Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

martes, 27 de diciembre de 2011

El Coleccionista de Relojes Extraordinarios, Laura Gallego | Reseña


Sinopsis: Para salvar el alma de su madrastra, Jonathan debe encontrar el reloj Deveraux antes de que transcurran doce horas. Está en algún lugar de la Ciudad Antigua. Pero a medida que avanza la noche, la ciudad va transformándose. Es y no es la misma...

Otro libro que no había leído de Laura Gallego porque es imposible encontrarlo en las librerías mexicanas. Imposible con todas y cada una de sus letras… 

Bueno, vayamos al grano: me ha gustado. Mucho. ¿Qué por qué? Oh… hasta tengo que explicarlo, qué diablos. Bastaría con que lo leyeran ustedes solitos y descubrieran por qué me ha encantado.

Tras mucho insistir en las puertas de un museo aparentemente cerrado, un hombre abre la puerta a Jonathan, a su padre y a su madrastra y el Marqués, dueño del museo, accede a mostrarles su colección de relojería… Casi todos los relojes son normales, algunos muy extraños, pero normales, sin embargo, hay varios relojes peculiares en su colección. Uno de ellos le roba el alma a la madrastra de Jonathan y el chico tiene exactamente doce horas para conseguir el reloj Deveraux, que salvará a su madrastra y que se encuentra en la Ciudad Antigua.
La ciudad antigua se va trasformando con la noche. Es la misma y no es la misma. Entre sus calles nos podemos encontrar a varios personajes fuera de lo habitual: Hiedra, la Hechadora de Cartas, un joven que dice llamarse Nadie que está huyendo de la muerte, y la Muerte misma que va tras él, y al mismo diablo que le ofrece la inmortalidad a aquellos que se cruzan en su camino. Incluso al Contador de Estrellas, o la Soñadora. Sí, es un abanico de personajes bastante atrayente e interesante.

¿Mi favorito? El contador de estrellas.

Conforme va avanzado la historia Jonathan descubre que no todo se trata de salvar a su madrastra, sino que el Marqués no es exactamente la persona que dice ser, y el reloj Deveraux está muy bien custodiado por aquellos que quieren evitar que el Marqués ponga sus manos en él. ¿Qué es en realidad ese reloj? ¿Para qué sirve?, ¿y por qué está tan bien custodiado? Ya pueden ir leyendo el libro para averiguarlo.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Adicción


¿Recuerdan la última vez que reseñe Medianoche? Más bien no la reseñe, sino que la destroce alegando que sus dos protagonistas eran títeres (y lo siguen siendo, que no les quepa duda)… y más vale también que no se acuerden porque eso fue hace mucho y no tengo muchas ganas de recordar esa sed de sangr… ah, digo, mala literatura que últimamente me está haciendo que pierda mi tiempo para leer las porquerías de la narrativa juvenil actual

Bueno, volvamos a Adicción.

Sinopsis: Tras una larga temporada sin verse, Bianca y Lucas buscan la forma de infringir las estrictas normas de la Academia Medianoche para poder continuar su intensa y complicada historia de amor. ¿Pero hasta dónde están dispuestos a llegar? Nadie sabe tan bien como ellos que el amor mata o muere.

Bueno, voy a intentar ser más objetiva que la primera vez y… oh, para que lo digo si quiera, si sé que lo voy a destrozar.

Podemos descansar un poco de Lucas (que o bien estaba de mal genio siempre o besando y proclamándole amor eterno a Bianca), aunque no mucho porque nuestra sufrida protagonista piensa en el cada tres segundos o menos. No sé cómo puede concentrarse en su vida diaria teniendo a Lucas todo el día en la cabeza.

Balthazar sigue siendo lo más interesante del libro y aunque sus fans me linchen: no me gusta. Nada de este libro me produce el más mínimo interés. Además, como pasó en Luna nueva, Bianca lo usa (mucho más descarado que Bella, eso sí, pero al menos Balthazar fue quien se lo propuso).

El hecho de que aparezcan fantasmas en el libro adereza el asunto y ya tenemos todo lo que un mal libro debe tener: protagonista tonta, galán guapo y hermoso, pero aún así, medio tonto, sexy triángulo amoroso y criaturas sobrenaturales que persiguen a nuestra protagonista vampiro porque quieren convertirla en fantasma.

Hay un par de personajes nuevos por ahí, Raquel y Vic son lo único interesante y Ranulf es… bueno, Ranulf. Pero fuera de eso el libro no tiene nada bueno. Trata de Bianca siendo acechada por fantasmas, Bianca discutiendo y reconciliándose con Raquel, Bianca escapándose de Medianoche para ver a Lucas (o en su defecto, pensando en escaparse y en lo que hará cuando vea a Lucas), y en Bianca siendo compasiva con vampiresas mortalmente asesinas…, ¡ah!, se me olvidaba: y la cereza del pastel, en Bianca siendo acechada por fantasmas que producen escarcha.

Conclusión: Si eres una adolescente de esas hormonas con patas que aman crepúsculo y son Team Edward o Team Jacob bien este libro te puede gustar. Si no lo eres… bueno, ya sabes lo que puedes hacer: no leer el libro.

Nea

domingo, 25 de diciembre de 2011

Menú de libros (VIII)



Primer tiempo
Flores en el ático de V. C. Andrews
—Cathy —dijo Chris, de pronto—, ¿adónde irías si pudieses elegir cualquier lugar del mundo?
—Al sur —contesté—. Iría a alguna playa caliente, soleada, donde las olas rompan suaves y bajas […] Deseo ir a donde haya viento, quiero brisas suaves y cálidas que susurren entre mi cabello y contra mis mejillas, […]

Segundo Tiempo
Entrevista con el Vampiro de Anne Rice
—Pero, ¿cuánta cinta tienes aquí? —preguntó el vampiro y se dio la vuelta para que el muchacho pudiera verle el perfil—. ¿Suficiente para la historia de una vida?
—Desde luego, si es una buena vida. A veces entrevisto hasta tres o cuatro personas en una noche si tengo suerte. Pero tiene que ser una buena historia.

Tercer tiempo
Ciudad de Cristal de Cassandra Clare
—Por favor. Si no decimos nada, si fingimos…
—No hay modo de fingir —replicó Jace con absoluta claridad—. Te amo, y te amaré hasta que me muero, y si hay una vida después de ésta, te amare también entonces.
Ella contuvo el aliento. Él lo había dicho… las palabras que no podían decirse. Se esforzó por dar una respuesta, pero no encontró ninguna.

Poste
Las hijas de Tara de Laura Gallego
—Cuando mueras, ¿a dónde irás?
Kurt dejó escapar una amarga carcajada.
—Nadie va a ninguna parte después de muerto, niña.
—Te equivocas. Todos vamos a dónde queremos ir porque, tras la muerte del cuerpo, nuestro espíritu, por fin es capaz de volar libre. Si tú crees que no irás a ninguna parte, puede que entonces tu espíritu muera de verdad.