Sinopsis: Años 90, Estados Unidos. En un hogar con unos padres ultrarreligiosos, vive como si estuviera muerto el joven Alain Saverio. Cuando conoce a Hayden, se siente fuertemente atraído por él, pero descubre que lleva una vida errante y no suele quedarse mucho en un mismo sitio.
Para estar con él, decide irse de casa, por lo que acaban tomando a Hayden por su secuestrador. Aun así, este se deshace de todo y rescata a Alain del infierno.
Las huellas del coche son su vía de escape. Para ambos se trata del camino de vuelta al “hogar de ellos dos solos”.
Creo que la sinopsis exagera un poco en un detalle pero se queda corta en otros. Pero bueno, es la sinopsis de Milkyway Ediciones sobre este manga de un solo tomo. Si son españoles, está licenciado en España. Si no, bueno, habrá que recurrir al scanlation, como hice yo (la traducción de los scans en español existente me pareció muy buena, debo decir, muchos kudos para ese grupo de traducción).
Alain vive con padres muy conservadores y muy religiosos y parte de su vida ha sido construida en torno a la culpa (que es, en ciertos planos, más importante que Dios en su entorno). Si volteamos a nuestro alrededor, sobre todo quienes crecimos en países mayormente católicos (gracias, España de hace quinientos años), encontramos historias desperdigadas de mucha gente que ha olvidado la supuesta bondad que existe también en el cristianismo (hola, leí partes de biblia por aburrimiento de niña, gran pieza de literatura, no creo en nada) y viven y predican (si es que lo hacen) en torno a la culpa. A la que quizá (o no, quien sabe) sienten y a la que quieren que los demás sientan. No les importa la expiación, sino el sufrimiento. Los padres de Alain son así. Y él sobrevive a la situación, no es como que haya más alternativas o tenga una salida, de momento.
Y entonces conoce a Hayden, que no es una salida tanto como una huída, pero es alguien y tiene un carro y Alain lo quiere. (Lo quiere, piensa y también le da culpa, porque es pecado, especialmente para sus padres, ya ni necesitamos meter a Dios en este asunto).
No les voy a mentir, adoro la exploración de los temas religiosos en la ficción. Primero, porque la religión, incluso vista desde el ateísmo (aka: mi caso) es tremendamente compleja en el entorno de muchas historias. No es que Alain no crea en nada, pero es palpable en todas las páginas del manga que no lo hace como sus padres (me parecería interesante, por ejemplo, analizar su relación con Dios, porque hay momentos donde no es ya allí donde está buscando un perdón o expiación, sino que lo busca con la gente de carne y hueso); incluso se puede explorar el resentimiento de Hayden, que tuvo también una vida familiar complicada, pero en otro sentido.
Al final, tanto Alain como Hayden están rotos y una huída no sustituye una mano en ayuda.
Los dos un poco las historias de los márgenes. Historias trágicas, de pie de página. Siempre son las complejas de lo que el porno de la violencia nos hace creer, más tristes, más angustiantes, más felices, también, más todo. Yo llamo el porno de la violencia a todo lo que se hace en pos del shock, del ya no puede pasar nada más, de buscar escandalizar. Historias secuestradas por la violencia que se centran en que sólo lo terrible es verosímil. Si quieren ejemplos: búsquenlos en la contemporánea mexicana, lleva años secuestrada por la narcoviolencia bajo excusas de que "es que tenemos que representar el horror de nuestro país" y son historias de esas que no tienen fondo y la forma es cuestionable.
Es muy fácil tomar a una pareja trágica y que acabe así: en la cultura del shock, buscar la lágrima fácil de los lectores (por favor, odio los clichés de los escritores que matan personajes, como escritora de cosas tristes, dramáticas y trágicas ya deben por favor de esparcirlos por le mundo, se los pido), el porno de la violencia. Es especialmente fácil cuando hablamos de una pareja gay. Ya tuvimos una epidemia de literatura mala llena de historias coming-out con adolescentes que sufrían bullying porque, por alguna razón, escribir escenas super morbosas en cuanto a la violencia era considerada la única forma de consonantizar sobre algo. Cuando uno escribe desde el morbo se nota (lo desarrollé cuando hablé de Tokyo Ghoul y de lo mucho que muchos autores disfrutaban torturar a sus personajes sin hacerse cargo del trauma y desarrollo posterior): no suele haber más fondo que uno falso, superficial, que no llega a nada.
Creo que por eso Home Far Away me sorprendió. Entre su ritmo claramente melancólico, en espera de tiempos mejores, los protagonistas se exploran a sí mismos, sus esperanzas, sus amores, sus afectos, sus deseos, el querer construir una casa, un lugar en el mundo que se sienta como su hogar, donde puedan ser, lejos de las imposiciones que otros han puesto sobre ellos. Como esa frase del manga que se me quedó pegada: allá donde ni el perdón ni el pecado pueda alcanzarnos.
Como historia, la recomiendo mucho. Creo que es muy sensible, muy incisiva en construir personajes complejos y contar con ellos una historia.
Yo no quiero hablar de representación porque ya estoy un poco harta de esas pláticas: qué consideramos buena o mala representación tiene mucho que ver con nuestra moral individual y como sociedad. Últimamente hay mucho discurso puritano en muchos frentes donde se habla de "representar la diversidad" en las historias. Sí, que haya mujeres, pero si son villanas se está perpetuando... algo, no sé qué, pero es malo. Sí, que haya geis, pero que sean puros, no tienen derecho a explorar su sexualidad o a cometer errores. Sí, que haya lesbianas, pero que representen lo que yo creo que es el amor puro. La cosa es que la sociedad es así. Yo quiero personas amables, personas horribles, personas que se equivocan, uno que otro psicópata, héroes solitarios, brujas malas y brujas buenas y brujas que ni tan malas ni tan buenas, sino sólo brujas.
Y me pasa lo mismo con el BL o la literatura LGBT. No quiero un panfleto en el sentido en el que no quiero una moraleja ni ponerme a justificar su existencia con alguna causa social; no quiero que me vengan a justificar que escriben personajes con determinadas características por un supuesto bien mayor, porque lo que yo quiero es que la gente exista, no que sea una moraleja para alguien más. En ese sentido, Alain y Hayden están contando su historia. Y lo que pasa es eso, simplemente, su historia. Con sus claroscuros, sus tragedias, su amor, sus alegrías, aunque sea pequeñas, sus decisiones (amorosas o terribles), sus propias búsquedas. Como personajes, sus conflictos me parecen muy bien logrados y sus resoluciones también. Cuando se empujan ellos mismos al borde del abismo y cuando quien los empuja es otro sistema que se come a los que viven en los márgenes y los escupe lejos, allá donde ninguna mano amiga pueda alcanzarlos.
Al final, Home Far Away nos habla de buscar un hogar y de lo que éste puede ser. Una persona, una idea, un lugar, una idealización, incluso, cuando Alain y Hayden sueñan con cruzar la frontera sur, camino hacia México, para que el rastro de su huída deje de perseguirlos.
Les recomiendo mucho este manga. A mi parecer es una gran historia. Además, el trabajo de traducción que se aventaron en el scanlation latinoamericano está muy chido. En TMO lo encuentran como Haruka Tooki Ie, traducido por KrushinoTrad. Si están en España, pues ya saben que lo encuentran con Milky Way (o si son de esa gente muy pudiente con dinero para pagar la importación y el envío, que está más caro que el volumen, seguro). Sin embargo, debo advertir temas que contiene este manga (si no quieren saber, dejen de leer, no más, a mí en la lista hay cosas que no me importan tanto, pero otras que sí, así que la hago): trata temas de violencia interfamiliar, doméstica, abuso de sustancias, suicidio y abuso sexual infantil. Nada de lo mencionado antes está tratado con morbo a mi parecer y no hay escenas explícitas de la mayoría de las cosas, pero vayan con cuidado.
Y si lo leen, pues cuéntenme qué les pareció. En esta esquina queremos mucho a Alain y a Hayden, estén en donde estén.