Sinopsis: El día en que se produjo en Idhún la conjunción astral de los tres soles y las tres lunas, Ashran el Nigromante se hizo con el poder allí. En nuestro mundo, un guerrero y un mago exiliados de Idhún han formado la Resistencia, a la que pertenecen también Jack y Victoria, dos adolescentes nacidos en la Tierra. El objetivo del grupo es acabar con el reinado de las serpientes aladas, pero Kirtash, un joven y despiadado asesino, enviado por Ashran a la Tierra, no se lo va a permitir…
Esta no es una reseña. Es más bien una entrada con muchos chistes, quejas y alguno que otro meme. Es algo que parece una reseña de lejos. Si no se fijan mucho. Bueno, vamos a dar un poco de contexto primero. Memorias de Idhún es la trilogía más famosa de Laura Gallego (bueno, lo era cuando yo la leí, ya no sé que les gusta a los niños en esta época) y era un referente de la literatura fantástica juvenil en español porque era un best-seller y todo el mundo más o menos la conocía. Lo protagonizaba un trío de adolescentes medio pendejos (que a mí me parecían maravillosos y listísimos en esa época), los tres muy guapos. Además el mundo en esos entonces era muy heterosexual todavía y la gente se la pasaba que si Team Kirtash o Team Jack (prefiero a Kirtash, si quieren saber). La historia trataba de que Idhún era un mundo fantástico en donde un nigromante aprovechó una conjunción astral y se hizo con el poder. Mató a dragones y a unicornios, pero quedaron dos supervivientes que fueron enviados a la tierra y luego la resistencia a buscarlos para que puedan cumplir la profecía de derrotar a Ashran. Y ahí empieza el libro. Les juro que pensé muchísimas cosas mientras lo leía.
Cuando tenía trece años decía que eran mis libros favoritos (tenía el gusto en el culo, no me critiquen demasiado) porque obviamente no veía todos sus defectos. Ahora lo leí y puedo decir que tiene cosas muy innovadoras para su época pero que la narrativa de Laura Gallego es criminal en muchos casos, que hay varias oportunidades desperdiciadas y que, bueno, me divertí muchísimo porque hice muchos memes sobre la historia. Acá les va una lista de todo lo que pensé. Aviso de spoilers no muy grandes, tengan en cuenta que esta saga se publicó hace añísimos y todos en tuiter España (especialmente) la han comentado y desmenuzado.
1. Me parece una lástima que Victoria sea tan carente de... todo. No es su culpa, pero para ser un personaje tan importante como dice el libro, la voz narrativa la trata muy mal. Es más un aluminio en el que se reflejan Jack y Kirtash, la healer del equipo y la chica compasiva. Lo último no es un problema si no fuera porque fuera de unos pocos momentos (sobre todo cuando se relaciona con Shail) no existe fuera de lo que significa para Jack y para Kirtash (o de lo que ellos significan para ella). Es frustrante porque es un personaje con un potencial super OP y verla sólo danzar entre dos chicos muy pendejos es ver a la narración desperdiciar su potencial (que no me lo tomen a mal, me encanta el romance en estos libros, pero quiero más).
2. Jack me cae mal. Lo recuerdo muy vívidamente. Lo odio. Le hago bullying a cada oportunidad. Es más, en el chat de la lectura conjunta ya me conocen porque odio a Jack. El caso es que cuando estaba en la secundaria era muy visceral mi odio y ya por fin pude ponerle razones: es que es un idiota. La resistencia se compone de un paladín, un mago, una healer y un pendejo. Adivinen cuál es el papel de Jack. Eso es culpa de la narración, por supuesto. Fuera de ser una cara bonita, Jack siempre toma las peores decisiones de la vida y aunque algunas le explotan en la cara de manera muy satisfactoria, otras nunca lo hacen y de repente la gente le dice que es listo. PERO QUE NO ESTÁN VIENDO LO QUE YO, SI ES QUE LA NARRACIÓN LO TRATA COMO IMBÉCIL. Ya, ya me calmo.
3. Kirtash es un adolescente emo rebelde lleno de bullshit que se dedicaría a shitpostear en tumblr si no tuviera que matar idhunitas. Es algo ridículo, se los juro. Lo quiero mucho, pero el niño me hace preguntarme demasiado seguido si no es demasiado edgy. Entiendo la idea de hacerlo como es y por qué me fascinó tanto a los trece años, pero ahora además de todo me hace reír. Soy incapaz de tomármelo en serio, a pesar de lo en serio que se toma él y eso es un punto bueno a favor del libro. Me hace reír muchísimo porque lo reconozco como el adolescente que es y no como el mini adulto que cree que es. En fin, eso de los tres protagonistas.
4. A Laura le pasa un poco lo que a los escritores de shonen frustrados por lo gay de sus mangas. Las interacciones entre sus personajes masculinos, amigos o enemigos, son tan pero tan pero tan pero tan profundas y viscerales y más desarrolladas que otras (que las que tienen con las mujeres, especialmente si no son Victoria, porque los personajes femeninos relevantes de La Resistencia los cuento con los dedos de una mano y me sobran) que yo me dediqué a shippearlos a todos para desgracia de los señores que se quejan de que lo hago. Lo cual me lleva a que es muy cobarde no haber hecho al trío realmente un trío, si Laura tenía el material ahí. El fanfic Jack/Kirtash se escribe solo. (A pesar de todo, Memorias de Idhún sigue siendo una saga juvenil que presentó otras formas de romance lejos de la monogamia y más o menos le funcionó, puntos de innovación ahí).
5. Laura Gallego no sabe usar los puntos suspensivos. No es su único problema narrativo, pero es el que más odio. Me cagan los puntos suspensivos. Yo tengo un odio especial contra ellos porque la gente no sabe usarlos en la voz narrativa (y es que, si tienes un narrador omnisciente y luego lo haces dudar con puntos suspensivos y lo cortas, pues no queda muy omnisciente, funciona mejor para testidos o narradores con un sólo punto de vista). Yo no los uso nunca con mis narradores, no me gusta, pero sí me resultan muy útiles para los diálogos y las peleas, pero es que Laura Gallego ni allí. Sus diálogos suenan forzadísimos, cero naturales y las pausas que marca con los puntos suspensivos están mal. Les prometo que voy a hacer una entrada sólo sobre ellos porque me la pasé el libro gritando que estaban mal puestos todos.
6. Si lo leyera ahora mismo por primera vez, no me gustaría. Me haría reír (como me hace reír Hush Hush u otros libros malos que me entretienen pero no me enojan) pero fuera de eso nada. Me encantaría la tensión sexual entre Jack y Kirtash de la que Laura Gallego nunca parece darse cuenta. Pero no más. Creo que haberlos leído en la adolescencia fue una experiencia totalmente diferente porque, en parte, me abrieron los ojos a otro tipo de relaciones fuera de la monogramia (y los fanfics se encargaron de enseñarme otras cosas sobre representación). Así que si ahora lo leo por las risas y me divierto es porque lo conocí de adolescente.
7. Shail y Alsan están casadísimos. El segundo, por otro lado, me cae mal. Sin explicaciones, sólo no me da buena espina.
8. Allegra d'Ascolli y Gerde merecen más atención. Sé que en el siguiente libro se las dan, pero si en este apenas hubo espacio para Allegra, lo de Gerde es penoso. Lo único que sé de ella es que es una cabrona seductora y es una hechicera poderosa a la que le gusta Kirtash, pero nada más. De nuevo, me da un poco de rabia que tantas mujeres en estos libros empiecen definiéndose con base en sus relaciones con los protas masculinos (que lo de Gerde luego es maravilloso, evoluciona increíblemente, pero de todos modos como empieza no deja de hacerme rodar los ojos porque a los veinticuatro años ya no tengo tiempo para estas tonterías). En fin, sobre las mujeres de Idhún hablaremos un poco en Triada y en Panteón, donde tienen más espacio para desarrollarse según recuerdo. Aquí sólo dejo ese apunte.
9. La resistencia está lleno de milagros convenientes para la trama. Tantos que al quinto yo sólo estaba rodando los ojos al infinito. No me queda claro como funciona la magia porque cambia según la conveniencia de Laura (detalles menores, pero que de todas maneras me irritan porque es muy obvio que es a conveniencia de la traman y costaría menos de dos líneas poner cualquier explicación pendeja de por qué funciona así).
Nos vemos en la lectura de Triada. En un mesesito y algo, no sé. Vamos de a tres o cuatro capítulos por semana y lo agradezco porque la verdad es que no tengo muchas ganas de soplarme estos libros a velocidad. Mejor con calma para ir admirando su ridiculez.
Cuando tenía trece años decía que eran mis libros favoritos (tenía el gusto en el culo, no me critiquen demasiado) porque obviamente no veía todos sus defectos. Ahora lo leí y puedo decir que tiene cosas muy innovadoras para su época pero que la narrativa de Laura Gallego es criminal en muchos casos, que hay varias oportunidades desperdiciadas y que, bueno, me divertí muchísimo porque hice muchos memes sobre la historia. Acá les va una lista de todo lo que pensé. Aviso de spoilers no muy grandes, tengan en cuenta que esta saga se publicó hace añísimos y todos en tuiter España (especialmente) la han comentado y desmenuzado.
1. Me parece una lástima que Victoria sea tan carente de... todo. No es su culpa, pero para ser un personaje tan importante como dice el libro, la voz narrativa la trata muy mal. Es más un aluminio en el que se reflejan Jack y Kirtash, la healer del equipo y la chica compasiva. Lo último no es un problema si no fuera porque fuera de unos pocos momentos (sobre todo cuando se relaciona con Shail) no existe fuera de lo que significa para Jack y para Kirtash (o de lo que ellos significan para ella). Es frustrante porque es un personaje con un potencial super OP y verla sólo danzar entre dos chicos muy pendejos es ver a la narración desperdiciar su potencial (que no me lo tomen a mal, me encanta el romance en estos libros, pero quiero más).
2. Jack me cae mal. Lo recuerdo muy vívidamente. Lo odio. Le hago bullying a cada oportunidad. Es más, en el chat de la lectura conjunta ya me conocen porque odio a Jack. El caso es que cuando estaba en la secundaria era muy visceral mi odio y ya por fin pude ponerle razones: es que es un idiota. La resistencia se compone de un paladín, un mago, una healer y un pendejo. Adivinen cuál es el papel de Jack. Eso es culpa de la narración, por supuesto. Fuera de ser una cara bonita, Jack siempre toma las peores decisiones de la vida y aunque algunas le explotan en la cara de manera muy satisfactoria, otras nunca lo hacen y de repente la gente le dice que es listo. PERO QUE NO ESTÁN VIENDO LO QUE YO, SI ES QUE LA NARRACIÓN LO TRATA COMO IMBÉCIL. Ya, ya me calmo.
3. Kirtash es un adolescente emo rebelde lleno de bullshit que se dedicaría a shitpostear en tumblr si no tuviera que matar idhunitas. Es algo ridículo, se los juro. Lo quiero mucho, pero el niño me hace preguntarme demasiado seguido si no es demasiado edgy. Entiendo la idea de hacerlo como es y por qué me fascinó tanto a los trece años, pero ahora además de todo me hace reír. Soy incapaz de tomármelo en serio, a pesar de lo en serio que se toma él y eso es un punto bueno a favor del libro. Me hace reír muchísimo porque lo reconozco como el adolescente que es y no como el mini adulto que cree que es. En fin, eso de los tres protagonistas.
4. A Laura le pasa un poco lo que a los escritores de shonen frustrados por lo gay de sus mangas. Las interacciones entre sus personajes masculinos, amigos o enemigos, son tan pero tan pero tan pero tan profundas y viscerales y más desarrolladas que otras (que las que tienen con las mujeres, especialmente si no son Victoria, porque los personajes femeninos relevantes de La Resistencia los cuento con los dedos de una mano y me sobran) que yo me dediqué a shippearlos a todos para desgracia de los señores que se quejan de que lo hago. Lo cual me lleva a que es muy cobarde no haber hecho al trío realmente un trío, si Laura tenía el material ahí. El fanfic Jack/Kirtash se escribe solo. (A pesar de todo, Memorias de Idhún sigue siendo una saga juvenil que presentó otras formas de romance lejos de la monogamia y más o menos le funcionó, puntos de innovación ahí).
5. Laura Gallego no sabe usar los puntos suspensivos. No es su único problema narrativo, pero es el que más odio. Me cagan los puntos suspensivos. Yo tengo un odio especial contra ellos porque la gente no sabe usarlos en la voz narrativa (y es que, si tienes un narrador omnisciente y luego lo haces dudar con puntos suspensivos y lo cortas, pues no queda muy omnisciente, funciona mejor para testidos o narradores con un sólo punto de vista). Yo no los uso nunca con mis narradores, no me gusta, pero sí me resultan muy útiles para los diálogos y las peleas, pero es que Laura Gallego ni allí. Sus diálogos suenan forzadísimos, cero naturales y las pausas que marca con los puntos suspensivos están mal. Les prometo que voy a hacer una entrada sólo sobre ellos porque me la pasé el libro gritando que estaban mal puestos todos.
6. Si lo leyera ahora mismo por primera vez, no me gustaría. Me haría reír (como me hace reír Hush Hush u otros libros malos que me entretienen pero no me enojan) pero fuera de eso nada. Me encantaría la tensión sexual entre Jack y Kirtash de la que Laura Gallego nunca parece darse cuenta. Pero no más. Creo que haberlos leído en la adolescencia fue una experiencia totalmente diferente porque, en parte, me abrieron los ojos a otro tipo de relaciones fuera de la monogramia (y los fanfics se encargaron de enseñarme otras cosas sobre representación). Así que si ahora lo leo por las risas y me divierto es porque lo conocí de adolescente.
7. Shail y Alsan están casadísimos. El segundo, por otro lado, me cae mal. Sin explicaciones, sólo no me da buena espina.
8. Allegra d'Ascolli y Gerde merecen más atención. Sé que en el siguiente libro se las dan, pero si en este apenas hubo espacio para Allegra, lo de Gerde es penoso. Lo único que sé de ella es que es una cabrona seductora y es una hechicera poderosa a la que le gusta Kirtash, pero nada más. De nuevo, me da un poco de rabia que tantas mujeres en estos libros empiecen definiéndose con base en sus relaciones con los protas masculinos (que lo de Gerde luego es maravilloso, evoluciona increíblemente, pero de todos modos como empieza no deja de hacerme rodar los ojos porque a los veinticuatro años ya no tengo tiempo para estas tonterías). En fin, sobre las mujeres de Idhún hablaremos un poco en Triada y en Panteón, donde tienen más espacio para desarrollarse según recuerdo. Aquí sólo dejo ese apunte.
9. La resistencia está lleno de milagros convenientes para la trama. Tantos que al quinto yo sólo estaba rodando los ojos al infinito. No me queda claro como funciona la magia porque cambia según la conveniencia de Laura (detalles menores, pero que de todas maneras me irritan porque es muy obvio que es a conveniencia de la traman y costaría menos de dos líneas poner cualquier explicación pendeja de por qué funciona así).
Nos vemos en la lectura de Triada. En un mesesito y algo, no sé. Vamos de a tres o cuatro capítulos por semana y lo agradezco porque la verdad es que no tengo muchas ganas de soplarme estos libros a velocidad. Mejor con calma para ir admirando su ridiculez.