Sinopsis: The Alexandrian Society, caretakers of lost knowledge from the greatest civilizations of antiquity, are the foremost secret society of magical academicians in the world. Those who earn a place among the Alexandrians will secure a life of wealth, power, and prestige beyond their wildest dreams, and each decade, only the six most uniquely talented magicians are selected to be considered for initiation.
Enter the latest round of six: Libby Rhodes and Nico de Varona, unwilling halves of an unfathomable whole, who exert uncanny control over every element of physicality. Reina Mori, a naturalist, who can intuit the language of life itself. Parisa Kamali, a telepath who can traverse the depths of the subconscious, navigating worlds inside the human mind. Callum Nova, an empath easily mistaken for a manipulative illusionist, who can influence the intimate workings of a person’s inner self. Finally, there is Tristan Caine, who can see through illusions to a new structure of reality—an ability so rare that neither he nor his peers can fully grasp its implications.
When the candidates are recruited by the mysterious Atlas Blakely, they are told they will have one year to qualify for initiation, during which time they will be permitted preliminary access to the Society’s archives and judged based on their contributions to various subjects of impossibility: time and space, luck and thought, life and death. Five, they are told, will be initiated. One will be eliminated. The six potential initiates will fight to survive the next year of their lives, and if they can prove themselves to be the best among their rivals, most of them will.
Most of them.
No sé si se han dado cuenta de que ya no suelo hacer reseñas de series de más de un libro si no las he terminado (en particular porque a veces quiero discutir toda la saga entera o tener toda la perspectiva antes de empezar). Si no, pues eso es algo que pasa por acá. A veces hago excepciones, cuando quiero resaltar libros por sí mismos o tengo temas que sé que me van a tomar muchísimo espacio o no más tengo muchas ganas de hablar de una autora en particular. Esta es una de esas veces (porque The Atlas Six tiene una continuación programada para... el futuro, que se llamará The Atlas Paradox). De verdad quería hablar de Olivie Blake.
Olivie Blake es una escritora estadounidense que conocí en el maravilloso mundo del fanfic. Llevaba tiempo sin leer fanfics cuando mi esposa TanitbenNajash llegó y me empezó a aventar links de algo que sabía que me gustaba: dramione (el nombre de la pareja entre Draco y Hermione en Harry Potter). Había estado mucho tiempo frustrada ya con ese ship, porque de 2009 para acá habían cambiado muchas cosas, pero romances tóxicos con narrativas que no me gustaban ni para Draco ni para Hermione seguían siendo la norma y más que eso: tropos con lo que yo no conectaba eran repetidos una y otra vez (una extraña manera de reverenciar la pureza de sangre en una saga cuyo subtexto remarca una y otra vez lo dañino del pensamiento, por ejemplo y que piense lo que piense la autora hoy en día ese es, al menos, un subtexto que está allí). Total, la gente a la que le gustaban esos fics los leía y yo, más que nada, me mantenía sanamente alejada (la regla número uno en los fanfics: si no te gusta, pa' qué andas leyendo). Pero llegó Olivie Blake a mi vida. Su prosa cuidada, su manera de entender los personajes, de interpretarlos, de escribirlos, sus manías (su uso de los adverbios en inglés me parece magistral, diga lo que diga Stephen King sobre que no le gustan las terminaciones en -ly) y sobre todo, una female gaze impresionante sobre el romance y la sexualidad (estuvieran juntos o no).
Ya voy a dejar de hablar de fanfics, por hoy (si quieren conocer más de ella en esa faceta, existe su perfil en ao3; como muchos de nosotros ya no escribe de Harry Potter, pero sí de otras cosas; mis favoritos de ella están en esta lista); ya volverá el tema en algún momento. Olivie Blake, además, escribía y autopublicaba su ficción original (fantasía para adultos, como categoría de marketing, porque el mundo cree que toda fantasía es para niños y adolescentes) en Amazon y en distintas plataformas. Así que empezamos también a leerla. Incluso The Atlas Six se convirtió en un fenómeno en distintas plataformas (booktok, booktwt; en inglés) por su estética Dark Academia, las ilustraciones que acompañaban la historia (por la ilustradora Little Chmura), los personajes y los temas. Curiosamente, pospuse leerlo. Quería esperar.
Perhaps it was a tired thing, all the references the world had already made to the Ptolemaic Royal Library of Alexandria. History had proven it endlessly fascinating as a subject, either because the obsession with what it might have contained was bounded only by the information or because humanity typically longs for things most ardent as a collective. All men can love a forbidden thing, generally speaking, and in most cases knowledge is precisely that; lost knowledge even more so.
Sospecho que, en mi caso, hice bien. The Atlas Six para mí fue un tumulto de todas las manías que ya le conocía a Olivie, de los temas que le interesan, de sus quizá hiperfijaciones, todo eso revuelto en una novela sobre magia, conocimiento y sociedades secretas.
Magia y conocimiento
La portada del libro contiene la frase. La entiendes cuando empiezas a leer. Las implicaciones knowledge is carnage están en cuanto Atlas empieza a reclutar a los seis magos, algunos dispuestos a todo con tal de acceder a un conocimiento que todavía no saben qué es y obtener poder a través de él. Para lo que creen que es el bien, el mal, para ellos nada más. Son seis magos, únicos en su clase: tienen un poder que apenas si pueden controlar o, por el contrario, saben qué pueden hacerlo; quizá empezaron siendo magos promedio, sin ninguna clase de talento natural, pero se obsesionaron con volverse los mejores en su clase. O quizá no les interesa, pero les gusta el juego y torcer sus reglas.
¿A dónde van a llegar por acceder a todo el conocimiento que acumula la biblioteca y que La Sociedad de Alejandría ha determinado mantener lejos de la humanidad? ¿A dónde llega este juego del elitismo y por qué existe? ¿Por qué el conocimiento está reservado tan sólo a unos cuantos? El ambiente de tensión de la historia no dejaba de hacer que me preguntara eso. La oferta de repente se vuelve tan tentadora para las obsesiones particulares de cada uno de los seis que no dudan en entrar a un juego del que no conocen ni las reglas. (¿Y no es así en realidad la Academia? Parada en su pedestal, lejos de todo, determinando quiénes son los elegidos que alcanzaran su aprobación y cuántos se quedarán en el camino, negándole el lugar a todo aquel que se salga de sus márgenes, haciendo que otros entreguen partes vitales de sí mismos para encajar en ella, declarando cuáles temas valen la pena mientras ignora otros, ¿y no es eso lo que queremos destruir?).
"Sometimes," Reina went on gruffly, "you treat magic like a god, like an energy, and sometimes like a pulse. It's an unscientific vibration when convenient, but we already know its behaviors can be predicted, and therefore purposefully changed"
Creo que fue un libro muy bueno para teorizar sobre lo que para estos personajes es la magia (finalmente, el conocimiento por el cuales están dispuestos a jugar un juego del cual no conocen las reglas). He encontrado que en el nuevo boom de literatura de fantasía, especialmente la gringa, hay una preocupación casi reverencial por ponerle normas y límites a la magia sin pensar qué es para nosotros. La esposa Tanit y yo estuvimos platicando un poco sobre esto, de nuestra reticencia natural a quienes declararon que los sistemas de magia debían tener reglas en la literatura, cuando aquello era más propio del rol (juegos donde, obviamente, debe haber un sistema con límites y libertades claros, para que los jugadores se orienten) y yo sobre todo pensé lo superficial que me parecía querer ponerle límites a la magia sin antes cuestionar qué iba a ser en el mundo secundario en el que estábamos creando, qué visiones se iban a tener sobre ella, por qué era importante, buscada, deseada. Cómo se veía el mundo desde ella o a través de ella.
Este libro se dio cuatrocientas páginas para cuestionar la magia y su funcionamiento. Está impregnada en la manera que tienen los protagonistas (seis, porque es una novela coral) de ver el mundo y de relacionarse con él. Y lo más lógico es que todos la vean de manera diferente y su relación con ella también lo sea. Al final, su manera de ver el mundo no es un sistema casi matemático (de nuevo: esos sistemas son más propios del rol que de la literatura y explorarlos desde la literatura con el foco en la literatura me parece interesante, pero no deben ser una imposición jamás), sino un conjunto de experiencias y sentimientos que muchas veces tenemos que escarbar para descubrir por completo.
Finalmente, ellos también quieren comprender cómo explicar su mundo y lo que pueden manipular sobre él. Vamos a hablar poquito sobre los personajes.
El pasado que nos define
Los personajes de Olivie Blake siempre tienen maneras particulares de hablar. Sus silencios y aquello que dicen para ocultar verdades más profundas es algo que se repite de historia a historia y es muy revelador sobre su construcción y cómo reaccionan y se relacionan con el mundo. Supongo que algún día llegará una crítica que diga "es que no es realista porque yo no hablo así con mis amigos" y me voy a reír (o capaz ya llegó) porque no es que sea realista, sino verosímil y además hay un montón de personas en el mundo que tiene registros distintos del habla. Y los personajes de Olivie Blake suelen tener algunos muy particulares y justo eso ayuda a construir su personalidad y nuestra visión de ellos.
"Did it hurt?" he asked.
Tristan braced for something. Rightfully. "Did what hurt?"
"The things your father did, the things he said," Callum said. "Was it painful, or just humilliating?"
Libby quiere demostrarse a sí misma ser la mejor para buscar hacer incluso aquello que es imposible; Nico de Varona siempre ha visto la magia como algo que es parte de él y da por sentado, una parte de su herencia; Tristan quiere huir de su pasado, dejar atrás el recuerdo de su padre, aunque lo mantenga más pegado a él de lo que cree; Reina Mori que es una naturalista nata, extremadamente poderosa sin necesidad de cultivar su poder, no tiene demasiado interés en escuchar a su magia; Parisa me parece una representación muy interesante de la sexualidad femenina que quiero abordar después. Callum, por el contrario, es un misterio. Incluso su narración mantiene secretos para sí sin develarlos al lector. Es un ensamble curioso e interesante. Reconocí en ellos arquetipos que me gustan mucho de Olivie, sus obsesiones (que encuentro que todos los escritores tenemos pero sólo nos damos cuenta de ellos cuando vemos lo que hemos escrito desde la lejanía). Sus personajes suelen hablarle a mis propias obsesiones: Callum o Tristan, por ejemplo, tan diferentes entre ellos, me llaman naturalmente; Parisa me resulta fascinante, Reina Mori también (y quizá una de mis quejas sobre esta historia es que me hubiera gustado que fuera más explorada, pero hay cosas que siempre se quedan en el tintero cuando estás escribiendo una historia con un ensamble de este tipo).
A los personajes de Olivie los define su pasado: sea bueno o malo, haya un trauma o no. Me gusta mucho cómo explora esto, cómo los mueve por un tablero en el que puede pasar cualquier cosa. Olivie Blake escribe historias character driven, donde la trama es una excusa para exponerlos, desnudarnos y sobreanalizarlos mil veces (creo que Modern Romance, una de sus mejores historias, prueba esto, sobre todo), entre la magia y el conocimiento los hace relacionarse de mil maneras. Porque en The Atlas Six, ante todo, las visiones personales que tiene cada quien sobre lo que significa la magia y sus posibilidades para cada uno. Hay algo casi barroco en la manera en que se expresan sus personajes y eso, debo decir, es un gusto mío, particular, que no considero que sea para todo el mundo (así que si se acercan a este libro, tómenlo en cuenta).
Ahora sí, voy al final.
La sexualidad femenina en fantasía y el female gaze
Mucho tiempo en la literatura en general nos hemos enfrentado a diferentes miradas masculinas sobre las mujeres. En Sexual Politics, Kate Millet analiza algunos textos justamente sobre esto (tengo diferencias ideológicas con ella, empezando porque yo no soy feminista, pero otro día hablamos sobre eso), el tema no es nuevo. Leyendo a los hombres una nota que no hay una sola mirada masculina sobre las mujeres: las diferencias culturales y sociales se imponen. Mientras que hay quienes escriben sobre ellas de una manera que me parece interesante e incluso identificable (hola, John Steinbeck), también es cierto que, después de un montón de lecturas, parecen ser las excepciones y no la regla. Dentro de la fantasía las mujeres se han erigido como damas en problemas que necesitan ser salvadas, princesas en torres que carecen de agencia y los arquetipos variados de los cuentos de hadas (porque es interesante analizar la feminidad representada en ellos, más cuando pensamos que muchas de las versiones que se transmitieron oralmente lo hicieron de la boca de las mujeres) parecieron quedar reducidos a ser una damisela en apuros a quien raptará el villano, será salvada por el héroe y terminará por enamorarse de él (y a quien muchos escritores terminan por matar después, sin saber muy bien que hacer con ese personaje... y, bueno, estoy mirando a Salgari, a quien le costó sus buenos años y unas cuantas esposas muertas decidir que quizá sí, ya era tiempo de poner a las mujeres al frente y con protagonismo). O cualquier otra narrativa donde las mujeres carezcan de agencia completamente (no toda la narrativa de fantasía lo hizo, pero se repitió y repitió y repitió y repitió hasta la saciedad).
Ahora sabemos que las mujeres también son guerreras y heroínas y desde hace mucho tiempo que han estado presentes en el género. Lo único que veo es que a veces suelen ser reducidas a una dicotomía sin sentido: hay mujeres guerreras desprecian lo femenino como débil, para alzarse sobre eso y demostrar que no son como las demás (sin que sea una característica del personaje, sino un desprecio que va desde el subtexto) y el abierto desprecio a otros arquetipos: a las sacerdotisas, a las sanadoras, a las mujeres que cuidan, como si lo que vemos como femenino les quitara toda agencia y no estuviera eso en la narración, en cómo elegimos contarlas, narrarlas. Al final, igual que el male gaze no es uno solo, sino un montón de miradas masculinas sobre el mundo que han dominado por mucho tiempo las historias, el female gaze tampoco es uno solo.
Una de mis frustraciones más grandes era la tendencia a desexualizar a las mujeres para mostrarlas fuertes, como si la mirada sobre la sexualidad que hasta entonces había pertenecido a los hombres estuviera vedada y no pudiéramos reclamarla. Pero creo que algo muy importante en la narrativa es reclamar las miradas sobre la sexualidad, especialmente sobre la sexualidad de las mujeres. Hasta hace cinco minutos en la historia de la humanidad, era un tema que no se tocaba. Y hoy se critica. Creemos que la visión de la sexualidad femenina es una: la nuestra, la que consideramos correcta, la que nuestra moral nos dice que está bien. Y es difícil cambiar esa idea cuando las visiones sobre ella siguen siendo mayormente masculinas y, por alguna razón desconocida, hay quien cree que cada escritora que toca el tema tiene el deber de representar a toda la female gaze en el mundo.
Olivie Blake muestra dos visiones diferentes en esta historia y ha explorado el tema una y otra vez con diferentes personajes que le permiten retratan distintas formas de vida. Parisa y Libby parecen opuestas, pero no lo son tanto. Explorar la sexualidad femenina en la literatura es algo que me gusta leer: creí que no me gustaba el erotismo hasta que no encontré las miradas femeninas y queer sobre ella (anoten: eso algún día será un ensayo) y entonces descubrí que lo que faltaban eran miradas que tocaran el tema desde sus lugares en el mundo.
Conclusiones
En general, recomiendo este libro con pinzas. Yo lo considero muy bueno, me gustó mucho, apareció en mis mejores libros de 2021. Y sin embargo. Creo que está lleno de las obsesiones de Olivie Blake y de una estética muy particular. Si uno no se mete en esa estética, quizá el libro no sea tan satisfactorio y si los arquetipos que obsesionan a la autora tampoco le llaman a uno, pues menos. Eso pasa con todos los libros, pero creo que las obsesiones de Olivie Blake no son especialmente sencillas. Como escritora, exige atención. Cada palabra que pone en sus libros está muy cuidada (y eso es muy obvio al notar que gran parte de lo que ha publicado lo ha hecho con pura autoedición), cada diálogo, cada comparación. Nunca le gustó que tradujeran sus fics por el temor a que no existiera ese mismo cuidado (y ahora que la van a traducir me pregunto cuál será el tono elegido). Por eso, con mucho cuidado, les recomiendo acercarse al libro con cuidado y que, si pueden darse el tiempo de conocer a Olivie Blake antes, lo hagan.
Knowledge is carnage. You can't have it without sacrifice.