Sinopsis: Una adolescente fanática del horror y de las "creepypastas" (historias de terror que circulan por internet) despierta maniatada en una cabaña en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su maestra de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de élite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelarán mucho más oscuros que el "bullying" a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traición inesperada y algunos ritos secretos e iniciáticos inspirados en esas historias virales y terroríficas gestadas en Internet. "Mandíbula" es una novela sobre el miedo y su relación con la familia, la sexualidad y la violencia. Narrada con una prosa llena de destellos líricos, símbolos desconcertantes y saltos en el tiempo, toma rasgos del "thriller" psicológico para desarrollar el juego mental que se produce entre alumnas y maestras, y escarbar en las relaciones pasionales entre madres e hijas, hermanas y "mejores amigas", recreando un mundo de lo femenino-monstruoso que se conecta con la tradición del cine de terror y la literatura de género.
Este es el año en el que me reconcilio con autoras que antes no me gustaron. Mónica Ojeda es uno de esos casos. Hace años leí Nefando y decir que salí huyendo fue poco. Reconocía el valor literario del libro (todavía lo reconozco, aunque también puedo decir que no le entendí por completo y por eso nunca hablo demasiado de él, fuera de cuando me preguntan por qué no me gustó), pero a la vez me daba un asco terrible y prefería mantenerme muy alejada. No me gusta lo que en vez de miedo o creeps me causa nada más asco. Y eso fue lo que pasó con esa novela y durante mucho tiempo no volví a leer a Mónica Ojeda.
A veces pasa. Algunos libros, aún reconociéndolos como libros que objetivamente (¿existe la objetividad en esto de la literatura? hagan grupos de tres para debatir) son buenos, no son para uno. Y punto. O tienen temas que uno no aguanta (porque eso fue lo que me ocurrió con Nefando). Se me hace muy honesto decir eso. Hablemos de que hay libros con los que no conectamos de repente. Hoy lo menciono de pasada porque este año me ha pasado que he vuelto a leer autoras con las que en un principio no conecté en lo más mínimo (Verónica Murguía: aunque no me gusta Loba, adoré El fuego verde) y ahora me gustan más. Caso de Mónica Ojeda.
Hablemos de Mandíbula.
Es un libro narrado de manera no lineal en el que diversos recursos narrativos para contarnos la historia de los personajes. Se centra específicamente en Fernanda, Annelise y la profesora Clara, con algunos otros personajes en el fondo (el hermano muerto de Fernanda, el resto de la secta de Annelise, sus madres y otros profesores que conforman el cuadro). Mónica Ojeda hace uso de varios creepypastas para presentar a las personajas principales. Cuentan y hablan de creepypastas que llevan a Annelise a convertirse en la sacerdotisa del Dios Blanco. Nunca tenemos una respuesta clara de a qué se refiere con el Dios Blanco, porque es más la idea (una idea tan grande que el miedo está precisamente en lo desconocido, en la propia insignificancia de lo conocido). En uno de los pasajes que a mí me pareció mejor en el libro, Annalise le entrega a la maestra Clara todo un pasaje en donde abre, justamente, hablando del horror cósmico de Lovecraft y justamente ahonda en cómo escribir/hablar/comunicar/representar el horror cósmico.
Además, el horror cósmico tampoco puede ser descrito como se describiría el ataque de, digamos, un hombre lobo, porque aquellos que lo experimentan son incapaces de de comprenderlo y, cuando por fin se acercan a su significado, se dan cuenta de que no tienen palabras suficientes para hablar de ello; que está más allá del lenguaje y que, desde el momento hasta el final de sus días, deberán cargar en soledad esa revelación incompleta e incomunicable.
Equipara justamente ese horror cósmico a lo que llama el horror blanco: habla de "su capacidad para implosionar el lenguaje" (cita textual). Creo que eso es lo que más me interesó del libro, que hasta más o menos pasada la mitad me interesaba como una lectura "rara" y nada más. Sí, hacía uso de muchos recursos narrativos que me gustaban, pero no me exigía demasiado, hasta el ensayo de Annelise, que es uno de los pocos vistazos que tenemos hasta el fondo del personaje. Este es un libro, por cierto, donde todos los personajes son personas que me caen mal: las odio. Será que no soporto las historias de niñas ricas de colegios del opus; pero también es la prueba de que en una historia no te tienen que caer bien todas las personajas o personajes (estoy harta de la gringada woke a la que sólo le gustan personajes buenos y puros y además a la que sólo le gustan los libros si los personajes le caen bien, perdón, se me escapó un poco de exasperación por entre las teclas). Annelise y su séquito son un montón de adolescentes que no soporto y, sin embargo, mientras más se adentra el libro en la idea del horror blanco, en las mordidas, en por qué se titula Mandíbula, menos capaz era de dejar de leer.
Otra de las partes magistrales de la historia es el capítulo final. Puro diálogo, puras palabras. Me impresionó. Si ya les he dicho miles de veces que no lean a Mónica Ojeda de noche, tampoco les recomiendo leer el final de este libro mientras cenan. Estoy sentada, repasando las citas, que se ven impresionantes aún sacándolas del contexto del libro, pero que no le hacen justicia, al menos a esos dos pasajes: el ensayo de Annelisse y el último capítulo. Mandíbula es un libro redondo que sí, reconozco que tenía mucho mas hypeado y que me pareció que tenía un ritmo desigual a la hora de leerlo (no porque el ritmo tenga que ser siempre el mismo sino que me pareció, dentro de lo que era, de repente antes de llenar a la mitad, demasiado llano, aun con todo lo que estaba contando); será que yo soy muy especialita para leer.
Antes de terminar quiero recordarles que este libro es la lectura de octubre de Librosb4tipos que vamos a comentar el día de Halloween, 31 de octubre a las 4pm, hora del centro de México en el canal de Sputnik. Sí, les traigo toda la información. Acá abajo también les dejo el cartelito, por si les late y quieren darse una vuelta por la transmisión.
¿Se los recomiendo? Sí, si les gustan estas ondas del horror cósmico y los creepypastas, creo que el libro puede ser interesante para ustedes. Desde luego es perfecto para el mes spooky y todavía tienen tiempo para leerlo antes de que lo comentemos en vivo.