Sinopsis: Con gran empatía y la naturalidad de una narradora comprometida, Chimamanda Ngozi Adichie recrea la vida de tres personajes atrapados en las turbulencias de la década: el joven Ugwu, empleado de la casa de un profesor universitario de ideas revolucionarias; Olanna, la hermosa mujer del profesor, que por amor ha abandonado su privilegiada vida en Lagos para residir en una polvorienta ciudad, y Richard, un joven y tímido inglés que está enamorado de la hermana de Olanna, una mujer misteriosa que renuncia a comprometerse con nadie. A medida que las tropas nigerianas avanzan, los protagonistas de esta historia deben defender sus creencias y reafirmar sus lealtades.
Esta es la historia de tres personajes en Nigeria y la breve historia de Biafra. Biafra fue el nombre que tomó la zona sudoriental de Nigenia al proclamar su independencia. Fue independiente por tres años, más o menos, habitado por más o menos 13 millones de personas (la mayoría de ellos pertenecientes a la etnia igbo) y fue sólo reconocido como estado independiente por cinco países, todos ellos africanos: Gabón, Haití, Costa de Marfil, Tanzania y Zambia. Los años sesenta fueron años turbolentos en Nigeria y eso es, más que cualquier historia, lo que Chimamanda retrata allí. Por medio de tres diferentes personajes narradores es que Chimamanda habla de la historia de Nigeria en los años sesenta, los años del intento del golpe de estado, los años de la guerra, los años justo después de la independencia. Y es que, si hay algo que ha dejado África en el estado en el que está hoy, con países sumidos en la pobreza y en las guerras, fueron quienes la conquistaron y se la partieron como un pastel sin tomar en cuenta a las etnias y a las fronteras que estas se habían trazado. Los británicos, especialmente, hicieron lo que les pareció.
Así que esta es la historia de Nigeria dividida en dos partes: la primera mitad de los 60 y la segunda mitad. Una marcada por las transiciones y el nacimiento de un país independiente y la segunda marcada por la guerra. Biafra existió brevemente durante tres años y Olanna, jundo con Ugwu y su familia fueron ciudadanos y, junto a ellos, sus historias. Creo que Chimamanda da en el clavo al encontrar como narrar la guerra, desde los ojos de tres personas diferentes: Olanna es una privilegiada mujer Nigeriana, Yoruba, de una familia con recursos, su esposo, también privilegiado académico, igbo. Ugwu, que viene de barrios pobres, de familia pobre, que se educa porque sus jefes son benevolentes, hasta Richard, un británico enamorado de la hermana de Olanna, que lo ve todo con los ojos de quien es de afuera, expatriado, con los ojos de quien un día se encontró en medio del conflicto, pero en realidad no tenía nada que ver. Y a todo eso, Chimamanda le suma contradicciones humanas, las debilidades de todos sus personajes y su forma de lidiar con los problemas.
Algo que me gusta de Chimamanda es como habla de las mujeres. Mujeres independientes, pero a veces también esclavas de sus propias debilidades y contradicciones. Mujeres que no quieren comprometerse, mujeres que lo dejan todo por amor, mujeres que hacen todo para conseguir lo que su familia necesita, mujeres que protegen a sus allegados. Total, mujeres de las de toda la vida, las que siempre han estado en este mundo. Me gusta como las hace enfrentarse a un mundo que nadie hizo para ellas. Como lo moldean como pueden y como se deja. Las mujeres de Chimamanda me dan esperanza.
En 1966 hubo un intento de golpe de estado en Nigeria. Ese mismo año, los igbos fueron víctimas de matanzas al norte del país y eso empezó el conflicto y le dio el nacimiento a Biafra, una región que fue indepentiente tres años (ya lo dije). Eso no fue hace mucho. Cuando pasó, mi mamá estaba entrando a la adolescencia y mis medios hermanos estaban por nacer. Te pone en perspectiva, ¿eh? No pasó hace mucho y gran parte de Nigeria aun está sufriendo las heridas de guerra. Quizá por eso Chimamanda escribió esta historia. Para hablar de la historia de su país, de su historia (porque ella misma es una mujer igbo). El libro salta entre el pasado y el futuro, mostrándonos los inicios del conflicto, hasta que los personajes se encuentran en la mayor desolación de la guerra.
Richard escribe un libro. Olanna quiere una familia. Sus vidas suenan normales, ¿no? Y sin embargo, no lo son, porque son, los dos, parte del centro del conflicto. Ugwu, que es sólo un joven mozo, también lo es. Creo que haber puesto a tres personas tan ordinarias como los protagonistas es uno de los grandes aciertos del libro. Nos hace ver la guerra con tres ojos diferentes, todos válidos y vivir tres experiencias diferentes, pues las voces de los res protagonistas están perfectamente diferenciadas.
Les recomiendo mucho el libro, sobre todo si quieren leer un poco de África.