Sinopsis: La vida de un adolescente llamado Jesse cambia cuando se hace amigo de Leslie. Los niños crean un mundo imaginario al que bautizan con el nombre de Terabithia, en el cual habitan toda clase de criaturas mágicas. A pesar de que sus vidas son complicadas y rutinarias, Jesse y Leslie son el rey la reina de Terabithia. Muy pronto, uno de los amigos debe hacer frente a una tragedia en su reino imaginario.
Hace muchos años, no me pregunten cuantos, no tengo tan buena memoria, en alguna clase de alguna escuela me pusieron a ver la película de este libro. Recuerdo que estuvo algunos años de moda, no sé para qué materias. En algún punto vi el libro, pero nunca le dije a mi mamá que lo comprara y pasó el tiempo y pasó el tiempo y pasó más el tiempo y siguió pasando el tiempo y creo que por algún motivo, lo olvidé. Reconozco que es difícil seguirle la pista a cada cosa que me interesa cuando me interesan tantas cosas y quiero leer desde un montón de lugares diferentes. He tenido épocas en las que sólo leí no ficción, épocas en donde sólo leí mexicanos o latinoamericanos, épocas donde sólo leí juvenil. Ahora estoy en una de esas épocas en las que quiero abordar la literatura de la imaginación y eso significaba, por supuesto, acercarme a libros que sabía que estaban esperándome desde hace mucho mucho tiempo. Katherine Paterson es una escritora estadounidense nacida en China, hija de misioneros (yo siempre juzgo a los misioneros por muchas y variadas razones, pero entre hijos de es siempre común encontrar escritores o artistas).
Katherine Paterson es miembro de Alianza Nacional de Libros y Literatura Infantil, una organización sin ánimo de lucro que aboga por la instrucción, la literatura y las bibliotecas. Investigué un poco sobre ella, me di una vuelta por su trayectoria. Datos es que ha ganado el premio Hans Christian Andersen y el Astrid Lindgren, algunos de los más importantes dentro de la Literatura Infantil y Juvenil. Pero cuando investigo la trayectoria de un autor de libros infantiles y juveniles, sobre todo cuando son tan renombrados, hay cosas o frases que me llaman la atención. Por ejemplo, es común que sobre Paterson se menciona que trata temes "difíciles", "complicados", "adultos" como la muerte. Es curioso luego como los adultos no consideran que la infancia pueda comprender los temas supuestamente difíciles. Quizá porque no los entienden de la misma manera que los adultos, porque los racionalizan de otra manera (y creo que Paterson en su escritora entiende muy bien esto, pero es sólo una conjetura). Hay no pocos libros que aborden la muerte, por ejemplo (y menciono este tema porque es justo uno de los que son centrales en Un puente hacia Terabithia), como Los rojos camaradas de Ana Romero o Buenas noches, Laika de Martha Riva Palacio. Pero siempre, siempre, sin fallar, son temas difíciles (y no recuerdo que me hicieran ruido en mi niñez: sólo recuerdo que los pensaba diferente pero a veces estas visiones de niños quedan atrapadas entre tanta adultez).
Este libro nos presenta la amistad entre Jesse y Leslie, dos niños muy diferentes, con imaginación despierta, sensibles, que tienen perspectivas muy interesantes sobre el mundo. Lo que quiero destacar por encima de todo es la tremenda sensibilidad con la que Katherine Paterson habla de la niñez. Una de mis grandes frustraciones en literatura infantil y juvenil es la ola de autores y editores que creen que los libros para niños tienen que tener una moraleja o enseñar algo que sea tan explícito que no pueda ser pasado por alto, esos que creen que para escribir para niños hay que escribir fábulas (malas, además) y presentárselas a los niños. Todo libro que haya sido concebido como una suerte de manual de comportamiento me pone de nervios. Paterson, en cambio, reconoce a los niños como personas. Los mira y comprende que no ser el niño más rápido de quinto año supone una decepción terrible y que los pequeños problemas se vuelven enormes sin ser condescendiente con ellos. Jesse y su sensibilidad con el arte, Leslie y su capacidad imaginativa llenan el libro.
Muchas veces la imaginación es desdeñada por la realidad, sin comprender que ambas cosas pueden caminar en el mismo sentido, relacionarse, juntarse y formar un ciclo infinito. Sin realidad no habría imaginación, no existiría Terabithia, este mundo del que Leslie y Jesse son reyes y que es sólo suyo, donde nadie más puede inmiscuirse. Me encanta esa importancia de tener un lugar íntimo, donde poder ser, sin más.
Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman |
Paterson es una escritora religiosa. Yo no. Y, voy a hacer aquí un paréstesis, a pesar de no serlo y declararme firmemente atea, sin creencias religiosas algunas, me gusta hablar de la fe en la narrativa y las historias que no tiene nada que ver con instituciones opresoras. (Es curioso, como cuando creciste sin ninguna relación con la religión, al margen de esta completamente, siendo sólo un acontecimiento curioso el ir a una boda o a un funeral, puedes acercarte a ella desde otros lares, aunque lo hagas a la distancia: me gustan los templos y los mitos cristianos como me gustan los griegos y los fenicios y los hindús y los árabes y desconfió de toda institución que acumula poder y no creo en nada, porque soy comunista y nada ha resonado en mí como Lenin hablando de ese tema).
Este libro es uno de los libros más cuestionados en Estados Unidos en términos de religión. Sí, sí, para eso saqué el tema. Algunas cosas por las que el libro ha sido cuestionado nos podrían parecer ridículas, como que Jess use frecuentemente la palabra "Dios" no para rezar, sino como exclamación, pero otros ya son más curiosos, como que a los dogmáticos les enoja que el libro hable de aproximarse a cosas relacionadas con la fe desde otros lares y que haya simbología bíblica a la vez que mitología celta (hoy en, hot takes de Nea: decir "la mitología cristiana" es algo totalmente válido). En fin, la doble moral gringa. Justo me encanta como Paterson aborda el tema y como yo, que disiento excepcionalmente con ella, puedo leer y ver otra perspectiva en su literatura y pensar.
Por cierto, también es un libro que ha sido prohibido en muchas bibliotecas escolares por tener muchas... groserías, según los gringos, pero la traducción definitivamente no me dio esa idea y ahora quiero saber si es que sí tiene unas cuantas más en inglés o es la moralina común que rodea al middle grade gringo (demografía que, salvo unas cuantas obras que obvio son cuestionadísimas en gringolandia y que yo adoro, me tiene hasta la chingada porque ustedes creen que Estados Unidos es muy liberal, PERO NO, AMIGOS, eso pasa cuando sólo se asoma uno a Nueva York y a California; en general es un demográfico atascado por moralina barata, historias sin matices y un chingo de fast-food de buenos contra malos absolutos).
Concept Art, Terabithia, Brendan Hefferman |
El libro también aborda el duelo y lo inesperado. La absoluta falta de preparación con la que podemos encontrarnos para afrontarlo y todo lo que nos puede desatar. Su reconocimiento de la imaginación y lo poderosa que está es es muy bueno también. ¡No la desdeñen! Hace falta mucha para conjurar mundos nuevos, donde exista otra manera de hacer las cosas y creo que justamente por eso Leslie es mi favorita en todo el libro.
—Necesitamos un lugar —dijo ella— que sea sólo para nosotros. Será tan secreto que jamás contaremos a nadie en el mundo que existe. —Al columpiarse hacia atrás Jess arrastró los pies para frenar. Ella le habló, casi susurrando—. Debería ser un país secreto —prosiguió— y tú y yo seríamos los soberanos.
Sus palabras hicieron que algo se removiera en su interior. Le gustaría ser el soberano de algo. Hasta de algo que no fuera real.
—Vale —dijo—, ¿dónde podríamos tenerlo?
—En el interior del bosque, donde nadie pueda venir a estropearlo.
Creo que otra de las virtudes de Puente a Terabithia es la empatía de su narración. Los niños no son seres de luz que lo hacen todo bien. Me estresa esa literatura que se empeña en una narrativa de buenos contra malos. No la encuentro profunda ni interesante. Moralina, si acaso (y es por eso que la odio). En Puente a Terabithia también podemos ver que Jesse y Leslie buscan venganza de sus bullies, que no es necesario ser amigo de alguien para sentarse y escucharlo y que quizá hay relaciones que no se arreglan pronto y está bien. Todo a su tiempo. Hay cosas que no van a pasar y eso también está bien.
Les recomiendo mucho, como siempre que me gusta un libro, que lo lean y se acerquen a él. Creo que es un libro icónico por una razón: tiene múltiples lecturas y uno es capaz de ver más cosas cada vez que se asoma a sus páginas. Ya saben que trae sello de que Nea lo aprueba.