Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 2 de enero de 2016

Recuento de los daños | Diciembre 2015

Diciembre fue el mes de leer a marchas forzadas. Primero porque mi orgullo me decía que tenía que terminar el Goodreads Reading Challenge y mi cabeza, un poco más sensata, me decía que por favor lo pensara mejor no me forzara a leer demasiado. Al final no me forcé demasiado, ni nada, pero aprovechando las vacaciones sí que leí mucho más que de costumbre (lo que ya es decir, juro que no tengo un giratiempos, ni nada especial). Aquí van los resultados:

Kitchen, Banana Yoshimoto


Este es un libro raro. Me dan un tiro por favor el día que yo empiece con otra frase a hablar de un libro de Banana Yoshimoto, porque entonces habrá escrito algo tan normal que ni siquiera me daré cuenta que es de ella. Me he dado cuenta de que no adoro a los orientales con locura, porque me cuesta identificarme con sus problemas, me cuesta mucho. Me cuesta identificarme con las motivaciones de sus personajes porque la cultura es totalmente diferente y la narración a veces me parece seca, demasiado al grano, como si hubiera demasiadas cosas lost in translation. Pero a pesar de todo, entre tantas desventajas, a veces, hay un libro que resalta, me llama la atención y, finalmente, me acaba gustando. En este, especialmente, acabé empatizando con la protagonista después de un rato de no entenderla porque para ella la cocina era primordial y para mí, también. Un libro raro, sin duda, pero recomendable.

Mi vida querida, Alice Munro


¿Por qué no había leído nada de Alice Munro antes? Tenía curiosidad desde que la habían anunciado como premio Nobel, imagínense ustedes. Este año por fin logré hacerme con varios de sus libros y este fue el que cayó este mes. Era uno de los cortos (ni tan cortos) y era de cuentos y además trataba de mujeres y casi siempre, de amor, pero no ese amor de las novelas rosas, sino un amor más real, más tangible, más conocido, que suena más cercano y no tan idílicos. Quizá por eso no son los amores con los que soñamos o los que deseamos, pero sí en gran parte con historias con las que nos podemos identificar. Me recordó mucho a Carson McCullers, aunque para mí McCullers es una cosa superior. Pues bien, les recomiendo mucho este libro de Alice Munro, definitivamente se merece ese Nobel que tiene

The Stone Rose, Jacqueline Rayner


Como ya tenía muy fundido el cerebro decidí, obviamente, que leer algo de Doctor Who aprovechando que tiene novelas (no particularmente buenas o excepcionales) y que yo quería escribir fanfiction. El resultado con este libro fue de leer una página, escuchar un pedazo del audiolibro, leer otro pedazo, escuchar otro pedazo. ¿Me estoy aburriendo? Pon el audiolibro, no hay nada mejor que oír a David Tennant intentar hacer el acento y tono de voz que hace Billie Piper cuando hace a Rose (o el de Mickey, podría estar horas riéndome de él). Pero sólo hay dos razones para leer una de estas novelas: o son demasiado fans de la serie (y se encontraron el torrent maravilloso que las contiene todas) o tienen una severa crisis de aburrimiento. En mi caso creo que fueron las dos y la motivación de ver al Doctor y a Rose flirteando durante toda la novela. La trama es predecible, los personajes planos y la resolución huele a deux-ex-machina. En resumen, evítenla a menos de que sean fans hardcore de Doctor Who.

De la ceniza volverás, Ray Bradbury


Ray Bradbury, estoy enamorada de ti. Quizá sea muy pronto para hacer esa declaración, o quizá sea demasiado, quizá debería decir, para ser más precisa, Ray Bradbury, creo que estoy enamorada de lo que escribes. Este es el cuarto libro ya que leo suyo, la segunda recopilación de relatos, aunque los de este pequeño libro estén tan inter conectados que casi parezcan una novela. La historia de La Gran Familia es fantástica, con elementos increíbles, muy diferente a lo que le conocía a Ray Bradbury (conozco su trabajo de ciencia ficción y estos cuentos rozan más el horror o la fantasía que la ciencia ficción). Me enamoré de sus personajes tan variados y las situaciones por las que los hace pasar, que podrían parecernos totalmente inverosímiles. Recomendado.

El viejo y el mar, Ernest Hemingway


¿Por qué este libro es tan célebre? ¡Hemingway ha escrito otras genialidades! Vale, vale, es que me pone de nervios alguien que tarda más de cuarenta páginas en atrapar un sólo pez. Sin embargo, este pequeño libro me gustó mucho y se lo recomiendo a casi todo el mundo (excepto, claro, a los que se ponen muy nerviosos con viejos que tardan más de cuarenta páginas en atrapar o un pez o a los que no les gustan los peces o a la gente que no le gustan los viejos o a la gente que no le gusta el mar, esas personas no tendrían porque leer ese libro). Como es un libro de menos de 150 páginas, no sé que más decir sin contarles la trama entera, así que simplemente les diré, de nuevo, que se los recomiendo y se los recomiendo bastante. Si quieren leer a Hemingway sin fundirse el cerebro y no saben por donde empezar, este libro es perfecto para eso. 

Nana, Chuck Palahniuk


Que me den regalos con buenas dedicatorias más seguido, caray. Si les suena el nombre del escritor (a mí también me sonaba) es por El club de la pelea (no, tampoco lo he leído). Este libro es muy... interesante. No lo llamaría obra maestra, pero sí es un buen libro, que parte de una premisa excepcional, con unos personajes más o menos definidos y que tiene una narración muy... periodística. No es el libro del siglo, pero sí fue un libro cuyo tema me intrigó bastante, sus personajes, aunque no me preocupaba demasiado por ellos, me causaron curiosidad y su resolución me dejó sorprendida en el buen sentido. Lo recomiendo bastante si les interesan novelas con toques de fantasía, medio realistas, muchos muertos y gente con complejo de Dios. O cosas que se les parezcan que, en serio, sea lo que sea que creen que se van a encontrar allí, están equivocados.

Johnny cogió su fusil, Dalton Trumbo


Uno de los libros más extraños, desgarradores y poderosos que he leído. Conocemos a un soldado al que le estalló una granada encima, un hombre sordo, ciego, sin piernas, sin brazos, con la mitad de la cabeza, casi un engendro de exhibición, sólo que no tan agradable a la vista como... la mujer bigotuda, por ejemplo. Sin embargo, esta vivo, porque como el bien dice, si la guerra es mala para los soldados, es buena para los médicos, que pueden presumir de prodigios (¿prodigios?) cómo este: han conseguido salvarle la vida, y allí lo tienen, a su merced, ciego, sordo, mudo y mutilado, pero vivo. En fin, es un libro antibélico y un alegato a la vida, ante todo. No sé que decir de él, no sé si debería recomendárselos, porque para este tema hay que tener un poco de estómago, pero en definitiva, sí, lo recomiendo, ante todo

We Should All Be Feminist, Chimamanda Ngozi Adichie


Lo leí para poder subrayarlo en el kindle unas diez mil veces y hacerle anotaciones por todas partes. Desearía tener un ejemplar en físico de esto para poder hacerlo, sería maravilloso. El librito es prácticamente una reproducción fiel del discurso que dio hace algún tiempo y es increíble. No tiene más de cincuenta páginas, según cómo las cuenta mi kindle y es una perfecta introducción hacia el por qué del feminismo, la brecha de género. Nos lo hace desde la perspectiva africana, no una perspectiva occidental, pero es posible, al menos para mí, que vivo en un país donde la cultura machista va a la orden del día (y que alguien se atreva a decirme que no, porque les pongo a mi familia entera enfrente y verán, verán), identificarse con la gran mayoría de estos problemas. No aborda temas más profundos, ni se mete con la teoría de género, o la transexualidad, o nada, absolutamente. Es un texto muy introductorio y creo que se tiene que entender eso al empezar: no aborda todo el feminismo, pero sí nos dice por qué el feminismo es importante.

La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich


Este podría ser el mejor libro del año si yo fuera capaz de decidir por un libro. Es cierto que no lo hubiera conocido si la autora no hubiera ganado el Nobel, pero no me arrepiento nada de haberlo conocido. Gracias a ese Nobel, este libro pudo, por fin, ser traducido al español y yo pude leerlo apreciarlo. Lo que tienen que contar las mujeres que fueron parte del Ejército Rojo es importante, como mujeres en un ambiente que siempre estuvo reservado a los hombres, vivieron y experimentaron cosas que nadie más experimentó. Se convirtieron, contra todo pronóstico, en soldados, capaces de dar su vida por su patria. Y, contrario a lo que se cree, en la guerra no hubo sólo mujeres enfermeras, cocineras o personal sanitario: hubo francotiradoras, tanquistas, doctoras, personal de transmisiones, soldados de pie, caballería. Tengo tanto que decir sobre este libro que creo que esperaré a la reseña. Por lo pronto, se los recomiendo

Cómo ser mujer, Caitlin Moran



Este es un libro interesante y, en el contexto en el que está escrito, importante. Es feminista, sí, pero habla del feminismo de Caitlin, de las experiencias de Caitlin, del prototipo de mujer que se espera en el primer mundo. Creo que no deben esperar nada más que eso. Habla y se burla del constructo social que, en occidente, supone ser mujer: la idea que tienes que amar el día de tu boda, tener hijos, trabajar, ser independiente, usar tacones, adorar a los ídolos feministas del momento. Es un libro con un humor muy inglés (y unos traductores de la chingada, anagrama, despídelos por favor). Ahora bien, cuando lo leas, y si lo lees, te recomiendo que lo cuestiones todo, que discutas con lo que dice Caitlin y te hagas de una opinión. Primero, porque ni ella misma admite decir verdades absolutas y segundo, porque creo que todo el mundo necesita una opinión. Recomendado si les interesa el tema

Dash & Lily's Book of Dares, Rachel Conn & David Levithan


Participé en la Lectura conjunta que organizaron en Dear Jane. Si no, probablemente hubiera leído el libro pero mucho, mucho tiempo después. ¿Qué puedo decir de él? Es uno de esos libros, que, en un mal día, se llevan dos estrellas en Goodreads y en uno bueno, tres. Ni bueno, ni malo, pero de lejos perfecto. En este caso, creo que la premisa es original y la ejecución cayó en lo cliché en un momento dado. ¡Y la premisa era genial, original y diferente! La verdad es que sí podría recomendarlo si les gustan este tipo de libros, tiene algunas buenas ideas, pero si no, huyan, la verdad, no se están perdiendo de ninguna genialidad ahora mismo. (Aunque Levithan escriba precioso).

Con esto ya acabo de cerrar el 2015, por fin, de hecharle un buen cerrado y empezar fresca el 2016. Sólo falta que conozcan mis mejores libros del año, los retos que cumpliré y todo eso para empezar fresca todo este año. Les deseo un muy feliz año (aunque ya sea dos), que la pasen muy bien, que cumplan sus propósitos y, sobre todo, que esté lleno de buenas lecturas. 


lunes, 30 de noviembre de 2015

Recuento de los daños | Noviembre 2015

Bueno, noviembre fue, de nuevo, un mes fructífero. Tanto para escribir, como para leer y hasta ver series. Estoy orgullosa de ello. La tarea que tengo pendiente para mañana, no. Bueno, este mes leí bastante, otra vez, lo que me está dejando bastante atrasada con las reseñas, pero espero ponerme al corriente esta semana ya por fin. Para los que tengan curiosidad, no, no acabé el NaNoWriMo. Aun pienso escribir hoy un poco más, pero dudo hacer 25K palabras para hoy a las doce de la noche, así que ni modo. De todos modos, la verdad es que disfruté y que seguiré escribiendo hasta acabar lo que estaba escribiendo. Al fin y al cabo, voy justo en la mitad. 

La peste, Albert Camus


Bueno, esto fue lo que salió en el Club de Lectura del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black, así que lo leí con mucho gusto (aunque no me ayudó a tachar otro nombre de mi lista de premios Nobel, yo ya había leído a Camus antes, con El extranjero, libro que adoro y que leería mil veces más si es necesario). Me gustó mucho y tengo pendiente la reseña, pero creo que seguirá así un tiempo más. Hay cosas de ese libro que todavía necesito acabar de digerir por lo complicado que puede volverse un tema tan simple. Hay una parte, en especial, que llama la atención al principio, en donde se habla de la separación de las familias y los amantes por el cierre de la ciudad y de como, en cierto modo, son esas las personas más afortunadas porque tienen algo a lo que aferrarse para no caer en la desesperanza. 

The Thing About Jellyfish, Ali Benjamin


Un libro mono, no para cambiar la vida (lamentablemente), pero sí muy interesante, con protagonistas muy sólidos y una historia más o menos que se mantiene y no pierde ni el ritmo, ni el sentido en ningún momento. La protagonista está decidida a no hablar después de perder a su mejor amiga, que se ahogó. Apenas tiene doce años y nadie la quiere particularmente en la secundaria a la que va. Además, el hecho de que no hable más que lo imprescindible no le ayuda mucho. Es un libro sobre el duelo, la pérdida, la culpa y las despedidas que, además, tiene una gran cantidad de medusas y me recuerda a una película un poco cliché de Hollywood. Es un buen libro, pero no diría que algo increíble o que me haya cambiado la vida.

A Little Life, Hanya Yanagihara


Este libro es maravilloso (o muy macabro, según el punto en el que se mire). Es un tocho de casi ochocientas páginas más o menos (yo lo leí en el kindle y eso fue lo que calculó) que habla de la vida de cuatro neoyorkinos a lo largo de sus veintes y sus treintas y sus cuarentas y más allá. Toca temas muy complicados y no aptos para los sensibles pero creo que, de entre los clichés, lo hace bien y con mucho respeto; no busca ser políticamente correcta, así que no esconde los temas o tiene pelos en la lengua, pero tampoco le falta sensibilidad a la hora de tratarlos. La autora no se toca el corazón con ninguno de sus personajes y es una experta en el maltrato personajil y es por eso que creo que la mayor virtud del libro es que sus personajes no necesitan darte lástima para que los aprecies.

La reina roja, Victoria Aveyard


Peor libro del mes. Sin dudarlo ni un tantito. Hubo otros flojos, aburridos, quizá que no cumplían su cometido o que no acabaron de cuajarme, pero esto fue lo peor. Primera nota para las editoriales: necesitan un buen corrector de estilo y si no lo tienen, por favor, ni publiquen cosas. Este libro es divertidísimo si lo ves con ojos de que sabes que vas a leer una porquería, porque de otro modo no hay manera de disfrutarlo. Personajes planos, narración con errores básicos de puntuación, trama inconsistente, un núcleo que cambia cada dos páginas y no se sostiene. Además de que parece ser un mal refrito entre otros libros de actualidad. Y es un mal refrito. (Y tener una nula edición. No porque tengan las ventas aseguradas pueden hacer una edición con las patas).

Fates and Furies, Lauren Groff


Este libro está entre los mejores del año en Amazon. Creo yo que incluso es calificado el mejor del año y aunque para mí no merece semejante honor, no voy a decir que es un libro malo. De hecho, me pareció un libro magistral. Muy entretenido, muy poético y con personajes muy interesantes. Llama la atención especialmente el marido, un hombre que tiene la firme idea de que las mujeres son menos creativas (o no tan creativas) porque tienen hijos y en eso gastan su creatividad. Majestuosa la reacción de su mujer, que ha elegido no tener hijos, cuando le salen con eso. En fin, que el hombre ama a Mathilde (y ella lo ama a él), pero tienen unas ideas idiotas una vez cada tanto (y lo mejor es que la autora no lo justifica, la historia no lo justifica y el resto de los personajes no lo justifican). 

Trigger Warning, Neil Gaiman


Yo nunca nunca había leído a Neil Gaiman. Lo sé, es una confesión complicada. Había visto la película de Coraline y el capítulo al que le había escrito el guion de Doctor Who (The Doctor's Wife, muy de su estilo), pero no había leído nada, absolutamente nada de él. Así que cuando lo vi nominado en los Goodreads Choice Awards con esta antología de relatos creepys y no tan creepys decidí que tenía que remediar el asunto y me puse a leer. Realmente Neil Gaiman sabe contar historias, de eso no hay duda. Y en este libro hay poemas, hay historias fantásticas, historias que más parecen de terror y hasta una historia de Doctor Who que fue tan buena que hasta le perdoné que fuera con el Onceavo Doctor y Amy Pond (no, no me gusta Amy Pond). 

Our Souls at Night, Kent Haruf


Me llamaba por la premisa. La gente mayor no suele protagonizar muchos libros y mucho menos llegar a ser reconocidos como los mejores del año, aunque sea en Goodreads. Pero este libro es un cliché sobre la gente mayor y no me gustó del todo. Sí, retrata la cruel realidad de cómo los hijos o los jóvenes ven como inmoral que sus padres o sus abuelos vuelvan a tener una relación romántica después de viudos, lo cual hace al libro un libro con una trama frustrante por momentos y que te hace pensar en ese sentido, pero en todo lo demás le faltaron... no sé, ganas, emoción, trama, núcleo, ¡personajes bien construidos! ¡Algo! Un libro ni bueno, ni malo, sólo un poco insulso, que seguramente no recordaré demasiado.

Dido para Eneas, María García Esperón


¡Por fin leí el libro nuevo de María García Esperón! Es una de mis autoras favoritas, claro que sí, y este libro es aun más pequeño que los dos últimos. Narra la historia de Dido, reina de Cártago, que huyó de Fenicia de su hermano y se topó con Eneas en el camino, sobreviviente de la guerra de Troya (ese niño con cara de imbécil al que, en la pésima adaptación de Troya, Paris le da su espada), que tiene que fundar una ciudad por designio de los dioses. Dido se interpone en su camino. Si ya saben como acabó la historia (yo sí, desde hace mucho tiempo), probablemente se pregunten como una historia tan triste puede ser una historia de amor tan hermosa, pero les juro que vale la pena. 

Higiene del asesino, Amelie Nothomb


No sé si una de mis autoras favoritas, pero sí va camino a convertirse en una. Higiene del asesino es el segundo de sus libros no autobiográficos que leo. Hasta ahora, uno de los mejores. El humor de Nothomb es especial, no es de esas cosas con las que te vayas a reír demasiado y todo el tiempo, pero no hay duda de que tiene un sentido del humor increíble. Su protagonista, un escritor que nunca ha concedido entrevistas, disfruta mareando a los pobres periodistas, odia a todas las mujeres porque son lo más feo de la creación, está convencido de que nadie lo lee porque deberían suicidarse si lo leyeran de verdad. Para acabar, es obeso mórbido y odia las preguntas sobre su infancia. Si quieren saber por qué el libro se llama Higiene del asesino, deberán leerlo. Vale la pena.  

Coraline, Neil Gaiman


Pues bien, tenía que seguir leyendo a Gaiman después de lo que me había gustado su otro libro así que decidí continuar por Coraline porque ya había visto la película y conocía la historia. Los cambios son muchos, pero la esencia es la misma, aunque yo misma me sorprendí de que la atmósfera en el libro es aún más oscura, pues la película ya me parecía demasiado disturbing. Neil Gaiman cuenta una historia que no es muy para niños en un libro juvenil y lo hace perfectamente. Me encantó y después de ese libro decidí que seguiría leyendo a Gaiman porque Coraline era impresionante. Los personajes extravagantes y el terror que causa La Otra Madre se sienten y Gaiman ni siquiera tiene necesidad de adornar sus libros con una prosa recargada.

El libro del cementerio, Neil Gaiman


Esto ya fue una casualidad, porque no me gusta mucho leer muchos libros de un mismo autor muy seguidos o siento que acabo saturada. El libro del cementerio es bueno, de eso no me quedó duda, pero creo que lo hubiera disfrutado más tras un descanso, así que lo releeré cuando no tenga a Gaiman en todas partes. La atmósfera también es extraña, un poco retorcida, pero creo que este libro si es mucho más infantil y juvenil que Coraline. También tiene lo suyo, claro, si no, no sería un libro de Gaiman. Además de que la trama es muy original: un niño sobrevivió a un asesinato múltiple y ahora es ciudadano honorífico del cementerio. Lo crían los fantasmas, le enseñan todo lo que necesita saber (excepto a relacionarse con los vivos) y lo cuidan.

Colaboraciones




lunes, 26 de octubre de 2015

Landline, Rainbow Rowell | Reseña


Sinopsis: Georgie McCool knows her marriage is in trouble; it has been in trouble for a long time. She still loves her husband, Neal, and Neal still loves her, deeply — but that almost seems beside the point now. Maybe that was always beside the point.

Two days before they’re supposed to visit Neal’s family in Omaha for Christmas, Georgie tells Neal that she can’t go. She’s a TV writer, and something’s come up on her show; she has to stay in Los Angeles. She knows that Neal will be upset with her — Neal is always a little upset with Georgie — but she doesn't expect him to pack up the kids and go home without her. When her husband and the kids leave for the airport, Georgie wonders if she’s finally done it. If she’s ruined everything.

That night, Georgie discovers a way to communicate with Neal in the past. It’s not time travel, not exactly, but she feels like she’s been given an opportunity to fix her marriage before it starts... Is that what she’s supposed to do? Or would Georgie and Neal be better off if their marriage never happened?

Esto es el diálogo que ocurrió en mi cabeza para que yo me decidiera a leer este libro: 
Consciencia: Fangirl te decepcionó de manera épica, ¿por qué le das otra oportunidad?
Yo: A la mejor ha mejorado y ya escribe mejor. A la mejor no hay tantos clichés en la historia.
Consciencia: No. Eso no va a pasar. Mira a John Greeen y tus intentos de oportunidad.
Yo: No puede ser tan malo *agarra el libro y lo abre*
Consciencia: No, no es posible. Me voy a suicidar. Ya. Ahora.

Y como consciencia pronosticó el libro fue une épica decepción. Yo aún no entiendo, pero ni de lejos, que haya ganado Best Fiction en los Goodreads Choice Awards. Es malo. Aburrido. Personajes no importantes. No entiendo por qué ganó. Creo que simplemente asumiré que la gente tiene mal gusto y ya. Pero bueno, vamos a argumentar por qué este libro me pareció, entre otras cosas, mortalmente aburrido.

La sinopsis te destripa básicamente todo el libro. No hay más historia allí. Creo. Te destripa toda la trama y el débil núcleo que tiene. Deberían decirle a quien escribe las sinopsis que, por lo menos, se preocupe por que no te cuenten toda la historia, o al menos no todos los puntos relevantes. Juro que, con una excepción, quizá, no hay nada más de interés para la trama principal dentro del libro. Mortalmente aburrido en su mayor parte. Me da la impresión, además, de que Rainbow Rowell sólo tiene una voz narrativa porque estar dentro de la cabeza de Georgie McCool sonaba igual que Cath, la protagonista de Fangirl. Exactamente igual, a pesar de todas las diferencias entre las dos (Georgie es mucho más extrovertida, graciosa y mucho menos irritante que Cath). Eso no ayudó a que el libro fuera más interesante porque ya en su tiempo pensé que la voz narrativa de Rowell decía demasiadas cosas obvias y trataba a los lectores un poco como retrasados mentales (sin llegar al nivel de John Green o los odiosos libros de autoayuda).


En fin, ahora, la trama en sí tiene cierto "realismo mágico" (lo calificaron algunos) y para mi cerebro, la idea de que Georgie le pueda hablar al Neal de 1998 me parece archifantástica por todas las posibilidades que ofrece. Al final, no ofrece nada nuevo para desarrollar a los personajes, los problemas con el tiempo no se abordan demasiado (al menos hasta el final, por supuesto) y Rainbow no se mete en demasiados problemas, pero sí que usa el asunto para crear un tipo de paradoja temporal. Nada demasiado impactante y la verdad es que se puede adivinar desde el 30% del libro: en resumen, predecible, poco explicado, sin gran fundamento y además con una protagonista que pasa más tiempo pensando sobre si está bien o mal lo que hace, que haciéndolo, lo que en algunos momentos vuelve el libro más pesado y aburrido. Si es que los personajes piensen no está bien. Pero que le den la vuelta una y otra vez a lo mismo con casi las mismas palabras... Es obvio que se vuelve todo demasiado pesado. 

El Doctor lo explica mejor que yo.
Ahora, los personajes. No me podían importar menos, de verdad. No es que me caigan mal (eso al menos ya sería algo), no, es que ni siquiera me preocupo por ellos. Georgie y Neal tiene un montón de características informadas que en realidad no vemos demasiado. Es un error que es la segunda vez que le veo a Rainbow Rowell y me molesta mucho: se pasa la frase "show, don't tell" por los bajos fondos. Así no va a construir un personaje que a mí me interese realmente porque muchas veces no hay concordancia entre lo que dice el narrador en la descripción del personaje y lo que en realidad hace el personaje: Georgie, por ejemplo, no me pareció graciosa en ningún momento, pero el narrador dice que lo es y los demás personajes también lo dicen, pero yo no lo veo. Georgie casi no dice cosas graciosas, ni siquiera para aportar al guion que se supone que está escribiendo con Seth. Además que en general ningún personaje en este libro llamaba demasiado la atención.

Por otra parte... la bendita plática sobre los celos de Georgie y Neal que tiene lugar en alguna parte del libro. A ver sí, lo entiendo: los celos existen. En el 99.999999% no son productivos ni sanos. Pero existen. Es obvio que tus personajes los tienen algunas veces. A mí me irritan las personas muy celosas (o celosas, punto), pero, con algo que suele ser tan irracional como los celos, no busco casi ninguna explicación. Esto no es un error ni nada, sino más bien una pregunta de una duda enorme que tengo: ¿de verdad entienden tan necesario que alguien justifique sus celos? ¿ven a una persona más racional? ¿los ven más sanos? Porque los celos no son sanos. Ni explicados, ni no explicados. Ni se vuelven racionales como por arte de magia. En fin, esa es mi duda.

Sobre la prosa: plana como sabana africana. Lo entiendo, el inglés muchas veces es más simple, pero es que esto ya no tiene perdón de Dios.


Desarrollo de la historia: lento y pesado. Un montón de flashbacks que en realidad podrían ahorrarse (hay algunos interesantes, pero la mayoría simplemente no lo son). Hasta más o menos la mitad del libro sientes que sigues en una introducción eterna sobre los personajes, sus historias, sus trabajos... Sus familias. Este libro necesita una tijera urgente: esta lleno de relleno.

En fin, ya no quiero seguir escribiendo sobre él. Me da sueño. Pasen de él, esa es mi única recomendación. 

viernes, 16 de octubre de 2015

Las uvas de la ira, John Steinbeck | Reseña

Sinopsis: Distinguida con el Premio Pulitzer en 1940, Las uvas de la ira describe el drama de la emigración de los componentes de la familia Joad, que, obligados por el polvo y la sequía, se ven obligados a abandonar sus tierras, junto con otros miles de personas de Oklahoma y Texas, rumbo a la «tierra prometida» de California. Allí, sin embargo, las expectativas de este ejército de desposeídos no se verán cumplidas. Entre las versiones cinematográficas que ha conocido esta novela destaca la memorable protagonizada por Henry Fonda y dirigida por John Ford.

Este libro se quedó en mi kindle mucho tiempo, esperando mucho tiempo, a  ver si me decidía a hacerle caso. Era para matar dos pájaros de un tiro: tachar un título de la lista de Pulitzers y un nombre de la lista de los escritores ganadores del Nobel. Porque yo un día decidí que iba a leer al menos un libro de cada ganador del Nobel aunque me llevara la vida entera (llevo diez autores y medio) y los Pulitzers de novela (llevo dos o tres, toda una vergüenza). 

La verdad, cuando por fin acabé sus 600 y tantas páginas, me pregunté algo: ¿por qué demonios no lo había leído antes? Es, además, mi primer acercamiento a John Steinbeck; ni siquiera leí De ratones y hombres antes, que es más pequeño en cuanto a páginas y posiblemente más rápido de leer. No. Yo decidí empezar por aquí. Así que ahora, ¿por dónde empezar a reseñar? No tengo ni la más remota idea y es algo que me pasa cuando he leído un libro muy bueno: no se exactamente cuál de sus cualidades resaltar primero. 


Este libro nació después de que Steinbeck recorriera California durante los años de la Gran Depresión documentándose para escribir una serie de artículos periodísticos que hablaban del drama de los emigrantes que habían dejado sus tierras en el este para ir hacia California, donde supuestamente había trabajo. Aquí, nos cuenta la odisea de la familia Joad que ha perdido su granja en un pueblo de Oklahoma y se dirige a California a buscar cualquier clase de trabajo que les de para comer

Es un libro que se cuece a fuego lento. La metáfora es pésima, pero es cierta. Va poco a poco. Empieza con Tom Joad recién salido de la cárcel en libertad bajo palabra (condicional) y yendo a casa para encontrarse que a los Joad ya no les queda ni un acre de tierra y viven todos hacinados en la casa del Tío John. Llega justo a tiempo para marcharse con ellos (violando la libertad bajo palabra, que no le permite salir del estado) a California. De ahí, los capítulos se van alternando: unos hablan de las aventuras de los Joad y otros más cortos y mucho más poéticos que hablan de las hazañas de los emigrantes en general: tener que abandonarlo todo, venderlo, quemarlo, olvidarlo. Buscar trabajo sin encontrarlo, ser estafados cada poco y aceptarlo porque es la única manera que tienen de conseguir gasolina o dinero.
Y entonces, de improviso, las máquinas los desalojaron y los lanzaron a hormiguear por los caminos. El movimiento los transformó; las carreteras, los campamentos a lo largo de los caminos, el miedo del hambre y el hambre misma los transformaron. Los niños sin pan los transformaron, la eterna mudanza de un sitio a otro los transformó. Eran emigrantes. Y la hostilidad de los otros los transformó, los soldó unos a otros, los unió... esa hostilidad que se manifestaba en los pueblos en que los ciudadanos se agrupaban y armaban como para repeler a un invasor..., escuadrones con mangos de azadas, empleados y pequeños comerciantes con rifles guardando el mundo contra su propia gente
Es un libro increíble, esta calificado dentro del realismo social y es uno de los libros más reconocidos, si no el que más, de John Steinbeck. 

La prosa de los capítulos en los que habla de los emigrantes es exquisita. Con los Joad es un poco más seca y hay muchas partes que se sostienen en los diálogos, pero en general, no me pareció árida como estepa ni plana como sabana africana. Los personajes están todos increíblemente formados y no todos te pueden caer bien, pero tienen sus matices. Además, Steinbeck aprovecha muy bien el "show, don't tell" con sus personajes y nos va mostrando su personalidad por medio de sus diálogos o sus actos. Nada de destriparnos al personaje entero en el primero párrafo que aparece. Me encariñé especialmente con Tom Joad y su alto sentido de la justicia y con uno de los mejores personajes femeninos que he visto en mucho tiempo: Ma, capaz de amenazar a su esposo y a toda su familia con un palo, de dar órdenes y mandar en la familia, aún con las quejas de su esposo.

―¿No piensas en qué pasará cuando lleguemos? ¿No temes que quizá no sea tan bonito como pensamos?
―No ―replicó con rapidez―. No lo temo. No debes hacer eso.
―Yo tampoco. Es demasiado, es vivir demasiadas vidas. Delante de nosotros hay mil vidas distintas que podríamos vivir, pero cuando llegue, sólo será una. Si voy adelante en cada una de ellas, es excesivo.
Como dato curioso, este libro cumple el Test de Bechdel (dos mujeres, con nombre, que tengan una conversación y que la conversación no sea sobre hombres), que (actualización en 2019) no sé para que les conté en 2015 ese dato, pero creo que fue porque mi personaje favorito era Ma.  

martes, 4 de agosto de 2015

Recuento de los daños | Julio 2015

Este es un recuento largo, largo, porque gracias al maratón de lectura del Foro de los Black, tuve que leer muchísimo; además de participar en la #LCHaditas, quedarme atrapada en carretera sin más compañía que mi kindle, irme de vacaciones a un lugar sin internet y con un kindle y terminar el libro que empecé el último día de junio... Como dije, esto es largo. Así que paciencia, que vamos a empezar.

El teorema Katherine, John Green


Debo dejar de darle oportunidades a John Green, porque me sigue decepcionando y cada vez lo hace con más ganas. No encontré casi cosas positivas sobre este libro, pues los arquetipos de los personajes me recordaron demasiado a los de Buscando a Alaska. No me identificaba con nadie y sentía que John Green estaba enfrente de mí, estampándome su opinión en la cara; además claro, de que, como ya dije en la reseña, Colin Singleton no se me hacía material de protagonista, no tenía la fuerza suficiente y además resultaba un poco irritante, pesado y desagradable. La reseña la publiqué hace tiempo, así que no me queda nada más que decir, no lo recomiendo para nada, a menos de que te guste John Green; entonces sí.

Pedro Páramo, Juan Rulfo


Sinceramente, dudo reseñar este libro como se debe. Es de los libros más complicados que he leído y agradezco haber esperado antes de leerlo. Rulfo y yo ya nos conocíamos: mi padre tiene casettes con sus cuentos (y su voz rara) con los que nos dormía en carretera cuando salíamos de viaje (mi madre, después de un tiempo, le sugirió amablemente que dejara de ponerlos, que yo no ponía la menor atención y me quedaba dormida). Después, en la preparatoria, me leí El llano en llamas completo, sin dormirme y me encantó. Pedro Páramo, que mi mamá ya había leído, era sólo cuestión de tiempo. Y dado que una de las categorías del maratón de lectura era "Un libro de un autor de tu país", aproveché. Este es un libro que recomiendo 130%.

La metamorfosis, Franz Kafka


Ya le hice una reseña mini y sinceramente, no sé que más agregar. Es bueno, sí, es bueno; es corto, sí, es cortísimo, no tiene ni cien páginas, me lo leí en medio día; es interesante, bueno, eso depende de quien lo lea; es la obra estrella de Franz Kafka, eso es discutible según yo, pero no hay duda de que es la más famosa de todas. De lo que no hay duda, es que Kafka pasó a la historia por esa novela. Yo lo conocí porque había escrito La metamorfosis, aunque, curiosamente, el primer libro suyo que leí fue El proceso. En fin, lean La metamorfosis simplemente para tener una opinión sobre ese libro tan pequeñito, realmente no me cambió la vida (¿debería?) y no me hizo amar más a Kafka, ya lo amo lo suficiente.

Todas las hadas del reino, Laura Gallego


La verdad, Laura Gallego ya me había decepcionado un poco con El libro de los portales, pero después de respirar hondo, muy hondo, le dí un pase y decidí apuntarme a la Lectura conjunta que se organizó (#LCHaditas) y... vaya decepción que me llevé. No podía con el libro o con los personajes. Si en el último logré encariñarme aunque fuera un poco con su protagonista, en Todas las hadas del reino me daba igual si se morían o no; me causaban una indiferencia brutal. Así que acabé el libro completamente decepcionada, preguntándome si más que inspirado en los cuentos de los hermanos Grimm no estaba inspirado en Maleficent y las malas tramas de Once Upon a Time. Lo destrozo con ganas en la reseña, si quieren leerla. 

Las nieves del Kilimanjaro y otros cuentos, Ernest Hemingway


De este libro, también leído para el maratón, saqué dos conclusiones: que Heminway era un cerdo misógino sureño al que le iba mal con las mujeres (Wikipedia me lo confirmó amablemente) y que escribía muy bien. Sus cuentos son buenos, de verdad. Aunque, lamentablemente, nada superó el de Macomber que estaba al principio, casi, y yo leí todos los demás a la sombra de ese, esperando algo magnífico, mejor que ese cuento, que nunca jamás llegó. En fin, escribe bien, pero eso hasta sobra. No sé si me quedaron ganas de volver a leer de Hemingway, la verdad, pero no me quedó exactamente una mala impresión (con sus cuentos, su persona es otra cosa). Ya veremos que dice el tiempo, pero me han recomendado mucho Por quien doblan las campanas. Caerá, tarde o temprano. 

El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddon


Ya dije que me había parecido un libro raro y precioso. Es raro, porque lo narra un adolescente autista desde su punto de vista y es precioso porque, aun con la narración plana, es increíblemente emotivo. En la reseña dije que, en especial, me había gustado la caracterización de los personajes, con lo humanos que parecían y los detalles que hacían el libro especial como los dibujos, la cháchara de matemáticas y la numeración en primos de los capítulos. Lo recomiendo realmente, aunque sé que es un libro que no le puede gustar a todo el mundo debido a su estructura o el "estilo narrativo" que tiene. Es un libro con muchas particularidades, pero vale la pena. Lo recomiendo porque para ser una historia tan sencilla, me pareció increíble.

Wicked. Memorias de una bruja mala, Gregory Maguire


El musical de Broadway a este libro es lo que la versión de Disney es a los cuentos clásicos, una versión suavizada, muy suavizada. Para adentrarte en este libro, necesitas tener real interés en Oz, sus asuntos políticos, su geografía, sus problemas y por supuesto, Elphaba Tropp. A mi me gustó, sobre todo porque el personaje de Elphaba levantaba el libro, pero no me morí por él, pues hubiera querido un poco más de profundidad, por ejemplo, sobre los derechos de los Animales (¡especialmente esto!), sobre Nessarosse y cómo fue la Eminente Thropp, sobre Fiyero, sus marcas, el espantapájaros y hasta un poco sobre Dorothy, sobre cualquier cosa, pero en vez de eso tengo a Elphaba perdida por el mundo, como una bruja y sobre todo una mujer incomprendida. Libro recomendado si de verdad les interesa, si no, el musical es suficiente. 

Algo alrededor de tu cuello, Chimamanda Ngozi Adichie


Probablemente, diría que es la mejor lectura del mes. Nunca había leído algo ambientado en África escrito por una escritora africana y creo que muestra toda una perspectiva diferente a lo que estamos acostumbrados. Algo alrededor de tu cuello es una antología que une doce cuentos que ocurren entre Nigeria y los Estados Unidos, dos lugares que la autora conoce perfectamente y tienen como protagonistas siempre a Nigerianos igbo. Lo reseñé en Plusbits, esperando que la reseña llegara a más gente porque, definitivamente, es un libro que vale muchísimo la pena. Lo recomiendo sobre todo si tienen curiosidad por África y las historias que Chimamanda tiene que contar, todas son magníficas, diferentes y nos muestran un mundo que no conocemos.

La escapada, William Faulkner


De este libro me quedaron clarísimas tres cosas: Faulkner me gusta, tiene una mala relación con el punto y seguido y este libro no me gustó especialmente. Entró en el maratón porque había ganado un Pulitzer, nada más y yo no quería leer Gone with the wind porque era muy largo y tampoco Matar a un ruiseñor, porque todo el mundo iba a leer ese. Si pudiera decir algo sobre este libro, diría que es demasiado gringo, demasiado yanqui, demasiado rebuscado y probablemente tiene un exceso de páginas para una historia que yo no aprecié demasiado, porque no me identificaba absolutamente con nada. Tengo que reconocer que es un buen libro, pero no elegí exactamente bien a la hora de empezar a leer a Faulkner. ¿Sobre qué es el libro? Carros (los primeros carros), carreras de caballos, negros e inocencia. Listo. Pum.

Yes Please, Amy Poehler


Si han visto por allí saben que yo soy fanática de Parks and Recreation, serie protagonizada por Amy Poehler (que también estuve en Saturday Night Live y es la voz de Joy en Inside Out). Más de ella, no he visto. pero el libro había ganado uno de los Goodreads Choice Awards 2014 (o se había quedado sólo finalista, no recuerdo), así que lo descargué, esperando que al menos fuera divertido porque yo quería distraerme de un libro pesado que estaba leyendo, pero me encontré con muchas quejas sobre lo difícil que es escribir un libro, una narración increíblemente desordenada, unos cuantos chistes (lo mejor es la carta al hospital), anécdotas irrelevantes, nombres de celebridades por todas partes y muchos first world problems. Libro completamente irrelevante.

The catcher in the rye, J. D. Salinger


Lo había visto muchas veces por allí como para no acabar por leerlo, así que lo metí como pude en el maratón. También, además, había muchas opiniones encontradas con respecto a él. He de decir que a mí me gustó, pero que si hubiera leído la traducción al español, lo hubiera odiado; hay muchas cosas lost in translation y la verdad mucho slang inglés de los 50s o 60s me parece, que no se aprecia en español. Holden Caulfield es un caso completamente aparte, pues mucha gente lo odia y la verdad es que lo entiendo, pero no odien todo el libro por eso, porque el propósito del libro es mostrar que Caulfield es, exactamente, muchas cosas de aquello que critica; mejor tomarlo con humor. ¿Recomendado? Claro que sí, pero en inglés.

Dulce pájaro de juventud, Tenneesse Williams


Muy sureño, muy Tenneesse Williams, muy todo; esta es una obra de teatro en la que un actor vuelve a su ciudad natal, St. Cloud, con una antigua actriz famosa, a intentar recuperar a su antiguo amor. Lo mejor de la obra teatral es Alexandra del Lago, el resto parecen robots, pero me aseguraron que está mejor en la película, claro que sí. Me gustó, pero no voy a tirar flores por este libro, pues aprecio bastante más La gata sobre el tejado de zinc caliente. Ahora sólo me falta, en unos meses, quizá, Un tranvía llamado deseo y puedo decir que he leído lo más representativo de Tenneesse Williams. Esta obra de teatro la recomiendo, sí, es interesante, tiene a un personaje increíble llamado Alexandra del Lago y diálogos increíbles.

lunes, 20 de julio de 2015

La casa en Mango Street, Sandra Cisneros | Reseña

Sinopsis:
La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá. Pocos libros de nuestra era han conmovido a tantos lectores.

La casa en Mango Street es un libro diminuto. Pequeñísimo. Apenas tiene 110 páginas según Goodreads y se lee muy rápido, pues está dividido en pequeñas viñetas que retratan, desde los ojos de Esperanza, como es la vida en Mago Street y cómo es su vida. A partir de las viñetas la vemos hacer amigas, enfrentarse al mundo exterior, a Mango Street y decirnos que su nombre no le gusta. Todo visto desde su inocencia, claro, las idas y venidas de sus vecinos, cómo llegan y se van.
Sandra Cisneros es chicana. Latina originaria de Estados Unidos, gente con costumbres propias (lo más famoso, el Cinco de Mayo), que no son propiamente ni americanos, ni mexicanos. Retrata ese ambiente en un libro tan pequeñito que, de alguna manera, te hace sentir parte. Las viñetas casi siempre son pequeñas y conocemos a multitud de personajes. Unas chicas se casan por sólo huir de su padre y se encuentran con un esposo que no las quiere dejar salir a la calle; otras viven encerradas porque sus esposos creen que son demasiado bonitas y podrían huir... Otros viven con la añoranza de regresar a sus ciudades de origen a sus pueblos, a los lugares donde de crecieron y se niegan a aprender inglés del todo. Las historias se entrelazan todas en los ojos de Esperanza, que simplemente nos cuenta cómo son las cosas en un entorno al que no quiere pertenecer. 

La casa en Mango Street no es una casa que pueda llamar casa, según ella, que ya se ha enfrentado a las miradas de pena al señalar los lugares en los que ha vivido. Necesita una casa blanca, con jardín y árboles, para poder llamarla casa. Por lo pronto, está en Mango Street y una parte de ella siempre se quedará en Mango Street.

Los ojos tienen miedo del barrio, dice, pero es que no lo conocen. Allí todo es, dentro de lo que cabe, tranquilo. Un chico les da un paseo en un coche robado y los hace bajar cuando oye las sirenas,  un viejo paga dólares a cambio de besos. Allí es donde Esperanza ve nacer su pubertad y su adolescencia. Por su manera de narrar, todos los personajes se vuelven de carne y hueso a tus ojos, todo se vuelve creíble, las situaciones, que podrían ser tan desgarradoras (y muchas veces lo son), se narran con sencillez, porque Esperanza no tiene otro modo de narrar las cosas. 

Retrata muy bien un modo de vida que yo apenas conozco de palabras. La mitad de la familia de mi mamá está en Estados Unidos. Y llegaron así como Esperanza, probablemente a un lugar mucho menos acogedor que Mango Street

Como detalle, me encantó encontrarme entre las páginas con ese:

dos y dos son cuatro
cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
 

Una versión diferente a la que conozco, porque todas las versiones son distintas, pero es un juego que conozco de toda la vida y que se seguirá jugando, pase lo que pase. 

El libro, en general, me ha encantado. La voz narrativa es definitivamente su mejor cualidad, una delicia. Esa inocencia (y un poco pérdida de ella) a la que se enfrenta Esperanza, ese mundo en el que vive y nos presenta cómo si no fuera la gran cosa todo lo que pasa con su familia. Viven en un barrio donde dos cada de tres noches alguien muere baleado, y si no es allí, al menos es cerca. A veces no los reclaman, porque su familia está lejos, muy al sur. Esas familias que nunca sabrán que fue de los suyos, porque un día se fueron al norte y nunca volvieron a saber de ellos. 

A ver, por si no lo he dejado ya suficientemente claro: el libro es precioso. Precioso en mayúsculas y con neón. Yo me lo leí en una madrugada, pero como eso no suele ser identificador de nada (porque yo me leo hasta malos libros en poco tiempo), pues diré que, el tiempo que estuve leyendo, no sentí deseos de levantar la vista.  

De verdad, se lo recomiendo a todo el mundo. A quien quiera oírme. Es un libro que no es del todo feliz, con muchas partes desgarradoras, que te deja con sentimientos encontrados. Porque algo tan triste no puede ser tan bonito.

martes, 14 de julio de 2015

El teorema Katherine, John Green | Reseña

Sinopsis: Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve que le ha roto el corazón.Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.

Si usted odia:
a) los anagramas.
b) las preguntas tontas que se hacen las personas a las que dejan sus novios/as.
c) los datos curiosos.
d) los pies de página.
e) dos o más de las anteriores.

Este no es un libro para usted. Durante las páginas del teorema Katherine tenemos un abuso de todos esos elementos enlistados arriba que dejan de parecer graciosos como a la página diez. Considero este el libro peor logrado de John Green y a Buscando a Alaska y a Bajo la misma estrella no les dediqué palabras especialmente halagadoras (Bajo la misma estrella se llevó un comentario bueno en cuanto a la construcción de algunos personajes, Buscando a Alaska sólo por ciertos pasajes). Creo que no hay nada que quiera rescatar de este libro.

Como por algún lado tengo que empezar la crítica, vamos a empezar por Colin Singleton. El niño es un niño prodigio cuya utilidad para la vida es nula, sabe once idiomas (envidia), lee cuatrocientas páginas al día (ni yo sé como, que me acabo de marcar récords personajes leyendo 250), hace relaciones raras con datos en su cabeza, usa palabras raras y pedantes, no sabe que es realmente interesante en una conversación normal (un esfínter pupilar, no) y, bueno, no está especialmente arriba en la escala social. No es muy difícil comprender por qué. Sólo es bueno memorizando cosas, la verdad, así que no le encontré la verdadera inteligencia y además se marca el teorema matemático menos fundamentado del mundo.


Me pareció tierno que cuando era pequeño le gustara jugar a ser un robot sabelotodo (que era realmente lo único a lo que sabía jugar), pero poco más. Colin es muy inseguro y es ese el rasgo que está mejor mostrado sobre él en el libro (siempre preguntándose si gusta, si lo que va a decir es correcto, si es buen novio, si es buen amigo...), porque bueno, está intentando demostrar que sus relaciones tienen una representación matemática. ¿Dato curioso inútil? Ha tenido diecinueve novias en distintas etapas de su vida, todas llamadas Katherine (no Catherine) y todas lo han dejado a él.

Tenemos también a Lindsay, un personaje que vive la vida actuando: ella misma lo dice, con los viejitos tiene acento sureño, con su novio es la chica popular, con Colin una aficionada a las gráficas que cuentan historias. No es un personaje demasiado bien armado, pero se defiende relativamente. Hassan, el mejor amigo de Colin, es, por el contrario, el graciosete de turno y la mayor parte del libro da risa, sí. Me hubiera gustado conocerlo un poco más, pero en general como personaje me ha gustado y sólo he creído que le ha faltado un poco de más protagonismo para que no viéramos sólo la parte graciosa. Es musulmán, no tiene demasiadas ganas de ir a la universidad, ni de besar chicas con las que no se va a casar, usa muchas palabras en árabe y... bueno, en general está bien. Es un poco bueno para nada y a lo largo del libro eso no cambia, por lo que el personaje no evoluciona demasiado, lamentablemente. Nos da una sorpresa al final, pero no más.

Para el resto de los personajes... pues, tenemos al novio de Lindsay, El Otro Colin (EOC), unos cuantos tíos cuyo nombre no recuerda y Katrina, una chica buena, sexy y popular. Algo así como el estereotipo de las porristas en las películas de instituto gringas. Tenemos a los padres de Colin y a los de Hassan, pero a John Green parece que le estorban, así que no tienen realmente un papel importante en la novela, simplemente se dedican a... no, ni a estar allí. El único papel que tienen es que Colin les llame por teléfono. La madre de Lindsay, Hollis, es, básicamente, la rica del pueblo, le da trabajo a todo el mundo. Y no hay más personajes con verdadera relevancia, además de que los protagonistas a menudo suenan forzados o no muy naturales.

Ahora vamos con la trama. Es una trama sencilla, introducción (a Colin lo han dejado diecinueve chicas llamadas Katherine), desarrollo (Colin se va de viaje en carretera y acaba en Gutshot, Tenneesse), nudo y desenlace. En el camino, obsesionado por que diecinueve chicas lo hayan dejado, empieza a trabajar en un teorema matemático que exprese sus relaciones en una gráfica. La gráfica apunta hacia abajo cuando es la chica quien deja al chico, y la gráfica apunta hacia arriba cuando es el chico quien lo hace. ¿Tiene sentido? Por supuesto que no, como la mitad de las cosas que pasan en matemáticas. Sin embargo, mis problemas con las matemáticas de John Green empieza cuando, al parecer, incapaz de hacer funcionar el teorema, va metiendo más variables (hasta allí, todo bien todavía) de las cosas que influyen en la relación: popularidad, aspecto físico, etcétera. Sin embargo, la fórmula no es producto de un análisis, ni de nada, o no lo parece. Básicamente Colin se dedica a meter todo al azar a ver si funciona y, obviamente, después de mil intentos, algo funciona. La fórmula es larga, tiene un seno, muchas cosas, no recuerdo más (no, no es bonita, Juan Verde, una fórmula así causa pesadillas). 

Hay un apéndice de matemáticas en el libro que se me hizo exageradamente básico, pero hablo por mí, no me atrevo a decir nada más porque bueno, en mi carrera hay gente que no sabe graficar una parábola (¡una parábola!). 

Por lo demás, sí, esa es la trama, pasan cosas mientras Colin hace su teorema y piensa en las Katherines. Por supuesto, las cosas que pasan son mucho más interesantes que Colin haciendo su teorema. Trabajan para Hollis, grabando los testimonios de mucha gente que vive en el pueblo, sobre si cambiarían de pueblo, si vivirían en otra parte, qué hacen... Vamos, es un testimonio que Hollis quiere dejar para sus nietos. Me pareció algo tierno de parte de Hollis y así nos da tiempo para conocer algunas caras curiosas en Gutshot. Durante esos días Lindsay huye del trabajo para estar con su novio, Hassan hace nuevos amigos que a Colin no le gusta y Colin está preguntándose por enésima vez por qué Katherin XIX lo dejó. Un chico muy entretenido, nuestro Colin. 

Tenemos vistazos al pasado de Colin (algunos tan extraños como increíbles), siendo de los mejores, su relación con Katherine I, La Grande (una relación de dos minutos y medio) y sus experiencias como niño anormal. Hay cosas que lo hacen prácticamente estar a un paso de la categoría de Gary Stu, al menos tratándose de intelecto, pero siempre tenemos su inseguridad (que es molesta, no mentiré) como recordatorio constante de que no es muy perfecto que digamos. Eso John Green lo desarrolló bastante bien, le daré el mérito, pero hay un pequeño problema. 

Pequeñísimo, de hecho. La narración de John Green. Voz narrativa... no es muy agradable, es como tener a Colin en nuestra cabeza y al mismo tiempo a un pedante sabelotodo que todo el rato está soltándonos datos curiosos inútiles (en su gran mayoría) y tenemos el recuerdo constante de que Colin es inteligente: ¡ya lo muestras, Green, o al menos lo intentas, deja de decírnoslo con esas palabras! Pero bueno, la mitad de las notas al pie nada más te causan la impresión de que John Green estaba tal que así: 


Así que en general, lamentablemente, el libro es bastante aburrido, el final predecible más o menos desde la mitad (con detalles de más o de menos) y la moraleja final, estúpida con todas sus letras. Tres libros y sigo confirmando que de verdad, Juan Verde y yo no nos llevamos. Me gusta su sentido del humor alguna veces, sus vlogs, pero sus libros no. Exceptuando a los protagonistas de Bajo la misma estrella, todos los demás son los mismos arquetipos una y otra vez y las tramas se parecen. Los clichés repetidos son los mismos, aquí sólo cambiamos de la obsesión por las últimas palabras de la gente famosa (creo recordar) por los anagramas y al Coronel por Hassan y listo. Tanta originalidad no mata, en serio.

En general la novela está llena de relleno, con pasajes inútiles y poco entretenidos, y acaba convertida (muy lejos de sus pretensiones iniciales) en una plasta adolescente común y corriente que no se distingue en lo absoluto del resto. Vamos, que muy original no es, el planteamiento matemático no se sostiene por muchos lados (porque más bien parece una fórmula hecha al azar en muchos sentidos), los personajes no son exageradamente agradables, Colin en general desespera y no evoluciona lo suficiente como para convertirse en alguien del todo agradable. Y, por supuesto, mi queja normal ya que hablamos de John Green: ¡no tienes naturalidad en los diálogos! Juan Verde parece entender a los adolescentes, pero no su manera de hablar y le acaban saliendo un montón de pedantes traumados complicados con problemas existenciales que se arreglarían de sólo ir al psicólogo. En su mayoría.

Así que el veredicto final sobre esta novela es: