Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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jueves, 9 de julio de 2020

Como caracol..., Alaíde Ventura Medina | Reseña

Sinopsis: Muchas familias guardan secretos, cosas de las que nadie quiere hablar. Julieta supone que hace mucho tiempo ocurrió algo entre su mamá y su abuela que terminó por separarlas. Un día, Julieta decide conocer mejor a su abuela, Mariana. Cada momento se convertirá en un regalo y de la mano se acompañarán a sobrellevar de manera digna la enfermedad de Mariana, el Alzheimer.

Como caracol... fue ganador del premio Gran Angular de la editorial SM en México y desde entonces le había puesto los ojos encima. Moría por leer este libro y pude hacerlo en scribd con una cosa que me dio dos meses gratis (porque la app en sí me parece muy cara y no me gustan la mitad de sus glitchs...; no les puedo decir funcionalidades). Lo leí en un día. Me pegué a él. Tiene mucho que ver con que la escritura de Alaíde Ventura me parece que invita mucho a la lectura, pero también porque la primera frase describe a mi mamá. 
A mi mamá no le gustaba nada. No era grosera ni le hacía el feo a las cosas, no, pero nunca la vi emocionarse. Si hubiera tenido frente a sus ojos el primer cuadro impresionista pintado por un mono clonado, había comentado: "Está bien". No tenía comida favorita, no escuchaba música y la noche antes de su cumpleaños dormía con la tranquilidad de quien no espera nada del día siguiente.
La única diferencia entre la mamá de Julieta y la mía es que la mía sí tiene comida favorita (quesadillas). Su cumpleaños le da igual, no tiene película favorita, ni ama nada con pasión (y no entiende a quién lo hace) y es práctica a rabiar. Me llevo muy bien con ella. A veces platico con otras morras y me doy cuenta que eso es raro. La maternidad, sobre todo en el contexto en el que vivo, está llena de dificultades, de errores, de heridas que tardan en sanar. No vengo a hablar de eso, pero soy plenamente consciente de eso: soy un caso raro. Tiene que ver con que soy su única hija (como no lo soy del otro lado de la familia) y hemos aprendido a vivir juntas. Además mi mamá tiene opiniones muy fuertes sobre la maternidad: "si los niños no quieren saludar, que no saluden, con una chingada", "ni se te ocurra aplastarle la cara en el pastel a mi hija, te dijo que no" (por siempre agradecida), "decirle al niño que no lo vas a querer es puro chantaje" (y lo desprecia muy fuerte, muy), "si la niña dice que no quiere ir a la escuela, es por algo", "si no te gusta la pareja de tu hijo/a, pero hay respeto, no te metes", "si la niña no se quiere quedar a dormir en casa ajena, NO se va a quedar a dormir en casa ajena" (salvo en emergencias), "si la niñA quiere una espada, le compras la espada en vez de la muñeca", "TE DIJO QUE NO" (a los besos, abrazos, contacto físico indeseado). Eso me ha marcado para siempre, ya sé. 

A mi mamá le gusta esta foto porque acabé la universidad
Me estoy extendiendo, pero ya viene por qué este libro me atrapó: Julieta y su mamá no se llevan bien. Y salvo algunas diferencias menores, la mía es igualita a la suya. Así que leer una relación tan diferente a lo que estoy acostumbrada era algo que me llamaba muchísimo la atención. Segunda cosa: habla muy profundo sobre tener abuelos. Para mí leer historias de abuelos es hacer turismo emocional y me interesa mucho. Me voy a oír muy insensible pero NO ENTIENDO LO QUE ES TENER ABUELOS. De mis abuelos me quedan fotos. Curiosidades. El cuerpo de mi abuela paterna (para chingar). La biblioteca comunista de mi abuelo paterno (qué bendición). Las creencias de mi abuela materna (que son las de mi mamá, aunque mi mamá es un poco más liberal). De mi abuelo paterno es del que menos, porque murió muy joven, pero mi mamá habla dos cosas de él: nunca tomó alcohol y a pesar de trabajar turnos de doce horas siempre se paró los domingos a hacer el desayuno para siete hijos y su esposa. Sus nombres. Y nada más. No tengo ninguna conexión sentimental con la idea de tener abuelos, es algo alien para mí y es algo que tampoco deseo porque no sé de qué chingados me perdí. (Cosas de tener papás muy grandes). 

Entonces la relación entre Mariana y Julieta era algo muy interesante. Me encantaba. El personaje de Mariana es super complejo y ver su relación con toda la familia era muy interesante. Habla además de los cuidados y aborda a vejez. En otra de las opiniones fuertes de mi mamá: "cada quien se hace viejo como quiere y puede". (Ella renunció a buscar trabajo después de ser liquidada de una empresa que desapareció en los noventas para cuidar a su mamá enferma antes de morir y luego ya nunca consiguió por un embarazo de alto altísimo riesgo). (No le digan que ando ventilando la vida de la familia, por favor; aunque en realidad no se saben más que detalles salteados porque soy bien privada). Entre las ideas de mi mamá está que cada quien tiene derecho a enfrentar su muerte con dignidad y en eso se parece mucho a Mariana, quien está enferma de Alzheimer (NO ES SPOILER SI ESTÁ EN LA CONTRAPORTADA, MAIGOS). Mariana para mí representa que la gente sí puede cambiar y enmendar sus errores. La relación de Mariana con su hija es algo también muy interesado, retratado de manera muy realista. (Y es que entre familias pasan tantas cosas que difícilmente algo va a entrar en el terreno de lo "no-realista"). 


Como caracol... es una novela bellísima. Sobre la identidad, el llevar la casa a cuestas, conocerse a través de los otros, el perdón, los cuidados. En las palabras de Julieta hay un amor tremendo por su familia, en su narración se puede ver. Pero como en todas las relaciones familiares hay tristezas, frustraciones y problemas. El jurado del Gran Angular se rifó al elegir esta historia como ganadora y Alaíde Ventura se rifó al escribirla. 

Otra cosa que quiero reconocer es lo maravillosa que es la atmósfera de Veracruz. No sé que tengo con las escritoras veracruzanas que siempre me gustan (¡aunque no conozco ahí!). Hay una clara diferencia entre las partes del libro que transcurren en Veracruz y las partes que transcurren en la Ciudad de México. Esa diferencia me encanta, le da una profundidad muy interesante al libro. Y ya, yo me quedé con poco que agregar, pero de verdad les recomiendo este libro (además es un libro que tiene estrellita de todas las beforas de Librosb4tipos que lo han leído, esa no es una mala recomendación, es algo muy difícil de lograr). Ya saben, lo consiguen en SM y si no, está en Scribd (espero que pronto esté en Bookmate también). El premio Gran Angular es uno de los más importantes para la LIJ, especialmente aquí. Suelen tener trabajos muy interesantes y sorprenderme para bien (no siempre pasa porque se sane que mis estándares son horrendos). Me hace muy feliz que una historia como esta haya encontrado su hogar en este premio.

Si quieren leerla en Scribd, aquí les regalo dos meses gratis (tienen que acordarse de cancelar). Solo le tienen que picar en el link. En serio, ¡léanla


Si lo leen algún día, cuéntenme qué les pareció. Me encantaría oírlos/leerlos. Por cierto, les comparto uno de los diálogos de Mariana sobre el amor. (La quiero mucho y este en especial se me quedó muy hondo).
—No es tibio, no puede ser tibio. Tiene que ser arrebatador. Te tiene que quitar el hambre, el sueño, las ganas de morir. Si hay que analizarlo, mejor no pierdas tu tiempo, Julieta, eso no es nada. Si es tibio, no es amor, entiéndelo: es nada.