Sinopsis: Marginado por villista, por ser de una mujer, por salirse del canon, Cartucho, Relatos de la lucha en el Norte de México es uno de los grandes textos de la literatura mexicana. Como señala Jorge Aguilar Mora en su prólogo a este libro, Catucho está en todos los vértices críticos de nuestro discurso histórico-literario: es quizás el libro más extraordinario, donde se funden la singularidad autobiográfica, el anonimato popular, la relación histórica, la transparencia literaria, la crónica familiar. Como ningún otro escritor de la revolución, Campobello se aproximó al acontecimiento pasajero, instantáneo, aparentemente in-significante, pero profundamente revelador. Ella no describió las batallas, ni las posiciones políticas; no rescato los testimonios extensos de los guerreros. Ella fue a su memoria para perpetuar los instantes más olvidables para otros y más intensos para quienes los vivieron. Ella escribió de lo sucedido en una tarde tranquila, borrada en la historia de la Revolución; escribió de los momentos literalmente originales de la historia y de personajes únicos como Pablo López, como Catarino Acosta, como José Díaz, como Pancho Villa, un hombre que nació en 1910, ya que antes nunca existió. Nellie Campobello escribió la crónica de lo que casi nadie quería, ni ha querido escribir: del periodo entre 1916 y 1920 en el estado de Chihuahua, que los historiadores coinciden en llamar la etapa más cruel que vivió Chihuahua durante la revolución y uno de los periodos más oscuros de toda su historia. El hallazgo iluminador de Campobello fue hundir la historia la microhistoria en las minucias, en los rincones, en la anonimia, en los sobreentendidos, en los recintos más diminutos de la voluntad de los hacedores de esa historia. No hay detalle aquí que no tenga un sentido totalizador, no hay instante que no sea la grieta finísima por donde entra la eternidad. Este volumen contiene también, una cronología de la vida de la autora, que recoge los últimos datos disponibles, y una bibliografía actualizada.
Bueno, quizá no se enteraron, o quizá sí, pero en mi bellísimo club de lectura llamado Libros b4 Tipos leímos Cartucho de la escritora Nellie Campobello, que edita Ediciones Era (y que nos hizo el favor de darnos los ejemplares) y que es una de las únicas narraciones de la revolución publicada por una mujer. Aprovecho este segmento publicitario para decirles que nos pueden dar like en Facebook, nos puedes seguir en Twitter o se pueden unir a nuestro grupo en Goodreads. Sólo somos un bonito colectivo de mujeres bien chidas que usan el internet para difundir para difundir libros sobre feminismo o escritos por mujeres.
Acabando el segmento publicitario, ahora sí, vamos a hablar de Cartucho. Para ponerlos en contexto, creo que les voy a hacer una mini introducción de la Revolución Mexicana: en 1910, Porfirio Díaz, un dictador, llevaba treinta años en el poder y no tenía ganas de soltarlo. Muchos dicen que no fue tan mal presidente, puesto que el país floreció económicamente durante esos treinta años... sí, claro, invitó a los europeos a invertir en México y claro que la economía floreció... a costa de las vidas de miles de campesinos que se empobrecieron más y más. En 1910, por primera vez, alguien se le puso al tú por tú (no fue así, pero esto es un resumen mal hecho) y empezó la Revolución en 20 de Noviembre. Ese alguien fue Fransisco I. Madero. Cuando se habla de revolución se piensa en guerra civil, pero más que guerra civil, la Revolución fueron guerrillas de Caudillos. A Madero lo mataron en 1913, durante la decena trágica. Zapata estaba en el sur. Carranza en el centro. Y en el Norte, Pancho Villa. Carranza y Villa no se llevaban muy bien. Los años más oscuros de toda esta época para Chihuahua (en el norte del país) son los que narra Nellie Campobello en este libro.
Ya que los puse en contexto (bastante mal, prometo otro día hablarles más bonito de historia), vamos con el libro. Voy a intentar tocar varios puntos que abordamos en la hangout que hicimos en Libros b4 Tipos porque creo que hablamos un montón de Nellie y de cómo esta escrito el libro.
Los relatos son cortos, pasan rápido, te atraviesan, son como balas. Son relatos de la Revolución, y de una de sus épocas más oscuras, por lo que no están exentos de violencia. Más bien, acabas por sorprenderte por la manera sencilla y sincera en la que Nellie Campobello narra tanta sangre, tantos muertos, tanta violencia y a la vez te enternece, porque parece que lo estás viendo desde sus ojos de niña, los mismos ojos que vieron esa revolución y la vivieron.
Los relatos parecen tener el punto de vista de todas esas personas que perdieron. No perdieron en el sentido de que su bando perdiera, sino que perdieron simplemente porque perdieron la vida, porque los humillaron, porque perdieron parte de su humanidad... y quizá también porque perdió su bando. Hay relatos que parece que ya desde que empiezan tienen un tono fatalista... y no es para menos, no cuando se trata de uno de los episodios más complicados de la historia de México y uno de los que, casualmente, se toca más superficialmente. La Revolución no es como la independencia o la conquista, por ejemplo. México tiene un trauma con su conquista históricamente, y, como dice Octavio Paz en Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe, los trescientos años que fuimos parte del Imperio español son algo que nos saltamos, 300 años fantasmas. La independencia hace que vuelva a correr el reloj de nuestra historia, es el nacimiento de una nueva identidad mexicana o al menos de su búsqueda, pero ¿y la Revolución? Suena bonito cuando te cuentan que la revolución nos liberó de un dictador que oprimió a toda la clase obrera mexicana, pero ¿y después de eso? A Madero, que sucedió a Díaz, también lo mataron. Todo se hizo un caos, se hizo una guerra de caudillos en la que cada quien luchó por lo suyo, cada quien por su lado. Caudillos que se traicionaron. Los que ganaron fueron los que escribieron la historia y los que desprestigiaron a Villa, que es el tema de este libro, y a Zapata.
Hoy Villa, aunque me cae bastante mal, es una figura de culto. Pero en los años que Nellie Campobello escribió este libro, era una figura desprestigiada por la institucionalización de la revolución (que nos sigue persiguiendo hasta nuestros días) y este libro se escribió por esa razón. Nellie le dio voz a los que perdieron, se puso a contar una historia desde los ojos de los vencidos y nos da una nueva perspectiva. Si no les parece suficiente hazaña la de Nellie, imaginen, que sin ella no habría Rulfo, y por ende no habría Pedro Páramo, y sin Rulfo nunca habría habido un Gabriel García Márquez y sus Cien años de soledad, porque hasta allá llega la influencia de Nellie Campobello. Bien lejos, bien alto.
Es triste que no sea recordaba, porque, además, fue una mujer muy interesante. Nellie fue bailarina y coreógrafa, directora de la Escuela de Danza de México. Su hermana, Gloria, llegó a ser prima ballerina. Su vida fue harto interesante y hasta parece que ella misma alimentó su mito. De todo eso hablamos en el Hangout, así que si les interesa saber, se los voy a dejar aquí abajo. Además hablamos mucho del libro, de las mujeres en la revolución, de nuestros relatos preferidos y somos bien chidas.
Acabando el segmento publicitario, ahora sí, vamos a hablar de Cartucho. Para ponerlos en contexto, creo que les voy a hacer una mini introducción de la Revolución Mexicana: en 1910, Porfirio Díaz, un dictador, llevaba treinta años en el poder y no tenía ganas de soltarlo. Muchos dicen que no fue tan mal presidente, puesto que el país floreció económicamente durante esos treinta años... sí, claro, invitó a los europeos a invertir en México y claro que la economía floreció... a costa de las vidas de miles de campesinos que se empobrecieron más y más. En 1910, por primera vez, alguien se le puso al tú por tú (no fue así, pero esto es un resumen mal hecho) y empezó la Revolución en 20 de Noviembre. Ese alguien fue Fransisco I. Madero. Cuando se habla de revolución se piensa en guerra civil, pero más que guerra civil, la Revolución fueron guerrillas de Caudillos. A Madero lo mataron en 1913, durante la decena trágica. Zapata estaba en el sur. Carranza en el centro. Y en el Norte, Pancho Villa. Carranza y Villa no se llevaban muy bien. Los años más oscuros de toda esta época para Chihuahua (en el norte del país) son los que narra Nellie Campobello en este libro.
Ya que los puse en contexto (bastante mal, prometo otro día hablarles más bonito de historia), vamos con el libro. Voy a intentar tocar varios puntos que abordamos en la hangout que hicimos en Libros b4 Tipos porque creo que hablamos un montón de Nellie y de cómo esta escrito el libro.
Los relatos son cortos, pasan rápido, te atraviesan, son como balas. Son relatos de la Revolución, y de una de sus épocas más oscuras, por lo que no están exentos de violencia. Más bien, acabas por sorprenderte por la manera sencilla y sincera en la que Nellie Campobello narra tanta sangre, tantos muertos, tanta violencia y a la vez te enternece, porque parece que lo estás viendo desde sus ojos de niña, los mismos ojos que vieron esa revolución y la vivieron.
Los relatos parecen tener el punto de vista de todas esas personas que perdieron. No perdieron en el sentido de que su bando perdiera, sino que perdieron simplemente porque perdieron la vida, porque los humillaron, porque perdieron parte de su humanidad... y quizá también porque perdió su bando. Hay relatos que parece que ya desde que empiezan tienen un tono fatalista... y no es para menos, no cuando se trata de uno de los episodios más complicados de la historia de México y uno de los que, casualmente, se toca más superficialmente. La Revolución no es como la independencia o la conquista, por ejemplo. México tiene un trauma con su conquista históricamente, y, como dice Octavio Paz en Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe, los trescientos años que fuimos parte del Imperio español son algo que nos saltamos, 300 años fantasmas. La independencia hace que vuelva a correr el reloj de nuestra historia, es el nacimiento de una nueva identidad mexicana o al menos de su búsqueda, pero ¿y la Revolución? Suena bonito cuando te cuentan que la revolución nos liberó de un dictador que oprimió a toda la clase obrera mexicana, pero ¿y después de eso? A Madero, que sucedió a Díaz, también lo mataron. Todo se hizo un caos, se hizo una guerra de caudillos en la que cada quien luchó por lo suyo, cada quien por su lado. Caudillos que se traicionaron. Los que ganaron fueron los que escribieron la historia y los que desprestigiaron a Villa, que es el tema de este libro, y a Zapata.
Es triste que no sea recordaba, porque, además, fue una mujer muy interesante. Nellie fue bailarina y coreógrafa, directora de la Escuela de Danza de México. Su hermana, Gloria, llegó a ser prima ballerina. Su vida fue harto interesante y hasta parece que ella misma alimentó su mito. De todo eso hablamos en el Hangout, así que si les interesa saber, se los voy a dejar aquí abajo. Además hablamos mucho del libro, de las mujeres en la revolución, de nuestros relatos preferidos y somos bien chidas.