Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain
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domingo, 5 de febrero de 2017

Los puntos y coma existen (y el agua moja)

Ya había empezado esto hace como siete meses, antes de irme y que todo se fuera a la chingada en mi blog un rato, como siempre pasa en algún punto del año, pero hasta hoy no había decidido ponerme en serio de nuevo con el proyecto. No es la primera vez que enseño a puntuar: tienen ya tutoriales para usar la raya, también conocida como guión largo, en los diálogos, las comillas angulares y las comas, parte 1, parte 2 y parte 3. Así que hoy vamos con una de las cosas que dicen es de lo más difícil a la hora de aprender a puntuar: el punto y coma. Sí, este es todo mi trabajo altruista para que aprendan a puntuar y porque me contengo a la hora de lanzar libros a la cabeza de la gente que no sabe escribir (básicamente porque si se los lanzo menos aprenderían). Bueno, antes de empezar, la obligada advertencia para navegantes.


ADVERTENCIA PARA NAVEGANTES: No soy una experta, no trabajo en la RAE y puedo tener errores. Resulta que con todo y con mi pose de maestra que pongo en estas entradas, sólo soy una loca que se leyó media Ortografía de la RAE para aprender a escribir a falta de mejores maestros.  

Ahora sí, ¡empecemos!


Los puntos y coma son muy sencillos, en serio. No tienen ningún uso demasiado raro ni miles de millones de casos como las comas. Sólo que tienen un problema: casi todos sus usos se pueden sustituir por otros y eso es lo que hace que la gente los olvide, crea que son difíciles o símple y sencillamente no los use. Lo entiendo, pero lo difícil no es aprender a usar puntos y comas, vaya, sino decidir cuándo usarlos (¿recuerdan? Casi todos sus malditos usos se sustituyen por otros). Ahora sí, empecemos por el principio, como quien dice y aprendamos a usar los puntos y comas. (No es necesario que les diga que, de menos, deben tener alguna idea mínima de donde demonios van las comas y los puntos y seguidos, ¿no?)

Como siempre, mi fuente es la Ortografía de la RAE, que se puede consultar en línea para los interesados. 

¿Cómo define la RAE el punto y coma? Literalmente como «una pausa mayor que la que da una coma, pero menor que la de un punto». Sus palabras exactas no son esas, pero ya van agarrando la idea, ¿no? Y luego, antes de enumerar sus usos, la Ortografía de la RAE tiene el descaro de decirte que es el signo de puntuación que «presenta mayor grado de subjetividad en su empleo». ¿Lo ven? Les juro que lo difícil no es aprender sus usos rápidamente, sino que todo se sustituye por otra cosa y hacemos que caiga en el olvido. O que mucha gente, por la subjetividad del mal, lo usa donde de veras no va. Bueno, vayamos a los usos.


El primero, más fácil y obvio es la separación de enumeraciones compuestas. Nosotros ya sabemos que las enumeraciones se separan con comas y que, en el último elemento, omitimos la coma en pos de la conjunción. ¿Ajá? Bueno, si no lo sabían están recordando. Enumeramos así: «Me gusta la sandía, la papaya, el kiwi y el plátano». Todo fácil. ¿Pero que para con las enumeraciones compuestas, donde los elementos ya tienen comas? Pongamos que queremos enumerar lo siguiente:

1. «sandía, que es roja»
2. «papaya, que es color naranja»
3. «kiwi, que es color verde»
4. «plátano, que es color amarillo»

¿Cómo le hacemos? Muy bien, como los elementos simples ya tienen comas, la enumeración esta vez estará separada por puntos y comas. Veamos el ejemplo: 
Me gusta la sandía, que es roja; la papaya, que es color naranja; el kiwi, que es color verde; y el plátano, que es color amarillo.
Si, es correcto con el punto y coma justo antes de la «y». Pero como yo personalmente odio como luce en ese caso, la RAE dice que en el último elemento de la enumeración, donde hay una conjunción, también puede usarse una coma. ¿Recuerdan esa regla en la que las comas nunca van antes de conjunciones, salvo excepciones y casos especiales? Bueno, la enumeración compuesta es una de ellas. ¿Lo ven? Las comas son más raras. Bueno, bueno, veamos como queda con coma:
Me gusta la sandía, que es roja; la papaya, que es color naranja; el kiwi, que es color verde, y el plátano, que es color amarillo.
Nada del otro mundo, de momento. Veamos otros ejemplos:
Cada grupo irá por un lado diferente: el primero, por la izquierda; el segundo, por la derecha; el tercero, de frente.
Se dieron cita el presidente ejecutivo, Francisco Ruiz; el consejero delegado, Pedro García; el vocal, Antonio Sánchez; y el secretario general, Juan González.
Y eso es todo con las enumeraciones compuestas. Recuerden, para poder usar el punto y coma así, los elementos de la enumeración ya deben tener comas que impidan el uso de una simple coma.


Vamos al segundo uso. Usamos el punto y coma para separar oraciones sintácticamente independientes ―donde ninguna es suborninada de la otra―, pero que tienen estrecha relación. Es decir, las oraciones en sí no están conectadas por nada ―una no explica un elemento de la otra, por ejemplo― más que de manera semántica. Aquí unos ejemplos:
Era necesario que el hospital permaneciese abierto toda la noche; hubo que establecer turnos.
Todo el mundo a casa; ya no hay nada más que hacer.
Todo parecía hermoso; el viento me acariciaba el rostro y el sol me iluminaba mis pasos.
Podemos ver que las oraciones están relacionadas y por eso usamos punto y coma. Es cierto que también pudimos haber usado punto y seguido, pero si el vínculo entre las oraciones es fuerte, en general, se prefiere al punto y coma. Como vemos, el punto y seguido puede sustituir este uso y casi nada pasaría: haríamos más pausas. Y ya.

Ahora vamos con el tercer uso, otro que también se puede sustituir. Resulta que cuando tenemos alguno de los siguientes conectores «pero», «mas», «aunque», «sin embargo», «por tanto», «por consiguiente» (o cualquier conector adversativo, concesivo o consecutivo) nos enseñaron que antes de esos conectores ponemos una coma (espero, que al menos alguien se los haya enseñado). Bueno, si la oración que encabeza tiene cierta longitud (o sea, es larga pero no tan larga), ponemos un unto y coma antes de los conectores.

Aquí un ejemplo:
Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que el entrenador esperaba.
Si la oración que encabeza es corta, mejor usamos la coma:
Vendrá, pero más tarde.
Y si es muy larga, mejor el punto y seguido:
Este año han sido muy escasos los días en que ha llovido desde que se sembraron los campos. Por consiguiente, lo esperable es que haya malas cosechas y que los agricultores se vean obligados a solicitar ayudas gubernamentales.
¿Quién mide? Nuestra subjetividad. Nosotros decidimos al final. Obviamente si la oración ocupa más de dos renglones, pues mejor un punto y si tiene dos palabras, mejor una coma. Para todos los demás casos, les recomiendo que le hagan caso a su intuición. La práctica les dirá como va la cosa. Y si, eso es todo, en serio. No hay más usos del punto y coma que sean relevantes (hay uno más, pero ya está un poco descontinuado y no vale la pena que les caliente la cabeza con ello).