Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

viernes, 22 de abril de 2011

Es pecado decir que una semana son vacaciones

Estaba platicando con una amiga en el Messenger un día de estos, Meli, y salió el tema de que por qué nos dan tan pocas vacaciones de semana santa. Pues sí, normalmente estábamos acostumbradas a tener dos semanotas de vacaciones. Y ahora sólo una. Ah, y regresando tenemos exámenes, así que como nos gusta quejarnos, pues estábamos quejándonos precisamente de eso. De que eran unas vacaciones que ni se sentían.

Y hace poco un estado de face de una compañera fue “Típico, que ahora tenemos más tarea que vacaciones”. Es verdad, por dios, tenemos tarea de todo o.o Como si ya no hubieran sabido que dejarnos.

Así que mi amiga soltó la frase “Es pecado –y de los capitales- decir que una semana son vacaciones”. Sobra decir que creo que tiene razón, es de locos, pero ni la estoy sintiendo, y estoy más cansada que nada.

Supongo que cuando seamos grandes y amargadas una semana de vacaciones será mucho, pero ahora, que estamos en la escuela y acostumbradas a dos semanas de vacaciones de semana santa (más un mes en Julio, y otro mes en Diciembre), nos parece algo así como un feriado muy largo.

Nea.

martes, 19 de abril de 2011

Cerrado por vacaciones

Me voy de vacaciones. Sí, contra mi voluntad.
Así que el blog estará cerrado hasta el viernes –contra mi voluntad repito.
A San Miguel de Allende en Guanajuato, ya les contaré como estuvo de regreso.

Nea.

Historias de amor, desamor, y cosas de esas (VI)


Sobre el 1° de Marzo.

Acá va la última, por el momento, historia de amor que tengo por el momento, la de B. ¿Recuerdan que el 1° de Marzo estaba yo excesivamente feliz? Bueno, pues les vamos a contar por qué.

B no se llama B, se llama Bryan. Lo conocí en Octubre, cuando aún era alumno regular –o semi regular- de la escuela, e iba en la mañana. Me lo presentó una amiga por casualidad y en el primero que me fije de él fue en que tenía hoyitos a ambos lados de la sonrisa. Tiene la sonrisa más bonita del mundo.

Pues éramos amigos, ya ven. Y nos fuimos de vacaciones y regresamos y un día de esos lo volví a ver, y paf! que a la semana estaba yo que me moría por él. No es guapo, no malinterpreten, es apenas siete u ocho centímetros más alto que yo, flacucho como el sólo, juega americano y nadie se lo cree (oh, sí, es el número 33 de la escuela) y es moreno, moreno, tostado tostado. Guapo guapo no es, pero es lindo.

Bueno, el caso es que un día con la pero ortografía que se puedan imaginar me dijo por sms en esos momentos de gran valentía, que le gustaba. Al día siguiente, por supuesto, como buen valiente acobardado aplicó la de yo no dije nada y no se atrevió. Pero me siguió insinuando, e insinuando, e insinuando.
Así que un día me invito por una paleta.

Ese día fue el 1° de Marzo.

En resumen fuimos por la paleta y después me acompañó al metro. En el segundo metro, ya en el trasbordo, pareció como si fuera a hacer/decir algo, pero llegamos a la estación donde me bajo y no dijo/hizo nada. Salimos y esperé mi camión. En las escaleras antes de salir… también pareció como si fuera a decir algo.

Tampoco lo hizo.

Y finalmente, antes de irme, antes de tomar mi camión, me detuvo… y lo demás es historia. Es mi novio, llevamos un mes y dos semanas y media (?) –si me lo sé con TAL exactitud- y un palito de paleta de grosella con la fecha del 1° de Marzo de 2011 aún merodea en mi mochila.

Nea.

PD: Y aquí se acabaron las historias. Por ahora.