Sinopsis: Mi madre me llamó Onyesonwu. Significa: ¿Quién
teme a la muerte? Un buen nombre. Nací hace veinte años en tiempos
difíciles. Irónicamente, crecí muy lejos de todos los asesinatos…
En
el África postapocalíptica, el mundo ha cambiado de muchas maneras.
Pero en una región, el genocidio tribal sigue asolando la tierra. Una
mujer que ha sobrevivido la aniquilación de su pueblo y su propia
violación vaga por el desierto buscando la muerte. En vez de
encontrarla, da luz a una niña color de arena. Al crecer,
Onyesonwu entiende que está marcada por la violencia de su concepción.
Pero además comienza a manifestar señales de poseer una magia única, y
durante una visita al reino de los espíritus se entera de algo
trepidante: un ser muy poderoso la quiere asesinar. Su destino mágico y
su naturaleza rebelde la llevan a un viaje en el que se enfrentará con
la naturaleza, la tradición, la historia, el amor verdadero, los
misterios de su cultura y la razón por la cual recibió su aterrador y
poderoso nombre.
APAGA Y VÁMONOS, MEJOR LIBRO QUE HE LEÍDO. Fin de la reseña. Vale, no, no es el final, pero sí creo que este libro es muy bueno, muy interesante y muy hermoso. Para los asiduos a mi blog, ya sabrán que suele gustarme mucho como escribe Nnedi Okorafor (Akata Witch, Kabu-Kabu y Binti) y que ¡este mes la estamos leyendo en Libros b4 Tipos! (literalmente, lo puse en la entrada pasada). Gracias a ello, Océano nos mandó ejemplares de este libro, Quién teme a la muerte (aunque estamos leyendo Binti) del que están haciendo la #LCOcéano. Luego sí me preocupa que cuando me mandan algo o cuando recibo libros directo de la editorial (poco frecuente, la verdad) crean que voy a hablar maravillas, pero luego también recuerdo que soy brutalmente honesta y tengo estándares imposibles de alcanzar, entonces bueno, confíen en mí: este es un buen libro. ¿Por qué? Bueno, eso planeo explicarlo en una larguísima reseña que toca varios puntos sobre la historia.
A pesar de que la historia se sitúa muy al futuro, en lo que que antiguamente fue el Reino de Sudán, la inspiración es muy actual. Dice la Wikipedia sobre el conflicto de Darfur:
Es un conflicto de corte racial (y no religioso, como en la Segunda Guerra Civil en Sudán, entre cuyas consecuencias estuvo el referéndum que permitió la independencia de Sudán del Sur) entre árabes y negros. En el marco del conflicto, se ha usado la violencia sexual como arma de guerra y como ataque sistemático contra la población negra (para realizar "una limpieza étnica", que sí, es así de horrible como suena). La situación la explica mejor este artículo del Washington Post, si es que leen en inglés: We Want To Make a Light Baby. Si no, acá un párrafo del mismo artículo, traducido por mí (no soy traductora, tampoco confíen ciegamente en mí) que da una introducción al tema:
Sobre ello versa Quién teme a la muerte. Onyesonwu es una hija ewu de una mujer Okeke (de piel oscura) violada por un hombre Nuru (de piel clara). Su origen define como la miran los Okekes y los Nurus, como piensan de ella. En el libro, se dice que los ewu son hijos de la violencia (y, como tal, están predestinados a ella). El libro desafía esta historia múltiples veces, habla de las víctimas fuera de su papel de víctimas (lo cual es precioso). La madre de Onyesonwu sí está y no está definida por la manera en la que Onyesonwu fue concebida. No es sólo eso. Me gusta la manera en la que Nnedi Okorafor se acerca a la historia y cómo no deja que la violencia y el horror sea lo único que defina a los personajes.
Fueron mis personajes favoritos por mucho. Su desarrollo me gusta mucho y su evolución también. No son los únicos con una gran construcción y desarrollo: a lo largo de todo el libro, se nota que Nnedi se dio tiempo de darles a sus personajes personalidades, contradicciones, profundidad y motivos. Las amigas de Onyesonwu, Binta, Dita y Luyu también son personajes entrañables, cada una con sus propia personalidad y sus propios pensamientos. Pero por el momento quiero detenerme en Mwita y Onyesonwu. Me gustan mucho, con todas sus contradicciones y defectos. Creo que muestran perfectamente lo difícil de las relaciones humanas y lo difícil que es desaprender los prejuicios. Me gusta el enojo de Onyesonwu al verse apartada por ser mujer o por ser ewu, me identifico con su enojo al ver la injusticia y la entiendo cuando se enoja por nos saber algo (aunque también encuentro bastante acertadas las palabras que le dirige Aro al decirle que nunca podrá comprenderlo todo). Y veo a Mwita y también entiendo sus conflictos, sus ambiciones rotas, la envidia que no sabe cómo enfocar y veo su amor y me sorprenden todas las capas sobre las que está construido un personaje. Ambos son terriblemente complejos. Definidos por su destino y su futuro, pero aún así me encanta la manera en que Nnedi muestra que ambos eligen cómo enfrentar al destino.
Hay una escena de Mwita que les pegaría aquí si no fuera un spoiler como una casa, pero bueno, de él lo que quiero remarcar es que Nnedi nos muestra los prejuicios con los que crece y su manera de afrontarlos, de desaprenderlos y de intentar (aunque no lo logre siempre) ser una mejor versión de sí mismo. Me gustó mucho porque me suelen gustan esa clase de personajes y debo reconocer que lo que lo hizo mejor fue su crecimiento y sus contradicciones. La verdad es que toda la construcción de personajes hace que me quiera parar a aplaudirle a Nnedi. Y también de las relaciones entre ellos: complicadas, difíciles, como todas las relaciones humanas, pero también hermosas. La amistad y el romance en el libro fue algo que me gustó mucho.
Para quien acaso no lo sepa (que lo dudo, estamos en un blog literario) el viaje del héroe es un tipo de arco narrativo que suelen seguir las novelas de literatura fantástica (Harry Potter, por poner un ejemplo o El señor de los anillos), obras de ciencia ficción (Star Wars, sin ir más lejos), historias de aventura y misterio. Este libro no es una excepción a este tipo de arco narrativo (para Carl Jung, el vieja del héroe es componente del subconsciente colectivo) aunque, evidentemente, Nnedi lo adapta a su historia y a sus necesidades. Pero todos los elementos están allí.
La vida cotidiana de Onyesonwu, la llamada a la aventura cuando descubre sus poderes, el rechazo de esta llamada cuando una y otra y otra y otra vez es rechazada como aprendiz por su condición de mujer (algo que juega un papel importante en todo el libro, puesto que en la ciudad en la que vive la protagonista se habla de las tradiciones y del protocolo), el finalmente encontrar un mentor y ahí sí, la aventura, el cruce al otro mundo (que en esta novela es el desierto de Sudán), los amigos y los aliados. El arco narrativo está usado de una manera que a mí se me antoja, de verdad, exquisita. Le da mucha vida y profundidad a la novela. Quien teme a la muerte bebe de la fantasía tradicional y la alimenta con afrofuturismo y con las tradiciones y la magia de Sudán. La mezcla entre lo mágico y lo tecnológico es perfecta dentro de todo el libro y creo que tiene un equilibrio especial.
Quería dejar esto al final. Quería hablar de las mujeres del libro al final. Como ya mencioné, en el libro se junta la magia con lo tradicional, se habla de la violencia a las mujeres y, sobre todo, se habla de su sexualidad. Se habla de la ablación (la mutilación genital femenina), puesto que hoy, uno de los países donde más ocurre en el mundo es, precisamente, Sudán. En los años setentas, Nawal el-Sadaawi hablaba del fenómeno y de esta tradición por la cual se mutila a las mujeres (en el libro La cara desnuda de la mujer árabe) y hablaba, desde el punto de vista médico, de las observaciones que había podido hacer cuando había atendido a inmigrantes sudanesas en egipto. También, en ese libro, era muy clara en que la ablación no era una tradición que hubiera surgido con el Islam, sino que era mucho más antigua.
En el libro, es una tradición que está presente. Es algo normal. Para las niñas, el Rito de los Once es algo por lo que pasan toda su vida en la ciudad de Jawahir. En otras ciudades y pueblos, como en el lugar donde había crecido la madre de Onyesonwu, había sido abolida mucho tiempo atrás. Me gusta que, debido a la manera en que el rito aparece el libro, se cuestionen muchas cosas sobre la sexualidad de las mujeres, la manera en que hay quien cree que es una mutilación que se hace para protegerlas, que hay quien cree que es la única manera de resguardar su honor y el de la familia (porque este, claramente, se encuentra en el himen, ajá, sí, ejem). Además, la sexualidad de las mujeres y su libertad, es algo que en esta historia se une con la magia y me gusta cómo buscan ser libres de las imposiciones sociales.
Les recomiendo el libro. Léanlo. Se le pueden sacar muchísimas cosas: yo estoy segura de que me dejé muchísimas cosas en el tintero. Es una historia muy hermosa sobre la lucha por la libertad y por el cambio. Además, debo mencionar que me sorprendió la traducción al español, que está muy buen hecha por Raquel Castro y Alberto Chimal (para latinoamérica, en España el libro está/será editado por CronoCiFi y traducido por Carla Bataller Estruch, que tradujó Binti y también es maravillosa, me consta).
Es un libro del cual se pueden debatir muchas cosas, como de prácticamente todos los que he leído de Nnedi. Creo que se está convirtiendo lentamente en una de mis escritoras de fantasía (y ciencia ficción) de cabecera porque después de varias buenas lecturas, confío en un libro que traiga su nombre estampado en la autoría. De verdad, léanlo. Es una obra maravillosa y magnífica.
APAGA Y VÁMONOS, MEJOR LIBRO QUE HE LEÍDO. Fin de la reseña. Vale, no, no es el final, pero sí creo que este libro es muy bueno, muy interesante y muy hermoso. Para los asiduos a mi blog, ya sabrán que suele gustarme mucho como escribe Nnedi Okorafor (Akata Witch, Kabu-Kabu y Binti) y que ¡este mes la estamos leyendo en Libros b4 Tipos! (literalmente, lo puse en la entrada pasada). Gracias a ello, Océano nos mandó ejemplares de este libro, Quién teme a la muerte (aunque estamos leyendo Binti) del que están haciendo la #LCOcéano. Luego sí me preocupa que cuando me mandan algo o cuando recibo libros directo de la editorial (poco frecuente, la verdad) crean que voy a hablar maravillas, pero luego también recuerdo que soy brutalmente honesta y tengo estándares imposibles de alcanzar, entonces bueno, confíen en mí: este es un buen libro. ¿Por qué? Bueno, eso planeo explicarlo en una larguísima reseña que toca varios puntos sobre la historia.
La inspiración: el conflicto de Darfur
A pesar de que la historia se sitúa muy al futuro, en lo que que antiguamente fue el Reino de Sudán, la inspiración es muy actual. Dice la Wikipedia sobre el conflicto de Darfur:
es un conflicto militar por causa racial en curso en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, principalmente entre los yanyauid, un grupo de milicianos formados por miembros de las tribus Baggara de los Abbala (criadores de camellos de etnia árabe) y los pueblos de raza negra, no Baggaras y principalmente agricultores.
Mujeres de Darfur |
Las entrevistas con dos docenas de mujeres en los campos, escuelas y centros de salud en dos provicias capitales de Darfur mostraron reportes consistentes acerca de que los Janjaweed llevaban a cabo olas de ataques contra (específicamente) las mujeres negras africanas. Las víctimas (y otros) declararon que las violaciones parecían ser una campaña sistemática para humillas a las mujeres, sus esposos y padres y para hacer más débiles la ascendencial tribal. En Sudán, como en la mayoría de las culturas árabes, la etnia de un niño está lugara a la etnia del padre.
Sobre ello versa Quién teme a la muerte. Onyesonwu es una hija ewu de una mujer Okeke (de piel oscura) violada por un hombre Nuru (de piel clara). Su origen define como la miran los Okekes y los Nurus, como piensan de ella. En el libro, se dice que los ewu son hijos de la violencia (y, como tal, están predestinados a ella). El libro desafía esta historia múltiples veces, habla de las víctimas fuera de su papel de víctimas (lo cual es precioso). La madre de Onyesonwu sí está y no está definida por la manera en la que Onyesonwu fue concebida. No es sólo eso. Me gusta la manera en la que Nnedi Okorafor se acerca a la historia y cómo no deja que la violencia y el horror sea lo único que defina a los personajes.
Mwita y Onyesonwu
Fueron mis personajes favoritos por mucho. Su desarrollo me gusta mucho y su evolución también. No son los únicos con una gran construcción y desarrollo: a lo largo de todo el libro, se nota que Nnedi se dio tiempo de darles a sus personajes personalidades, contradicciones, profundidad y motivos. Las amigas de Onyesonwu, Binta, Dita y Luyu también son personajes entrañables, cada una con sus propia personalidad y sus propios pensamientos. Pero por el momento quiero detenerme en Mwita y Onyesonwu. Me gustan mucho, con todas sus contradicciones y defectos. Creo que muestran perfectamente lo difícil de las relaciones humanas y lo difícil que es desaprender los prejuicios. Me gusta el enojo de Onyesonwu al verse apartada por ser mujer o por ser ewu, me identifico con su enojo al ver la injusticia y la entiendo cuando se enoja por nos saber algo (aunque también encuentro bastante acertadas las palabras que le dirige Aro al decirle que nunca podrá comprenderlo todo). Y veo a Mwita y también entiendo sus conflictos, sus ambiciones rotas, la envidia que no sabe cómo enfocar y veo su amor y me sorprenden todas las capas sobre las que está construido un personaje. Ambos son terriblemente complejos. Definidos por su destino y su futuro, pero aún así me encanta la manera en que Nnedi muestra que ambos eligen cómo enfrentar al destino.
Hay una escena de Mwita que les pegaría aquí si no fuera un spoiler como una casa, pero bueno, de él lo que quiero remarcar es que Nnedi nos muestra los prejuicios con los que crece y su manera de afrontarlos, de desaprenderlos y de intentar (aunque no lo logre siempre) ser una mejor versión de sí mismo. Me gustó mucho porque me suelen gustan esa clase de personajes y debo reconocer que lo que lo hizo mejor fue su crecimiento y sus contradicciones. La verdad es que toda la construcción de personajes hace que me quiera parar a aplaudirle a Nnedi. Y también de las relaciones entre ellos: complicadas, difíciles, como todas las relaciones humanas, pero también hermosas. La amistad y el romance en el libro fue algo que me gustó mucho.
El viaje del héroe
Para quien acaso no lo sepa (que lo dudo, estamos en un blog literario) el viaje del héroe es un tipo de arco narrativo que suelen seguir las novelas de literatura fantástica (Harry Potter, por poner un ejemplo o El señor de los anillos), obras de ciencia ficción (Star Wars, sin ir más lejos), historias de aventura y misterio. Este libro no es una excepción a este tipo de arco narrativo (para Carl Jung, el vieja del héroe es componente del subconsciente colectivo) aunque, evidentemente, Nnedi lo adapta a su historia y a sus necesidades. Pero todos los elementos están allí.
La vida cotidiana de Onyesonwu, la llamada a la aventura cuando descubre sus poderes, el rechazo de esta llamada cuando una y otra y otra y otra vez es rechazada como aprendiz por su condición de mujer (algo que juega un papel importante en todo el libro, puesto que en la ciudad en la que vive la protagonista se habla de las tradiciones y del protocolo), el finalmente encontrar un mentor y ahí sí, la aventura, el cruce al otro mundo (que en esta novela es el desierto de Sudán), los amigos y los aliados. El arco narrativo está usado de una manera que a mí se me antoja, de verdad, exquisita. Le da mucha vida y profundidad a la novela. Quien teme a la muerte bebe de la fantasía tradicional y la alimenta con afrofuturismo y con las tradiciones y la magia de Sudán. La mezcla entre lo mágico y lo tecnológico es perfecta dentro de todo el libro y creo que tiene un equilibrio especial.
La vida de las mujeres
Quería dejar esto al final. Quería hablar de las mujeres del libro al final. Como ya mencioné, en el libro se junta la magia con lo tradicional, se habla de la violencia a las mujeres y, sobre todo, se habla de su sexualidad. Se habla de la ablación (la mutilación genital femenina), puesto que hoy, uno de los países donde más ocurre en el mundo es, precisamente, Sudán. En los años setentas, Nawal el-Sadaawi hablaba del fenómeno y de esta tradición por la cual se mutila a las mujeres (en el libro La cara desnuda de la mujer árabe) y hablaba, desde el punto de vista médico, de las observaciones que había podido hacer cuando había atendido a inmigrantes sudanesas en egipto. También, en ese libro, era muy clara en que la ablación no era una tradición que hubiera surgido con el Islam, sino que era mucho más antigua.
En el libro, es una tradición que está presente. Es algo normal. Para las niñas, el Rito de los Once es algo por lo que pasan toda su vida en la ciudad de Jawahir. En otras ciudades y pueblos, como en el lugar donde había crecido la madre de Onyesonwu, había sido abolida mucho tiempo atrás. Me gusta que, debido a la manera en que el rito aparece el libro, se cuestionen muchas cosas sobre la sexualidad de las mujeres, la manera en que hay quien cree que es una mutilación que se hace para protegerlas, que hay quien cree que es la única manera de resguardar su honor y el de la familia (porque este, claramente, se encuentra en el himen, ajá, sí, ejem). Además, la sexualidad de las mujeres y su libertad, es algo que en esta historia se une con la magia y me gusta cómo buscan ser libres de las imposiciones sociales.
En conclusión
Les recomiendo el libro. Léanlo. Se le pueden sacar muchísimas cosas: yo estoy segura de que me dejé muchísimas cosas en el tintero. Es una historia muy hermosa sobre la lucha por la libertad y por el cambio. Además, debo mencionar que me sorprendió la traducción al español, que está muy buen hecha por Raquel Castro y Alberto Chimal (para latinoamérica, en España el libro está/será editado por CronoCiFi y traducido por Carla Bataller Estruch, que tradujó Binti y también es maravillosa, me consta).
Es un libro del cual se pueden debatir muchas cosas, como de prácticamente todos los que he leído de Nnedi. Creo que se está convirtiendo lentamente en una de mis escritoras de fantasía (y ciencia ficción) de cabecera porque después de varias buenas lecturas, confío en un libro que traiga su nombre estampado en la autoría. De verdad, léanlo. Es una obra maravillosa y magnífica.