Sinopsis: Como dicta la tradición, todas las brujas adolescentes deben pasar un año fuera de casa para aprender a valerse por sí mismas. Kiki, de madre bruja y padre humano, tiene una única habilidad destacable: la de volar. Cuando llega el momento de marcharse por su cuenta, ella y su sarcástico gato parlante parten en su escoba para buscar alguna ciudad sin bruja propia donde puedan ofrecer sus servicios mágicos.
Bueno, quizá conozcan esta historia por la película de Studio Ghibli. O porque el libro en español está publicado como Nicky, aprendiz de bruja por Nocturna Ediciones. La verdad es que a mí tanto me daba leer una u otra traducción (ambas son directas del japonés) y en mi kindle ya estaba el libro en inglés porque ese conseguí primero (tengo ambos), pero elegí titular la entrada Kiki's Delivery Service porque siento que es la versión del título que más me gusta de la historia.
La autora es Eiko Kadono, una autora muy célebre en japón con libros infantiles (además de textos de no ficción y ensayos históricos referidos a los períodos japoneses Showa y Heisei, para que vean todo lo que hace); no ha sido muy traducida, lamentablemente, así que existen pocos libros de ella en inglés o en español, pero es una mujer sumamente prolífica (al parecer ha publicado más de 200 trabajos originales). Esta es la primera vez que yo la leo, aunque ya la tenía pendiente desde hace tiempo y hace unos días la incluí en mi lista de recomendaciones de autores asiáticos. Sin embargo, está Kiki, que ya es emblemático y es del que vamos a hablar hoy. Como aclaración mencionaré que no voy a mencionar grandes cosas de la película, ya que es otro medio diferente y otra manera de contar una historia.
Kiki's Delivery Service es un libro infantil y episódico donde seguimos la vida de la joven bruja en su primer año como bruja independiente. Tiene una escoba y un gato parlante y su única habilidad es la de volar; su deber es encontrar un pueblo o ciudad sin bruja propia donde pueda ofrecer sus servicios mágicos y así es como llega a una ciudad un poco grande, donde hay mar y empieza a hacerse su vida propia.
Cada capítulo es un episodio de las aventuras de Kiki: desde entregar un poema de enamorados, un cuadro, resolver el problema de la llegada del año nuevo. Una señora le enseña a hacer calentadores (una forma de pasarle un poco de su "magia" a Kiki). El libro me gustó mucho y Kiki me cayó muy bien. Me gusta el tonó agradable que tiene la historia, las amistades y la imaginación de Kiki para resolver los embrollos. Suelen aburrirme los libros infantiles cuando están escritos con la idea de "historias de niños como tú, pero que se portan bien y aprenden lecciones" y es todo tan obvio que acaba dando pereza, cuando menos. Kiki no es una bruja perfecta, sino un personaje con matices (la idea de que hay personajes completamente buenos o completamente malos se me hace terriblemente simplista), hace amigos, comete errores, a veces es presumida, a veces es humilde. En general, los matices son importantes. Le dan profundidad a una historia y nos permiten reconocer a los personajes como humanos y no como modelos a seguir (tan frecuentes como aburridos en la LIJ).
Arte de la portada en español |
Sobre la parte fantástica también tengo cosas que comentar. Me gusta la magia, sobre todo cuando se junta con el poder de la imaginación. El único poder que pudieramos decir tiene Kiki es el de volar, nada más; pero también tiene una imaginación muy despierta y una determinación inamovible y eso siempre me recuerda que la magia será magia, maravilla pura, capaz de todo, pero sin imaginación no llegaremos a ninguna parte. Y quizá por esto que les digo uno de mis capítulos favoritos es el del año nuevo, cuando Kiki es quien lleva el año nuevo a la ciudad (donde no hay quien mueva la campana) y lo soluciona con Jiji, su gato, su escoba y su imaginación. Me parece una manera muy bonita de abordar la fantasía y recordar que imaginar es un poder enorme en un mundo que parece rendirle culto al realismo.
Arte de Akiko Hayashi |
Llevo un poco de tiempo pensando por qué, aunque sé que me gusta la fantasía desde siempre, en los últimos meses me he volcado en lecturas del género o en lecturas que tienen elementos que pueden ser entendidos desde la literatura del imaginario (con sus excepciones, por supuesto, porque en esta casa se lee de todo). En general creo que tiene que ver con la pandemia y la situación actual: quiero acercarme a otros mundos antes de volver a este, a otras posibilidades, a otros lugares donde sean posibles otras cosas. Quizá por eso busco con tanta desesperaciones libros por el estilo en este momento. Quien sabe. Kiki llenó mi necesidad de tener lecturas agradables, de leer literatura infantil que me resultara agradable, un poco retadora (es sencilla, pero nunca simple), que me calentara el corazón. Por eso lo recomiendo, además de que es un libro emblemático de la LIJ (está reconocido en la lista de honor de IBBY) y si les interesa el género siempre pueden acercarse a él.
Creo que ya quedó caro que sí lo recomiendo. Nota aparte es que la edición en inglés viene ilustrada y algunas de las ilustraciones son muy bonitas. En español trae las ilustraciones de Akiko Hayashi y el arte de ambas portadas me gusta bastante (son del estilo de ilustración que me gustaba de niña). Si ya lo conocen o ya lo han leído pueden comentarme por aquí y si apenas se van a acercar a él, pues que sepan que va con mi sello de aprobado.
Arte de Akiko Hayashi |