Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
Mostrando entradas con la etiqueta Profesores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Profesores. Mostrar todas las entradas

sábado, 6 de agosto de 2011

Primera semana de clases



Mi primera semana de clases ha sido… interesante. No sé si calificarla como triunfo o como fracaso.

Parte de mi grupo pasado, la foto la tomamos el último día de clases, en Junio. Yo salgo justo en medio, de verde.
Para empezar ahora estoy con un grupo diferente, en un salón diferente y con materias MUY diferentes, además de que estoy empezando la carrera técnica (yo curso programación). El primer día ha sido todo o.O porque no conocía a la mitad de mi salón y cada que tocaban para anunciar el final de una clase salía corriendo hacia el piso de arriba, donde están todos mis amigos… Porque somos el único grupo de Tercer Semestre en el primer piso y nos sentimos aislados. Después he ido conociendo gente…

Pero no mucha. Digamos que nuestro grupito de cuatro personas en el salón es lo que un interesante sujeto que conocí el jueves llama “un Oasis social”. En el salón la mayoría se sigue viendo con cara de extrañados y muchas veces intentar hablarle a alguien es caso perdido. Igual yo sigo viendo a mis amigos, en el piso de arriba.

Después he tenido mucha tare para ser la primera semana. MUCHA. Una investigación de física, problemas de analítica, otra investigación de entorno y un diagrama de flujo para una materia de la carrera. Mis profesores están bien. El de física explica bien pero me da miedo, el de química es lo más guay que existe, la de Entorno Socioeconómico de México es una Maldita, el del Laboratorio de Programación es aburrido y los demás me son indiferentes.
(Además de que ya acepté que nunca voy a llegar temprano a Programación Orientada a Objetos, NUNCA).

El jueves tuve un examen de inglés para ver si acreditaba la asignatura sin cursarla y aprobé. Me faltan tres habilidades, así que necesito ÉXITO.
Ayer tuve un examen diagnóstico de Comunicación Científica que hice al aventón porque cuando estaba empezando B me mando un mensaje de que estaba abajo y cuando lo acabe técnicamente salí corriendo. Sí, hacía más de una semana que no veía a B, así que me puse eufórica.

Sigo sin saber cómo calificar mi primera semana de clases. Bueno, ante todo, fue una experiencia… interesante, creo.

Nea

miércoles, 16 de marzo de 2011

Fauna variada II: Los profesores


Vengo con otra clasificación, sí, otra. Ahora de los profesores. Es que son tan variados que es imposible no clasificarlos, imitarlos, pintar caricaturas de ellos o desear tirarlos por las escaleras todos los días. Así que después de clasificar a compañeros de clase, vengo a clasificar a los profesores, basándome, por supuesto, en esos profesores que me han tocado a mí… y en mi propia experiencia. Pueden faltar, pueden sobrar, pero recuerden que esto se hace a mi criterio.

a) El más malo de todos. Su asignatura a veces es complicada (y si no lo es, el mismo profesor la vuelve), sabe muchísimas cosas y puede enseñar muy bien, pero deja demasiada tarea, nadie –ni el más matado- saca diez con él y sus exámenes provocan pánico, estrés y todos esos trastornos nerviosos que te entran cinco minutos antes de su examen.
b) El malo que no sabe nada. Es un maestro como el anterior, con la única diferencia de que no sabe nada de nada y no consigue enseñarte nada en su clase. Obviamente, el pánico te entra antes de su examen porque no sabes nada de nada del tema porque el maestro NUNCA te lo pudo explicar bien.
c) El que quiere parecer malo y es un pedazo de pan. Sí, quieren parecer muy malos, pero la verdad es que… no lo son.
                                                                           
d) El típico barco. Nunca falta. Y puede ser cualquiera, tanto mejor si es en las asignaturas de ciencias y todas esas. Puede saber mucho, y ser un genio, pero de que las cosas se las pueden entregar mil años después y mal, no hay duda. El que no aprueba con ellos, es porque simplemente, NO asistió a sus clases.
e) El barco que no sabe nada ni controla al grupo. No sabe nada, no sabe explicar, no consigue que te intereses en su clase y, por eso, por supuesto, tú buscas una cosa más interesante que hacer: como platicar, lanzar bolitas de papel, ligazos (hace poco estuvieron de moda en la escuela…), burlarse de los maestros en su clase o dormir. El grupo entero logra desesperarla, y con grupos verdaderamente crueles, puede acabar casi llorando y amenazando con renunciar (no, eso no es una amenaza para los estudiantes, pero ya se sabe… ellos creen que sí).

d) El genio que va demasiado rápido. Explica muy rápido y nadie entiende. Cuando acaba, por supuesto, cree que todo el mundo aprendió y se sigue y se sigue. El resultado es que, por supuesto, ¡nadie aprende nada! Lo que sí es que cuando se da cuenta no se pone muy contento.

e) El que cuenta chistes malos. Y cuando los cuenta, nada más se ríe él; obviamente, cuando nadie se ríe, tampoco se pone precisamente feliz.
f) El que inconscientemente da risa. No lo sabe –y tampoco se lo digan, por supuesto- pero da una risa tremenda cuando da clase o hace chistes inconscientemente. ¿A quién no le ha tocado uno así?

g) Al que todo el mundo odia. ¡No falta, jamás falta! Y no, puede que no sea el malo malísimo, pero aunque sea barco, más barco que nada, es imposible que a alguien le caiga bien. Parece que tiene algo que hace que a todo el mundo, sin excepción posible, le caiga terriblemente mal. Y sí no niego que dan ganas de tirarlos por las escaleras algunas veces.
h) El que a todo el mundo le cae bien. Totalmente opuesto al anterior. No hace falta más explicación.

¿A quién reconocieron? Cuente, cuenten sus experiencias.

Nea.