Sinopsis: Punkzilla, un
adolescente de catorce años que acaba de desertar de Buckner, una
academia militar, tiene como misión atravesar los Estados Unidos para
encontrarse con su hermano enfermo de cáncer. La trama se desarrolla
entre moteles de mala muerte, estaciones de autobuses y paseos en
carretera. Una impactante novela construida con las cartas que Punkzilla
escribe a su hermano a lo largo del viaje en el que el protagonista
intentará encontrar su identidad al mismo tiempo que conocerá a
peculiares personajes que lo acompañarán hasta llegar a su destino.
Creí
que este libro no me iba a encantar. La curiosidad por él me empezó en
febrero, cuando oí a un compañero recomendárselo a varias personas en
una feria del libro. Luego me olvidé de él por un tiempo, porque no era
un libro que planeara comprar realmente, hasta que empezó la FILIJ. Ahí lo leí, porque se presentó la oportunidad. Para este entonces, ya me había spoileado el libro entero (advertencia,
si alguna vez son staff de feria del libro, acostúmbrense a la idea de
que muchos libros se los van a spoilear de cabo a rabo), pero aún así
quería ver qué demonios tenía para ofrecer. Un compañero había dicho que
le recordaba lejanamente a la generación beat, pero para jóvenes. Y sí.
me recuerda a eso. También me recuerda un poco a la forma de narrar de
Holden Caulfield en El guardián en el centeno (un libro que yo
personalmente amo, porque lo leí con todo el slang en inglés y porque
empatice con el irritante de Holden, pero que entiendo que muchas
personas se les hace pesado), sólo que con menos cosas irritantes en
cuestión de protagonista. Pero bueno, vamos a hablar por partes de la
novela
En una reseña en goodreads, leí que este libro era la prueba de que el YA no había abandonado a los chicos, que nunca los iba a abandonar.
Hay una extraña tendencia a creer que el YA de hoy en día se dirige
sólo a las chicas y no. En la entrada pasada ya ahondé como la
literatura no es para chicas o para chicos, sino que es para todos. Y
este libro, sobre todo, presenta la masculinidad y a los jóvenes, algo
increíble. Punkzilla es un adolescente de catorce años que huyó de un
colegio militar, que critica duramente a Bush y a lo conservador de su
padre (y de su familia en general). Va en busca de su hermano enfermo,
que salió del closet hace años y huyó de casa, que escribe obras de
teatro y vive en Memphis con su novio. Mientras va viajando, de Portland a donde está su hermano, escribe cartas.
La
historia, pues, nos llega a través de las cartas que Punkzilla le
escribe a su hermano, con su particular forma de escribir, los hechos
que decide narrarnos y, lo que adivino que es mucho slang. Adivino
porque si algo hizo a este libro es la traducción. Donde El guardián en
el centeno pierde, para mí, parte de su encanto (la traducción que
empecé a leer nunca fue de mis favoritas y me hizo buscar el libro en
inglés), este la gana. La traducción del libro en español, publicado por
el Fondo de Cultura Económica, corrió a cargo de la escritora Raquel
Castro (a quien en este blog recordamos por Ojos llenos de sombra)
y es una traducción que hizo al libro. Es preciosa. Se puede notar es
esfuerzo de mantener la voz de los personajes, a la vez que el esfuerzo
por traducirlo para, sobre todo, la juventud mexicana.
Raquel Castro, traductora |
Entremezcladas
con las cartas de Punkzilla, hay algunas respuestas de su hermano y
algunas cartas del pasado, de sus padres o su otro hermano mientras está
en la academia militar. Hay una, escrita por el protagonista, mientras
aun está interno, dirigida a su madre, que me encanta. Escribe la carta y
vomita todo lo que siente en ella y al final dice que la acaba de
releer, que no la va a enviar, que antes la quema. Como si no quisiera
reconocerse vulnerable ante su madre, pero es algo que los lectores
podemos ver, esa vulnerabilidad tan obvia de Punkzilla, por más que se
quiera hacer el fuerte mientras cruza el país y huye de su casa y se
enoja porque se ve como chica y lo ven como chica y repite que le dicen
Punkzilla. Esa parte del libro me encantó, porque es además un rasgo que
se va repitiendo escondido por las cartas, mientras cuenta su ineptitud
en la escuela militar y le pide a su hermano que no se muera.
Además,
en el libro hay una obvia crítica a las escuelas militares en los
Estados Unidos, lo que les hace a los jóvenes y lo que representa. Hay
una crítica a los gobiernos conservadores y, en general, a las familias
conservadoras. Hay un resentimiento muy grande cuando el protagonista se
refiere a su familia, porque lo mandaron a una escuela militar para
"corregirlo" y porque practicamente obligaron a su hermano a huir de su casa.
La verdad Punkzilla es un libro que recomiendo mucho, de verdad. Me gustó mucho más de lo que esperaba, porque en un principio, ni la portada ni la presentación me llamaban la atención (hasta que oí a alguien recomendarlo). Así que por eso, también quiero recomendárselos a ustedes. Es un libro juvenil con estilo fresco, que ofrece una historia increíble y quizá pueda ser incluso considerado un coming-of-age narrado de manera increíble. No se lo pierdan. Es uno de los títulos de la colección A través del espejo del Fondo de Cultura Económica, la colección que le está apostando a la literatura juvenil.