdad, cuando por fin acabé sus 600 y tantas páginas, me pregunté algo: ¿por qué demonios no lo había leído antes? Es, además, mi primer acercamiento a John Steinbeck; ni siquiera leí De ratones y hombres antes, que es más pequeño en cuanto a páginas y posiblemente más rápido de leer. No. Yo decidí empezar por aquí. Así que ahora, ¿por dónde empezar a reseñar? No tengo ni la más remota idea y es algo que me pasa cuando he leído un libro muy bueno: no se exactamente cuál de sus cualidades resaltar primero. 


Este libro nació después de que Steinbeck recorriera California durante los años de la Gran Depresión documentándose para escribir una serie de artículos periodísticos que hablaban del drama de los emigrantes que habían dejado sus tierras en el este para ir hacia California, donde supuestamente había trabajo. Aquí, nos cuenta la odisea de la familia Joad que ha perdido su granja en un pueblo de Oklahoma y se dirige a California a buscar cualquier clase de trabajo que les de para comer

Es un libro que se cuece a fuego lento. La metáfora es pésima, pero es cierta. Va poco a poco. Empieza con Tom Joad recién salido de la cárcel en libertad bajo palabra (condicional) y yendo a casa para encontrarse que a los Joad ya no les queda ni un acre de tierra y viven todos hacinados en la casa del Tío John. Llega justo a tiempo para marcharse con ellos (violando la libertad bajo palabra, que no le permite salir del estado) a California. De ahí, los capítulos se van alternando: unos hablan de las aventuras de los Joad y otros más cortos y mucho más poéticos que hablan de las hazañas de los emigrantes en general: tener que abandonarlo todo, venderlo, quemarlo, olvidarlo. Buscar trabajo sin encontrarlo, ser estafados cada poco y aceptarlo porque es la única manera que tienen de conseguir gasolina o dinero.
Y entonces, de improviso, las máquinas los desalojaron y los lanzaron a hormiguear por los caminos. El movimiento los transformó; las carreteras, los campamentos a lo largo de los caminos, el miedo del hambre y el hambre misma los transformaron. Los niños sin pan los transformaron, la eterna mudanza de un sitio a otro los transformó. Eran emigrantes. Y la hostilidad de los otros los transformó, los soldó unos a otros, los unió... esa hostilidad que se manifestaba en los pueblos en que los ciudadanos se agrupaban y armaban como para repeler a un invasor..., escuadrones con mangos de azadas, empleados y pequeños comerciantes con rifles guardando el mundo contra su propia gente
Es un libro increíble, esta calificado dentro del realismo social y es uno de los libros más reconocidos, si no el que más, de John Steinbeck. 

La prosa de los capítulos en los que habla de los emigrantes es exquisita. Con los Joad es un poco más seca y hay muchas partes que se sostienen en los diálogos, pero en general, no me pareció árida como estepa ni plana como sabana africana. Los personajes están todos increíblemente formados y no todos te pueden caer bien, pero tienen sus matices. Además, Steinbeck aprovecha muy bien el "show, don't tell" con sus personajes y nos va mostrando su personalidad por medio de sus diálogos o sus actos. Nada de destriparnos al personaje entero en el primero párrafo que aparece. Me encariñé especialmente con Tom Joad y su alto sentido de la justicia y con uno de los mejores personajes femeninos que he visto en mucho tiempo: Ma, capaz de amenazar a su esposo y a toda su familia con un palo, de dar órdenes y mandar en la familia, aún con las quejas de su esposo.

―¿No piensas en qué pasará cuando lleguemos? ¿No temes que quizá no sea tan bonito como pensamos?
―No ―replicó con rapidez―. No lo temo. No debes hacer eso.
―Yo tampoco. Es demasiado, es vivir demasiadas vidas. Delante de nosotros hay mil vidas distintas que podríamos vivir, pero cuando llegue, sólo será una. Si voy adelante en cada una de ellas, es excesivo.
Como dato curioso, este libro cumple el Test de Bechdel (dos mujeres, con nombre, que tengan una conversación y que la conversación no sea sobre hombres), que (actualización en 2019) no sé para que les conté en 2015 ese dato, pero creo que fue porque mi personaje favorito era Ma.  

martes, 13 de octubre de 2015

Sé lo que (no) hiciste el verano pasado

Yo sí se lo que no hice: leer. 

Agosto y septiembre fueron meses de sequía total, extrema y absoluta en lo que a lecturas respecta. Me leí dos libros los primeros días de agosto y no volví a tocar un libro hasta este viernes pasado que decidí que mi bloqueo lector (o simple desgana) tenían que terminar ya. Así que este es el recuento del verano entre dos libros y otras cosas que hice. Disfruten. 

El complot mongol de Rafael Bernal


Lo leí por mi papá. Que porque era LA novela negra mexicana. ¿Decepciones? Unas cuantas. El libro ni me gustó ni me disgustó, pero detesté ese aire machista que carga cuando he encontrado mejores modelos de relaciones y mejor representación femenina en libros ambientados en sociedades más retrógradas y en libros mucho más antiguos. Mira tú. Además el complot como tal es digno de película gringa, pero con típico pistolero mexicano. Novela entretenida y excelente ejemplo de lo que es y fue la novela negra en México. Buscando eso, no decepciona. Tiene una curiosa forma de narrar, pero la verdad es que es una novela bastante olvidada para ser considerada todo un exponente en el género. Es algo deprimente si lo ponemos así, pero creo que en realidad es algo justo: la historia es demasiado sencilla para un complot, con demasiadas americanadas en muy pocas páginas y un racismo y un clasismo insoportables que nos hablan de la época en la que se escribió. No es mal libro, pero no lo pondría en un altar.

Estupor y temblores de Amélie Nothomb


Este libro sí se llevó, creo recordar, un merecido 5/5. ¿Cómo una historia sobre explotación laboral, abuso laboral y un retrato de la sociedad japonesa puede ser tan entretenido? Da risa, no hay otra manera que ponerlo. Las aventuras de Amélie en una empresa japonesa es algo que parece delirante para cualquier persona occidental y que sin embargo para los japoneses son cosas del día a día. Desde sus aventuras en las fotocopias, sirviendo café, descubriendo que el peor crimen en una empresa japonesa es tener un poco de iniciativa. Retrata de manera increíble a los japoneses, con un cariño impresionante, pero también sin auto censurarse. Me gusta mucho esta escritora belga y creo que la voy a seguir leyendo mucho tiempo más. 

Doctor Who



No sé como pasé tanto tiempo sin ver Doctor Who. O como me dejaron que pasara tanto tiempo sin verla, vaya. Me ventilé la serie moderna en unas tres semanas y un par de seriales antiguos (bueno, The Aztecs, pero es que no puedo dejar de reír en todo ese serial). Voy en el primer capítulo de la novena temporada, así que no soltaré spoilers de lo nuevo, pero sólo voy a decir que con Doctor Who no sé si los guionistas son unos genios o a veces se les mueren todas las neuronas. Desde la temporada cinco he sufrido unas decepciones que ni Love and Monsters (el peor capítulo que jamás haya visto sólo seguido de cerca por Kill the moon y cualquier capítulo en el que salgan los Weeping Angels que no sea Blink). Sin embargo, aquí sigo, porque no hay duda de que entre algunas decepciones, hay joyas y actores excepcionales.


¿Mi doctor favorito? Tennant. Si el décimo no tuviera la cara de Tennant entonces tendría problemas, porque adoro también a Eccleston y a Capaldi (a Smith, no, se tardó una temporada y media en convencerme y aún así no me convenció completamente), pero lo mío con Tennant es cuestión de principios. Me he visto casi toda su filmografía (exceptuando Hamlet, algo de terror y alguna miniserie) para oír su acento y ver su cara. Además tiene la ventaja de que todos sus acompañantes me gustaron (sí, defiendo a Martha Jones, incluso) y con Amy Pond y con Clara Oswald tengo severos problemas a veces. 

En fin. Por qué me dejaron vivir sin ver Doctor Who.

Broadchurch


¿Recuerdan que hace dos párrafos dije que yo veía todo aquello donde apareciera Tennant sólo por su linda cara? Pues así fue como caí en Broadchurch: sin leer ni la mísera sinopsis. Ahora, temporada y media después, soy fan. Típica serie inglesa, con ese aire de un pueblo inglés donde nunca pasa nada y el misterio está a la orden del día, nada que ver con esas americanadas del tamaño de CSI o La ley y el orden. Me encantan casi todos los personajes, o por el contrario, los odio con pasión. Están tan bien construidos que nunca sabes quién es el bueno, quién el malo y quién es sólo un idiota. La relación entre Hardy y Miller, los dos protagónicos, es increíble.

Y Tennant, claro, es Tennant. Olivia Colman hace además un papelazo como protagonista, me encanta. Entre otros papeles, me encanta ver a Darvill como el reverendo y me encanta el creepy niño mejor amigo del niño muerto, hijo de la DS Miller. Me queda media temporada por ver y luego a esperar una tercera para saber quién demonios acaba feliz en ese drama. 

How to get away with murder


Un asesinato inteligente, personajes por los que más o menos me preocupo, ninguno muy bueno moralmente y una trama que se sostiene. Por eso vi una serie que se mantiene en pie sobre casos de derecho penal simplemente absurdos (no lo digo yo, lo dice mi mejor amiga, abogada). Viola Davis hace un papel excepcional, ni quien lo niegue. La serie es entretenida, Alfred Enoch está buenísimo y por si fuera poco, para mí es un personaje de lo más interesante. Por primera vez veo a una latina (Laurel Castillo) retratada fuera del estereotipo y además es increíble ver a Karla Souza lejos de las malas telenovelas mexicanas. El asesinato que conduce la trama toda la temporada es interensante y está todo bien escrito. El resto, es sólo absurdo. Pero la serie es buena.

domingo, 11 de octubre de 2015

6 años en blogger y 6 cosas que aprendí aquí

Ya lo sé: seis años impresionan, hacen creer a todos que tienes toda una experiencia detrás. En mi caso, son muchas las cosas que he aprendido andando por aquí. Así que este pasado siete de octubre cumplí seis años con este blog. No son seis años de reseñar libros, porque entre sus primeras entradas no hay ni media reseña. Eso es más reciente. De tres años para acá. Y de reseñas con las que este contenta, aun menos, pues me gusta haberme vuelto más crítica con los años. Así que esto es lo que he aprendido.

1. No hay suficiente innovación en el mundo de las reseñas. Lo noté dándome un paseo por los blogs que seguía un amigo: todo el mundo estaba reseñando el mismo libro. No es la primera vez que veo el fenómeno. Sirve para darte una idea del libro, claro, porque estás sobre saturado de puntos de vista, pero al final el libro es sustituido por otro más muy pronto y el fenómeno vuelve a empezar. Eso quiere decir que aunque hay una cantidad increíble de puntos de vista, la variedad es poca. Siempre me he jactado de que, aunque sigo de cerca muchos blogs, a los que siempre preferiré son a los que recomiendo aquí, en mi lista de blogs. Son los más originales en cuanto a reseñas, entradas y puntos de vista y además están llevados por personas en cuyo gusto literario confío.

2. Se le da un exceso de importancia a los IMM. ¿Se han preguntado por qué nunca hago uno? No es que no me gusten, pero es que no los veo estrictamente necesarios. Publicar uno al mes, dos, incluso, me parece bien. Pero hay gente que parece llenarse de libros y nunca los reseña. Yo, la verdad, prefiero pasar de eso. Primero porque leo prácticamente todo en digital y no lo reseño todo. Pero es una sección a la que se le da una excesiva importancia y al final acabo viendo más fotos de libros que reseñas o comentarios críticos.

3. Hay sectores que temen mucho la reacción del público. No lo hagan. No vale la pena. Si un libro no les gustó, argumenten por qué no les gustó con el humor que quieran. Sarcástico, si eso quieren. Siempre habrá alguien que vaya a defender sus gustos y siempre habrá alguien que quiera defender lo que piensa por medio de la ofensa. 

4. Hay cierto culto a los clásicos. No es tan fácil hablar mal de un clásico o decir "pues a mí no me gustó". No está prohibido, claro y probablemente tampoco se pueda negar que, como libros clásicos, hay un valor literario que viene con ellos. Pero se tiene todo el derecho del mundo de decir: a mí no me gustó.

5. No se distingue entre buenos personajes y personajes buenos. Me ha pasado leyendo algunas reseñas. Ya ahondaré mucho más en el asunto en alguna entrada posterior.

6. Los blogs literarios en general te hacen recuperar la fe en la humanidad. No puedo estar de acuerdo con el gusto de todos y no todos pueden estar de acuerdo con mi gusto, de hecho, puedo odiar algunas reseñas porque les falta un ojo crítico o puedo considerar que alguien tiene un mal gusto, pero hay algo que es imposible negar: la forma de compartir este gusto por la lectura es maravilloso.

Yo leo desde siempre.
No pienso irme de aquí.
Sí, eso he aprendido. Parece poco y se dice fácil, pero son seis años. Son una larga trayectoria de intentar ser más crítica, leer más y opinar más. Olvidar opiniones, rechazarlas, cambiarlas o mantenerlas. Seis años es algo que se dice fácil. Pero créanme: no lo es.