Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

lunes, 23 de enero de 2012

El río, cuento de Julio Cortázar

Y sí, parece que es así, que te has ido diciendo no sé qué cosa, que te ibas a tirar al Sena, algo por el estilo, una de esas frases de plena noche, mezcladas de sábana y boca pastosa, casi siempre en la oscuridad o con algo de mano o de pie rozando el cuerpo del que apenas escucha, porque hace tanto que apenas te escucho cuando dices cosas así, eso viene del otro lado de mis ojos cerrados, del sueño que otra vez me tira hacia abajo. Entonces está bien, qué me importa si te has ido, si te has ahogado o todavía andas por los muelles mirando el agua, y además no es cierto porque estás aquí dormida y respirando entrecortadamente, […]”
Ese es el principio del primer cuento de Julio Cortázar que leí ya que venía en el libro/manual que usábamos para literatura. No el primero que oí, claro, pero sí el primero que leí por puro gusto y he de decir que desde entonces me gustan los cuentos de Cortázar.
Y ya que nunca se había hablado de cuento en este blog, les vengo a recomendar esté (y todos sus cuentos) que se pueden encontrar todos en línea.

¿Por qué este? Bueno, fue el primero que leí. Le tengo un cariño especial por haber sido el primero. Desde entonces me gusta la forma de narrar de Cortázar, de su manera al usar las figuras literarias (sí, hay más aparte de la metáfora, pero la gente usualmente las ubica todas en el rango de metáfora).

Así que, ya se los recomendé… ya les puse yo el inicio… Si quieren leerlo, lo pueden encontrar aquí

Nea

domingo, 22 de enero de 2012

Eternidad, Alyson Noël | Reseña

[Nota: mañana entro a la escuela, por eso la mala leche de esto. Tenía que sacarla en algún lado]

Últimamente se me da eso de leer libros por puro masoquismo. Así que puestos a ello me descargué Eternidad en una traducción cutre de un foro igual de cutre (que no mencionó porque aún me queda un poquito de respeto) y me sumergí en la lectura del bodrio este. Tengo que decir que no me esperaba mucho y que tenía más ganas de hacer el destrozamiento/crítica del libro que de cualquier otra cosa.

Sinopsis: Después de que un horrible accidente siegue las vidas de su familia, Ever Bloom, de dieciséis años, puede ver el aura de la gente, oír sus pensamientos, y saber toda la historia de la vida de una persona con sólo tocarla. Haciendo lo imposible por evitar el contacto humano y suprimir sus habilidades, ha sido etiquetada como bicho raro en su nuevo instituto. Pero todo cambia cuando conoce a Damen Auguste.

Damen es guapísimo, exótico, y rico. Es el único capaz de silenciar el ruido y la extraña energía en su cabeza; poseyendo una magia tan intensa, que es casi como si pudiera ver dentro de su alma. A medida que Ever se siente más y más atraída hacia su mundo de secretos y misterio, encuentra más preguntas que respuestas. Y no tiene ni idea de quién es él en realidad... o qué es. Lo único que sabe con seguridad es que se está enamorando profundamente y sin remedio de él.

Por un lado tenemos lo que cualquier libro hermano, primo o parte de la progenie infinita de Crepúsculo (porque seamos sinceros, antes de Mierdúsculo había basura literaria, pero no tanta) debe tener:

Protagonista medio corta de luces —o sea, tonta— que nos narra el libro y de paso nos cuenta unas 25.491.539.731.639.293.615.362.848 lo guapo y raro, y exótico y extraño que es su novio Damen. Y cuanto lo ama. No para de hablar de cuanto lo ama. O de pensar en él y auto convencerse que no pueden tener nada. O de… vamos, ustedes saben. Por otro lado nuestra protagonista es una ex-chica popular del colegio rubia y guapa —lo que explica que Damen se fije en ella— que vive enterrada bajo una capucha y con los auriculares de su iPod enchufados todo el día —o sea, una antisocial en toda regla, así que si yo fuera Damen no me hubiera fijado en ella, nunca—. Por otro lado tiene un nombre más bien ridículo: Ever. O sea, nunca. Y además puede ver las auras de las personas, escuchar sus pensamientos y conocer su vida con solo tocarlas —todo esto sólo es una secuela del accidente que mató a su familia, menos a ella—. Y es medio sosa. No, no medio, es bastante sosa. Y por supuesto, no puede ver el aura de Damen, ni oír sus pensamientos ni nada (casualmente *cof* Edward y *cof* Bella *cof* a la inversa *cof*).

Por otro lado tenemos al protragonista super guapo y sexy, y candente, y extraño, y raro, y exótico. (Y luego Ever asegura que no es superficial… SÍ, claro, si la primera vez que lo ve s amigo está a punto de llamar al 911 porque asegura que se desmayara… No es superficial, por supueeeeeeeesto *sarcasmo demasiado obvio*). Damen. Cuando empiezan a salir Ever descubre que no tiene ni idea de 1) donde vive 2) que hace cuando no va a la escuela, porque falta demasiado 3) cuál es su número teléfonico y 4) cuál es su nombre completo. Creo que hay un severo problema con la comunicación de pareja. Por otro lado no me entra que Damen vuelva una y otra vez con Drina, ni que ligue con Stacia sólo para causarle celos a Ever. (No, no es superficial tampoco él, según la autora.) Además Ever parece no tener cerebro cuando esta con él, porque si él le dice que falten a clase, ella falta, si él le dice que se tire de un acantilado, se tira. Qué lástima que no le dijo eso.

Y por último lado tenemos a la mala malísima pelirroja y un poco tonta: Drina. Me ahorra muchos comentarios porque podría seguir insultándola hasta pasado mañana. (Si lo único que a veces le da interés a estos libros es el malo como Victoria o Jane en Mierdúsculo). Es tan tonta. Y absurda. Y además no pega como mala.

Existían unos amigos de Ever: una gótica y un gay (como en Chicas Pesadas. Demasiado parecido a Chicas Pesadas). Convenientemente olvidé sus nombres porque son robots sin personalidad alguna.

Y tenemos a Riley. Es el único personaje rescatable del libro. Es la hermanita menor de Ever que murió en el accidente y se la pasa en casa de Ever porque ella la puede ver o espiando a sus antiguos amigos, o a las celebridades de Hollywood. De verdad que es lo único rescatable. Consiguió arrancarme UNA carcajada en todo el libro que es soporífero porque Ever piensa en Damen hasta cuándo va a cagar. Así que Riley contribuye a salvar varias escenas del libro y me divierte.

En fin, el libro trascurre leeeeeeento, leeeento, mientras Ever nos cuento lo guapo que es Damen una y otra y otra y otra y otra y otra vez. Y mientras Drina intenta deshacerse de Ever. Por supuesto, el final es un insulto para las personas que nos gusta el drama y la acción: el final carece de ello porque es absurdo a más no poder. En serio, es un insulto para todas las personas con al menos UNA neurona en el cerebro. 

Además esta el detalle de los tulipanes rojos, pero se cae de cursi.

Conclusión: Si les gusta Crepúsculo… supongo que les va a gustar este bodrio. Si no, bueno, ya saben, quémenlo antes de que les coma el cerebro.

sábado, 21 de enero de 2012

Hablemos de Poesía (I): No es que muera de amor…


He decidido abrir esta nueva sección en el blog porque, queramos o no, la poesía es bastante ignorada, y hay cosas demasiado bellas como para ignorarlas. Así que, pensando, después de leer alguna opinión sobre lo ignorada que resulta la poesía en nuestros tiempos, para compartirles un poco de la poesía que leo.

Esta vez, por ser la primera, les traigo uno de mis poemas favoritos, que me valió un aplauso de mi grupo cuando nos tocó declamar… (presumida yo).

No es que muera de amor – Jaime Sabines

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
 Jaime Sabines
Y si quieran oírla en la voz de su autor:



Nea