San Miguel de Allende, Guanajuato. |
El llano en llamas, Juan Rulfo
Me costó mucho escoger entre este libro y Pedro Páramo, porque los dos son maravillosos, los dos se merecen estar entre mis recomendaciones, pero no quería repetir autor. Así que fue esta gran colección de historias lo que finalmente acabé eligiendo. Según mi papá, Juan Rulfo es el mejor escritor mexicano que existe. Yo discrepo, diciendo que hay muchos maravillosos y que todavía faltan muchos por surgir, pero admito que Rulfo, pese a tener tan poca obra, es muy diferente a cualquier otra cosa que yo haya leído en toda mi vida. Rulfo suele concentrarse en la vida en el campo y en las pequeñas y grandes desgracias que le acontecen a los campesinos y suele hacerlo muy bien; tiene una maestría increíble para hablar de la desgracia sin tapujos y hacerla cercana, nuestra, real y tangible.
Ojos llenos de sombra, Raquel Castro
¿Saben por qué compré este libro? Porque quería comprar una antología de cuentos de terror de Gran Angular y un comic que publicó SM y había una oferta del 3x2. Así que este fue el libro que acabó en mis manos porque la sinopsis se veía interesante. Ojos llenos de sombra habla de un montón de mundos que me suenan lejanos y transcurren en la misma ciudad en la que vivo. El mundo de la onda gótica, la música y la música gótica, todo aderezado con referencias a videojuegos porque la protagonista, hija de un papá bastante friki, carga con el nombre de Atari (y sus hermanos son Luis y Mario). Es un libro bastante fresco, que habla de descubrir quién eres, lo qué quieres y siempre anteponer tus deseos y tu futuro a lo que otras personas quieren o esperan de ti.
Copo de algodón, Maria García Esperón
Por supuesto, si hablamos de libros que representen a México, este tiene que estar presente. ¿Por qué? Habla de mi época preferida de la historia mexicana: los últimos días del imperio Azteca (uno de los imperios más grandes y majestuosos que ha visto el mundo, pero también uno de los más sangrientos) y la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan. Creo que cuando hablamos de este tema se tienden a hacer juicios a ambos lados sin entender el momento o el lugar en el que todo ocurría y este libro nos permite visitarlo todo desde los ojos de una niña, la hija de Moctezuma Xoyocotzin, esposa de Cuitlahuac y después Cuauhtémoc, los últimos tlatoanis de los Aztecas. Creo que cuando hablamos de los Aztecas debemos reconocer su nobleza, su tolerancia y su destreza como guerreros sin olvidar que eran un pueblo sangriento y que, frente a los españoles, se quedaban cortos como estrategas. Siempre he creído que, como parte de un país que todavía vive a la sombra de una conquista que aconteció hace quinientos años, entender esa parte de nuestra historia es fundamental y una de las cosas que me gustan de María es que se las arregla para hacerlo en un libro infantil, ilustrado, precioso, y desde los ojos de una niña.
Vivir la vida, Sara Sefcovich
¿Qué es vivir la vida sino una sucesión de absurdos y de conversaciones y de cosas y de viajes y de amigos que vienen y van y de bodas? Me acabo de inventar esa frase, pero a E. Susaba M. de Lara viuda de Reyes Luján y de la Vega y la Vega, le queda perfecta. E, porque le dio la gana llamarse Elsa, como su ídola, Susana porque así tuvieron a bien bautizarla sus papás, M. de Lara porque decidió no usar el apellido de su padre y honrar el de su madre. Viuda de Reyés Luján porque aunque ese marido no este muerto, como si lo estuviera y vuida de la Vega y la Vega porque ese sí de verdad se murió. Este libro es delirante. La protagonista no es que sea tonta, es que es ingenua, es que vive la vida a su manera. Va de un lado a otro y un día se rapa y al otro sale con la cabeza metida en una bolsa de papel a la calle por vergüenza. Tiene tres hijos de los cuales uno de la habla como si le hablara al aire, otra odia a todo el mundo y el otro tiene la decencia de mostrarse amable. Un marido que mejor si estuviera muerto y otro que de verás lo está (con viudo incluido). Este libro es maravilloso y si no les interesa con la parrafada que me acabo de echar, ya no sé como verdérselos.
La región más transparente, Carlos Fuentes
Si hablamos de la revolución, este libro es casi obligado. Casi, porque me costó muchas neuronas agarrarle el gusto y entender el delirio que supone sin perderme entre sus páginas. Y antes de que me ponga muy poética, porque es a lo que me inspira este libro, quiero decirles que no habla de la Revolución, sino del México post revolucionario, cuando los caudillos empezaban a desaparecer y las consecuencias, para bien o para mal, empezaban a hacerse tangibles. Este es un libro costumbrista que siempre me pareció honesto de una manera muy cruda, pero también con cierta esperanza. Porque, qué le vamos a hacer, aquí nos tocó vivir, en la región más transparente del aire.
Sólo quise poner cinco y creo que dejé muchas cosas fuera, Haré otra edición cuando menos lo esperen, porque faltan M. B. Brozón, Elena Poniatowska, Toño Malpica, Benito Taibo, hasta Ángeles Mastretta, José Emilio Pacheco, Élmer Mendoza, Octavio Paz, Fransisco Hinojosa y todos esos nombres que no caben en sólo cinco recomendaciones.
Exceptuando la primera foto, que me encontré en internet, todo el resto son mías; sí, esos son mis ejemplares, así de manoseados, así de usados, así de viejos. Porque un libro no es un objeto de culto, sino un libro es para abrirse, leerse, manosearse, usarse, rayarse, destruirse, cuidarse o no cuidarse. Esos son mis libros y siempre he estado orgullosa de ellos.