Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 3 de junio de 2013

Si no despierto: el fracaso de Lauren Oliver | Reseña

Leí este libro después de Delirium, porque me habían dicho que Lauren Oliver era increíble, y Delirium me había convencido allí donde muchos libros me habían decepcionado infinitamente. Pero no, quizá llegué con las expectativas demasiado altas, y «Si no despierto», se convirtió en otro de esos libros que me decepcionaron.

Sinopsis: Imagina que solo te queda un día de vida. ¿Qué harías? ¿A quién besarías? ¿Hasta dónde llegarías para librarte de morir? Samantha está a punto de averiguarlo: el viernes doce de febrero será su último día. O, mejor dicho, sus últimos siete días, porque todo va a repetirse una y otra vez hasta que se dé cuenta de que cambiar las cosas... está en su mano.

La prosa de Lauren Oliver es correcta, todas las oraciones bien hiladas. Parecida a la manera de narrar Delirium, y sin embargo, es algo completamente diferente.

Samantha es el arquetipo de chica que detesto y por eso tuve dificultades para empatizar con ella. Empatizar con un tipo de personaje que me desagrada no es imposible (Ron Weasley, Jack, Rebekah Mikaelson como ejemplos), sin embargo, con Samantha y sus tres amigas me resultó completamente imposible: en ningún momento me transmitieron nada. Quizá no son huecas, pero a mí no me dieron otra impresión que la de Caroline Forbes en la primera temporada de Diarios de Vampiros: la de rubia tonta (pero Caroline evolucionó después).

Las cuatro chicas son superficiales, leales a ellas mismas, unidas por unos lazos increíbles de amistad. Sin embargo, nunca entendí sus porqués. Puedo tragar a cuatro chicas populares, que saben que van a recibir muchas rosas en San Valentín  si comprendo un poco de su ser. Pero no entiendo sus porqués. No entiendo la animadversión a Juliet, aun cuando Sam, por algún motivo que tampoco comprendo, de esfuerza tanto en descubrir porque Lindsay la odia.

No entiendo por qué Sam rechaza al mismo chico mono una y otra vez, o por qué sale con un chico que se emborracha y que sólo la ve como un mero objeto para quitarle la virginidad. En ellos no hay nada romántico, no hay ni un solo vínculo y es extraño. No hay más que un «luv ya» y una rosa y nada más. No parece ni siquiera una relación por conveniencia.

En fin, Samantha se analiza a sí misma, sin demasiada profundidad para acabar llegando hasta un final que se anuncia desde la primera frase y que no ofrece ninguna sorpresa, ni ningún sobresalto, y en mi caso, tampoco me hace empatizar con ninguno de los personajes de todo el libro. Ni siquiera con el chico mono rechazado, o con Juliet, o con nadie.

Pésimo libro en mi opinión. 

viernes, 26 de abril de 2013

Nunca me abandones, en La cueva del escritor



Mi reseña más actual en ese blog que me encargo de mantener vivito y coleando: La cueva del escritor (y deberían pasarse, publicamos consejos, entrevistas, columnas, noticias y reseñas, todo de interés literario). ¿Por qué todavía no se pasan? ¿Me quieren explicar? En fin… he aquí mi nueva reseña:  
En Hailsham se formaron los vértices de aquel triangulo que formaron ella, Ruth y Tommy durante toda su vida. Ruth, una muchacha vivaz, Kathy, algo más inocente e incrédula, y Tommy, con ataques de furia un día sí y un día también y con nulo talento para el arte… Sin embargo, a medida que el libro va avanzando, se forman esas preguntas en la mente del lector, ¿por qué los crían de esa manera?, ¿por qué les dan libertad sexual y les prohíben la nicotina?, ¿por qué se preocupan de manera exagerada por su salud?
 
Kathy relata el día a día reflexionando sobre los sentimientos de ese momento. Sobre lo que influyó su crianza en su vida posterior, como cuidadora. Su manera de ver el mundo, de preguntarse porqué Madame, que les tiene miedo (cosa que comprueban ella y sus cinco compañeras de cuarto) se lleva sus obras de arte a «La Galería». ¿Por qué esa galería? ¿Para qué?

Lee la reseña completa aquí.

miércoles, 24 de abril de 2013

Hablemos de poesía (XII): Táctica y estrategia


En memoria al recuento de mi vida amorosa y a los buenos recuerdos.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
por fin
me necesites.