Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 11 de marzo de 2017

Corazón de Tinta, Cornelia Funke | Reseña

Sinopsis: Quiénes son de verdad Dedo Polvoriento, Capricornio o Lengua de Brujo lo sabrá la joven Meggie por las respuestas que encuentre en un viejo pueblo de las montañas de Liguria... y también en un libro. Cuando Mo, el padre de Meggie, saluda a un extraño visitante que aparece en su casa, la niña siente que aquella persona emana un peligro, quizá una gran amenaza contra su padre... y entonces huyen al sur, a la casa de tía Elinor, propietaria de una de las más fascinantes bibliotecas que uno pueda imaginar. Meggie descubrirá que los forasteros que misteriosamente aparecen y desaparecen, como aquel visitante nocturno, llaman a su padre Lengua de Brujo, ya que tiene el don de dar vida a los personajes de los libros cuando lee en voz alta.

Cornelia Funke ha sido siempre, y será siempre, uno de mis referentes cuando hablamos de literatura fantástica. ¿Saben por qué empecé a leer este libro? Por el amor a los libros que emanaba de él. Luego Cornelia no lo hizo tan bien en los dos siguientes, pero Corazón de tinta tiene un lugar especiar en mi corazón, junto con Dedo Polvoriento (por guapo) y casi todos los personajes. Me gustan todos los personajes, casi, excepto Capricornio y su madre, con esos dos no puedo. Además, el escritor de Corazón de Tinta me vuelve loco, un idiota que nunca le ha puesto nombre a un personaje femenino y que creó un mundo donde las mujeres no podían aprender a escribir o a leer y le pareció todo bien (en serio: nunca soporté a ese hombre). Pero gracias a Dios en Corazón de Tinta no estamos en ese mundo, sino en Europa, en un pueblo alejado del mundo y luego en la casa de la Tía Elinor, que es muy estricta pero tiene demasiados libros. Y si alguien ama a los libros es Meggie y su papá. 

Dedo Polvoriento era guapo
Meggie es una de las pocas personas que ama la lectura, pero no recuerda haber oído nunca a su papá leer en voz alta. Pero por alguna razón, le dicen Lengua de Brujo. Y es que su papá tiene un poder por el cual nunca lee nada en voz alta: puede sacar a las personas de sus libros, a los tesoros, puede sacar animales. Cuando estaba más pequeña, me fascinaba ese poder, ¿quién no querría sacar a las mejores cosas de los libros? Sin embargo, los libros de Cornelia Funke me hicieron cambiar de opinión: todo estaba muy bien en donde estaba. Porque Mo no elige nunca lo que va a sacar: puede salir la princesa o el dragón, el héroe o el villano. Y además, es una crueldad arrancar a la mayoría de las personas de su mundo para lanzarlas a uno donde probablemente no entiendan nada; son pocos a los que les va bien: Farid, uno de los 40 ladrones, se reforma y se salva, pero Dedo Polvoriento no puede esperar a volver, aunque Mo no puede regresar a las personas a sus libros.


Y claro, el escritor se muere por ir y conocer su mundo, aunque no se imagina lo difícil y lo complicado que lo hizo. Pero bueno, estamos hablando de sacar cosas de los libros y de como Cornelia Funke nos cuenta de que no es un poder tan increíble como parece y además nos enreda en una historia fantástica como nunca antes he visto. Cornelia usualmente bebe de la mitología de Europa del Este y de los países nórdinos, también de la Alemana. Y a veces simplemente tiene una imaginación demasiado potente que se inventa todas sus criaturas fantásticas y sus problemas. Funke es de esas escritoras que te da un librazo en la cara justo cuando empiezas, porque cuando el libro empieza los personajes ya están en medio del lío y ni siquiera lo sabían. Y escribe a ritmo vertiginoso: no hay momento donde no esté pasando, por pequeño que sea y aunque tú no tengas ni idea de que tiene que ver para la trama principal. Parece que Funke se enreda, pero no, te enreda a ti, mientras ella escribe... y escribe... y escribe. Al final, todas las tramas se hilan y viene el final. A veces queda mejor que nunca y a veces te preguntas qué demonios pasó allí. Corazón de tinta tiene uno de esos finales en los que, definitivamente, acabas satisfecho con casi todo y que deja puertas abiertas a más tramas porque, bueno, quedan dos libros que hay que leer

No sé que más decirle, salvo que si quieren leer fantástica juvenil, Cornelia Funke es siempre un referente y una opción. Además si le pones tweets en inglés sobre tus personajes favoritos te los contesta aunque estés fangirleando y básicamente no tengas coherencia. Se me hace una persona muy agradable y me encantaría que alguna vez en la vida viniera a México a presentar algo para ir corriendo a saludarla. Además, Cornelia no es sólo autora, es también ilustradora e ilustra sus propios libros. Corazón te tinta tiene una pequeña ilustración al final de casi todos los capítulos que es preciosa y nunca me cansaré de agradecerle al Fondo de Cultura que haya sacado la edición económica en México, porque de haberlos comprado con Siruela, jamás en la vida hubiera podido pagar. (Aquí es cuando las editoriales se dan cuenta de que la lectura y la cultura debería ser accesible y no carísima, ¿verdad?). 


Bueno, sin más que decirles en realidad, los dejo para que vayan, corran y disfruten de los libros de Cornelia Funke. ¡Pero ya!