Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

sábado, 25 de febrero de 2017

Cuando mi nostalgia ve películas: Lion

Hace un mes y poco que no estoy en India y ya quiero volver. Meterme en el primer avión y aterrizar en Dehli, visitarla de nuevo, quedarme despierta hasta las tres de la mañana mientras le enseño palabras en español a árabes, oír la música Hindi, volver a Chadigarh y a Punjab (Kharar quizá no), oír el Bhangra en cada esquina y ver a los bailarines punjabis. Es por eso que cuando vi esta película estuve todo el rato diciendo «yo conozco esto», «yo estuve en un tren como ese», «mira, ¡un otto!», «¡oh, el dios x!». Y eso que Saroo y yo no teníamos mucha India en común. Él era de un lugar llamado Ganesh Talai (como el dios), en un estado que nunca visité (porque nunca se me hizo ir a Kahurajo) Madhya Pradesh (al sur de Rajastán, estado que sí visité cuando fui a Jaipur, y al sur de Uttar Pradesh, el estado de Agra y Greater Noida) y viajó hasta Calcuta, Bengala, completamente al este, en un tren, alejándose cada vez más de su casa, al quedarse encerrado en un tren. Aun así, siento que mi nostalgia ayudó, porque al ver la película, India ya no sólo me parece una tierra exótica, sino que es un país del que fui residente y en donde estudié; la entiendo un poco más, en lo bueno y en lo malo. Y es por eso que la historia de Saroo me gustó tanto, quizá. Entiendo un poco más de la India (pero no mucho, porque India es un país increíblemente multicultural, lleno de dioses, religiones y templos). Pero ahora, vamos a dejar de hablar de mí, porque esta no es exactamente una entrada acerca de mí y vamos a hablar de Saroo, su vida y la película que le hicieron a su vida.

Saroo Brierley es un hombre de negocios australiano que nació en Khandwa, Madhya Pradesh, en un vecindario llamado Ganesh Talai y un día se perdió hasta llegar a Calculta, donde fue reportado como niño perdido y enviado a un hogar para huérfanos. Allí, después de que no pudieran encontrar a nadie de su familia, fue adoptado por una pareja de Australianos que vivían en Tasmania, esa pequeña isla al sur de Australia. Ya mayor, usó Google Earth para buscar su casa (sí, de verdad). Siguió las líneas de ten desde Calcula hasta un radio que calculó usando la velocidad promedio de los trenes de la época, para ver si encontraba alguna estación que se pareciera a la estación donde se había subido al tren que lo había llegado a Calcula. Así logró encontrar a su madre y a dos hermanos biológicos a los que ahora visita con frecuencia y escribir un libro.

Este es el verdadero Saroo con su madre biológica

Y este es Saroo con sus dos madres
Esta es la película inspirada en ese libro y es preciosa, no hay más qué decir. Está nominada a varios Óscares y aunque me llama la atención que hayan elegido nominar a Dev Patel a Mejor Actor de Reparto cuando definitivamente él y el pequeño Saroo son las estrellas definitivas de la película. Pero bueno, está es una película acerca de un niño que se pierde en India, está en un lugar desconocido, no entiende el idioma que hablan (pues él habla hindi y no Bengalí) y no sabe como volver a casa. Además, es de una familia muy pobre, su madre no sabe leer ni escribir y trabaja cargando piedras, es obrera. India será muchas cosas (ropa preciosa, templos en todas partes, un montón de religiones, construcciones magníficas, música de bollywood), pero también es el mundo que le tocó a Saroo: el de los niños que te piden dinero y comida y sabes que una vez que les des te seguirán por calles y calles y calles hasta rendirse para ver si le das más; el mundo donde familias enteras (con hijos y todo) trabajan en las construcciones mientras los más privilegiados eligen ignorarlo. Yo vi todo eso en vivo y los que vieron la película, pues casi.


Ya en Australia, Saroo tiene una mejor vida y unos padres que lo adoran, pero aun así, hay algo de su pasado que lo sigue atormentando: su hermano, siempre gritando su nombre mientras lo busca; su madre, buscándolo por todas partes y preguntándose donde está. Es eso lo que finalmente lleva a Saroo a recorrer todas las líneas de tren que salen de Calcula para buscar su hogar, en un intento desesperado por encontrar su casa (y vaya que la encuentra). En serio, vean está película. Ya sé que no se oye de ella como se oye de La La Land (que no he visto) o de Hidden Figures (que es hermosa) o de Moonlight (que debo ver pronto), pero esta película realmente es hermosa. También tiene que ver que mi nostalgia la vio, claro, porque hace apenas un mes y tantos que no estoy en India.


En fin, espero que si la ven, la película les toque la fibra sensible. Y recuerden, India es mucha pobreza y muchos niños de a calle, pero no es sólo eso, India es muchísimas cosas. Pero en esta película, India es un país donde desaparecen 11 niños por hora y a cuatro de ellos se los traga la tierra porque nunca vuelven a aparecer. Saroo es parte de los otros siete, los que si volvieron, sólo que le costó casi veinticinco años volver a la India

2 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Que fuerte, no sabía que habías estado estudiando en la India pero tuvo que ser toda una experiencia. DEsde luego, es un país que me encantaría visitar.
    La película tiene una pinta tremenda y el hecho de que sea una historia real me pone los pelos de punta. Intenté verla varias veces en el cine pero nunca pillamos asiento, a ver cuando me pongo con ella.

    ¡besos!

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    1. Síiii! Estuve cinco meses en la India, fue genial vivir allí. Porque puedes ir de visita y así, pero vivir en India es otra cosa. La película tiene es increíble :) Y de hecho, la historia real, el chico la volvió un libro <3.

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