Sinopsis: Cuando llegó el fin del mundo, aquellos que vivían en la Cúpula estaban a salvo. En el interior de su mundo de cristal, los Puros continuaron viviendo, sin marcas, sin deformaciones, mientras que los de fuera, libraban una batalla diaria por la supervivencia entre el humo y las cenizas.
Tras el secuestro de una joven miserable y después de limpiarla de todas sus fusiones e imperfecciones, la chica solo es capaz de repetir una y otra vez el último mensaje de la Cúpula: «Queremos que se nos devuelva a nuestro hijo. Esta chica es la prueba de que podemos salvaros a todos. Si os negáis a escuchar nuestra petición, mataremos a nuestros rehenes. Uno por uno».
Willux hará lo indecible para que Perdiz regrese a la Cúpula, incluso si se trata de asesinato. Perdiz acabará por sacrificarse y volver, con la esperanza de poder provocar la caída de la Cúpula desde su interior. Lo que no espera es seguir descubriendo secretos escalofriantes sobre su padre.
En el exterior, Pressia, Bradwell y el Capitán se dedican a descifrar secretos del pasado que han encontrado en una de las Cajas Negras, secretos que podrían librar a los miserables de sus fusiones para siempre.
No sé que pensar de este libro... le dí dos estrellas en Goodreads, pero le daría tres en un día de mejor humor. Miren: la verdad es que por eso no me gusta calificar los libros con algo cuantitativo, siento que son cosas demasiado subjetivas como para valer algo... En fin. Como dijo Jack, el Destripador, vamos por partes (y de paso, consíganme un chiste menos choteado).
Nos encontramos con los mismos personajes y los mismos dilemas... o dilemas nuevos. Mi favorito sigue siendo Il Capitano. No hay más. Pressia, de caerme bien, ha pasado a caerme mejor, a caerme horrible, a caerme bien de nuevo... Todo eso tiene que ver por la negación a los sentimientos. No me molesta que los niegue, le da un toque interesante al personaje, pero no me gusta que los niegue después de cómo acabó en Puro. Perdiz no me acaba de convencer demasiado, pero Lyda es genial. La manera en que decide trazarse su propio camino y decirle adión a Perdiz simplemente por que no se ve volviendo a la Cúpula es maravillosa, le da cierta libertad. Illia, la esposa abusada, por fin tiene un papel y revela importantes secretos... Las madres me siguen perturbando, pero a la vez son personajes bien construidos (aunque de vez en cuando se agradecería que tuvieran un poco de empatía hacia el sexo opuesto). De los personajes no me quejo...
... de sus dilemas, bueno, la cosa está en tablas. Pero de los diálogos... bueno. Tengo algunas quejas. Algunas veces, sobre todo cuando nos topamos con Pressia y Bradwell en la misma habitación, los diálogos pecan de una falta de naturalidad extrema. No me molestan sus formas de pensar, el que Pressia añore un poco la pureza y lo haga notar, y en que Bradwell pueda ver la belleza debajo de las fusiones y lo haga notar igualmente. Pero esos diálogos pecan un poco de oírse demasiado forzados en sus bocas, y quizá es eso lo que no me convence.
Como me pongo la enésima vez que repiten LO MISMO |
Hablando de la trama, es de agradecer que Baggott no meta ni tramas inútiles, ni personajes inútiles. Algunos misterios cojean de los dos pies porque son obvios (como mi teoría de que Willux ha conservado al padre de Pressia), pero otros no los ves venir tan rápido. Además, todo tiene su función en la trama: Arvin Weed, Iralene, la trama de Lyda y las madres. No hay detalles inútiles (como en Días de sangre y resplandor, por ejemplo), ni capítulos que rebanaría de tajo. Sólo hay un detalle: parece haber partes que podrían resumirse porque la trama da mil vueltas sobre un mismo punto y se hace cansado.
Balanceando, para mí no fue un libro muy malo, pero tampoco un libro muy bueno. Lo mejor siguen siendo las descripciones crudas de Baggott, que ayudan a imaginarse gore... Justo por eso leí el libro. De nueva cuenta, los aspectos técnicos y científicos no reciben demasiadas explicaciones y, aunque sencillamente inverosímiles, hay cosas que Baggott hace parecer reales, sobre todo lo que sucede en la Cupula. Pero hay otras cosas que no se sostienen demasiado, ni en el mundo de Baggott... sobre todo al final.
En fin, lo dejó en tablas. Si les gusto el primero, probablemente les guste este. A mí ni me gustó ni me disgustó.