Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

jueves, 22 de enero de 2015

Yo no aprendo (o cómo me apunté a #12mesesleyendo)


El reto es de Sabious Words y ya me había apuntado el año pasado. Sólo que el año pasado en marzo dejé de contar mi progreso en TODOS los retos a los que me anoté y a estas alturas ya no sé si leí o no leí lo que el reto decía que tenía que leer. Así que espero que este año no se me olvide anotar qué leí y qué no leí.

La lista de meses y condiciones son:
Enero: leer un libro recomendado. La conquista de América: la pregunta del otro, de Tzevan Todorov (recomendado por Ame)
Febrero: leer un libro romántico. La espuma de los días, Boris Vian.
Marzo: leer un libro prestado. El amante, Margurite Duras
Abril: leer un libro clásico. El extranjero, Albert Camus 
Mayo: leer un libro que tenga adaptación al cine. El graduado, Charles Webb
Junio: leer un libro regalado. El aliento del cielo,  Carson McCullers
Julio: leer un libro de un autor de tú país. Pedro Páramo, Juan Rulfo
Agosto: leer un libro de un autor nuevo.
Septiembre: leer un e-book.
Octubre: leer un libro de terror.
Noviembre: leer un libro de un autor japonés, chino o coreano.
Diciembre: leer un libro que haya sido publicado en el presente año.


sábado, 12 de abril de 2014

Two boys kissing, de David Levithan | Reseña

Sinopsis: El reconocido autor David Levithan cuenta la base de la verdadera historia de Harry y Craig, dos chicos de 17 años de edad que están a punto de participar en un maratón en el que se besarán durante 32 horas para establecer un nuevo Guinness World Record. Toda la novela es narrada por un coro griego de una generación de hombres homosexuales víctimas del SIDA. Mientras que los dos chicos cada vez más deshidratados y con falta de sueño, se les cierran los labios, se convierten en un punto focal en la vida de los otros chicos adolescentes que se ocupan de languidecer relaciones a largo plazo, al salir, el control por la identidad de género, mientras que la pareja besándose trata de averiguar sus sentimiento el uno por el otro.

No digo que sea el descubrimiento del año, pero me enamoré. En serio. Es un libro con una sucesión de palabras que cuentan una historia demasiado bonita que es especial precisamente por lo cotidiana que es. Excepto por los dos chicos que intentan romper el récord Guinness y que son el eje de la historia, las demás historias que se entrelazan son ese tipo de historias que cualquier ha vivido. Es la historia de esos novios que llevan tanto tiempo siendo novios que viven en una rutina, la historia de la primera cita, ese irremediable "quién carajos soy" de la adolescencia, el miedo a que los demás no te entiendan, el sentimiento de "nadie me hace caso y mis padres no me quieren".

Me ha gustado. Mucho. Un libro cortito que se lee en dos patadas con un poco de paciencia, con un final abierto que deja un buen sabor de boca. No es un libro profundo, o al menos a mí no me lo pareció. Está escrito de una manera tremendamente sencilla, con frases cortas, siempre desde la vista de una generación atrás, una generación que ha visto más y sabe un poco más de la vida. Ese fue, quizá, uno de los detalles que más me gustó: que los narradores saben que están viendo adolescentes, que conocen los errores de los adolescentes, pero no los juzgan demasiado, que aceptan que así es la vida y que cada quien tiene que cometer sus propios errores.
The first sentence of the truth is always the hardest. Each of us had a first sentence, and most of us found the strength to say it out loud to someone who deserved to hear it. What we hoped, and what we found, was that the second sentence of the truth is always easier than the first, and the third sentence is even easier than that. Suddenly you are speaking the truth in paragraphs, in pages. The fear, the nervousness, is still there, but it is joined by a new confidence. All along, you've used the first sentence as a lock. But now you find that it's the key.
Los narradores son testigos de la soledad de Craig mientras mira la pantalla de su celular, mientras se comunica con "contactos" y no con amigos, de como la familia de Peter acoge a Neil como un hijo y como la homosexualidad de Neil es un secreto a voces del que nadie habla. De la manera en que la madre de Craig se entera de la homosexualidad de su hijo y esa forma tan humana de reaccionar que tiene.


No es un libro dramático, no apela al drama para hacerte enternecer. Hay drama, pero también hay romance, la felicidad del primer amor, los altibajos de una relación que ya dura años, las peleas y las formas que cada quien tiene de reconciliarse. Los celos de un adolescente y la desesperación de otro la ver como sus antiguos amigos lo denigran por salir con un chico. Ese lema que casi todos hemos esgrimido alguna vez de "la sociedad está mal" sin darnos cuenta de que somos parte de ella.

Es un libro precioso. Sin más. Muy muy recomendado. 

viernes, 11 de abril de 2014

El valle del asombro, de Amy Tan

Llevaba tiempo ya sin tocar a Amy Tan. Dejo pasar mucho tiempo entre un libro y otro porque las estructuras de sus libros suelen ser las mismas, aun cuando la historia no lo sea. Esta vez cayó en mis manos su última novela: El valle del asombro. Fue una lástima que me decepcionara.

Sinopsis: 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a cabal lo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la complejarelación entre madres e hijas.

Pues sí, eso es el libro, una historia de cortesanas. No puedo decir que no me gustó, pero tampoco me impresionó tanto como otros libros de la misma autora. Me parece que tiene partes muy buenas, pero otras que yo simplemente rebanaría con una tijera. Muchas veces sentí que estaba leyendo algo parecido, al principio, a Memorias de una Geisha. Obviamente con las debidas diferencias entre una cortesana china y una geisha (además de que se nota que Amy Tan no se sacó el noventa por ciento de cosas de su invención).

Pero llegado a un punto, no supe que pensar del libro. De repente parece una sola sucesión de desgracias y mala fortuna para la protagonista y la gente cercana a ella. Violeta es una protagonista fuerte, pero simplemente verla sufrir no me produce empatía, me produce algo peor, algo llamado lástima y ninguna protagonista que me causara lástima ha llegado nunca a parecerme extraordinaria. necesito que me hagan sentir algo más además de pena por todas sus desgracias.

Lo que si es claro es todo lo que el libro no es, así que si lo empiezas a leer ten en cuenta los siguientes puntos:

  • No es una novela histórica. Tiene la caída de un emperador, y quizá una guerra. Pero no es, en ningún caso, histórica. No habla de personas reales.
  • No es una novela erótica. Hay sexo. Demasiado sexo. Pero no hay erotismo en él, simplemente es el trabajo de una cortesana.
  • No es una novela romántica. Hay romance, pero no es el punto central del libro, en ningún caso.
Creo que era un intento de novela para descubrirse, dejar que Violeta se descubriera, pero nada me quedó claro al final. Un reencuentro con su hija que sinceramente disfruté y una brutal sinceridad por parte de ésta, un perdón a su madre, que se lo merecía y un romane... vale, esa parte ya no me pareció bien. Podíamos haber vivido muy cómodamente sin averiguar de quién se enamoraba Violeta, sobre todo por ese sabor de boca extraño que me dejó. 

Si rescato la novela es por algo: por Edward, pero por otro lado, ¿a quién le gusta leer sucesiones de desgracias? Necesito, además de todas las adversidades de los protagonistas, algo que me anime a seguir leyendo.
Quiero que nuestro amor sea tan grande que nos duela por dentro.