Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

sábado, 8 de junio de 2013

Los «críticos» que han perdido la capacidad de disfrutar

Hace ya mucho tiempo fui parte de un foro de crítica de fanfiction bastante más desconocido que los monstruosamente famosos Los malos fics y Los malos fics y sus autores (ambos con diseños agresivos, que no pretendían agradar al lector, si no asustarlo). No recuerdo la razón que me llevó a unirme (fuera de que el tema «Cosas que te joden», era lo mejor que podía existir), pero sí sé lo que pasó después,  y es lo exactamente lo que he visto en esos dos foros en los que se junta la «crema y nata» del fandom: te conviertes en un crítico automático.

Cuando te conviertes en una de esas criaturas que pululan por el llamado fandom, lees por el puro placer de destrozar un escrito al que sólo le buscas los fallos y ya no los puntos fuertes. Enumeras los mismo errores una y otra vez: personajes OOC (out of character), mary sues, mala ortografía, pésima redacción (y todo lo dices sin mirar los errores que tú cometes, porque allí, como crítico, eres algo parecido a Dios).

Las críticas ya no se enfocan en el autor, que generalmente se la pasa por los huevos y las ignora porque le da reverendamente igual que tú pienses que escribe basura. Esos «críticos», que se han dado el título como si el escribir con buena ortografía les diera la oportunidad de realzar los errores de los demás y ridiculizarlos (aunque insistan que no lo hacen). Leen cosas que ya saben que van a ser malas y torturan sus ojos con la misma historia de siempre, los mismos clichés y los mismos errores, con la esperanza aun de que los autores corrijan. ¿Tiene razón? No lo sé. No me importa. ¿Su causa es desinteresada? Tampoco me importa.

Pero lo que estos «críticos» han olvidado ya es que se lee por placer, y que muchos de esos escritores de fanfiction son adolescentes que no aspiran a convertirse en autores profesionales. Y que, además, son una plaga, por lo que no sirve de absolutamente nada seguir buscando malas historias, que sabes que van a ser malas, y acosar al autor con comentarios, a ver si le da la gana ir y ver sus errores señalados una y otra vez.

Si un día cuando entran en una historia ya no leen, sino que sólo buscan los errores de manera mecánica, dejen de leer. Salgan de esa página, porque ni siquiera están disfrutando la que dicen que es su mayor pasión: leer.


Leer es para disfrutar. No para sufrir viendo los mismos errores de siempre. 

viernes, 7 de junio de 2013

La esposa del dios del fuego, Amy Tan | Reseña

Sinopsis: Durante más de cincuenta años Winnie y Helen ocultaron sus peores secretos. Pero, cuando Helen está a punto de morir, Winnie decide contarle todo a su hija Pearl, incluso la terrible verdad que ignora la propia Helen. Así despega esta fabulosa historia que nos conduce desde Shanghai en los años veinte, a través de una China envuelta en guerras, hasta Estados Unidos, adonde llega Winnie en 1949. Ignorando que Pearl oculta también su propio secreto, Winnie le confiesa cómo confundió el amor con el abandono de sí misma.
Winnie desentierra la caja de secretos de su corazón cuando Helen amenaza con contarle a Pearl, su hija, sus secretos si no se los cuenta ella misma. Abre la caja y nos transporta a una China llena de tabúes, a una historia de guerra, de mujeres de soldados, de costumbres que en américa nos parecen lejanas y extrañas para convertirá en su historia más personal, aquella que ha guardado en lo más profundo de su alma desde que pisó tierra estadounidense.
Le dice a su hija por qué la lealtad no debe confundirse nunca con el sometimiento y lleva su historia, la de esposa de un hombre que parece no tener alma, hasta el punto en el que la esperanza no es otra cosa más que el más crudo instinto de supervivencia. Las otras mujeres rezan para que sus maridos vuelvan del campo de batalla, en donde se enfrentan a los japoneses, mientras que Winnie lo hace esperando que no vuelva nunca, esperando que el escuadrón regrese un día y le digan que su esposo ha muerto.

Es la segunda vez que leo una novela de Amy Tan, y utiliza la misma fórmula de siempre, ese choque entre dos generaciones de mujeres chinas, ambas sumergidas en un mundo completamente diferente, incapaces de comprender a la otra. La fórmula, sorprendentemente, da resultado y el contraste de dos generaciones cada una con su trasfondo, y su historia, te llega al corazón. Sus personajes, golpeados por la guerra y la desgracia, buscan sin detenerse cualquier esperanza para cambiar sus circunstancias.

Winnie nos enseña, a todos, por qué a veces la vida está llena de contradicciones, y Amy Tan nos lleva hasta lo más profundo de su personaje principal. Nos lleva a explorar su historia, llena de porqués, para comprenderla y entenderla.

Cuando la leí, comprendí por qué la segunda novela de Amy Tan resultó un éxito equiparable al de la primera.

jueves, 6 de junio de 2013

Últimas reseñas en Plusbits



Escribí dos reseñas de dos libros completamente opuestos y diferentes para Plusbits.Mx la última semana y vengo a compartirlas con ustedes, como siempre.

Copo de algodón

En este libro se narra la historia vista desde los ojos de Copo de Algodón, una niña, hija del gran Tlatoani, que es testigo del choque brutal entre dos culturas muy diferentes que hoy, en este tiempo, nos resultan difíciles de comprender. Copo de Algodón nos sumerge de lleno en su manera de ver la vida y de entender su cultura llena de dioses que hoy sólo son enormes esculturas de piedra y ritos que no creemos posibles, como todos los sacrificios humanos dedicados al dios de la guerra…
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Bajo la misma estrella

Había escuchado maravillas de John Green y sobre todo de este libro, que trata sobre dos chicos con cáncer. Trágico, ¿no? Hazel Grace tiene que llevar a cuestas un tanque de oxígeno a cada momento porque sus pulmones apestan siendo pulmones y Augustus Waters no tiene una pierna, sino una prótesis. Se conocen en un grupo de apoyo contra el cáncer, al que Hazel acude para complacer a sus padres y Augustus acompañando a un amigo y pronto nace algo entre ellos. «Algo» que no es romance, porque Hazel tiene miedo de morir en cualquier momento, de crear lazos que después no pueda romper.

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La emperatriz de los etéreos

Bipa es extremadamente racional, cree que los cuentos de hadas son una pérdida de tiempo en las cuevas y tampoco le interesa lo que pueda haber allí afuera, en ese mundo helado. Aer, por el contrario, se pasa la vida soñando con esa estrella azul que marca el camino hasta el deslumbrante castillo de la Emperatriz de los etéreos y Bipa no hace más que señalarle que eso son solo sueños y fantasías. Pero Aer se obstina, recordándole que su padre no era originario de las Cuevas, diciéndole qué tiene que haber algo más allí afuera, y parte hacia lo que parece una muerte segura, en busca de la Emperatriz de la que casi nadie ha oído hablar.

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