Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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sábado, 11 de julio de 2020

El debate de la piratería y el acceso a productos culturales

Reducir el debate de la piratería a que "la piratería es una elección" y que la gente que piratea lo hace por ser muy mala me parece una simplificación muy absurda dentro del capitalismo. Y me van a perdonar, pero es lo que todos hacen en tuiter. Los últimos días he visto correr en mi TL argumentos de que la piratería siempre es un robo, falacias, generalizaciones y una tremenda defensa al sistema editorial que no entiendo por qué sucede de parte de los mismos escritores. ¿Por qué querríamos defender a los monopolios editoriales que no permiten otras formas de pensar en la publicación? Pero bueno, sobre eso, más adelante. La verdad es que hay muchas razones para piratear productos culturales pero casi todas, en mi experiencia, terminan y empiezan con la situación económica de una persona y el difícil acceso a la cultura o a textos académicos. 

Los debates suelen dar vueltas alrededor de las publicaciones de ficción, pero pocas veces tocan el ámbito académico (donde los libros no los pueden comprar ni los mismos profesores, que viven de fotocopias y dejan fotocopias para sus estudiantes). Tampoco nadie toca a las elecciones que hacen las editoriales: quién publica, qué libro cruza el charco, por qué el precio que tiene el libro es ese, quién se lleva las ganancias en realidad, etc. Entonces me gustaría empezar este ensayo hablando del mercado editorial y de cómo la cultura, como todo lo demás, es una mercancía en el capitalismo.

Las mesas de novedades y la lectura como producto

La cultura ha sido siempre en China patrimonio e los terratenientes e inaccesible a los campesinos.
Mao Tse-Tung.

El capitalismo nos ha convencido de que el conocimiento, la cultura y el entretenimiento son todos un producto por el que hay que pagar. No es cosa sólo del mercado editorial: se ve en los clichés de que la "educación privada es mejor" porque pagas con ella, los altos precios que ponen los teatros a los que solo va la élite (contra los proyectos comunitarios más accesibles), el elitismo que existe respecto a los musicales (y el hecho que de grabaciones como la de Hamilton sean la excepción y no la norma), etc. Como todos jugamos dentro del capitalismo, hacerlo todo más accesible suele reportarle ganancias a la gente. Ya pueden ver a Netflix, que fue de las primeras plataformas de streaming (ahora, el problema es que con mil pues volvemos al que nadie puede pagar nada y todo el mundo vuelve a los torrents, pero ese es otro tema para otra ocasión). Con los libros es lo mismo. ¿Puedes comprarlos? Qué chido. Hay quien va tan lejos como para asegurarte que la lectura nos hace mejores personas (mentira cochina, hay muchos cabrones muy leídos). ¿Publicas? Felicidades, eres uno de los elegidos.

Les voy a romper un mito: escribir no va de talento. Va de hábito. Y de posibilidades. Lo veo como escritora. Decía Gloria Anzaldúa en Una carta a escritoras tercermundistas que nos olvidáramos del cuarto propio. Quienes lo tienen tienen casa grande, quién les limpie, la vida resuelta económicamente (hombres y mujeres, aunque siempre los primeros son mayoría).

Olvídate del "cuarto propio" (c) -escribe en la cocina, enciérrate en el baño. Escribe en el autobús o mientras haces fila en el Departamento de Beneficio Social o en el trabajo durante la comida, entre dormir y estar despierta. Yo escribo hasta sentada en el excusado. No hay tiempos extendidos con la máquina de escribir a menos que seas rica o tengas un patrocinador (puede ser que ni tengas una máquina de escribir). Mientras lavas los pisos o la ropa escucha las palabras cantando en tu cuerpo. Cuando estés deprimida, enojada, herida, cuando la compasión y el amor te posean. Cuando no puedas hacer nada más que escribir.

Entonces, quienes tienen más probabilidades de terminar un manuscrito y pueden mandarlo a una editorial para su valoración ya son los que tienen ciertas condiciones. Y el publicar es un premio. Sólo unos pocos "talentos" pueden hacerlo. No es talento. Es una chinga, pero nadie nació sabiendo escribir. La tienen más fácil unos que otros y los que la tienen más fácil para escribir pueden llegar más fácil a las mesas de novedades donde para mantener su lugar tiene que demostrar que son rentables. Los libros que no lo son regresan a los almacenes, muchos acaban destruidos. Así como me parece un despropósito cuando se hace con los cultivos (¡las papas en Estados Unidos!) me parece un despropósito con los libros (novelas, ensayos, académicos), pero así funciona el capitalismo.

El sistema hace que los mismos autores sean tan protectores de sus libros (mi libro es antisistema, pero yo lo protejo como si quisiera que me pagaran por cada lectura, me encantaría decir que no pasa, pero sí). Quizá ya cobraron todo su adelanto por la primera edición, pero una reedición depende de vender. A estas alturas ya no se trata del arte, la literatura o el conocimiento, ni creo que haya ya allí nada altruista: es vender. Finalmente, todo es un producto, ¿no? 


Las mesas de novedades que alguien decidió cómo acomodar, donde un montón de libros se pelean por sobresalir y un montón de gente ve los precios y se queda con las ganas. Las mismas cosas ocurren con los sistemas de autopublicación: en Amazon tienes que sobresalir o nada. ¿Tienes una historia que hay que pagar para leer en Wattpad? Hay que sobresalir, saber hacer marketing, ya no se trata de si la escribiste porque escribir es como respirar para ti (mi caso), se trata de convertirte en tu propio agente del marketing. Es el capitalismo y, por supuesto, el valor de los autores se define en oferta y demanda.

Vale la pena preguntarse lo siguiente: ¿quién es quien realmente gana en todo este proceso de publicación? Los grandes monopolios editoriales y libreros (Planeta, PRH, Librerías Gandhi, Amazon), los best-sellers que venden los derechos para que adapten sus obras (Rowling, sin ir más lejos). A mí defender empresarios y millonarios se me da muy mal. ¿Qué hace que un libro sea best seller? No es su calidad, se los aseguro. ¿Qué logra que un libro cruce el charco, en cualquier dirección? ¿Nos tenemos que quedar con las ganas porque el *mercado* tiene ganas? Desde el principio todo el sistema está MAL, ¿por qué defenderlo? Quejarse de los precios abusivos de los libros y la inaccesibilidad y de las malas condiciones de escritores, maquetadores y editores son dos argumentos que pueden coexistir.

¿Se puede pensar más allá del capitalismo? ¿Del copyright? Quiero creer que sí. Y creo que parte de ello empieza poniendo el foco del problema en el sistema y no en la gente que piratea. Ahora sí, vamos para allá.

Las "alternativas": bibliotecas, archivos y plataformas digitales

En contra de la actual tendencia a restringir el acceso a los saberes, pensamos que el interés común de autores y editores está en dar a conocer lo que escriben y publican.
Proyecto de la Editorial Traficantes de Sueños

En el debate sobre los libros pirata pasan dos cosas: se pone el foco directamente sobre las personas que lo hacen, como si el problema fueran ellas y no el sistema y se grita que "hay alternativas". ¿Las hay? ¿Cuáles son?

Siempre se menciona a las bibliotecas. Vamos a poner un ejemplo personal. Vivo en la periferia de una ciudad enorme. Lo que quiere decir que vivo y no vivo en la ciudad. La biblioteca de la colonia apenas tiene libros y apenas tiene presupuesto y, como muchas otras, no tiene préstamo a domicilio. La Red Nacional de Bibliotecas de México está en abandono total y continúo. Por suerte, existe el milagro de la Biblioteca Vasconselos (para mí). Afiliación gratuita (siempre y cuando tengas una línea telefónica fija y facilidades para que alguien la conteste en horas de trabajo), tres libros cada tres semanas. Cuarenta minutos de ida, cuarenta minutos de vuelta. Está en el "norte", como yo, lo que significa que está cerca. Pero requiere poder moverse, tener tiempo, etcétera, etcétera. Sobre muchas cosas de las bibliotecas públicas (en México) pueden leer a Verónica Juárez Campos o el twitter de Ale QH. Dejando de lado la red, aquí no todas son públicas y en aquellas privadas que cobran cuota para el préstamo de libros, el perfil de los asistentes responde a un perfil económico. Como quien dice, no todo el grueso del proletariado tiene acceso aún cuando hay bibliotecas.

¿Y qué pasa cuando no hay? ¿Cuántos piensan en las bibliotecas en el ámbito rural? Los debates suelen estar centrados siempre en lo urbano. Es fácil decir que "no hay más que ir a la biblioteca" cuando uno vive en un lugar donde hay una y está bien surtida y tiene presupuesto para compra de libros y no es tratada sólo como almacén. O en un país donde la red de bibliotecas funciona y los prestamos interbibliotecarios funcionan. No es el caso para todos y creo que, desde el principio, hay que asumir que no todos tienen acceso a las alternativas.


¿Qué pasa con alternativas digitales? Hay proyectos que ofrecen libros sin derechos de autor gratuitos. El Proyecto Gutenberg, sin ir más lejos es uno de ellos. "¡Los clásicos no tienen derechos y se distribuyen gratuitamente!" Cierto y falso. A la vez. Las traducciones recientes sí que tienen y a veces nos enfrentamos a la brecha del idioma. Existen otros proyectos que creen en la distribución gratuita de los libros digitales. Está, por ejemplo, el sello editorial del CCU Tlatelolco, que libera libros gratuitos. La editorial Traficantes de sueños apuesta por la liberación gratuita de sus libros en digital y los físicos pueden fotocopiarse enteros. Si quieres. No son caros, además. (Pero, como todo el resto, juegan dentro del capitalismo, lo que son las cosas). Existen otros proyectos como openlibrary y archive.org, que son bibliotecas con préstamos de libros digitales (escaneados, muchos de ellos descatalogados, pero aún con derechos) y aun con toda la accesibilidad que permiten, tienen la mayor parte de su material en inglés. ¿Qué ocurre con la brecha del idioma? ¿Quiénes pueden aprender inglés? ¿Por qué?

Hay miles de cosas que nunca se consideran en los debates en internet. Mucha gente asume que todo ocurre por la prisa de leer una novedad (epublibre tiene una veda de seis meses para no subir novedades, para prisas, no vamos bien), que la gran mayoría de los lectores son como la comunidad lectora se presenta en internet (muchas veces bilingües). En el debate centrado en España se olvida que las condiciones económicas en latinoamérica son diferentes y aun así, los precios de los libros editados allá que cruzan el charco no cambian; son más baratos los de nuestras editoriales independientes por una razón. Se ignoran los altos impuestos a los libros (Chile, por ejemplo, tiene de los más alto). Más bien convendría recordar la existencia de otras realidades y empezar a hablar con empatía.

En el debate de la piratería se olvida que esta no siempre es digital. Los libros piratas impresos existe y tuve muchos porque esos eran más baratos cuando yo era chica. Recuerden la brecha. Internet podrá ser el mundo real, pero sólo lo es de la gente con acceso a él. La piratería no es sólo de best-sellers, también es de fotocopias de libros descatalogados en los que alguna editorial tiene los derechos, pero no se molesta en publicarlos. También es de libros baratos (piratas) en los tianguis porque es lo único que alguien puede pagar y a lo único que alguien puede acceder. Y por supuesto, estas alternativas arriba mencionadas (que volverán más adelante) no funcionan exactamente en el ámbito académico.

Adendum a 2022: por otro lado, me resulta muy curioso que en un intento por fingir apoyar a las bibliotecas, se use un discurso que dice que leer no es un derecho, ni el ocio es un derecho. Me resulta alienígena porque ese mismo discurso es el que usan las grandes empresas que quieren bloquear la existencia de bibliotecas públicas o de organizaciones sin fines de lucro construyendo bibliotecas. Sólo falta ver que los grupos editoriales más poderosos de los Estados Unidos quieren acabar con una de sus bibliotecas digitales más grandes, la del Internet Archive. No se engañen, las editoriales a las que tanto defienden diciendo que hay bibliotecas también estarían muy felices si no existieran las bibliotecas o el préstamo de libros (no por nada los ebooks se venden con DRM que yo quito religiosamente de todos mis ebooks y hasta hay páginas que te dicen que sí, lo compraste, pero no puedes descargarlo y sólo podrás consultarlo en su link por siempre y si la página se cae seguro no te devuelven tu dinero... Esa fue la Universidad de Madrid, si les interesa saber). 

Además, hay quien se atreve a sugerir que las bibliotecas deberían tener un "módico costo" aka pasarse al privado. No mamar. Si son públicas por algo y de por sí nos cuesta que haya en todos lados. 

"Pasé la universidad con fotocopias": lo académico

Toda obra de arte, todo poema, toda filosofía, toda música surgen de una experiencia común, de la experiencia humana (que es invariablemente común) y por lo tanto, más que a un individuo, todo conocimiento y cultura pertenecen a la humanidad.
[...]
La cultura y el conocimiento no se roban, se expropian.
Manifiesto de la Pirateca

"Yo de lo académico no estaba hablando...", manera magistral de esquivar el tema cuando se atañe a él en los debates sobre piratería. En realidad, es un todo. Insisto que hablar de piratería no sólo tiene que ver con el best-seller de turno, el libro de moda o las novedades. Tiene más que ver con la falta de accesibilidad a los libros (de todo tipo género y cara) que con la terquedad de leer algo en específico (excepciones habrá, como siempre). Pero vamos al tema.


Para si quiera plantearnos por qué piratean los que piratean, también hay que mirar a las fotocopias. Las fotocopiadoras de muchas universidades te sacan libros enteros sin preguntar. ¿Saben lo que cuesta un libro académico? No he comprado muchos en mi vida. Los de matemáticas los heredé (el Baldor, el Granville, el Lehman, el Leithold) o los mismos profesores pasaron el pdf porque ni siquiera ellos los tenían. De física tengo un par. En la época fueron más de mil pesos desenbolsados. ¿Saben lo que cuestan los libros de idiomas? El último de inglés, 960 pesos (fue mi turno de take one for the team, porque los fotocopiábamos enteros). ¿Francés porque claro, estudiar con descuento de estudiante en universidad pública no puede ser caro? Acercándose a los 800 los últimos y no te atrevas a fotocopiarlo porque el mismo centro tenía convenios con quienes los vendían.

No se puede no hablar de lo académico. Si se hacen generalizaciones diciendo que todo aquel que piratee un libro es un ladrón, en las generalizaciones caben grupos enteros de profesores y alumnos que vivieron a base de copias, impresiones de pdfs y quizá una copia en una biblioteca que todo el mundo peleaba. En el caso de los papers el argumento suele cambiar, porque ahí la explotación a los autores suele ser más evidente: a veces pagan porque los publiquen y luego los journals pretenden que les des 20 dólares por leer un paper. A veces funciona mandar un email. A veces no y para eso existe sci-hub.



Y no pretendo tanto "justificar" la piratería (no tanto como hay personas que pretenden justificar el capitalismo, al menos) como explicar de dónde viene. Todos piratean por algo. Y cada que pretenden separar del debate al ámbito de las universidades, preparatorias y en general un montón de estudiantes del proletariado, están ignorando que también la academia hace una criba de quién entra en ella. Esta también es parte importante del debate, no sólo la que hace más ruido en redes. No es comparar "tipos de piratería", sino entender que todos coexisten en el mismo sistema. Ayuda a explotar por qué un sector piratea bajo qué condiciones. Como dije, hay muchas explicaciones a la piratería y todas empiezan y acaban con el capitalismo, nada está muy separado. Quién le pone precio a la cultura, al conocimiento, a las letras, a la creatividad.

El hermano menor de la defensa del acceso desigual: "siempre hay posibilidades"

"Las personas antipiratería están mantiendo un discurso de que siempre hay posibilidades en vez de piratear. No es real. Pero aunque lo fuera, ¿por qué estamos defendiendo el acceso parcial y desigual en vez de lo contrario?", decía ayer un tuit de está cuenta en tuiter. Por supuesto, no siempre hay posibilidades. Por las razones que ustedes quieran. No todos están en nuestros zapatos y hay cosas que siempre se nos olvida considerar. 

Siempre hay posibilidades. Por ejemplo, vamos a hablar de mí:

1. Páginas de suscripción. Como Bookmate o Scribd. Bien, uso ambas. Una por regalo, otra por conseguir 30 días gratis cada vez. Tienen sus limitantes, por supuesto y no son baratas. [Adendum a 2022] Bookmate ha subido su tarifa en estos años, volviéndose un poquito más inaccesible para la banda cada vez. Además, dependen de sistemas operativos en iOS o Android que la mayoría de los lectores de tinta electrónica que muchos miopes no tienen (salvo una o dos excepciones que tampoco son super accesibles en el mercado)... y sí, los miopes dependemos de no fregarnos los ojos.

2. ¡Proyectos como Lektu donde hay cosas gratis o autopublicadas! Maravilloso. Lo he usado. Sigue sin solucionar un acceso desigual. [Adendum a 2022] Además, tendríamos que hablar del acceso desigual a la tecnología y ese tema no les gusta tampoco porque implica abrir el bote de basura donde escondemos el abandono a las bibliotecas, la piratería en físico y las fotocopias.

3. ¿Pero y las bibliotecas? Ya expusimos que la accesibilidad varía. 

3.5 [Adendum a 2022] Por otro lado, las bibliotecas digitales usualmente están limitadas, dependen de acceso a la tecnología y son proyectos que se abandonan. En México podrías usar una biblioteca digital con tu CURP: hoy el proyecto no existe porque lo mataron desde la red. Los monopolios editoriales llevan años atacando a estos proyectos porque a ellos no les importa la legalidad, sino el dinero. El caso del Internet Archive, uno de los archivos y bibliotecas más grandes en internet es muy esclarecedor: compran libros, los escanean, les ponen DRM y los prestan limitadamente (solo una persona puede tener el ejemplar, tal como se haría en una librería física) usando el sistema de préstamos de Adobe (o directamente en línea en su web), un software donde no existe algo que le pueda quitar el DRM a libros en préstamo. Las editoriales llevan años cacareando que esto es piratería (a pesar de que el ejemplar prestado ya las fue pagado) y han conseguido que autores los apoyen porque creen que "pierden dinero". Lo que no quieren es que existan ni las bibliotecas y junto a eso pelea uno cuando dice "es que hay opciones".

4. Está wattpad. No voy a ser cómplice de una página que se hace rica de publicidad con un sistema de suscripción en la que lo autores subimos nuestras cosas gratis (con excepciones en el programa de historias pagadas que habría que ver cuánto paga). Le entro al juego de publicar yo porque entiendo las reglas, pero me niego a nada más. [Adendum a 2022] También no es gratis siempre: si tienes que ver publicidad, no es gratis. Tú eres el producto.

5. ¡Amazon Unlimited! Prefiero mantenerme lejos de Amazon salvo para lo imprescindible. No existirá el consumo ético bajo el capitalismo, pero si no es para leer un libro que sólo está allí o conseguirle uno a alguien, paso. Pero es una posibilidad. 

6. Los libros electrónicos son más baratos. Algunos. No muchos. De nuevo, cuando hay una conversión a pesos desde euros en libros españoles no siempre "barato" es lo mismo en ambos países (con excepciones). Pero algunas editoriales mexicanas independientes realmente hacen un gran trabajo para hacer el acceso a sus libros más barato. 

6. ¡Proyectos gratuitos! ¡Libros gratis! Y se van a ir al cielo al que no creo, pero no solucionan el acceso desigual a la cultura, aunque son proyectos que intentan cerrar la brecha. 

7. [Adendum a 2022] ¡Lugares donde puedes leer gratis como Webtoon! Geniales, los uso. Aunque algunos son engañosos: si te hacen ver publicidad, la gratuitidad no es tal y quien está pagando es otro, tú eres el producto que ve anuncios. De todos modos, siguen sin solucionar un acceso que ya es desigual de fábrica porque es el capitalismo funcionando a la perfección. 

8. [Adendum a 2022] Lugares como NetGalley. ¡Libros a cambio de reseñas! No es gratis, estás cambiando tu trabajo, el de escribir una reseña, por un libro. Hay pago. Hay un costo. Esto es capitalismo. Está muy bien afrontarlo, pero no olvidemos que implica cierta trayectoria, que hay unos idiomas donde es más fácil hacerlo que otros y que los lectores no somos pendejos, no vamos a leer lo primero que nos pongan enfrente como si sólo nos merecieramos lo que quieran darnos.

¿Pero saben algo? Todo eso significa seguir defendiendo el acceso desigual. Decirle a la gente sin dinero que lo que queda para ella son un puñado de libros más económicos o gratuitos o lo que sea que haya disponible en la biblioteca. "Esto es lo que hay para ti", les dicen. "Si quieres acceso a lo otro tienes que trabajar, ahorrar, vivir en el capitalismo". Se quedan a un paso de los que critican en qué se gasta el proletariado su dinero, de los que bajita la mano creen que el entretenimiento no es para el proletariado que no puede pagarlo. El "quien de verdad quiere un libro, ahorra para comprárselo" no está muy lejos de dejar que el capital decida nuestro valor. Al final, y con perdón, me parece que dicen "si eres pobre, pues ya qué, sólo puedes acceder a esto, lo demás está CERRADO" y eso, además de ser el capitalismo funcionando a la perfección, es una barbarie.

El capitalismo hizo esto, no quien piratea.

En vez de buscar alternativas más allá del capitalismo, se queda todo en defenderlo. "No piratees, es robar". ¿Cómo se roba la propiedad intelectual que no deja de pertenecerte? ¿Por qué defender al sistema que explota a los autores, artistas y a todo el sector editorial? Sólo los burgueses con medios de producción sacan ganancia. ¿En serio es tan complicado pensar más allá del capitalismo? Yo no escondo que lo quiero en llamas y quizá ese es mi problema. Le pienso mucho antes que condenar algo mío a él. Respeto a quienes arman proyectos libres (como traficantes de sueños), mucha de mi formación se la debo a proyectos como marxist.org o a carpetas de drive con pdfs escaneados de libros que no encontraba en ningún lado. No me interesa defender a un sistema editorial que condena a todos sus autores a una mesa de novedades, culpa en su mayor parte de los monopolios de librerías, editoriales y amazon. Entiendo por qué los autores lo defienden (viviendo de él, peleando por condiciones mínimamente aceptables), pero quiero mirar un poquito más allá.

Creo que pensar más allá del capitalismo es posible. Aquí nada es una libre elección. Todo parte y vuelve a nuestra clase. Explotado o explotador, finalmente, y entre el proletariado unos menos peor que otros. Quiero pensar más allá de un sistema que nos convenció que sólo unos cuantos son los elegidos, los talentosos podían publicar y que unos cuantos (porque créanme, SOMOS UNOS CUANTOS) podían acceder a los libros comprándolos.

Ya decían Marx y Engels en La ideología alemana
La concentración exclusiva del talento artístico en individuos únicos y la consiguiente supresión de estas dotes en la gran masa es una consecuencia de la división del trabajo (…) en todo caso, en una organización comunista de la sociedad desaparece la inclusión del artista en la limitación local y nacional, que responde pura y únicamente a la división del trabajo, y la inclusión del individuo en este determinado arte, de tal modo que sólo haya exclusivamente pintores, escultores, etc. y ya el nombre mismo expresa con bastante elocuencia la limitación de su desarrollo profesional y su supeditación a la división del trabajo. En una sociedad comunista, no habrá pintores, sino, a lo sumo, hombres que, entre otras cosas, se ocupan también de pintar.

Así que mis conclusiones van a lo siguiente: yo no voy a defender a las empresas ni mucho menos al capitalismo. No voy a jugar el juego de hay posibilidades porque ese juego significa que el acceso sigue siendo desigual y que no cualquiera entra al ruedo de "los que escriben" (refiriéndose a los que publican y lo hacen constantemente). Mucha gente conoce las posibilidades que siempre son mencionadas y las usa. A veces eso no es suficiente. Si van a empezar este debate, empiecen desde la empatía y no pongan el foco donde no (la gente que piratea) cuando en realidad el problema es todo el sistema. El argumento de que los autores (y otros en el medio) se mueren de hambre coexiste con el argumento de que el acceso no debería ser desigual (pero es). Total: capitalismo, de ahí parte todo este desmadre.

Antes de dejar de escribir (gracias si llegaron hasta acá), tengo una pregunta: si no son de México, ¿cómo funcionan las redes de bibliotecas? Si son de México, ¿usan alguna biblioteca? ¿Por qué sí o por qué no? Sólo conozco la situación extensivamente del lugar en dónde estoy, así que cualquier otra cosa es muy interesante.

Gracias por leer. Toda mi formación política (casi) fue gracias a todo el material que está en esta biblioteca de mega (parte uno y parte dos) que yo compilé. Pueden usarla. Si quieren. Es material que en su mayoría, por supuesto, no se consigue en ninguna parte (del sur global).

martes, 9 de julio de 2019

Enigma asiático, Carolin Philipps | Reseña

Sinopsis: Lea es una adolescente adoptada por una pareja de alemanes. Cada vez que oía o veía algo sobre China, su país natal, sentía un vuelco en el corazón. Todo lo de aquel país le resultaba familiar de una manera especial y, sin embargo, muy lejano. Durante años se negó a acercarse a esa cultura, por temor a saber algo origen y, más aún, sobre los motivos por los que fue dada en adopción. Un día, sin embargo, comienza la búsqueda que la llevará hasta la familia biológica y a conocer uno de los episodios más oscuros de la sociedad china contemporánea.

Este libro es tan pero tan malo que me dio rabia. Primero, porque trata de temas que se prestan a la reflexión (racismo, misoginia, infanticidio) y está escrito desde la mirada más blanca posible. En serio, sólo podía pensar a The whites are at it again y no sólo eso, Imperialists are at it again, porque justo tiene una manera de mirar a China que me parece muy desagradable. No es que lo haga remarcando todo lo que es horrible sobre China, no, sino que lo hace desde la idea de que China es algo maravilloso y exótico. No. China es un lugar, donde hay gente. Para esto, realmente prefiero leer a Amy Tan, que con todo y su bias sobre China, habla de esa cultura como se habla de cualquier otra. No es rara (decir que es rara implicaría que hay algo "normal" y estamos hablando de ¡culturas!, pero claro, el mundo occidental quiere imponer lo suyo como normal y ni siquiera en lo occidental las culturas son homogéneas) ni es éxotica. Es. Tiene diferentes costumbres y diferentes maneras de ver la vida. Por el contrario, Carolin Philipps refuerza la idea de China como una lejana tierra exótica (en la que los campesinos viven en el atraso y eso es El Mal, porque que flojera pararse a ver las condiciones de vida en China y por qué las creencias de los campesinos son las que son, sean buenas, malas o nada de eso) y casi parece que alaba que se occidentalice. ¿Y eso es algo bueno? Es algo que ocurre, y ya (usualmente de mano con el imperialismo, pero bueno, ocurre).  En fin, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.


El libro aborda el tema del infanticidio en China. Cuando la política del hijo único, miles de familias deseaban tener hijOs. Con o. En masculino. Los infanticidios de niñas aumentaron, mujeres eran presionadas para olvidarse de sus hijas y presionadas para tener hijos (ya, como si la decisión dependiera de ellos). Por supuesto, cuando salió la política probablemente les pasó por la cabeza que habría resistencia (en China tener muchos hijos era de buena suerte), pero no la cantidad de infanticidios. Todavía, a pesar de que intensas campañas que se habían hecho por la emancipación de la mujer (pueden ver los testimonios en La mitad del cielo), había muchos contextos en los que las mujeres seguían siendo vistas como inferiores. Se aborda ese problema en un ensayo que leí hace poco que viene en Sisterhood is powerful: China es enorme y el trabajo que debía hacerse para conscientizar a todas las personas era enorme igualmente, por lo que mientras en algunos lugares se hablaba ya de la colectivización de la crianza y de las labores domésticas, en otros apenas se estaba hablando de que las mujeres no eran seres inferiores a los hombres. Entonces, pues sí, el problema de los infanticidios (en los que el sexo y el género tenían todo que ver) fue algo que afloró. No sólo eso: la trata de niños aumentó (se ofrecían bebés en venta a extranjeros en algunos casos). Habiendo explicado yo este contexto, hablemos del libro: Lea es una joven China adoptada a la que sus padres le contaron que la adoptaron en un orfanato. Después de que su padre le de unas respuestas vagas cuando ella escribe un artículo sobre los guerreros de terracota y sea demasiado obvio que hay cosas que no le está contando, empieza su curiosidad por descubrir de dónde viene y quienes fueron sus padres biológicos. Creo que saben hacia dónde va la cosa, ¿no?


En fin, la primera vez que sale el tema de los infanticidios en China en el periódico escolar donde trabaja Lea, afloran un montón de actitudes racistas contra ella (porque claro, sus compañeros medio racistas la ven china y aunque sea alemana le echan la culpa). Una cosa positiva del libro (mínimamente, tampoco para echar cohetes) es que el chico que llevó el tema al periódico después publicó uno sobre los buzones para bebés abandonados instalados en Alemania, para demostrar que no era algo exclusivo de China. Y bueno, que existan los buzones para bebés es algo horrible que NO DEBERÍA EXISTIR porque para empezar lo que debería existir son condiciones para que las mujeres puedan decidir ser madres, lo cual involucra educación sexual, acceso a métodos anticonceptivos, aborto, que existan guarderías o, de otro modo, que la crianza sea colectiva y no recaiga sobre las mujeres, etc. Lo que me parece positivo es que justamente ese personaje vuelve sobre sus pasos al ver lo que causó su primer artículo y la ola de racismo que se empezó a extender (cuando, claramente, el foco no está ahí). ¿Cómo trata la autora a China? Ese es otro asunto.


Ya mencioné arriba que la trata como una tierra exótica, rara, alejada de lo normal, no como una cultura y civilización como cualquier otra (anda que no todas tienen mierda escondida). ¿POR QUÉ NO PODEMOS DEJAR DE MOSTRAR TODO LO QUE NOS RESULTA AJENO COMO EXÓTICO? Por otro lado, es de esos libros que critica la opresión a la mujer en el patio del vecino y no ve la suya. Muy literalmente. Eso me pasó cuando fui a India. A ver, vamos a explicar algo rápido: la misoginia y la opresión a la mujer se manifiestan diferente en contextos diferentes, pero están presentes en prácticamente todas las sociedades de clases. Cuando viví en la India, estudiando becada, mucha gente me preguntaba cómo podía vivir siendo tan machista la sociedad. Pero ah, cuando llegué me encontré con que no es que fuera más o menos machista (no tengo un ranking de dónde están menos oprimidas las mujeres, perdón), sino que la misoginia se manifestaba muy diferente y más bien variaba. Y lo mismo pasa con China y con cualquier cultura que conozcan. Entonces Philipps ve lo que pasa en el patio del vecino y no voltea a mirar al propio nunca (lo cual, si pasara, creo que mejoraría el libro, porque justamente resaltaría cómo la opresión se manifiesta diferente en contextos diferentes). Resulta chocante, un poco.

Ahora, al tema que me atañe: hay un poquito del libro entre la propaganda anticomunista. Al principio creí que eran mis ideas, pero luego llegué a la página 99 y descubrí que no. Vean este fragmento: 
Mientras comían sopa de codorniz y rollitos primavera, el señor Li les contó que hasta 1968 había sido profesor de historia antigua de China. Entonces llegó al Revolución Cultural y con ella el odio de los comunistas hacia todos los profesionistas. Médicos, maestros, profesores, todos eran sospechosos porque por su profesión acostumbraban pensar demasiado.
—La gente que piensa siempre es considerada una amenaza en los países no democráticos. No fue diferente con Hitler —añadió el padre de Lea.

Alta ahí la comparación de un régimen fascista con uno comunista. Pero antes de meterme a eso (porque obviamente tiene una agenda mencionar a Mao junto a Hitler, como si fueran cada uno lo mismo y no hubieran escrito de política con enfoques totalmente contrarios), voy a buscar algo que escribió/dijo Mao en Contra el culto a los libros:
Si usted no ha investigado un problema, se le priva del derecho a opinar sobre él. ¿Es esto demasiado brutal? No, en lo más mínimo. Puesto que no ha investigado el estado actual del problema ni sus antecedentes, e ignora su esencia, cualquier opinión que exprese al respecto no pasará de ser un disparate. Decir disparates, como todo el mundo sabe, no resuelve nada; así, ¿qué habría de injusto en privarlo del derecho a opinar? Muchos camaradas no hacen más que lanzar disparates con los ojos cerrados; esto es una vergüenza para un comunista. ¿Cómo puede un comunista decir tonterías con los ojos cerrados?
¡Inadmisible!
¡Inadmisible!
¡Hay que investigar!
¡No decir disparates!
Por supuesto, el investigar requiere pensar, reflexionar. Y no es sólo leer, debatir sobre un problema ayuda a reforzar nuestros argumentos y conocer otras posturas. Este es un tema que también es un tema que se aborda en La mitad del cielo, donde se habla de cómo se animaba el debate en las escuelas y en las comunidades durante el apogeo de la revolución cultural. O sea, tanto así como "estaba prohibido pensar" pues no. Y ojo, que la Revolución Cultural igual no fue perfecta e igual e cometieron errores, pero oigan, hay que criticar bien, no con frases del tamaño "es que con Hitler era lo mismo", "no se podía pensar". Y ya, cierro mi caso con eso. Voy a otro tema (que mira que un libro de menos de 150 páginas me hace rantear con ganas).


Por otro lado, la prosa es... plana, se puede atisbar cierto interés aleccionador (que a estas alturas no cabe en libros para jóvenes, sino que yo considero más interesante el que los textos abran debate) más que un interés literario de contar una historia sobre la cual se debata. Los personajes tienen un poco de evolución (Luca y Lea en especial), pero aún así siento que podrían estar mejor desarrollados y que la historia tiene un muy mal ritmo y que este va a trompicones y como puede. O sea, dejemos en que odié este libro y que no lo recomiendo, pero que si lo quieren leer los animo a hacer una lectura crítica de él.