Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

domingo, 10 de marzo de 2013

Más de doscientas entradas...


Doscientas. Cien por dos. Veinte veces diez. Diez veces veinte. He llegado. Por fin. ¿Ya salto de alegría? ¿Me tiro al piso? No… mejor hago una entrada donde les restriego que soy blogger desde 2009 —con este blog— y que apenas tengo doscientas entradas, triste número para tanto tiempo publicando chorradas (unas menos inteligentes que otras).

¿Qué he hecho de relevante en otras cien entradas más que se agregan a las cien primeras? Na…

Empezamos con la sección Hablemos de poesía con un poema de Jaime Sabines (alguien a quien sí puedo llamar ídolo… pero, ¡no!, no idealicemos a la gente), critiqué a Eternidad con toda mi mala leche… (no, no esperen destripamientos que no sean el de Divergente pronto, realmente no quiero ni perder mi tiempo leyendo ese tipo de libros)… Le cambie dos veces la plantilla al blog, publiqué Confesiones de amor junto a Dann, y un poemario, el primero de muchos (espero): Mi más profundo ser. Además, fui a tres ferias del libro (cuatro, si contamos de la que hablaré en unos días) y conocí a dos autoras muy importantes para mí: primero, en la FIL Zócalo, conocí a María García Esperón, y después en la FILIJ, a Maite Carranza. Y este San Valentín, sin perder la tradición impuesta hace un año… ¡publiqué otro poemario: Gritos de amor!

Por otro lado…, una de mis entradas preferidas es, precisamente una de las más ignoradas: 23 de noviembre de 2012.

¿Voy a seguir escribiendo? Sí, de hecho, tengo un plan de un nuevo poemario en puerta… Y muchas reseñas que hacer. ¡Hoy mismo publiqué una de Divergente en Plusbits.mx!, no pierdan la oportunidad de leerla.

Doscientas entradas y todavía tenemos Nea Poulain para rato

martes, 5 de marzo de 2013

Hablemos de Poesía (X): El sistema


Los funcionarios no funcionan.
Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza enseñan a ignorar.
Los jueces condenan a las víctimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.
Es más libre el dinero que la gente.
La gente está al servicio de las cosas.
Tiempo de los camaleones: nadie ha enseñado tanto a la humanidad como estos humildes animalitos.
Se considera culto a quien bien oculta, se rinde culto a la cultura del disfraz.
Se habla el doble lenguaje de los artistas del disimulo. Doble lenguaje, doble contabilidad, doble moral: una moral para decir, otra moral para hacer.
La moral para hacer se llama realismo.
La ley de la realidad es la ley del poder. Para que la realidad no sea irreal, nos dicen los que mandan, la moral ha de ser inmoral.
Quien no se hace el vivo, va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido, mentidor o mentido.
Tiempo del qué me importa, del qué le vas a hacer, del no te metas, del sálvese quien pueda.
Tiempo de los tramposos: la producción no rinde, el trabajo no vale.
En el Río de la Plata, llamamos bobo al corazón. Y no porque se enamora: lo llamamos bobo por lo mucho que trabaja.
Eduardo Galeano

Sin notas, ni explicaciones. A veces, no son necesarias

Nea 

lunes, 25 de febrero de 2013

La Reina del Sur, Arturo Pérez-Reverte | Reseña



Nombre: Teresa
Apellidos: Mendoza Chávez (alias La Mejicana)
Características físicas: Ojos negros. Cabello negro. Sin marcas ni cicatrices. Complexión delgada. Estatura 1,67.
Historia criminal: Nacida en Culiacán, Sinaloa (Méjico). Hija de padre español y madre mejicana. Convivió con Raimundo Dávila Parra, alias El Güero Dávila, piloto de aviación relacionado con el cártel de Juárez. Viaja a España. Melilla. Relacionada con Driss Larbi, propietario de clubs nocturnos. Algeciras. Gibraltar. Relacionada con Santiago López Fisterra, piloto de planeadores. Tráfico de tabaco y estupefacientes. Detenida por el Servicio de Vigilancia Aduanera. Prisión de El Puerto de Santa María.

Teresa Mendoza empieza a correr, desde Culiacán, el día que le avisan que El Güero Dávila está muerto por medio de una llamada de un celular que nunca debió de hacer sonado y acaba en España, conocedora de todos los secretos de El Güero, en Melilla, al lado de Santiago Fisterra. Y allí, en España, se convirtió en la leyenda de La Reina del Sur tras sobrevivirle a Fisterra y pasar por la carcel

Un libro que habla del narcotráfico y que nunca se hace pesado, que narra las aventuras de una mujer que desafió a todos los que no la tomaron en serio y se tornó una parte importante de la red de droga en España.

Casi sin diálogos, con una narración atrapante, que desvela los entresijos de la personalidad de una mujer enigmática y hermosa, incapaz de decir «te quiero», renuente a atarse a alguien, dispuesta a todo…

Tereza Mendoza está basada en Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, internacionalmente conocida.
“Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil. La cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas incompartidas”.