Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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viernes, 23 de abril de 2021

Los hermanos Khalifa, historias y cuentos de hadas

Hoy es el día del libro. Por eso quiero hablar un poco de las historias que es, para mí, lo más valioso de los libros. Crear historias ha sido una constante en mi vida desde que recuerdo. Sé exactamente cómo empezó: un cuaderno de doble raya y media hora designada en la primaria para escribir algo: un diario, una carta, un cuento, lo que nosotros quisiéramos. La maestra no lo leía y nosotros sólo escribíamos. Estaba bien. Era una actividad agradable (quizá la única que recuerdo de primero de primaria) y que la maestra no revisara nada (más que arrastraramos el lápiz cada tanto, aunque fuera para escribir una palabra) la hacía más atractiva (porque esa maestra me caía mal y el asunto era mutuo, no era una niña fácil). 

Encabezado

Allí escribí sobre un rey y una reina que tienen una hija a la que las hadas (escrito entonces como adas) le concedían dones, pero había un hada malvada y condenaba a la princesa a picarse y... ¿Les suena? Escribí una adaptación de la Bella Durmiente que fue despertada de su maldición por un príncipe y se casó y tuvo una hija que fue la reencarnación de Blancanieves y luego su hija fue la reencarnación de Elisa, la de Los cisnes salvajes y luego la hija fue la reencarnación de Odette, la princesa Cisne y... así. Mi referencia eran adaptaciones mismas de los cuentos que había en mi casa, las películas de Disney y las historias de mi mamá. A veces bromeo diciendo que yo nací escribiendo fanfics y moriré escribiendo fanfics (porque el retelling es parte del fenómeno transformativo), pero no tan seguido remarco que los cuentos de hadas marcaron mi destino escritor en ese momento. No hubiera empezado a escribir de no haber sido por haber escuchado y experimentado otras historias. 

Hoy quiero hablar un poco de eso, de dos libros que ponen las historias y el poder de contarlas e imaginarlas al frente por sobre todas las cosas. Estoy hablando, por supuesto, de los dos libros que tienen como protagonistas a los hermanos Khalifa de Salman Rushdie, un escritor indio. Los leí casi al mismo tiempo (en un club de lectura salió elegido Luka y el Fuego de la Vida y aproveché para leer también Harún y el Mar de las Historias, que es de anterior publicación) y desde entonces he estado pensando bastante en ellos. Así que, sin más, antes de hacer esta entrada demasiado larga, vamos a hablar un poco de ambos libros.

Harún y el Mar de las Historias

Harún y el mar de las historias

Sinopsis:  Rashid Khalifa es el mejor cuentacuentos del mundo. Sus mágicas historias llevan la alegría al triste país de Alifbay. Pero un día sucede algo terrible y se le agotan las historias. De la noche a la mañana, el Océano de la Fantasía se ha convertido en el Sha de Blablable. Su hijo Harún decide ayudarlo a recuperar su don. A lomos de la Abubilla, viaja al Gran Mar de las Historias, un lugar maravilloso donde se originan los cuentos. De esta manera da comienzo una aventura fabulosa por los reinos de la fantasía.
Escrita como regalo para su primer hijo, Harún y el Mar de las Historias es una fábula llena de magia acerca del poder de la imaginación, y confirma a Salman Rushdie como uno de los mejores escritores de fábulas contemporáneos.

Está es una historia del escritor a su primer hijo. Como bien dice la sinopsis, Rashid Khalifa es un cuentacuentos y no sólo eso: es el mejor cuentacuentos del mundo. Sus historias llevan alegría allá a donde va. Hasta que sucede algo terrible y se le acaban todas las historias, no puede contar ni una más. Harún es quien decide ayudarlo a recuperar su don, sea como sea, y a lomos de la Abudilla, se marcha hacia el Gran Mar de las Historias, dispuesto a que el grifo de donde provienen la historias de Rashid vuelva a funcionar. 

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

Desde el principio del libro estamos obligados, de nueva cuenta, a encontrarnos con esa pregunta que escupen aquellos que desprecian la ficción y, por encima de todo, la imaginación: ¿para qué sirven las historias?

—Ese marido suyo, excúseme si soy indiscreto —decía con su voz de silbato—, tiene la cabeza llena de pájaros y vive en las nubes. ¿A qué viene tanto cuento? la vida no es un libro de cuentos ni una fábrica de chistes. ¿Qué utilidad tienen unas historias que ni siquiera son de verdad?

Es cierto, quizá: hay muchas personas que desprecian la imaginación y repiten lo mismo que el señor Sengupta le decía a Soraya, la madre la Harún. "Las historias no sirven de nada". Pero las historias son poderosas, el poder de la imaginación es quizá uno de los únicos superpoderes que poseemos (si queremos verlo en esa idea de "superpoderes", por ejemplo).

Las historias pueden ofrecernos otras visiones de la realidad: desde el realismo, la autoficción, menos golpeados por este desprecio, o desde la fantasía, la ciencia ficción o el terror que... bueno, todos sabemos los argumentos específicos contra cada género o al menos lo hemos oído: desde " solo son cosas para niños" —como si las cosas para niños fueran "malas" o "menores"—, que las cosas que no existen no sirven para nada —ah, la obligación que todo sirva para algo; ¿capitalismo, eres tú?—, que esa ficción no es política —y aquí permítanme que me ría—, el argumento de los cuentos Montessori del tipo que hay que contar historias de "niños como tú"/realistas porque las cosas de fantasía "confundían niños"... —yo desprecio cosas por motivos absolutamente random y a María Montessori muchísimo por eso; sí es un trabajo enseñar a distinguir realidad/fantasía, pero no podemos negar que la literatura imaginativa pone a trabajar la imaginación y no querer poner a trabajar la imaginación se me hace una de las cosas más tristes del mundo—, que nuestros sueños no son reales, que no se pueden narrar cosas serias desde la imaginación y podemos seguir de aquí a mañana.

—Imagina el Océano como una gran mata de pelo —explicó la Abudilla—. Piensa que tiene tantas Corrientes de Historias como una espesa cabellera tiene hebras largas y suaves. Cuanto más larga y abundante la cabellera, más se enredan. Podríamos decir que los Jardineros Flotantes son como los peluqueros del Mar de las Historias. Cepillan, peinan, lavan y suavizan. Ahora ya sabes.

Así es como Harún se embarca en un viaje peligroso rumbo a un mundo hecho de historias. Un detalle que quiero remarcar mucho en mi lectura del libro es que me parece precioso que las historias vengan del mar: fluyen, cambian, siempre están vivas. Las historias no están muertas, no son inmunes al cambio y este siempre puede venir de muchos lados. Se pueden transformar historias, la oralidad siempre ha dado pie a esto: los cuentos populares no tienen autor, sólo fueron recopilados por múltiples personas (y aquí quizá les suene Perrault o Grimm, pero ni fueron los únicos recopiladores, ni sus versiones son las definitivas y por supuesto tampoco las únicas), el trabajo transformativo está vivo (desde el cuentacuentos que le pone su marca al cuento que está narrando ante un público y lo hace diferente de cualquier otra versión, hasta la persona que escribe y publica fanfiction o quien reinterpreta historias antiguas y las narra desde otras voces y otros ángulos).

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

Las historias van fluyendo y van cambiando. Hay historias cuyo camino es más largo y otras que se quedan estancadas por multitudes de razones (quizá no son buenas, quizá no aparecieron en el momento justo, quizá fueron consideradas aburridas), hay historias que también acaban destripadas en pos de agendas de gente muy poderosa (cuántas veces los cuentos no han sido usados en la propaganda, cuántas veces no hemos visto cómo el desprecio a las princesas de los cuentos de hadas en vez de abocar por historias variadas de mujeres de todo tipo y en todo tipo de mundos se convierte en simple desprecio por lo que percibimos que es la "feminidad"). Hay historias que se censuran (y se corta el agua del grifo): cuántas veces no hemos visto historias cuyo contenido LGBTQ desapareció en busca de no ofender a nadie, cuántas veces hemos visto a la fantasía ser calificada de satánica, por ejemplo. 

—Hay romances populares que se han convertido en largas listas de la compra. Lo mismo que los cuentos infantiles.

El estilo de Rushdie al hablar de las historias y como para contarlas también debemos conocerlas (la verdad es que yo lo único que defiendo sobre ser escritor es que no se puede ser uno si no se lee) es precioso. A través de Harún y de su viaje se puede atisbar el amor que el autor le tiene a las historias, a los cuentos, a la imaginación. Recuerdo haber pensando que el libro tenía un aire a Alicia en el País de las Maravillas (en el sentido que el viaje es raro y estrambótico), pero ganaba allí donde para Alicia era sólo un sueño, porque a historia de Harún es real allí, en su mundo, realmente está ocurriendo. Les recomiendo muchísimo este libro. Definitivamente fue uno de los mejores que he leído últimamente. Un cuento de hadas que nos recuerda que los cuentos y las historias son poderosas porque también nos podemos reflejar en ellas, podemos imaginar con ellas, podemos crear otros mundos y buscar replicar sus detalles aquí. 

Fantasía; Ilustración de Cathleen McAllister
Ilustración de Cathleen McAllister

(Como escritora, y este es más un dato curioso, una de las grandes contradicciones de mi vida es querer tanto al marxismo, que es materialista, y a la fantasía, ¿pero quién dijo que no se podían imaginar sociedades comunistas en ella?).

Les recomiendo mucho el libro, además que yo aprecié todo el trabajo que hace incorporando elementos de las historias de origen árabe o hindú en la historia, desde el lenguaje. Y como hablar del siguiente para mí no tenía demasiado sentido el hacerlo aparte, quiero hablar de él también aquí. Así que, antes de mis conclusiones, vamos a hablar un poquito de Luka y el Fuego de la Vida.

Luka y el Fuego de la Vida

Luka y el fuego de la vida

Sinopsis: Veinte años después de Harún y el Mar de las Historias, Salman Rushdie nos deleita con una secuela, Luka y el Fuego de la Vida, una historia de aventuras para lectores de todas las edades, escrita para su hijo Milan.
Una hermosa noche estrellada en la ciudad de Kahani, en el país de Alifbay, sucede algo terrible: el gran cuentacuentos Rashid Khalifa cae en un sueño tan, tan profundo que nada ni nadie logra despertarlo. Para salvarlo del sueño eterno, su hijo Luka debe embarcarse en un intrépido viaje por el Mundo Mágico y hacer frente a temibles obstáculos para robar lo único que puede ayudar a su padre: el Fuego de la Vida. Con la ayuda de un perro llamado Oso, un oso llamado Perro, una princesa pelirroja malcriada y su famosa alfombra voladora, Luka tiene que vencer obstáculos imposibles, derrotar a los terribles guardianes del Fuego y burlar al peligroso Napapadie.
Rebosante de fantasía, Luka y el Fuego de la Vida fue un regalo que el gran escritor le hizo a su segundo hijo en su decimosegundo cumpleaños. Su lirismo deleitará al lector de todas las edades.

Este es otro libro que Rushdie escribió para uno de sus hijos (el hecho de escribir historias para aquellos a quienes quieres me parece algo precioso, sólo lo dejaré caer así). Han pasado veinte años desde lo acontecido en Harún y el Mar de las Historias y a pesar de que este libro es una especie de secuela, puede leerse sin tener en cuenta ese detalle. Rashid Khalifa está otra vez en aprietos y ahora le corresponde a Luka, su segundo hijo, ayudarlo. Vemos otro viaje hasta el Mundo Mágico donde se encuentra el Mar de las Historias porque Luka va decidido a conseguir el Fuego de la Vida para savar a su padre. La historia se lee perfectamente como una historia independiente, sin necesidad de saber nada sobre el otro libro y la otra aventura. Yo quiero hablar de él en conjunto tan sólo por un detalle: yo los leí juntos así que es lógico que me importe un poco vincular mi lectura, pero pueden leerlos en cualquier orden y como dios les mande o sólo leer uno. 

A mí me interesa cierto contraste porque es muy cierto que Luka no es Harún y su Mundo Mágico es tan real como el de su hermano, pero muy diferente a la vez. El libro lo deja claro unas pocas veces, enfocándose mucho en no tanto marcar esas diferencias, sino ir desarrollando la historia de Luka a su manera. Por ejemplo, para Luka los videojuegos son muy importantes y encuentra también en ellos muchos modos de contar historias, así que mientras va en busca del Fuego de la Vida, ese Mundo Mágico recuerda mucho a un videojuego (yo juego muy poco, casi nada, me gusta ver a otros jugar a veces —así fue como me aprendí Majora's Mask, de Zelda—, pero sí que se parecía un poco a un rpg en plan aventura). Los juegos que hace Rushdie con el lenguaje para recrear la idea de estar dentro de un videojuegos me gustan mucho (hay una parte que es especialmente explícita en este sentido, cuando los personajes se meten a un remolino y las palabras dan vueltas y vueltas) y creo que ejemplifican perfecto muchas de las cosas que se pueden hacer con el lenguaje. 

Fantasía; Ilustración por Ivan Laliashvili
Ilustración por Ivan Laliashvili

Una cosa que me gusta mucho de este libro es que hay una parte, ya pasando la mitad, que habla mucho de la relación de las personas (de manera íntima e individual) con las historias. No hay dos lecturas iguales de una misma historia porque yo que pasa entre uno y el libro es sólo tuyo. Puedes darle una idea idéntica a dos escritores y ninguno la abordará de la misma manera (una vez lo hicimos en un foro de fanfiction: haz un remix de una historia de otro). Lo que pasa entre quien está escribiendo y la hoja en blanco es personal. No hay dos mundos mágicos iguales porque no hay dos escritores iguales.

Este es el Mundo de mi padre. No me cabe duda que hay otros Mundos Mágicos soñados por otras personas, Paísesde las Maravillas y Narnias y Tierras Medias y a saber cuántos más... y no lo sé, tal vez existe Mundos que se han soñado a sí mismos, supongo que es posible, y no lo discutiré si decís que lo es... pero este, dioses y diosas, ogros y murciélagos, monstruos y seres viscosos, es el mundo de Rashid Khalifa, el renombrado Océano de las Ideas, el fabuloso Sha de Blablablá.

Y justo por eso quería recomendar estas dos lecturas hoy. Me mueven los libros que hablan de historias y de cómo es que pueden acabar estas historias. Luka quiere salvar a su padre, sí, pero también todas sus historias y su imaginación. No hay otro Mundo Mágico que sea el suyo y, quizá, sí, en algún momento haya que pasar la pluma a alguien más, pero a veces vale la pena buscar el Fuego de la Vida y escribir y crear un poco más. También les recomiendo mucho este libro.

Nuestro propio Mar de las Historias (conclusiones)

Quiero cerrar hablando de los dos libros, así que estaba bien dividir en otra sección. Disculpen si ya los hice leer hasta acá, pero a veces pienso mucho y debo de escribirlo (y escrito sólo queda una fracción de lo que pienso). En este día del libro quiero y deseo que sigamos poniendo nuestro enfoque en las historias

Al final cada quien puede seguirlo poniendo donde quiera, pero yo sí deseo un libro donde se venere un poco menos al libro como objeto y más por lo que nos está contando. Sí me preocupa el consumismo desmedido (¿importa más tener muchos libros, apartentar tener muchos libros o conocer las historias?), la falta de lectura crítica (una cosa le pido a la vida, que nunca nos falte el ojo crítico para las historias, vuelve muy hermosas a las que ya lo son y nos ayuda a encontrar detalles que antes habíamos pasado por alto) y que la propaganda se coma a las historias. Así pues, feliz día del libro. Piensen en las historias que los han movido más y que un libro no necesariamente es el objeto impreso, sino que puede ser muchas cosas. Las historias las podemos encontrar en muchas partes: un fanzine, un libro electrónico autopublicado, revistas, narradores orales, medios alternativos de la internet y muchas otras formas.

Además de recomendarles los libros de Salman Rushdie, también quiero decirles que imaginen, aunque no escriban. Las historias están ahí. Siempre están ahí. Yo las quiero mucho. Me han dado mucho.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Hermanastra, Jennifer Donnelly | Reseña

Sinopsis: Isabelle no es la preciosa muchacha que ha enamorado al príncipe tras perder un zapato de cristal, sino la hermanastra fea que se ha cortado los dedos de los pies para lograr meterlos en el zapato de Cenicienta. Y ese zapato… se está llenando de sangre. Cuando el príncipe descubre el engaño, la rechaza y condena a su familia al desprecio del pueblo. Pero ella cree que se lo tiene merecido: quería ser como Cenicienta y solo ha conseguido ser mala y celosa. Ahora tiene la oportunidad de cambiar su destino y demostrar lo que las hermanastras feas siempre han sabido: ni siquiera un corazón roto basta para someter a una chica.

NO TE CONFORMES CON ROMPER EL CUENTO DE HADAS. HAZLO AÑICOS.

Hay muchas cosas que me dan risa de la sinopsis, de este libro, del hecho de que leí 250 páginas en un día para acabarlo a huevo, antes de que me siguiera dando pereza leer. Ay, esto de romper los cuentos de hadas me da mucha risa, perdón. Pero ya les explico por qué más adelante. El caso es que el libro no me gustó pero a veces encuentro interesante discutir de cosas que no me gustaron porque se abre el diálogo y esas cosas. Esa creencia de que sólo vamos a hablar de las cosas buenas me cansa mucho porque en la crítica puede haber debates increíbles y mucho diálogo (eso sí, parto de la idea que cada quien lee lo que quiere, incluidas las reseñas. 

De nuevo, como hice con El fuego verde voy a dividir la reseña en partes, para dividir los temas que quiero tratar (ya ven, no lo hago sólo con libros que me gustan mucho, aunque sí es más frecuente que me ocurra con libros queme gustaron...). Sólo juro que no estará tan larga.

El hilo negro de los cuentos de hadas

Me llama mucho la atención una corriente que no se cuanto tiempo lleva existiendo (que sé yo, yo alcé la vista y la estrategia de marketing ya estaba aquí) que se volvió una tendencia cuando los retellings de cuentos de hadas inundaron el mercado (recordarán que yo leí Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas con terribles resultados porque ese libro peca de ser aburridísimo y la peor re imaginación que he visto de La bella y la bestia) después de que se publicó Crónicas Lunares (que se salvó un poquito del asunto, pero yo no los he leído, así que no opino). De repente los equipos de marketing de las editoriales anunciaban estas novelas como "cuentos de hadas más oscuros" o "cuentos de hadas para adultos". Supongo que asumían que lo único que su público conocía eran las adaptaciones de Disney porque de otra manera no se explica como demonios vi campañas y campañas del estilo y como vi cuarenta mil portadas como Hermanastra.

Ilustración de Gustave Doré

Hermanastra acaba allí donde termina la Cenicienta, en esa versión en que la Madrastra obliga a sus hijas a cortarse los dedos para que los pies les puedan entrar en la zapatilla. Ese es el inicio de la historia y me pareció de repente que Jennifer Donnelly quería rescatar esa versión y desarrollarla más. Lo cual es una excelente intención. Reimaginar los cuentos de hadas, reinventarlos, crear a partir de ellos es algo que me encanta. El problema viene siendo cuando, aun cuando los autores no lo hagan a posta (Donnelly siento que no lo hace con esa intención, simplemente quiere agregar a la historia), las editoriales por todos lados me están vendiendo estas cosas como cuentos de hadas más oscuros.

Me pregunto. ¿Habrán leído las recopilaciones de Grimm, Perrault (mi indiscutible favorito porque marcó mi infancia), los cuentos de Hans Christian Andersen? ¿Habrán... leído? La idea de que los cuentos de hadas son rosas viene, sospecho, de Disney. También de la idea que son para niños (sí, para niños de cero y hasta más de cien años, ridículos) y que todas las cosas para niños tienen que ser rosas en el sentido de bonitas, felices y sin ninguna cosa triste (lo que es, mi opinión una soberana estupidez, porque sólo me hace pensar que consideran a los niños estúpidos). En fin, todas esas campañas de hacer los cuentos de hadas más oscuros o "volver a los cuentos de hadas originales" (considerando que lo que tenemos son recopilaciones que nacieron desde la tradición oral en muchísimos casos...) me matan, lo juro. Parece que acaban de descubrir el hilo negro y no asomarse a una tradición que lleva siglos sobre la tierra. (Y no, se llevan escribiendo reinterpretaciones de los cuentos de hadas desde que el mundo es mundo y si quieren unas muy buenas, recomiendo La cámara sangrienta de Angela Carter).

Ilustración de Gustave Doré

En fin, llegué con interés al libro de Jennifer Donnelly porque, al menos, prometía escribir la historia después de Cenicienta, la historia de las hermanastras y la premisa no se veía mal (además era la lectura de un club de lectura, no iba a decir yo que no) y me gustó la manera en la que empezaba la historia (con el Azar y las parcas, elementos de la fantasía del libro tremendamente desaprovechados en un intento de hacerlo más "realista" creo), además del punto de comienzo para las hermanastras de Cenicienta. Y... ya. El resto del libro se pierde en reivindicar cosas (todavía siendo a la autora gritándome) en vez de contar una historia con esas cosas que pretende reivindicar, desaprovecha todos los elementos fantásticos que mete (con excepción de la Reina de las hadas) y es una gringada suprema.

Personajas fuertes

En mi adolescencia me emocionaba mucho por el prototipo de "personaje feminimo fuerte". Se los juro. Muchísimo. Para mí Hermione Granger fue un antes y un después en mi vida porque yo era igual de ñoña y en ese momento buscaba identificarme con cualquier cosa. Nunca me ha sido muy difícil identificarme con personajes, pero una tan idéntica a mí me encantaba. Y después me siguió pasando con muchos personajes (Hester Shaw de Máquinas Mortales, Momo...). Y luego llegó el boom con Katniss Everdeen y acabé descontenta. Me estaba pasando algo con los personajes femeninos fuertes. No porque haya algo malo con ellas per se; Katniss me parece muy interesante para hablar de salud mental, con todo y que yo deteste a morir la trilogía de Los Juegos del Hambre. El problema es que de repente los personajes femeninos fuertes eran aquellos que entraban en un rol masculino y nada más.

Me explico: personajes fuertes eran las guerreras que daban patadas y reventaban cabezas de la nada en historias con un subtexto que despreciaba abiertamente lo femenino. Me gustan, en cambio, las personajas que van contra esa norma (Elizabeth, en Black Butler, es un ejemplo) y que demuestran que algunas cosas "típicamente masculinas" no están peleadas con otras "típicamente femeninas". O personajes que demuestran que no sólo hay fuerza en la pelea, sino en la inteligencia (¿por qué creen que me gusta Hermione Granger?), en la compasión (Luned, de El fuego verde, de quien hablé tanto la entrada pasada), en el cuidar a otros, en la resiliencia. 

 En el caso de Hermanastra, me resultaba especialmente atrayente Tavi, la otra Hermanastra, apegada a las ciencias y a los libros. Sus ansias de estudio me resultaban maravillosas y los desastres en los que se metía (como el queso maloliente) me hacían sonreír. Una chica a la que le gustaban las matemáticas y quería estudiar en vez de ser una esposa para el resto de su vida. Es algo bonito. Lástima que sus diálogos parecieran exposiciones aburridas de secundaria escritos sin ninguna clase de amor y no tuviera personalidad más allá de eso. Isabelle estaba mucho mejor formada en ese sentido, buscando los pedazos de su corazón. Sin embargo, me decepcionó un poco que acabara finalmente en ese prototipo de personaja que sirve para reventar cabezas cuando durante toda la historia se demostró que además de sus habilidades para la pelea, también era compasiva con los suyos a su manera y era protectora. 

En fin, lo que no me gusta tanto de la historia es el subtexto. Siento que es algo que la autora no supo manejar. Está ahí gritándote constantemente, sin ni intentar usar el lenguaje a su favor para gritarte "¡mira lo feminista que soy! ¡mira lo woke que soy!". No me gusta eso. ¿A mí que? Que bueno que seas woke, oye. Quiero una historia, no que te cuelgues medallas en la frente. Quiero que tu historia me transmita ese mensaje, no que salgas de entre las páginas a tratarme como una lectora pendeja. En fin. Creo que hay pensar a los personajes más allá de la gringada woke, construirlos con cariño para que no acaben hablando como robots de secundaria (de verdad qué tristeza me da Tavi, porque su personaje pudo haber sido entrañable) contestando con desgana a las preguntas del profesor.

Conclusiones y otras cosas

Muy bien, ya no me quiero extender más respecto a la reseña. Creo que lo único que me gustó fue Tanaquil, la Reina de las Hadas (y lo digo con reservas, porque de verdad le busqué cualidades redentoras a este libro, pero de gringada no pasó) porque fue el único elemento de fantasía que me pareció bien aprovechado. El resto quedó diluido en la nada (¡las parcas! ¡Azar! ¡Desaprovechados totalmente!). Los personajes no me parecieron formados muy bien con la excepción de Isabelle (y eso sólo porque a ella se le dedican más páginas).

Ilustración de Gustave Doré

Mi conclusión del libro es que fue una gringada. No hay otra forma en la que yo pueda describirlo. Sentí que los personajes se movían y hacían cosas y hablaban y que el texto me intentaba contar algo, pero de lejos y de repente salía la autora a tratarme como si no fuera suficientemente lista para entender su subtexto. Y eso, miren, yo no lo aguanto. 

¿Recomedarlo? O sea, sinceramente no, pero si les gustan las cosas basadas en cuentos de hadas es probable que igual les guste y yo no voy a detenerlos de que lo intenten. Cada libro tiene su público. Total. Nos vemos en la siguiente reseña.

viernes, 11 de marzo de 2016

La más densa tiniebla, Antonio Malpica | Fotoreseña

"Deja de comprar libros infantiles, me salen más caros y no te duran nada"
―Mi mamá

Sinopsis: ¿Qué orilló a Karen a pararse en el borde del viejo pozo frente a la casa del señor Ander a pesar de todo lo que se decía de él? Que tenía pacto con el diablo… Que en realidad era un espectro… Que su casa conducía al inframundo… Cuando Karen resbaló al interior, supo que nadie la había visto caer y que jamás sería encontrada. Por eso lloró desconsoladamente. Entonces escuchó que alguien le hablaba desde la oscuridad. “Sólo tienes dos opciones: vivir o morir”, dijo la voz de ultratumba. A partir de ese momento, Karen será llevada a un inquietante mundo donde la tenebrosa imaginación del señor Ander le mostrará que el mayor terror de todos surge siempre del lugar menos pensado.

La más densa Tiniebla, como ya había dicho yo por allí, es sólo una excusa para reinventar algunos de los cuentos de Hans Christian Andersen y aquí aparece desde la princesa que sintió un chicharo debajo de doce colchones y el patito feo que en esta historia no es un patito. Y el libro es una excusa tan buena para reinventar cuentos clásicos que es un trabajo excepcional. La historia sigue a Karen y al señor Ander después de que Karen caiga al pozo que está cerca de la casa donde ella y su familia pasan las vacaciones. Cuando Karen cae, el señor Ander le dice que tiene la elección más fácil de su vida puesto que sólo tiene dos opciones: o vivir o morir.

La verdad es que este libro sería muy poco sin sus ilustraciones, las ilustraciones mantienen el ritmo, le dan un toque mucho más perverso a algunos cuentos y le dan al libro la fuerza que necesita. Me gustaría ponerles aquí todas las ilustraciones en foto pero tampoco se trata de dejarlos sin nada para cuando lo vayan a leer: las sorpresas tienen que prevalecer. Así que he seleccionado algunas para enseñárselas con la reseña  y que vean la preciosidad de libro que editó el Naranjo (no, no me patrocinan, ya me gustaría a mí). El trabajo de ilustración lo realizó Joaquín Aragón, sin el cual el libro definitivamente no sería lo que es.

Finalmente, he de decir que, pese a lo corto de esta reseña, recomiendo el libro a todos aquellos amantes de los cuentos clásicos que quieran una reinvención, todo hay que decirlo, mil veces retorcida, de estos. Muy recomendado, sobre todo si les gustan los libros infantiles. Y recuerden que los libros infantiles, aunque se llamen infantiles, no tienen edad.







viernes, 10 de julio de 2015

Todas las hadas del reino, Laura Gallego (#LCHaditas) | Reseña

ADVERTENCIA: Esta reseña contiene spoilers por todas partes (los spoilers mayores irán marcados, como siempre). El que avisa no es traidor. Claro que si no has leído el libro y no te interesa spoilearte de lo lindo puedes visitar mi reseña de Todas las hadas del reino sin spoilers en PlusbitsMx.

Sinopsis: Un nuevo cuento de hadas protagonizado por un personaje tradicionalmente secundario; el hada madrina. Una novela ambientada en un mundo de fantasía, que evoca a los cuentos clásicos de siempre, pero al mismo tiempo plantea un ahistoria diferente repleta de magia, aventuras e intrigas. Camelia es un hada que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable.

Okey, ¿qué tenemos aquí? Un cuento de hadas moderno, más o menos. Por primera vez, la protagonista de la aventura es el hada madrina y no sus ahijados que tienen que hacer hasta cosas imposibles para tener un final feliz. Admito que la premisa (como casi todas las de los libros de Laura) es interesante y sí me dio ganas de leer el libro. Sin embargo, después de no haberme convencido completamente con Donde los árboles cantan y El libro de los portales (reseña pendiente de publicar), no me animaba. Sin embargo, se organizó una lectura conjunta desde Rapsodia Literaria y Entre letras y café, así que me animé. Sólo fuimos cuatro personas, pero definitivamente me entretuve y pude contrastar opiniones con más gente. 

Así que, al analizar el libro, me di cuenta de que extraño las tramas más simples de Laura. El problema con este libro y con El libro de los portales es precisamente la cantidad de personajes inútiles que tienen merodeando por sus páginas. De hecho, los tres primeros capítulos la pasamos conociendo a un set de personajes que nunca habremos de volver a ver, exceptuando, por supuesto, a Camelia. Los demás ahijados son completamente prescindibles y, debido a que su historia jamás tiene un desenlace propiamente dicho, Laura podría haber cortado todas sus páginas; prácticamente, no aportan nada al libro

Además, al ser el resto de los personajes planos, no logré conectar con nadie en ningún momento. Básicamente me resbalaba si Camelia se moría, si no se moría o si alguien le desfiguraba la cara con una motosierra. No me importaban en lo más mínimo, ni para bien, ni para mal. En fin, los personajes me daban igual: Camelia, Simón, Ren, Rosaura, las demás hadas... Completamente igual.

Ahora, sobre el sentido común de Camelia. ¡¿DÓNDE CARAJOS ESTÁ?! Que ya sé que estamos en un cuento de hadas, pero creí que para ese entonces habrían empezado a darse cuenta de que obligar a la gente a casarse (como a su ahijado el que necesita esposa) o encerrar a la gente en torres no soluciona los problemas, ni crea finales felices. En serio, es que ya ni las telenovelas malas al estilo de la maldita lisiada... 


En fin, la trama, hablemos de la trama: había llegado yo a más del 40% del libro y todavía no veía el núcleo real de la historia. Veía a los ahijados de Camelia, a Simón con su amor por la princesa Asteria, a Ren que iba y venía y a relleno inútil por todas partes. Al final, Ren es útil, Rosaura un poco también y Magnolia nos muestra que le pasa a las hadas que se corrompen, pero el resto de los ahijados nos ofrece subtramas inútiles, que al final ni siquiera cierran (como ya dije) y sólo están haciendo bulto en lo que pretendía ser el núcleo de la historia. Al final, parecía que la historia era tan simple como resolver la queste de la princesa Asteria (la que no quería casarse), pero, como toda telenovela barata, se sacó un plot twist forzado, poco explicado y al que le faltó desarrollo. En vez de todo el relleno que tuve que soportar, se podría haber desarrollado eso de una mejor manera

SPOILERS GRANDES COMO UNA CASA

Ahora, cuando llegamos más o menos a ese plot twist, en el que Simón se da cuenta de que Ren los ha traicionado a todos y deja de confiar en Camelia (porque claro, dejas de confiar en el hada que ha hecho todo por ti, que normal; ha ignorado sus celos por ti y ahí estás tú...), Camelia sufre una transformación que la deja más o menos así: 


No, no es una broma. Literalmente se convierte en Maléfica, con rasgos de Rumpelstiltskin, por los guiños a los cuentos que hay. En serio, uno siente que está viendo la película de Maleficent y que lo único que falta es ver a Angelina Jolie. Originalidad se fue a saltar de un puente, porque realmente de original, la segunda parte del libro no tiene nada hasta el final.


FIN DE SPOILERS

Ahora, pasemos a otro tema: las referencias a los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, Perrault, y demás: son más de las normalmente aceptables por párrafo. De hecho, en twitter propuse un drinking game: 


Si alguien lo hace, le juro que acaba en coma etílico. Firmado ante notario, si quieren. Realmente, el libro está saturado de referencias a cuentos: La bella y la bestia, Hansel y Gretel, Rumpelstiltskin, La bella durmiente del bosque, Blancanieves, la Cenicienta, Rapunzel, Las hadas, Pulgarcito, El flautista de Hamelin, Barba azul, Los cuatro hermanos ingeniosos, Seis amigos alrededor del mundo, Falada, el caballo prodigioso, el de los cisnes, el de la hermana blanca y la hermana negra... Y esos son sólo de los que me acuerdo en este momento.

En serio. Como siempre, lo que le falla a Laura Gallego es precisamente la ejecución. Partiendo de una buena premisa lo convierte todo en una telenovela, con plot twists que serían interesantes de estar más desarrollados, un final apresurado, absurdo y con OOC en sus propios personajes. Realmente me hubiera gustado ver un desenlace mucho más sólido, con los personajes mejor situados, pero en vez de eso me tocaron unos capítulos de "apaga y vámonos que todo se nos hizo tarde". Y listo.

¿Recomendando? Si eres muy fanático de los cuentos de hadas a lo mejor y te gusta, deberías probar. Si no, me temo que es un libro prescindible y inútil en la mayoría de los casos.


SPOILERS DE LO QUE ME HUBIERA GUSTADO VER AL FINAL

La reacción de Felicia al darse cuenta de que quemaron a su hada madrina, pues se menciona que todo se hizo a sus espaldas. Creo que, visto así, Camelia fue su figura maternal, y hasta que Felicia no empezó a desear independencia, fue la persona que la cuidó. Me imagino que eso abrirá una brecha enorme con sus padres, que nunca se recuperarán del todo de la pérdida de su hija. No la conocen de la manera en que Camelia la conocía y eso va a sufrir estragos en su relación.

Qué ocurre, aunque sea de manera lejana, cuando se dan cuenta de que las hadas les han dado la espalda. Muchas cosas van a colapsar, sobre todo porque, como vemos en algunos de los ahijados de Camelia, usan a las hadas madrinas para cumplir sus caprichos y no realmente sus finales felices. Probablemente culpen al Rey Simón de eso, y todo el sistema político económico explote y el reino de Laura Gallego se convierta en Westeros 2.0. Una perspectiva preciosa.

Definitivamente, no a Ren y a Camelia en modo insta-love. Quizá sólo una insinuación de que podría haber ocurrido en el futuro. Pero no lo que pasó.

FIN DE LOS SPOILERS Y LA RESEÑA

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