Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 10 de abril de 2013

No hay que ser wikipedia andante

Digamos que ya no me emociona ser
 Potterhead

Como últimamente no me da por reseñar, si no por ver qué tan podrido va el mundo (que los humanos vamos a tiempo record, unos milenios más y no queda nada vivo), o ya para el casi sólo Twitter, plataforma web para perder el tiempo por excelencia y decir tonterías que muchos leerán y que pocos recordarán (sí, lo tengo perfectamente asumido cuando lo uso, créanme).

El meollo del asunto es de ese fenómeno que lleva un tiempo gestándose en todas esas llamadas fanbases (llenas de niñas pre pubertas cargadas de hormonas intentando meterle su opinión por las narices al mundo sin saber que muy probablemente el resto del mundo ya tiene una opinión propia y esta es muy respetable, aunque nos pese…).

Sí, las opiniones de todos son respetables, aunque para ti Christian Grey sea el dios del sexo o tu último amor sea Edward Cullen o te quieras violar a Jon Nieve, o pienses que Green Day es lo mejor del mundo, o digas odiar a la gente que ve anime, o estés enamorada de C.C. (cofcof) o para ti Los Juegos del Hambre sea la mejor distopía. Se vale todo.

Con esa premisa pasemos a lo que sigue:

Partamos del punto de que tú, persona, eres fan de algo (pongamos, por ejemplo, una saga —que es el tema de moda en mi twitter, tengo que sobreexplotarlo—) y como te has leído todos los libros muchísimas veces, y además de eso has leído la Wikipedia, las páginas oficiales y cuánta información resulta ser confiable de tu adoración (léase, tu saga preferida ever), eres algo así como… Una Wikipedia andante, una enciclopedia que va por el mundo como si tal cosa.

Dah, que no, que no está mal. Que así la saga sea Twlight eres libre de aprendértela de memoria. Faltaba más. Desde que existe el mundo existe la libre expresión, o pretende existir y no me vas a caer mal o bien por saberte Twilight de memoria.

El problema es cuando, tú, persona, consideras que para ser verdadero fan (porque ya no se puede disfrutar por gusto, no, se tiene que ser un verdadero fan porque si no eres un falso y te insultan como sí el mundo se estuviera cayendo a pedazos y tú fueras el responsable) debe de saber tanto como tú. Tachas de “falso” a cualquiera que no es una Wikipedia andante.

Que sí, que he caído en eso. Pero aprendí que puedes exponer tus opiniones siempre y cuando no insultes las de los demás. Se les va la vida en insultar a los “falsos” como a Cersei Lannister viendo a Tyrion en los rincones (y a mí de paso se me va escribiendo estás patochadas, pero me da igual) y se olvidan que existen argumentos. Que uno puede discutir si le da la gana, pero queda muy mal cuando lo deja todo en un “pues está es mi opinión y te callas”. Argumentos, argumentos ¡existen!, no se olviden de ellos, porque la frase anterior sólo denota creencias de superioridad e inmadurez (para mí).

Así que antes de insultar a alguien, en este caso un mal fan “por no saberse todos los nombres de todos los personajes que aparecen en cada una de las páginas de la saga Harry Potter” o “por no saberse la fecha de nacimiento ni los nombres de los integrantes de Coldplay” o “por no saber cuándo fue la última vez que Justin Bieber fue al baño”, recuerden:

Para que te guste algo (seas fan de algo) no hay que ser una wikipedia andante.  

Nea

martes, 9 de abril de 2013

Reseña de «Gritos de amor» en Estrella en Potencia



Bell, a quién conocí el año pasado en la FIL Zócalo, se animó a leer mis poemas y le hizo una reseña a Gritos de amor (¿qué esperan para descargar el poemario?) en su blog: Estrella en Potencia, cosa que le agradezco mucho ya que… ¡es la primera vez que me reseñan mis poemas! Eso emociona, obviamente.
Para quienes leen poemas con más frecuencia que yo, les resultará raro que Nea maneje un estilo que no es muy ortodoxo que digamos. Es decir, no son los clásicos versos que incluso con leerlos crees oír un sonsonete que te hace querer lanzarlos lejos (Bell rueda los ojos). Sin embargo, recordemos que la poesía es una parte de la literatura que no siempre es bien apreciada; de hecho, he llegado a oír que llaman "anticuados" a los poemas, menos cuando les conviene (como en trabajos escolares o cuando quieren quedar bien, por poner ejemplos cotidianos). Por lo tanto, que Nea haga algunos que no son con una estructura "tradicional" es un cambio que quizá las nuevas generaciones aprecien.
¡Lee la reseña completa aquí!
Nea

lunes, 8 de abril de 2013

La Délicatesse


Esta película de 2011, que apenas se molestó en llegar a los cines mexicanos, fue lo que fui a ver el viernes con mi mamá con la excusa de que me llevara a MixUp. Fuimos a ver esta porque no estaba Parker, ese refrito a la Nicolas Cage que mi mamá quería ver porque tenía disparos y esas películas le encantan. Es la segunda película en la que veo a actual a Audrey Tatou (Amélie), aunque desde hace tiempo tengo el ojo puesto en Coco avant Chanel y en Un long dimanche de fiançailles (las dos las tengo, pero no hay cables para mi DVD que me dejen verlas…)

¿De qué trata? Nathalie (Audrey Tautou) es una preciosa joven que lo tiene todo: un buen trabajo, está casada con el hombre del que está perdidamente enamorada y goza de una salud estupenda. Pero de repente un día todo esto cambia cuando su marido fallece en un grave accidente de coche. Tras el incidente, Nathalie se hunde perdiendo la ilusión y pasa varios años centrada exclusivamente en su trabajo dejando a un lado su vida sentimental. De pronto conoce a Markus, un compañero de trabajo (François Damiens), que cambiará la situación en la que se ve inmersa desde hace tiempo e iniciarán un romance lleno de sorpresas, contradicciones y novedades.

Como no sé ni mierda de cine me limitaré a decir que me pareció una película muy buena (aunque no mejor que Amélie, todo hay que decirlo) y que las actuaciones de los dos protagonistas son excelentes —a mi parecer, que por cierto, no sabe de cine—. La forma en que Nathalie se zambulle en su trabajo tras la muerte de François, no dejando espacio para nada más en su vida…

Sin embargo un día dice a Markus, un compañero de trabajo (su subordinado, en realidad), al que besa sin conocerlo, sin saber quién es… Y Markus la hace volver a creer en el amor. Suena cursi, pero algo así pasa. Me gusta la evolución de esa relación que al principio parecía no llegar a ninguna parte, que parecía haberse quedado sólo en un beso robado en un despacho de una empresa con bastantes chismosos dentro (bueno, no dejan a Nathalie en paz cuando descubren que tiene algo que ver con Markus), y un jefe bastante acosador (aunque sin pasar de ahí, no, no tenemos creepys).

¿La recomiendo? ¡Claro!

Además, la música a cargo de Emilie Simon, es preciosa, aquí les dejo mi tema preferido: Bel amour.


Nea