Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 6 de marzo de 2020

"No voy a volver a leer" | Booktag

¡Hola! Hacía tiempo que no traía un booktag porque no sabía cuál hacer. Sin embargo, mi querida Ati de Conejo Literario me etiquetó en este y como me encanta hablar mal de libros y a ustedes les gusta que además de recomendarles que leer, destroce libros en horario primetime, vamos a esto. Pero primero, una advertencia obligada: todo lo que yo diga aquí es mi opinión (esto es obvio, pero luego se nos olvida) y como lector tengo derecho a decir todo lo que no me gusta; me meto con los libros, no con sus lectores. Ahora sí, empezamos.

Saga que no voy a continuar


 
Primero que nada, Hush Hush de Becca Fitzpatrick. La leí porque salió de las cosas más votadas en un Qué leo, qué reseño (prohíbanme repetir eso de nuevo, por favor) y destrocé el libro en pedazos porque está mal escrito, los personajes están más planos que una hoja de papel y normaliza las relaciones abusivas presentándolas como "grandes historias de amor". Pure bullshit. Lo que no quiere decir que no me la haya pasado super divertida leyendo. Lo absurdo del libro siempre me sacaba risas dentro del sufrimiento y la idea de que Patch tuviera alas me entretenía porque me gustan los personajes con alas (soy una mujer de gustos simples y superficiales). Pero eso sí, me niego a rizar el rizo y continuar con el sufrimiento. Ya sé que van a estar malos y que no van a mejorar, ¿para qué seguir? 


También leí el primero de After de Anna Todd, una cosa lamentable. Jamás seguiré la saga en mi vida. Lo leí para destrozarlo con conocimiento de causa y lo hice. Me divertí. Le hubiera prendido fuego de tenerlo en físico. Pero como no le iba a dar dinero a fenómenos tan dañinos y de mierda, pues no lo tenía. En más sagas lamentables que empecé sólo por los lols para criticar está La Reina Roja de Victoria Aveyard y tengan por seguro que no la voy a seguir.

Tampoco voy a seguir nunca Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas porque el primer libro me aburrió como ostra y me pareció malo. Además de eso me spoilee el endgame y la verdad es que no me interesaba ni saber cómo los personajes llegaron allí. Ni para qué sufrir. En el mismo rubro de sagas que me aburrieron como ostra y casi me dormí leyéndolas está Hija de Humo y Hueso de Laini Taylor (leí dos y en el segundo casi se me curó el insomnio para siempre) y Multiverso de Leonardo Patrignani. El resto de las sagas que tengo inacabadas (que son muchas porque yo nunca tengo prisa por terminar nada) no descarto acabarlas en algún momento.

Escritor que no volveré a leer


Tengo muchos porque si algo hice en mi adolescencia fue leer a puro pendejo lamentable. Para empezar, tengo ceromil cerocientas cero ganas de volver a leer a Arturo Pérez-Reverte (leí La reina del sur y El club Dumas y lo único que saqué en claro es que le gustan las femme fatale fantasías sexuales y ya). De hecho, el señor me tiene bloqueada en tuiter, lo cual es una fantasía completa porque nunca jamás me entero de las tonterías machistas y racistas que se le salen 24/7. Recomiendo mucho. Tampoco tengo ganas de volver a tocar un libro de Paulo Coelho ni con un palo en llamas a cien metro de mí. Leí Brida y Veronika decide morir y no me gustaron. Lo hice porque era una adolescente impresionable y el gran defecto de Laura Gallego es que usa epígrafes de ese señor en sus libros. 


También odio a Blue Jeans con pasión porque alguna vez dijo que todos en Latinoamérica eran unos ladrones porque alguien intentó que le firmaran un libro pirata y me quedé como what the fuck? Para empezar porque el señor es un best-seller y un libro pirata no le va a afectar en la vida (ni muchos), especialmente cuando la accesibilidad a los libros es pésima, las bibliotecas no tienen muchos ejemplares de todo, conseguir un libro en servicios legales como Amazon o Scridb requiere conexión a internet (que no tiene todo el mundo). Y es que mucho hablamos de libros piratas pero poco entendemos qué causa ese fenómeno. Se los resumo: es la poca accesibilidad a los libros, los precios absurdos que las editoriales grandes le ponen a los ebooks (cuando autopublicados los ponen cuarentamil veces más accesibles). Benjamin Alire Sáenz tampoco quiero tocarlo porque no respeta el fandom de sus libros (llegó a decir basura de los fanarts de sus obras) y no creo que tenga una calidad super buena como para volver a levantar un libro suyo por el morbo (en esta misma categoría de personas que no respetan el fandom podría meter a Anne Rice, pero sus libros parecen escritos en un viaje en ácidos últimamente, así que no prometo que el morbo no se va a llevar lo mejor de mí).

Libros que no releería jamás


Nunca más volvería a leer horrores como Canciones para Paula de Blue Jeans (no tiene núcleo, trama pendeja, redacción horrible, corrección de estilo inexistente, edición mediocre y además un cúmulo de actitudes machistas presentadas como una gran historia de amor en vez de como la misoginia que representan), Besos entre Líneas de May R. Ayamonte y Esmeralda Verdú (mismo caso que el anterior), Los sueños se cumplen de Rachel Galsan (de nuevo, lo mismo) y After de Anna Todd


Otros que tampoco releería son Enigma asiático de Carolin Philipps y El viento se llevará nuestras palabras de Doris Lessing (si quiero propaganda anticomunista mal hecha mejor me busco nuevas cosas para criticar, qué ganas de sufrir esas pendejadas por segunda vez). Teoría King Kong de Virginie Despentes lo leí dos veces (sí, dos veces) y no quiero volver a sufrirlo; la primera fue para la lectura conjunta de Librosb4tipos (no me pregunten por qué lo leímos, creo que a nadie le gustó demasiado) y la segunda para hacerle una crítica bien merecida. En ese mismo rubro de libros feministas liberales lamentables está Machismo, 8 pasos para quitártelo de encima de Barbijaputa que no quiero volver a leer, una vez fue suficiente. 

Autor que nunca voy a leer


Nobuhiro Watsuki. Sin duda alguna. nunca lo he leído, nunca lo voy a tocar. Sigue vivo, así que me niego si quiera a leerlo en pirata. Es un mangaka al que le encontraron un chingo de videos de pornografía infantil y salió del asunto con una multa y un zape (en serio, ni siquiera está en la cárcel). Pero ni ganas de tocar algo que haya escrito, me da asco total. Ahora mismo no me viene ningún otro a la mente porque no le sé muchos trapos sucios a los que no he leído y lamentablemente he leído a un montón de costales de mierda que se hacen llamar escritores o poetas (léase, Neruda aka violador confeso).

Libros que no volveré a retomar


Casi no he abandonado libros en mi vida. Recuerdo que abandoné uno de Poppy Z. Brite porque el gore casi me hizo vomitar. Ya había leído cosas de él como la música de los vampiros y me gustaba lo obscure y edgy que era, pero esto me superó a niveles extraordinarios. No me acuerdo ni del título. Esperen que lo busco. *Dos minutos en google y tres en goodreads* Se llama El arte más íntimo. Habla de asesinos seriales. Tiene muchas cosas fucked up que en general no me molesta leer pero el límite está en cuando están a punto de hacerme vomitar y ahí sí, jamás vuelvo.


También he abandonado series de manga. Ni siquiera me acuerdo en qué tomo de Vampire Night de Matsuri Hino, pero no planeo retormarlo. Me aburrí como una ostra con el triángulo amoroso y ahí fue cuando decidí que si tenía que leer otro triángulo tan soso iba a lanzar libros por la ventana. De todos los personajes sólo me interesaba el rubio emo edgy de Zero, pero el aburrimiento pudo más que nada y ni tengo ni ganas de retomar esa serie en la vida.

Bestsellers que no voy a leer


Pues aquí no me atrevería a decir de esta agua no beberé tan categóricamente porque como se han podido dar cuenta hasta el momento he leído muchas cosas que considero basura sólo por hacerles una crítica. Por lo pronto, puedo asegurar que no leeré ningún best-seller de Pérez-Reverte. Y no sé más porque les digo que estoy en la desconexión total de lo que se está publicando. Les fallo con esta respuesta.

Libros que en su momento recomendé pero no lo haría más

 
 
Probablemente Battle Royale de Koshoun Takami. A ver, no hay que ir muy lejos con este libro: nadie lo leyó por lo profundo de la trama, todos lo leímos por el gore, el morbo y unos cuantos porque era una premisa parecida a Los juegos del hambre, que estaba de moda, y este libro era más antiguo. Yo apenas si recuerdo cosas positivas de él, fuera que me gustaban un par de personajes, que quería ver cosidos a tiros a otros y que aprendí muchísimo vocabulario gore en inglés. Se lo recomendé a algunas personas con el interés por el tema en mi vida, pero después lo olvidé y no volví a hablar de él y creo que ya no lo haría más.

Y no pude pensar en ningún otro que haya dejado de recomendar completamente. Pero este lo hice porque bajó el furor, me olvidé de él y volvió al cajón de la irrelevancia en el que estuvo siempre. 


Ha llegado la hora de taggear gente. Voy a intentar hacerlo por una vez en mi vida a ver si les gusta el tag. Yo me entretuve mucho haciéndolo así que acá va: nomino a Rapsodia Literaria y El Guardián de las palabras. Diviértanse con el tag. Y si no los nominé e igual quieren hacerlo, háganlo.

lunes, 24 de abril de 2017

2x1 en libros de crímenes | Mini reseñas

Estas reseñas son un reposteo de reseñas publicadas en La Cueva del Escritor.

La chica IBM de Fransisco J. Cortina


Sinopsis: Ciudad de México. Lo que antes se conocía como la región más transparente es hoy centro de grandes diferencias. Conserva su atractivo en zonas modernas de alto poder adquisitivo pero al mismo tiempo abraza en sus entrañas a clases sociales dispares. El D.F., como se le conoce popularmente, es blanco de una delincuencia desatada en donde destaca el secuestro. La ciudad más grande del mundo requería un lugar entre las páginas de la novela de acción. Un retrato actual que muestre personajes tan variados como sus realidades contrastadas. Con maestría -y extraordinario sentido del humor- el autor nos muestra la vida de sus cuatro protagonistas, en donde, a través de un crudo relato inmerso en la violencia y la pasión, se atreve a surgir el amor, bajo el hilo conductor de un secuestro. Resulta de gran placer adentrarse, a través de diálogos pulcros y congruentes, tanto en la infancia de los integrantes de la banda de los camellos, secuestradores desalmados, como en la vida nocturna citadina de alta esfera; conocer la vida íntima de una víctima convertida en policía, Alfonso Ruiz, o participar de los sueños de Anna, una joven de clase media cuya aspiración es saltar peldaños en una empresa trasnacional. Es un retrato social, con historias entrelazadas, que nos adentra a las más recónditas carencias a los deseos y frustraciones de los personajes en su viaje al encuentro con su propio destino.

La chica IBM no denuncia, no habla de lo mal que está México y mucho menos intenta meternos lecciones de moralidad por los ojos. Cuenta la historia de una Ciudad de México llena de claros y de oscuros, de matices y sobre todo de tópicos. Porque quizá es ese uno de los más grandes defectos de un libro con una historia increíble que contar: el cliché tan marcado que existe entre la clase alta de Santa Fe, la universitaria que no menciona que su vestido es de Suburbia —una tienda de ropa típica de la clase media—, en una escuela puramente elitista, esa necesidad de salir de la colonia de clase media a patadas, si es el caso, pero salir. Hablar de las colonias marginadas y relacionar a quienes viven en ellas como obligados delincuentes.


Sin embargo, con esos clichés, relata algo que es común. La chica IBM es sólo la historia de un secuestro, de una mujer que desea salir de clase media, un hombre que perdió a su hija desangrada en una avenida de Polanco, asesinada por delincuentes y ladrones y acabo volviéndose un policía justiciero.  La historia de los chicos que salieron de Texcoco y acabaron en la Guerrero, pasando por Neza, y se convirtieron en los fundadores de la banda Los Camellos, secuestradores que podrían ahogarse en los billetes que guardan y a los que, increíblemente, aún les queda humanidad, porque no hay que olvidar que son humanos, que son personas y que quizá, quizá, también sufrieron.

La novela nos cuenta la historia de sus personajes al tiempo que nos narra un secuestro. Desde su planeación, hasta el momento justo en que se lleva acabo y el infierno que pasan los dos protagonistas. Fransisco J. Cortina no usa una prosa rebuscada, provoca sentimientos en el espectador incluso con una prosa que más parece periodística, que se remite más a los hechos, y después a los sentimientos.


Es un libro para pasar el rato. Un libro que cuenta una historia, sin pretensiones. Si lo que hay entre las páginas te cambia la vida, eso ya es asunto tuyo, porque te aseguro que a mí, todos estos años después de que leí el libro, no me lo cambió.

La chica del tren de Paula Hawkins


Sinopsis: Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece? Tú no la conoces. Ella a ti, sí.

El hype que levantó este libro me dio curiosidad. Sin embargo, lo aparqué hasta que tuviera tiempo y pudiera hacerme de una opinión mucho más objetiva que sólo un sinsentido de palabras. Pues bien. El libro me encantó como thriller, aunque me hubiera gustado que se profundizara en algunos aspectos de nuestros personajes porque todos, absolutamente todos, son terribles personas. Para empezar, tenemos a nuestras tres narradoras: Rachel aún está obsesionada con su ex esposo y la idea de no poder tener hijos, es borracha y ha perdido su trabajo; Megan engaña a su marido en repetidas ocasionas y Anna desconfía de todo el mundo. Además, nunca te lo cuentan todo. Los pedazos de sus historias se van uniendo conforme la historia avanza. Rachel es incapaz de recordar lo que sucedió una noche muy importante: la noche de la desaparición de Megan. Por si fuera poco, la historia que le cuenta Tom, su ex marido, no tiene demasiado sentido para ella porque estaba demasiado borracha y podría o no ser una mentira. 


Todos los personajes son unos cabrones o te causan lástima. O te causan lástima por una página y a la siguiente se ganan tu odio. No son personajes con los que te puedas identificar, pero son personajes tan bien construidos que eso no importa. Hay momento donde te preguntas si el sentido común de Rachel no se fue por un tubo o si Megan es idiota.

Hay quien dice que la acción de este libro recuerda mucho a Gone Girl, de Gillian Flynn, que también tiene personajes muy cabrones. Pero creo que, lejos de algunas cosas que coinciden en muchos libros de thriller, la historia tiene poco que ver. En La chica del tren avanza de manera mucho más rápida, a veces casi vertiginosa; por eso es que a veces Paula Hawkins sacrifica algunas explicaciones para darle más acción al asunto. Siendo sincera, me hubiera gustado profundizar un poco más en algunos aspectos, pero no me molesta demasiado que se hayan sacrificado algunos pedazos de las historias de las protagonistas porque el libro no tiene casi relleno. 

La autora
Lo único que considero que es un fallo es que hay momentos en los que las voces narrativas se confunden, especialmente las de Anna y Megan. No sucede mucho, no es como cuando estoy leyendo un libro con dos narradores y los dos suenan exactamente igual. En este libro es algo que no ocurre con frecuencia, lo que es de agradecer, pero ocurre, así que habría darle que darle una revisada.

Como conclusión, creo que este libro vale la pena y que si les gusta el misterio y el thriller, seguramente van a disfrutarlo. Muy recomendable.