Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 18 de enero de 2019

Reseñas del #GuadalupeReinas2018

Enero es un mes complicado para bloggers. Está lleno de recuentos anuales, mejores lecturas, peores lecturas, propósitos (si ustedes los hacen, porque yo no) y retos literarios a los que anotarse. Si además participaron en el #GuadalupeReinas2018 y quieren compartir las lecturas que realizaron, pues la cosa se pone todavía más complicada. Ya me faltan pocos libros que reseñar de este maratón, pero como no quería saturarlos decidí juntar tres que de todos modos no tendría reseñas tan largas en una sola entrada. Lo único que une a todas estas lecturas es que las leí para el #GuadalupeReinas2018. ¡Bueno! Y una para el #LectorasLentas2019 porque lo leí ya en enero y cumple con la consigna del Test de Bechdel. ¿Les parece si empezamos?

Women, Culture & Politics, Angela Davis


Sinopsis: Through a series of 18 essays based on her lectures and writings, Davis, a Marxist and author of Women, Race, and Class, shows that she has not altered her positions on, or commitment to, issues relating to the poor, the working class, women, or people of color. Her pieces, encompassing such themes as peace, racism, sexism, health care for the black family, and apartheid, explore some of the most pressing issues of the day. And yet, like many who adhere to rigid viewpoints, Davis’s politics often oversimplify the problems and result in questionable conclusions. Although she raises valid points, her work may draw readers into discussions of the larger debate on socialism versus capitalism at the expense of the concerns themselves.

Yo sólo diré que fue mejor Mujeres, raza y clase. Este libro tiene un problema: ser inconexo. Son un montón de discursos y trabajos que Angela Davis dio a lo largo de su trayectoria política y, aunque todos tienen contenidos similares en cuanto a línea política, no tienen una unión tan firme como para meterlos a todos en un libro. De verdad. Aun así, hay varias cosas destacables del libro que me gustaría hacer notar.

1) El ensayo y trabajo que hizo sobre Egipto me pareció bastante interesante. Creo que fue ahí onde más pude ver a la Angela Davis de mujeres, raza y clase. Su análisis hace mucho énfasis en como la clase separa a las mujeres y cómo los intereses de la burguesía no son los intereses del proletariado. Tiene un análisis muy bueno sobre el velo y sus implicaciones, que comparte con Nawal el-Sadaawi, de La cara desnuda de la mujer árabe. Acá les dejo una serie de tuits con los fragmentos del libro que hablan de este asunto: 




2) Habla de la necesidad de no enfocarse sólo en las reformas parciales. Aunque el de este libro no me pareció un análisis tan agudo y bueno como el que hace en Mujeres, raza y clase, si me parece bastante bueno cómo hace mucho énfasis en que las luchas parciales no van a ninguna parte. Habla del apoyo que necesitan las mujeres trabajadoras de distintos países y sus distintas circunstancias. Deja muy claro que la lucha por el aborto no debe ser sólo por el aborto, sino por la educación, el acceso a la salud y el fin de las esterilizaciones forzadas.

3) Tiene un ensayo sobre la violencia sexual que vale bastante la pena. La gran mayoría de los ensayos en el libro son reguleros en cuanto a cohesión con el resto del libro, pero este me gustó mucho porque habla de ir a la raíz de la violencia. Al principio destaca cosas muy obvias, pero todavía muy necesaria y se hace una pregunta muy interesante: ¿por qué los hombres son violentos sexualmente? ¿Biología? ¿Socialización? ¿Les enseñan a ser así? Irnos por la cuestión biológica sería una condena, puesto que es algo que no podemos cambiar, pero cuando hablamos de socialización, estamos ante algo que podemos cambiar, que podemos luchar para que deje de existir porque queremos un mundo mejor donde las mujeres no sean víctimas de violencia sexual.




Bueno, pues concluyendo esto, yo diría que me hubiera gustado ver más unidad en el libro, entre los ensayos. A pesar de que no lo considero un mal libro, me supo a poco. De todos modos, fue una lectura muy interesante, por lo que se las recomendaría si les interesa el trabajo de Angela Davis.

El viento se llevará nuestras palabras, Doris Lessing


Sinopsis: "Uno de cada tres afganos está muerto, en el exilio o vive en un campo de refugiados, y el mundo se mantiene totalmente indiferente. Desde el instante en que uno llega a Peshawar queda envuelto por Afganistán, su enormidad, el horror y la tristeza. Cada afgano que conoces, sea refugiado o muyahid, es una tragedia; cada uno es un ruego: ¡Ayudadnos, ayudadnos!", escribe Doris Lessing, Premio Nobel de Literatura 2007, en este libro, fruto de su viaje a Peshawar -Pakistán- con intención de comprobar por sí misma la realidad de un pueblo pisoteado durante los años de la invasión rusa, indagar en las condiciones de vida de los refugiados y de los muyahidin, además de verificar el rumor sobre la existencia de mujeres combatientes en el frente de la Resistencia afgana. A través de sus contactos con mulás y muyahidin, de sus conversaciones con médicos, emires, viudas y huérfanos, Doris Lessing nos ofrece un documento tan apasionante como estremecedor

Una sinopsis más corta: este libro es un despropósito, aléjese de él.

Pero bueno, como tengo que fundamentar mi reseña en algo, les voy a comentar varias cosas que me parecieron tremendamente alarmantes de este libro. 

1) Doris Lessing considera que se hubiera podido salvar Afganistán si Estados Unidos hubiera intervenido antes. Creo yo que esa visión es terriblemente estúpida, por no decir pendeja a morir. La intervención de Estados Unidos prácticamente nunca ha salvado a nadie. Por el contrario, ha ayudado a que nazcan dictaduras (¿les suena el plan condor o no?), a que el Medio Oriente esté en la desgracia (digo, ¿Lessing vio Siria?) y a básicamente ir repartiendo imperialismo por ahí. Pero bueno, para Lessing, Estados Unidos debía salvar a Afganistán de los terribles rojos de la unión soviética.

2) A Lessing le encanta odiar a los comunistas rusos y pintarlos como el demonio, pero no justificar todo lo que dice. Me parece perfecto que odie a los comunistas. Yo odio muchas cosas sin justificación. Nada más que no digo que son las reencarnaciones de Satanás (o similares) e intento hacer que el resto de la gente comparta mi punto de vista sin antes presentar buenos argumentos. Lessing es terrible para esto: usa datos de cosas que están más que comprobadas que fueron propaganda anticomunista. Y vamos, de todo lo criticable que existe de la Unión Soviética (tiene cola que le pisen) elige justo las fantasías. 

3) En general, todo el libro es un pésimo trabajo periodístico. Svetlana Alexiévich hizo un mejor trabajo investigando la guerra ruso-afgana en Los muchachos de zinc que Doris Lessing en todo este libro. Y Los muchachos de zinc no es el mejor libro del mundo para conocer la guerra ruso-afgana (es poco amigable con el lector que no sabe de historia y presenta poco contexto a la hora de presentar una historia colectiva), pero sí es un mucho mejor ejemplo que este. Lessing no tiene demasiadas fuentes confiables y la mitad de las cosas se las pudo haber inventado por hacer la propaganda... o no. Sus entrevistas pueden haber sido reales, pero le falta verificar los datos duros (todos ellos). ¿Se los inventaron? ¿Eran una estimación? ¿Se acercaban a lo real? ¿Alguien sabía que estaba pasando?

No se los recomiendo en lo más mínimo. Pero ni con un palo en llamas. Para leer malos trabajos de periodismo leo la TV Notas, amigos.

We Are Okay, Nina Lacour 


Sinopsis: Marin hasn’t spoken to anyone from her old life since the day she left everything behind. No one knows the truth about those final weeks. Not even her best friend, Mabel. But even thousands of miles away from the California coast, at college in New York, Marin still feels the pull of the life and tragedy she’s tried to outrun. Now, months later, alone in an emptied dorm for winter break, Marin waits. Mabel is coming to visit, and Marin will be forced to face everything that’s been left unsaid and finally confront the loneliness that has made a home in her heart.

No es que me acabe de dar cuenta de que ninguno de estos libros tienen muchas cosas en común, pero bueno. Este es el último de este popurrí de lecturas del #GuadalupeReinas2018. We Are Okay es un libro sobre el duelo y sobre la amistad. Además, es un libro que habla de una relación lésbica. Marin y Mabel no se han visto o han hablado en meses después de que Marin cortara lazos con todo el mundo en su antigua vida y ahora que Mabel va a visitarla a Nueva York a la universidad, Marin tiene que enfrentarse de nuevo al pasado. Es una historia preciosa.

We Are Okay se toma su tiempo para crear una historia, para fundamentarla, para sustentarla. Es un libro que construye demasiado bien sus cimientos. Siento que quizá el único problema con ello es que me hubiera gustado que hubiera tenido más oportunidad para, narrativamente, usar todo ese fundamento, ese cimiento. Parece que algo le falta para que el libro siga la estructura introducción-desarrollo-conclusión. We Are Okay parece quedarse a la mitad de algo, quedarse en el medio de algo que está a punto de ocurrir. No es que el final sea abierto, es que no hay uno realmente. Fuera de eso, no tengo quejas (aunque la que tengo sí es bastante grande). 


Esta fue mi primera lectura para el #LectorasLentas2019 porque es un libro que cumple con el test de Bechdel (que ya conocemos todos: un libro donde haya al menos dos mujeres que tengan nombre que platiquen de algo que no sean hombres). Mabel y Marin hablan mucho del abuelo de Marin, pero también hablan de muchas otras cosas. De los primeros días en Nueva York de Marin, de sus compañera de cuarto, de los cursos que toma, la tienda donde compró los bowls donde toma cereal. Y es precisamente por eso que lo cumple. 

Bueno, sí es un libro que recomiendo, es algo refrescante en el panorama LGBT (ya una vez dije que no necesito mil historias de coming-out, sino quiero ver a adolescentes LGBT viviendo sus vidas en los libros, quiero que sus historias no estén siempre ligadas a la discriminación, quiero que la literatura sea capaz de imaginarse ese mundo mejor), es una historia tierna y maneja el duelo de manera muy interesante. Se los recomiendo si alguno de esos temas les llama la atención. 

domingo, 6 de enero de 2019

Razzies Literarios (V)

Ha llegado esta época maravillosa en la que yo listo mis peores y mis mejores lecturas. Por supuesto, no podía faltar que yo tuviera malas lecturas, es imposible tratándose de mí. Hay quien dice que me gusta sufrir, pero yo sólo digo que los malos libros me persiguen. Es más, dos de los presentes en esta lista ni siquiera los leí por gusto. En fin, vamos con las peores lecturas del 2018 que, gracias a dios, no son demasiadas. Sólo hubo cuatro libros que quise aventar por la ventana (muchos otros malos, pero sólo cuatro tan malos que recomiendo activamente que nadie se acerque a ellos).


Peligro de suerte, Norma Muñoz Ledo


Seiscientas páginas sin trama a las que les sobraban como quinientas cincuenta o hasta más. Personajes mal construidos, mensajes moralinos y tendencia de tratar a los lectores como reverendos pendejos son sólo algunos de los pecados que comete este libro. Los analicé con gusto en la reseña que hice, pero lo que en su tiempo más me enojó del libro es la idea de usar a los pobres como los props de una historia en la que quieres mostrar qué tan progre es una familia. Y eso es algo que hace con la gente pobre, con los indígenas, con los gays, con los cuarenta y tres. Toda esa gente, todas esas luchas sociales no están ahí para ser la utileria de tus protagonistas, para que nos muestren que tan abiertos y tolerantes y perfectos son, aunque no lo veamos demasiado, aunque no haya un hilo conductor en la historia, aunque la novela no tenga núcleo alguno. Sinceramente, es terrible.


Miedo, Kevin Brooks


Subtítulo del libro: cómo no escribir un libro sobre la ansiedad. En realidad, la premisa es interesante (pero casi todas las de los libros de Kevin Brooks tienen, al menos, potencial para serlo): un chico con ansiedad al que todo le da miedo se queda solo cuando su madre sale a comprar su medicina y, como no vuelve, debe salir a buscarla. Eso es lo único que está bien del libro, todo el resto está mal. La narración da tumbos y parece que, si hay un núcleo, es muy lejano. No tenemos tiempo de conocer a nadie y, aunque el protagonista y narrador se presenta exhaustivamente, acabé el libro sin tener ni idea de quién era o de si el personaje tenía motivaciones. El niño nos lo cuenta todo, pero nunca jamás nos muestra nada (o prácticamente nada) y me quedé con la sensación de que estaba tratando con un narrador muy tramposo que no sabía serlo, que no sabía contarme una historia. Y no hay final. Kevin Brooks detesta escribir finales, al parecer, porque el de este libro no existe.


Candy, Kevin Brooks


Misoginia casual mezclada con una historia un poco absurda de cómo un chico cree que puede salvar a una chica en la que nada se resuelve porque el autor no sabe resolver problemas y, en consecuencia, tampoco sabe escribir finales. Ya les di el resumen. Candy es una chica adicta que está metida en prostitución y el protagonista quiere salvarla a toda costa, pero no tiene idea de cómo. La historia me molesta porque es una historia en la que Candy nunca tiene agencia, al menos hasta el final. Todos, hasta el narrador y el escritor mismo, parecen verla hacia abajo porque es una adicta. Me la pasé gritando que, aunque ese libro creía que son nuestras elecciones las que nos hunden en la miseria, la verdad es que hay muchas cuestiones sociales que tienen que ver con las adicciones y que el libro estaba todo mal. Y hay un constante culpar a la mujer de todo, aunque no se nota tanto. 


El viento se llevará nuestras palabras, Doris Lessing


Doris Lessing dijo que a qué no podía escribir un libro que se basara solamente en su odio a la Unión Soviética y escribió esto. Doris Lessing dijo que a qué no podía escribir un libro que fuera un pésimo trabajo periodístico y escribió esto. Doris Lessing (oh, sí, tengo más) que a qué no podía escribir un libro en el que después de 2001 y de Vietnam creyera que Estados Unidos iba a salvar a alguien de verdad... y escribió el prólogo de esto. Y es una ganadora del Nobel, eh. Miren, yo le daré otra oportunidad con sus novelas, pero su no ficción para lo único que se me antoja es para criticarla. Quiere criticar al comunismo y lo único que hace es agarrar todas las falacias que se le ocurren en vez de construir una buena crítica. Quiere criticar a la Unión Soviética y todo lo que se le ocurre es listar todas las cosas que no pasaron con todo lo que SÍ pasó a su dispocisión. Apaga y vámonos. Lamentablemente lo leí para el maratón Guadalupe Reinas, lamentablemente.