Sinopsis: Frankenstein es una historia macabra en la que Víctor, un joven ávido de conocimientos científicos, se obsesiona por lograr el mayor reto posible en el mundo científico: dar vida a un cuerpo muerto. Su éxito será su condena, la creación de un monstruo estremecedor que, en respuesta a su rechazo por todos se entrega por completo a saciar una sed de venganza hacia su creador, culpable de su desgracia, y hacia todo lo que éste ama, tornando en muerte todo alrededor de Víctor. El monstruo, enfermo de soledad, solicita una compañera a su creador a cambio de desaparecer para siempre, pero Víctor se niega a ello, provocando así que la única salida hacia la paz y el descanso sea el fin de uno de los dos.
A este libro la cultura popular le ha hecho mucho daño, pero también lo ha mantenido vivo y vigente. Películas malas, monstruos verdes y errores garrafales en las adaptaciones han hecho de este clásico de ciencia ficción lo que es hoy (o clásico de terror, pero así como terror, terror...). Mary Shelley pretendía escribir una historia que diera miedo, sí, pero Frankenstein es mucho más que eso y ¡además!, es producto del romanticismo inglés, uno de los movimientos que más he leído en mi vida. Mary Shelley tenía más o menos dieciocho o diecinueve años cuando escribió esta novela (así que si quieren publicar, ya saben, van atrasados con respecto a Shelley en el mayor de los casos) después de que Lord Byron (el poeta, padre de la bad-ass Ada Lovelance) desafiara a un pequeño grupo a crear la historia más terrorífica que se les ocurriere. Entre ese grupo estaba Mary Shelley y su esposo, Percy Bysshe Shelley, además de John Polidori y algunos más. Además de Polidori y Shelley, no se sabe si alguien más logró cumplir la apuesta (cosa curiosa, pues si le hacemos caso a lo que dice Mary Shelley en el prólogo, fue casi la última en comenzar).
Mary Shelley, más bad-ass que tú |
Frankenstein o el moderno Prometeo es una historia escalofriante sin necesidad de fantasmas, vampiros u otras criaturas. Frankenstein sólo cuenta con la criatura, que ni es verde, ni tiene colmillos, ni es un monstruo sanguinario desde su nacimiento, ni se llama Frankenstein. ¿Ya ven por donde van los tiros cuando digo que la cultura popular le ha hecho un drama tremendo al libro? La novela le da muchas vueltas a la creación de la vida y a que tanto derecho tenemos a crearla a nuestro antojo y comportarnos como dioses. Porque ciertamente, aunque no recuerdo verlo escrito en el libro tan claramente, el joven Víctor, al tener la idea de crear la criatura, parece creerse un dios, capaz de traer vida de la nada. Sin embargo, no se detiene a pensar en lo que está haciendo nunca. El fin es la creación de la vida... ¿y después? Cuando la criatura por fin tiene vida, Victor la contempla, horrorizado por su fealdad y huye, dejándola sola y a su merced.
Más tarde, la criatura encara a Frankenstein, preguntándole por qué lo creó y pidiéndole que, si no va a ser aceptado por los hombres, le cree una compañera de la misma manera que lo creo a él. ¿Quién es más humano al fin y al cabo? ¿Frankenstein o la criatura? Victor quiere llevar la ciencia a sus límites y lograr lo imposible, sin preocuparse por la ética, la moral. Lo que está bien y lo que está mal. Para él el único fin en un principio es crear la vida. Y la criatura, ya creada, quiere amor, aceptación; cosa que nunca obtiene porque, debido a su fealdad, todos salen huyendo de él. No sé puede decir que Victor sea la persona más inteligente del planeta. De hecho, creo que es bastante imbécil eso de crear una criatura con una fuerza sobrehumana que podría ser peligrosa y luego abandonarla. ¡Denle el premio al más inteligente a este idiota!
¡Pero no lo abandonas ni causas miles de muertes! Bueno, no miles, sólo como tres. |
La narración de la novela se divide en tres partes: cartas de Robert Walton a su hermana, donde incluye la narración de Victor y la de la critura (que se expresa de manera elocuente para no haber tenido ningún maestro y sólo tener dos años de vida). Mi parte favorita son los capítulos que narra la criatura, aunque quizá inverosímiles por el lenguaje que utiliza, nos muestran su búsqueda de comprensión, amor y, finalmente, cómo se convierte en un ser despiadado que nada tiene que perder. Mary Shelley hizo un muy buen trabajo con la novela y no hay duda de porqué sigue siendo un clásico y lo seguirá siendo.
¿La recomiendo? ¡Por supuesto! Creo que todo el mundo puede disfrutarla... excepto si están buscando una versión novelada de las adaptaciones de Frankenstein, eso no hay. Victor de hecho, se niega a contar nada sobre su trabajo en la creación de la criatura porque no quiere que nadie replique su trabajo o lo vuelva a intentar, así que, aunque hay terminología científica, nada de descripciones detalladas de Victor en su laboratorio. Como conclusión, libro muy interesante que deberían leer. Pero como no soy nadie para decirles que debería leer, lean lo que quieran (y ojalá sea este libro).