Hay un argumento, cuando estoy hablando de feminismo, que me hace volverme Berseker. Así que por otro día voy a dejar de hablar de libros en mi blog literario, con su perdón (aunque la verdad me interesa hablar de esto), pero ya les prometo un par de reseñas para la próxima semana (total que con mi ritmo, por tener reseñas pendientes, tengo reseñas pendientes desde el 2014). Bueno, siempre hay un iluminado o iluminada que cuando yo estoy hablando de feminismo (algo que, sin exagerar, ocupa el 99% de mi tiempo y mi vida porque soy así de intenta) que me dice lo siguiente: «
pero las feministas de antes sí valían la pena, esas si luchaban por sus derechos, las de ahora son unas extremistas». Y tan a gusto se queda. El argumento varía, pero el núcleo nunca cambia:
vivan las feministas de antes, fuchi a las de ahora. Y ahí es cuando yo me vuelvo Berseker, echo espuma por la boca, se me ponen los ojos rojos, grito hasta morir y saco un machete. Qué le vamos a hacer, el tema me cansa, me aburre, me da ganas de estrellarle un libro de historia feminista a la gente en la cara. Pero luego recuerdo que no puedo hacer eso, gracias a Dios. Así que hoy, por fin, abrí mis libros y el internet para hablarles de un tema que al parecer le apasiona a los iluminados que creen que así me van a desmontar mi feminismo (el
mío, que no el de otra mujer):
vamos a hablar, de una vez y para siempre, de las feministas de antes.
(Por si acaso, todas mis fuentes van a estar citadas, formato Harvard, al final de la entrada, por si quieren consultarlas).
Los antecedentes
A ver,
no puedo empezar a hablar de las feministas de antes si no les digo antes de donde salimos todas esas intensas que nos pasamos el día hablando de la liberación de la mujer. Les prometo que no es voy a quitar mucho su tiempo. Bueno, no es que haya un acuerdo exacto cuando empezó todo, pero algunas autoras lo ubican incluso en el siglo XIII (mucho antes de lo que ustedes podrían creer, por ejemplo), cuando una mujer llamada Guillermine de Bohemia propuso crear una iglesia de mujeres (
y como seguimos sin una, creo que ya sabemos en qué terminó); incluso se rescata a las predicadoras y las brujas como parte del feminismo.
Sin embargo, es hasta el siglo XIX cuándo comienza una lucha organizada (Gamba, 2008). Las mujeres ya habían participado en luchas históricas antes de eso, como la Revolución Francesa (véase, Olympe de Gougues) y las revoluciones socialistas, pero no eran las protagonistas y los hombres, en el mejor de los casos, las ignoraron. Entonces todo empezó con las sufragistas.
Esas feministas de antes gracias a las cuales muchísimas mujeres en el mundo podemos votar hoy. Esas feministas que pocos conocen realmente, pero que son adoradas como nada en el mundo.
Entonces, voy a desmontar unos cuantos mitos sobre estas sufragistas que, alrededor del mundo, al contrario de lo que la gente parece creer, no pidieron las cosas por favor y se las dieron al momento, ni fueron queridas por la sociedad cuando empezó el movimiento. Que no, las feministas de antes no eran tan diferentes a las de ahora y la sociedad tampoco. ¿Empezamos?
a) a las feministas de antes casi casi las llamaban «feminazis» también.
No las llamaban feminazis porque todavía un machista no había inventado el término y porque básicamente Hitler no había decidido hacer el desastre que hizo en la guerra mundial (así que los machistas no tenían una referencia), pero si no, juro que se los hubieran dicho. En vez de eso, las sufragistas se enfrentaron a publicidad bastante desafavorecedora.
Esta publicidad fue bastante popular en los Estados Unidos y la Gran Bretaña, aunque con algunas diferencias: por ejemplo, en Estados Unidos el tono era un poco más gentil y a menudo se retrataba a las sufragistas como ingenuas, que eran atractivas, pero con pocos conocimientos de política. El tono, por decirlo de alguna manera era mucho más paternalista. En esta publicidad, a menudo se insinuaba que, una vez que las mujeres ganaran el derecho al voto, los hombres estarían relegados a trabajos del hogar y la crianza de los hijos (curiosamente, tenían miedo de ser los encargados de las tareas femeninas). (Florey, 2012)
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Día de elección |
En las postales Americanas, las sufragistas a menudo son retratadas atractivas, cargando sólo paraguas y desinformadas. Los dibujos no son nada fuera de la norma al retratar a estas personas y, aunque en algunas postales los maridos son obligados ha hacer las tareas de la casa, parecen más resignados que esclavizados (Florey, 2012). Los estadounidenses desde luego tenían un acercamiento más paternalista con estás mujeres. Incluso podemos ver en la postal de abajo que, por más que George Wasinghton esté horrorizado de un grupo de sufragistas, estas no lo amenazan ni lo atacan, sino que apenas llevan un paraguas y se manifiestan frente a él.
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¿Salvé a mi país para esto? |
Por otro lado,
tenemos a la publicidad británica. Tenía el mismo propósito: desacreditar a las sufragistas, pero usaba métodos diferentes. Se suele apreciar la violencia mucho más gráfica, pues en estas postales las mujeres atacan a los hombres y todas las injusticias que las sufragistas sufrieron son tratatas como una fuente de diversión, algo que las sufragistas se merecían (Florey, 2012) (
pues ¿para qué querían votar? Ellas mismas lo estaban pidiendo). Por ejemplo, en la postal de abajo, tenemos a una sufragista atada a una silla, con un artefacto que aplasta su cabeza.
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Qué le haría a una sufragista. |
A menudo, en tas postales británicas, las sufragistas no son retratadas como simples mujeres, sino que se acentuan sus rasgos y se vuelven grotescos (Florey, 2012). Como podrán ver, las feministas de antes no eran muy respetadas y recibían un trato bastante parecido a las de ahora. Las postales se convirtieron en memes y los dibujos en fotos desagradables. En la siguiente postal, por ejemplo, una niña evoluciona desde una pequeña nila y joven coqueta hasta una solterona amargada que se convierte en una sufragista (y aquí es cuando me pregunto si eso no les suena remota y lejanamente parecido, ¿qué no hay un estereotipo que dice que las feministas somos unas amargadas porque no tenemos pareja?)
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Origen y desarrollo de una sufragista |
De hecho, todos los movimientos anti-sifragistas se valían de los medios para desacreditar a las mujeres y afirmaban que estas se creían moralmente superiores a los hombres; se retrataba a la sufragista, la feminista de antes, como un ser duro, repulsivo e imposible de amar (Oregon Historical Society). ¿Están seguros que no les suena ni tantito parecido a ahora? Hay demasiados paralelismos para ignorarlos. Sin embargo, nunca me topé con un libro de historia que se detuviera a decirme algo como «¡Ey, a las feministas de antes también las insultaban justamente como la gente te insulta ahora!» Hubiera sido un consuelo de tontos cuando me frustraba que hablaran mal del feminismo, pero consuelo, de todos chingados modos.
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Nadie me quiere, supongo que seré una sufragista |
Aquí abajo, más ejmplos, por si todavía tienen dudas de que nos han tratado mal desde siempre. A las sufragistas recién las empiezan a respetar 100 años después y por si fuera poco tienen el descaro de usarlas para intentar desmontar nuestro feminismo.
En Cuando las mujeres votan, se ven los roles de género intercambiados, lo que muestra una gran ironía: a los hombres les daba miedo que las mujeres tuvieran sus libertades y que ellos tuvieran las responsabilidades con las que cargaban a sus mujeres. Cuanto menos, irónico.
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Cuando las mujeres votan |
También se usaba la manipulación, haciendo creer que los hijos estarían tristes si sus madres luchaban por sus derechos FUNDAMENTALES, cuando probablemente, dudo que a un bebé le importara lo que estuviera haciendo su madre. Probablemente, se jugaba por el lado de que una mujer que estaba protestando no le ponía atención a sus hijos.
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Mamá es una sufragista |
Y sí, uno de los temas comunes es ver a los hombres siendo tratados como ellos trataban a las mujeres o relegados en los roles que ellos relegaban a las mujeres. Y parece que ese miedo a ser tratado como ellos nos tratan a un persiste y sigo diciendo que es completamente irónico. No quieren que nos liberemos y a la vez están reconociendo que nos tratan de la chingada.
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Mi esposa se unió al movimiento sufragista
(y he sufrido desde entonces) |
Y por supuesto, la idea de que si las mujeres se atrevían a luchar por malditos derechos fundamentales se merecían ser castigadas (¿¿¿???). No tengo ningún comentario. No puedo. Voy a cagarme en la tumba de quien dibujó la ilustración de abajo.
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Paz al fin |
b) a las feministas de antes también se oponían otras mujeres
No sé por que hay una creencia de que las feministas de antes eran todas las mujeres del mundo unidas. Pues no. Igual no es una creencia que me he encontrado tan extendida, pero bueno, las cosas no han cambiado en ese aspecto, sólo que ahora se oponen por otras cosas. Había mujeres que antes, en serio, consideraban que no era necesario votar. ¿¿¿??? Así pongo la cara cada que alguien me dice algo así, pero bueno, ¿qué puedo hacerle? Fue su mundo, fue su época y había muchas mujeres alienadas que no eran consiente de la opresión que sufrían. Lo podemos ver en este documento del archivo histórico del estado de Virginia en los Estados Unidos (aunque he decir que creo que si una mujer de verdad escribió esto, estaba muy influenciada por un hombre):
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(Goverment of Virginia, 2017) |
Se los traduzco literalmente, nada más para que vean que cosa tan horrible es esto:
HOMBRES
Están haciendo el «mundo seguro para la democracia»
y también seguro para las mujeres.
Por eso sus Madres, Hermanas y Esposas
nunca han tenido que sufrir como las mujeres de
Bélgica y Francia han sufrido.
TODAS LAS MUJERES LES DAN LAS GRACIAS
Los Hombres se encargan de manejar la mayoría de nuestros negocios.
Nuestro gobierno es un gran negocio.
La mayoría de las mujeres quiere que los hombres se encarguen de nuestro Gobierno.
Sólo unas pocas mujeres quieren el sufragio.
Deberían esas mujeres forzar a las otras mujeres
en la política?
Las Mujeres pueden hacer su parte fuera de la política.
Nuestras manos están ya llenas de trabajo
que sólo las mujeres pueden hacer.
Las mujeres son libres de su deber de lucha.
Protéjanos en nuestro derecho de ser libres
de responsabilidades políticas.
Asociación de virginia en contra del sufragio femenino.
En España, dos diputadas del partido socialista se opusieron a dar el voto a la mujer cuando este estaba siendo discutido. ¡
DOS MUJERES! Lo sé, parece imposible, pero así pasó. Por un lado, estaba Margarita Nelken, que había ingresado en el PSOE poco antes y que fue la única mujer que consiguió las tres actas parlamentarias durante la Segunda República, y por el otro Victoria Kent, diputada del Partido Radical Socialista. Kent aseguró en el congreso en 1931, lo siguiente: «Es necesario que las mujeres que sentimos el fervor democrático, liberal y republicano
pidamos que se aplace el voto de la mujer». (Viana, 2014). No estaba totalmente en contra, pero no lo quería en ese momento. Frente a ellas, gracias a dios, les peleó Clara Campoamor, que es casi casi gracias a quien las españolas pueden votar hoy en día.
Por supuesto,
ahora las feministas discutimos sobre otras cosas, al menos en América y México. No sobre el sufragio femenino y otros derechos fundamentales que hemos conseguido en los últimos 100 y pico años. Ahora
nos jalamos las greñas acerca del aborto y derechos reproductivos, los roles de género y otros temas. Nada más que ahora gracias al Dios en el que no creo hay un concepto de sororidad que al menos a mí me hace recordar que
no es nuestra culpa tener creencias machistas sino que la culpa es de un patriarcado que nos crío y de tradiciones y creencias sociales que hay que cambiar. Y ahora, por sobre todas as cosas, existe algo llamado el feminismo interseccional, que en teoría incluye a todas las mujeres y es consiente de otras formas de opresión.
c) al feminismo siempre lo han querido silenciar
Siempre hemos sido incómodas, inoportunas, demasiado exigentes o demasiado radicales. Siempre nos han intentado ignorar, silenciar y desaparecer. No hay ni como negar eso. Pero a veces se tiene la creencia de que las feministas de antes si quiera no tenían problemas en hacerse oír y la verdad es que sí los tenían: ellas tenían una desventaja sobre nosotras, las de ahora y es que no vivían en un mundo digital lo que provocaba que fueran silenciadas más fácilmente. ¿Quieren saber cómo?
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Ligas feministas en Yucatán |
Bueno, en México, el día de la madre se institucionalizó como un movimiento contra movimientos feministas que surgían en ese momento: el Primer Congreso Feminista en Mérida, Yucatán; la Escuela Racionalista impulsada por Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán en 1922 y la creación de Ligas Feministas. Estas asociaciones se dedicaban a dar conferencias sobre profilaxis, enfermedades venéreas, temas jurídicos, etc y
apoyaban la maternidad como una opción y fomentaban el uso de los métodos anticonceptivos (Hérnandez, 2015). En contra de eso, se respondió institucionalizando el 10 de mayo como el Día de la Madre, que celebrara justamente todo lo que estás mujeres criticaban sobre la maternidad, que era, justamente, la abnegación de las madres.
El festejo llegó de la mano de un periodista, Rafael Alducín, del periódico Excélsior. En su honorable opinión, era necesario homenajear a las madres porque «no hay sacrificio suficientemente grande para el corazón de una madre; no hay cáliz de dolor y amargura que ésta no esté dispuesta a llevar a sus labios, si puede evitar una gota tan sólo de acíbar a los seres queridos, prolongación de su propia vida; no hay manera de poder aquilatar con certeza la profundidad y alcance del amor materno» (Pérez, 2015). O sea, un montón de roles de género que aún hoy nos estamos intentando quitar: la creencia de que la madre se debe anular por sus hijos, que sólo las mujeres que son madres son mujeres completas o que las mujeres deben estar dispuestas a todo por sus hijos.
d) había sufragistas clasistas y racistas (y, más tarde, feministas homofóbicas)
El feminismo negro nació entre el abolicionismo y el sifragismo en los Estados Unidos de la mano Sojourner Truth, cuyo discurso se convirtió en un símbolo de este feminismo, porque la lucha de las mujeres estaba
hecha a medida para la mujer blanca burguesa con una buena educación. No se tomaba en cuenta a las trabajadoras y mucho menos a las negras. Fue por eso que el feminismo negro nació en los Estados Unidos, primero como aliado de las sufragistas y los abolicionistas y después como su propia corriente. (Miranda, 2016)
Pero bueno, podríamos decir que eso fue en Estados Unidos, una sociedad que estaba segregada racialmente. Una mala excusa, pera una excusa, al fin y al cabo. ¿Qué pasaba en Gran Bretaña, por ejemplo, donde el sufragismo también tuvo un gran impacto? Bueno, la mayoría de la gente no conoce feministas negras reconocidas con un papel importante en el movimiento y la líder, Emmeline Pankhurst,
tendió hacia el colonialismo (pues en ese entonces Gran Bretaña era el Imperio y tenía a Pakistán y a la India). Cuando el voto se le dia a las mujeres de Nueva Zelanda antes que a Británicas,
había muchas que estaban enojadas porque las mujeres Maori (aborígenes de Nueva Zelanda) podían votar y ellas no. (Sanghani, 2015)
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Emmeline Pankhurst y sus hijas |
Lo cierto es que muchas sufragistas de los dos países hicieron declaraciones racistas en algún momento. La sufragista estadounidense,
Carrie Chapman Catt, fundadora de la Ligua de las Mujeres Votantes (
League of Women Voters) dijo, y cito textualmente: «
La supremacía blanca tomará fuerza, y no será debilitada, con el sufragio femenino» (
White supremacy will be strengthened, not weakened, by women’s suffrage). (Sanghani, 2015) Supremacía blanca, ¿eh? Ahora oír eso es motivo de alarma.
También
Susan B. Anthony declaró que se cortaría la mano antes que pedir el voto por los Negros y no por las mujeres.
Le daba preferencias a las mujeres blancas, claro.
Elizabeth Cady Stanton, por otro lado, dijo lo siguiente: «¿Qué sufriremos nosotras y nuestras hijas si les son concendidos a esos hombres negros los derechos que los harán peor que nuestros padres Saxon?». Básicamente quería el voto para las mujeres blancas, pero los negros, según ella,
hombres y mujeres, podían irse a freír espárragos. ¿Todavía quieren otro ejemplo?
Rebecca Ann Latimer Felton dijo que
no quería ver a un negro yendo a las urnas para decidir en que se gastarían sus impuestos porque ella no podía votar.
Por eso las sufragistas negras optaron por distanciarse del movimiento llegado un punto en el que fue completamente racista. (Viera, 2016)
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Sojourner Truth |
En una manifestación de 1913,
las sufragistas negras de los Estados Unidos fueron obligadas a posicionarse detrás de las blancas, para calmar a las sufragistas del sur, que eran abiertamente racistas. (Sanghani, 2015) Se podría decir que, en ese momento, el sufragismo de los Estados Unidos se había convertido en un movimiento segregado y racista. Esas eran las feministas de antes. Reconocer sus logros no significa no reconocer sus errores, porque gracias a eso el feminismo ha crecido y evolucionado; se han modificado posturas y corregido errores. Por supuesto que no fue todo de una.
En los 60s, las lesbianas tuvieron que pelear por su lugar en el feminismo radical de los Estados Unidos, pues varias organizaciones se negaban a reconocer su existencia e incluso de manifestaron dentro de la comunidad feminista hasta que dejaron de ser invisibilizadas por demás compañeras que consideraban que reconocer la existencia de lesbianas dentro del feminismo era
demasiado y podría resultar demasiado agresivo. Eso ocurrió en la organización NOW. (She's beautiful when she's angry, 2014)
Por ejemplo, aunque en Estados Unidos y Europa sí se movilizaron muchas obreras,
los movimientos sufragistas estuvieron mayormente dirigidos por mujeres de clase burguesa. En América Latina, sin embargo, el sufragismo no tuvo el mismo impacto y de hecho sólo movilizó a las elites, que no se puede decir que hayan tomado especialmente en cuenta a las trabajadoras. En Argentina, por ejemplo, el movimiento se dividió completamente en dos: una corriente burguesa y una de tendencia clasista y sufragista. (Gamba, 2008) Fue hasta después que el feminismo se unió con los movimientos obreros, específicamente de las trabajadoras y
es hasta hoy que existe el concepto de sororidad, la idea de apoyarse entre mujeres, porque para todas la lucha es diferente, e interseccionalidad, el reconocimiento que existen diversas formas de opresión relacionadas entre sí.
No todo fue perfecto con esas mujeres que consiguieron el voto,
incluso se las ha acusado de sólo querer conseguir el voto para las mujeres blancas. Reconocer los errores no elimina no aplaudir los fracasos y mejorar, claro. No todo es perfecto hoy. Hay mucha tela que criticar del feminismo, pero siempre hay que saber hacerlo: dar argumentos sólidos, proponer, hacer sugerencias e intentar cambiar las cosas.
e) las sufragistas también causaron disturbios
Hoy hay muchas manifestaciones que se salen de madre de todos los tipos. Feministas y no feministas, manifestaciones de estudiantes, por los derechos de los trabajadores. Unas se salen de madre por infiltrados, otras no. Muchas veces las causas no son claras, pero las cosas acaban en disturtbios. Entonces, si eso pasa en una manifestación feminista, la que sea,
yo me tengo que tragar los argumentos de los iluminados que dicen que las feministas de antes no causaban disturbios ni violaban la ley y que esa feministas sí los representan. Dejen les rompo un mito: si esas mujeres no hubieran violado la ley, igual y no conseguimos el derecho al voto. Dejen les rompo otro mito:
esas mujeres causaron disturbios enormes.
En un ataque sufragista en Irlanda durante 1912, Mary Leigh, Gladys Evans, Lizzie Baker and Mabel Capper, intentaron prenderle fuego al Theatre Royale durante el lunch. En 1912, la Glasgow Art Gallery vio sus vidrios rotos porque las sufragistas le lanzaron piedras. Las ventanas de los blancos y las oficinas postales fueron apedreadas desde Kew hasta Gateshead y se cortaron al menos 23 cables telegráficos. Todo esto lo hicieron las sufragistas y para el final del año, 240 personas habían sido enviadas a prisión por actividades vinculadas con las sufragistas.
En 1913, las sufragistas atacaron los vidrios de la Tower of London's Jewel House. En Dumbarton, se cortaron 20 cables telegráficos. En Saunderton, la estación de ferrocarril fue completamente destruida, quemada hasta los cimientos. Puedo seguir listando ejemplos, pero lo cierto es que muchas sufragistas fueron enviadas a prisión. (Riddel, 2015) Con esto no pretendo decir que lo que hicieron estuvo bien o mal, no estoy escribiendo esto para juzgar a nadie, sino más bien para mostrarles la tremenda falacia que cometen cada que dicen que las feministas de antes si los o las representan porque no hacían disturbios, o que esas si eran dignas de admirar porque no había disturbios. Es una mentira cochina. Hubo disturbios, edificios quemados hasta los cimientos, vidrios rotos y apedreados y sufragistas encadenadas a lugares públicos. Hoy en vez de eso se pintan grafitis y patrullas y la gente se escandaliza más por ello que por las asesinanas.
Ya les digo, me gustaría ser esa pared grafitteada o esa patrulla pintada para que así se escandalicen si alguien me toca sin mi permiso.
Conclusiones de toda la verborrea que acabo de soltar
No vale santificar a las que vinieron antes de nosotras para denigrar el feminismo de ahora. Es parte todo de un mismo proceso y como todo en este mundo ha cambiado y ha evolucionado y se ha tenido que adaptar a nuevos tiempos. ¿Qué primero se quería el voto para tener participación política? Después se quiso la educación, la equidad en los puestos de trabajo, los derechos reproductivos, la pelea para no ser objetos sexuales o mercancia masculina... El sufragio femenino y todo lo que se ganó con él fue lo primero de una larga lucha que sigue en pie. No se vale enemistar al feminismo de antes con el feminismo de ahora. No se vale santificarlo para denigrar a lo de ahora porque hay muchas cosas que no han cambiado. ¿Vieron la mala publicidad contra las sufragistas? Las feministas de hoy también la sufren, aunque de diferente manera. ¿Vieron que nunca han estado todas las mujeres unidas? Y eso es triste, pero quizá, quizá, algún día se logre. ¿Vieron que los disturbios, a pesar de no ser correctos, nunca se han ido? Las feministas no llegaron pidiendo por favor, pelearon, literalmente, por sus derechos. Los exigieron hasta que se los ganaron.
Entonces, no pongan a las feministas de antes contra las de ahora, sólo eso pido. No se vale. Todo lo que ha costado llegar a hasta aquí para que sugieran que si se levantan de la tumba, se mueren porque ahora somos muy radicales. No, eso no es un argumento con el que pueda lidiar. Su mundo oprimía más a las mujeres y en ese mundo les tocó, total. Hicieron lo que creyeron y lo que pudieron y nos dejaron los derechos que consiguieron y nosotras seguimos aquí, por todo lo que falta. Ya si quieren saber más de esas feministas de antes, les sugiero que busquen libros especializados escritos por historiadores, yo sólo soy una mujer que escribe en internet.
Bibliografía de todo lo que digo
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Gamba, Susana. (2008). Feminismo: historia y corrientes. Mujeres en red. [online] Disponible en: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1397 [Fecha de consulta: 15 Feb. 2017].
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She's beautiful when she's angry. (2014). [documental] USA: Mary Dore.
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