Un
estudiante de periodismo en busca de una historia que contar.
Un festival de música en recuerdo de las víctimas de Chernóbil.
Un bosque como escenario de un rastro de muertes.
Una historia de amor interrumpida.
Un festival de música en recuerdo de las víctimas de Chernóbil.
Un bosque como escenario de un rastro de muertes.
Una historia de amor interrumpida.
2004.
El Club del Trueno se reúne por última vez. Nikolai y Ekaterina se marchan de
Ucrania con sus padres. Dimitri, sin embargo, se queda en el país. Antes de
despedirse, se reparten una matrioska con la promesa de volver a juntarla antes
de diez años o, de lo contrario, una maldición caerá sobre ellos.
Quería que
este libro me durara. En serio, pero apenas una semana y ya lo tenía acabado.
Realmente es un libro muy interesante, me hace recordar que en algún momento yo
me plantee la idea de estudiar periodismo (¡es en serio!). Realmente creo que
David Lozano tenía claro que tipo de historia quería contar, y lo logró. Los
protagonistas, Nikolai y Ekaterina se reconcilian con su pasado al tiempo que
buscan respuestas y se topan con más incógnitas.
Uno de los
temas principales es la corrupción y
la censura a la prensa (censura que,
no nos hagamos idiotas, ocurre en todas partes, no sólo en los países
socialistas). Me gusta el inconformismo de los personajes, su avidez de
encontrar una respuesta para lo ocurrido en Itanich en 2004. Los escenarios son
increíbles, y la historia nunca se queda estancada, los personajes van
descubriendo poco a poco lo que está sucediendo… (aunque considero que el final
hecha mucho de golpe, pero bueno). Eso sí, si me lo hubiera leído después de
Sherlock Holmes opinaría que como detectives no valen ni medio cacahuate, pero
realmente como periodistas valen la pena.
El
inconformismo, la búsqueda de respuestas, la censura y la corrupción son
palpables en la novela. Como el ejército intenta tapar con desesperación las
verdaderas razones del accidente de Itanich. Hay escenas en las que te puedes
meter en los personajes, que entiendes como se sienten.
En realidad
un libro bastante… interesante.
Sé que me estoy muriendo, tengo que estar muriéndome.
Consumo mis pocas energías en escribir, con la letra arruigada que permiten mis dedos heridos.
Alguien leerá estas líneas. Tarde o temprano.El silencio continúa. Está todo tan quieto tan inerte…He caído en la cuenta de que no hay pájaros.
Nea