Ya lo sé: seis años impresionan, hacen creer a todos que tienes toda una experiencia detrás. En mi caso, son muchas las cosas que he aprendido andando por aquí. Así que este pasado siete de octubre cumplí seis años con este blog. No son seis años de reseñar libros, porque entre sus primeras entradas no hay ni media reseña. Eso es más reciente. De tres años para acá. Y de reseñas con las que este contenta, aun menos, pues me gusta haberme vuelto más crítica con los años. Así que esto es lo que he aprendido.
1. No hay suficiente innovación en el mundo de las reseñas. Lo noté dándome un paseo por los blogs que seguía un amigo: todo el mundo estaba reseñando el mismo libro. No es la primera vez que veo el fenómeno. Sirve para darte una idea del libro, claro, porque estás sobre saturado de puntos de vista, pero al final el libro es sustituido por otro más muy pronto y el fenómeno vuelve a empezar. Eso quiere decir que aunque hay una cantidad increíble de puntos de vista, la variedad es poca. Siempre me he jactado de que, aunque sigo de cerca muchos blogs, a los que siempre preferiré son a los que recomiendo aquí, en mi lista de blogs. Son los más originales en cuanto a reseñas, entradas y puntos de vista y además están llevados por personas en cuyo gusto literario confío.
2. Se le da un exceso de importancia a los IMM. ¿Se han preguntado por qué nunca hago uno? No es que no me gusten, pero es que no los veo estrictamente necesarios. Publicar uno al mes, dos, incluso, me parece bien. Pero hay gente que parece llenarse de libros y nunca los reseña. Yo, la verdad, prefiero pasar de eso. Primero porque leo prácticamente todo en digital y no lo reseño todo. Pero es una sección a la que se le da una excesiva importancia y al final acabo viendo más fotos de libros que reseñas o comentarios críticos.
3. Hay sectores que temen mucho la reacción del público. No lo hagan. No vale la pena. Si un libro no les gustó, argumenten por qué no les gustó con el humor que quieran. Sarcástico, si eso quieren. Siempre habrá alguien que vaya a defender sus gustos y siempre habrá alguien que quiera defender lo que piensa por medio de la ofensa.
4. Hay cierto culto a los clásicos. No es tan fácil hablar mal de un clásico o decir "pues a mí no me gustó". No está prohibido, claro y probablemente tampoco se pueda negar que, como libros clásicos, hay un valor literario que viene con ellos. Pero se tiene todo el derecho del mundo de decir: a mí no me gustó.
5. No se distingue entre buenos personajes y personajes buenos. Me ha pasado leyendo algunas reseñas. Ya ahondaré mucho más en el asunto en alguna entrada posterior.
6. Los blogs literarios en general te hacen recuperar la fe en la humanidad. No puedo estar de acuerdo con el gusto de todos y no todos pueden estar de acuerdo con mi gusto, de hecho, puedo odiar algunas reseñas porque les falta un ojo crítico o puedo considerar que alguien tiene un mal gusto, pero hay algo que es imposible negar: la forma de compartir este gusto por la lectura es maravilloso.
Yo leo desde siempre. No pienso irme de aquí. |
Sí, eso he aprendido. Parece poco y se dice fácil, pero son seis años. Son una larga trayectoria de intentar ser más crítica, leer más y opinar más. Olvidar opiniones, rechazarlas, cambiarlas o mantenerlas. Seis años es algo que se dice fácil. Pero créanme: no lo es.