Pregunta: ¿Por qué leo los libros que leo?
Respuesta: Porque me salió de los bajos fondos.
― Declaración de intenciones.
¿Todas esas películas y series que te cuentan lo maravilloso que es ser gay? ¿Estar rodeado de compañeros modernos en el instituto que te quieren como eres? ¿Padres que te apoyan incondicionalmente?
Todo mentira. La realidad no es esa. Al menos, no la del protagonista de esta historia, que vive un auténtico infierno por culpa de aquellos que no lo aceptan como es.
Pero, cuando las cosas se complican de verdad, conoce a un chico de ciudad con una visión del mundo completamente distinta. Con su ayuda, deberá escoger entre dejarse consumir por las llamas de quienes lo odian o renacer de sus propias cenizas.
Admito que me da un poco de pena reseñar este libro porque lo voy a dejar hecho trizas y me hubiera gustado diferente. Que todas esas reseñas que incluso rayaban la homofobia que decían que que Oscar era tonto por no enfrentarse a sus bullies ―todos los que dicen eso no han sufrido bullying en su vida, espero― ya hicieron lo mismo que yo. La única diferencia es que yo no planeo perder el piso ni desacreditar esta novela por lo que no es o con argumentos hasta anti literarios. Sin embargo, tengo muchas cosas que decir sobre ella y tampoco podía ir por la vida sin decirlas. Así que, como dijo Jack, el destripador ―el chiste malo is alive!―: vamos por partes. He decidido dividir esta reseña en los subtítulos de los tópicos que planeo tocar para que nadie se pierda, de momento.
El apartado técnico (o cómo no puntuar y otras historias)
La puntuación del libro no es un desastre ―no tamaño Besos entre líneas, al menos―, pero sí tiene varios errores. Me he dado cuenta de que mucha gente hace pausas demás y quizá por eso no notan el exceso de comas que ponen, especialmente delante de «y», «e», «ni», «o» y «u». Este libro es uno de ellos que constantemente separa con comas cosas que no, especialmente numeraciones. Las comas sólo van delante o detrás de una de las palabras que puse allá arriba en casos especiales: que haya un vocativo, que haya una aclaración u otro elemento entre comas o, de manera opcional, cuando la primera frase es muy larga y la segunda, ligada a esa misma, cambia de sujeto. A la hora de la verdad, si algo está bien o mal puntuado se descubre cuando lees en voz alta: si haces demasiadas pausas (como cuando yo lo intenté con este libro), le hace falta una revisión y menos comas; si se te acaba el aire, por favor, considera que las comas no son para comer.
Quizá los editores creyeron que este era un libro con ventas seguras (nadie puede negar que Mike Lightwood tiene un chingo y medio de seguidores) y se ahorraron al corrector de estilo mandándolo de vacaciones todo pagado a Hawai. Son puras suposiciones, eh. Pero a este libro le hace falta una buena editada para ser más leíble. Especialmente con el asunto de los chingados paréntesis.
Cada cierto tiempo hay un paréntesis que corta párrafos y oraciones enteras en dos e interrumpe el curso de la lectura. Buscaría ejemplos, pero perdí los tweets y no tengo ganas de escarbar. Pero se hacen a la idea, ¿no? Antes de empezar a meterme con ellos quiero decir que son un recurso completa y absolutamente válido, no una aberración de la maquetación, tampoco un error y mucho menos un horror de la naturaleza. Stephen King usa algo como eso en Carrie, igual cortando oraciones a la mitad. Y es válido, supongo. Pero la diferencia entre como lo hace Stephen King y Mike Lightwood es que el primero no me corta el hilo de lo que estoy leyendo (o sea, puedo seguir leyendo sin tener que regresar a asegurarme de que no leí mal) y el segundo sí (o sea, tengo que regresarme para ver en qué íbamos). Creo que entiendo el punto de los chingados paréntesis: son cosas que Oscar dice en off porque no se atreve casi ni que a pensarlas, pero aún así, cortan el hilo de todo, la inspiración y hasta las ganas de seguir leyendo.
Siguendo con el apartado técnico, debo decir que la prosa es generalmente lo que un montón de intelectuales a los que no les sigo mucho el hilo ―me pierden en el lenguaje académico― es lo que se conocer como prosa pobre o poor prose. Yo más bien a lo que pasa con este libro es que es redundante hasta las chanclas, explica y sobre explica y vuelve a explicar, hace demasiado resumen narrativo y corta escenas para poner más explicaciones. O sea, que con más palabras dice menos en vez de decir más con menos. ¿Se entendió o saco las manzanitas?
Yo le daría una buena revisada, de todos modos.
Si Óscar fuera una mujer, su vida sería un capítulo ―muy cliché― de Lo que callamos las mujeres (TV Azteca) o Mujer, casos de la vida real (Televisa). Lo tiene todo, así que voy a hacer una lista de qué me pareció cada cosa de este asunto, porque es algo que vale la pena tratar.
Quizá los editores creyeron que este era un libro con ventas seguras (nadie puede negar que Mike Lightwood tiene un chingo y medio de seguidores) y se ahorraron al corrector de estilo mandándolo de vacaciones todo pagado a Hawai. Son puras suposiciones, eh. Pero a este libro le hace falta una buena editada para ser más leíble. Especialmente con el asunto de los chingados paréntesis.
Cada cierto tiempo hay un paréntesis que corta párrafos y oraciones enteras en dos e interrumpe el curso de la lectura. Buscaría ejemplos, pero perdí los tweets y no tengo ganas de escarbar. Pero se hacen a la idea, ¿no? Antes de empezar a meterme con ellos quiero decir que son un recurso completa y absolutamente válido, no una aberración de la maquetación, tampoco un error y mucho menos un horror de la naturaleza. Stephen King usa algo como eso en Carrie, igual cortando oraciones a la mitad. Y es válido, supongo. Pero la diferencia entre como lo hace Stephen King y Mike Lightwood es que el primero no me corta el hilo de lo que estoy leyendo (o sea, puedo seguir leyendo sin tener que regresar a asegurarme de que no leí mal) y el segundo sí (o sea, tengo que regresarme para ver en qué íbamos). Creo que entiendo el punto de los chingados paréntesis: son cosas que Oscar dice en off porque no se atreve casi ni que a pensarlas, pero aún así, cortan el hilo de todo, la inspiración y hasta las ganas de seguir leyendo.
Siguendo con el apartado técnico, debo decir que la prosa es generalmente lo que un montón de intelectuales a los que no les sigo mucho el hilo ―me pierden en el lenguaje académico― es lo que se conocer como prosa pobre o poor prose. Yo más bien a lo que pasa con este libro es que es redundante hasta las chanclas, explica y sobre explica y vuelve a explicar, hace demasiado resumen narrativo y corta escenas para poner más explicaciones. O sea, que con más palabras dice menos en vez de decir más con menos. ¿Se entendió o saco las manzanitas?
Yo le daría una buena revisada, de todos modos.
Sobre Óscar, ser gay y el drama de su vida
Si Óscar fuera una mujer, su vida sería un capítulo ―muy cliché― de Lo que callamos las mujeres (TV Azteca) o Mujer, casos de la vida real (Televisa). Lo tiene todo, así que voy a hacer una lista de qué me pareció cada cosa de este asunto, porque es algo que vale la pena tratar.
- Bullying: Bastante creíble (sólo la parte del bullying, nada de las lesiones), aunque por momentos podría parecer exagerada. Pero si les parece exagerado, los invito a revisar las noticias y buscar a todos los adolescentes que se han suicidado por casos como estos. Quizá tú, yo o el vecino podamos opinar que Óscar debe hacerle frente a sus agresores, pero la verdad es que hace falta mucho valor hacerlo (no es por idiota).
- Violencia intrafamiliar: Me resulta insultante. Real, sí. Pero insultante. Para tratar temas de estos más que sensibilidad hay que tener respeto y un poquito de conocimiento del tema. Ya si quieren experiencia (aunque no se lo deseo a nadie). Y, siendo un libro moralista como este libro pretende ser, debería incluir una denuncia bien puesta, cosa que no hace.
- Tímidez, inseguridad y ¿quizá ansiedad?: Vuelven un poco soso al personaje, pero normal y hasta cierto punto realista.
- Autolesiones: Total completa y absoluta falta de sensibilidad, respeto y sinceramente, un desconocimiento total del tema. No vale que a mí me digan que tenían amigos que pasaron por ello y así se les pasó porque esos amigos son casos aislados. Me parece francamente insultante que a Óscar se le pasen a veces como por arte de magia las ganas de cortarse por andar con el novio (no, eso no pasa en el mundo real a largo plazo, chicos) y me parece pésimo que este, como libro con moraleja que pretende ser, no haya ni un triste psicólogo presente al final. ¡Incluso la madre le dice que lo llevará al psicólogo la siguiente vez que lo descubra cortándose! ¡Señora, no es la siguiente! ¡ES AHORA! Esto es como tener un Willow 2.0 y ya saben que casi le lanzo el libro a la cara a Hoban por ser tan pinche insensible.
- Homofobia: Real. Bastante real. Lástima que la prosa no le ayude en nada a mostrar el punto
Supongo que el libro pretendía que yo acabara así. Sí, fracasó. |
El fuego en el que ardo, es, como verán, un festín de drama. Y para escribir drama hay que transmitir sentimientos y hacer que el lector se encoja y lo sienta por los personajes. ¿Saben por qué falló para mí? Porque entre Óscar y el mango que me estaba comiendo hace media hora, el mango tenía más sentimientos y me importaba más. Los personajes que no son los protagonistas son sosos y planos como hojas de papel en su mayoría, además; la madre es La Madre Sumisa (con todo el cliché que ello implica), su padre es El Padre Abusador (está ahí sólo para hacerte enojar como lector, no cumple otro propósito), Fer es El Amigo (sin profundidad, siempre está ahí apoyando a Óscar) y Darío es El Hijo de Puta que no lo Es en el Fondo (cliché incluido).
Conclusiones (o por qué soy masoquista leyendo)
En sí el libro es anodino y las reseñas que ya leyeron por todos lados ya les dijeron todo y yo no quiero repetir porque no ofrecería nada nuevo. La conclusión es que no les recomiendo nada este libro. Y que si este libro es El Libro LGBTI+, mejor apaga y vámonos. Sí, nos falta literatura LGBTI+ y nos falta mucho, pero eso no quiere decir que nos vayamos a conformar con cualquier librito que salga al mercado. Y sí hay muchos libros LGBTI+ por ahí como para andar perdiendo el tiempo con este, como yo. Será que le estoy perdiendo el gusto a las historias de salir del armario y ligar y lo que quiero es un inmortal del siglo LI pansexual con un novio bisexual que persiga aliens... (ah, no perdón, eso es Torchwood); pero bueno, sí quiero historias de ese tipo. Una chava lesbiana que además es bruja, por ejemplo; quiero a un chico gay descubriendo una oscura conspiración de hace mil años, también; quiero a un cazafantasmas pansexual; quiero a un demonio, que sé yo, asexual para variar. Vamos, quiero que las historias del colectivo sean mucho más que historias de salir del armario.
Y si quieren libros LGBTI+ con los que sí perder su tiempo con mucho gusto, aquí les van varios: Carol de Patricia Highsmith (temática lésbica), Two Boys Kissing de David Levithan (temática gay y transexual), Noches de Luna Roja de Sofía Olguín (temática gay), Todos muy sueños, tuyos de Sofía Olguín (temática gay). Hay muchos más, pero lo dejaré allí de momento. El fuego en el que ardo ya tuvo bastante de mi tiempo y sinceramente, no creo dedicarle un segundo más.
¿Te comes al mango que tiene sentimiento y dejas vivo al pobre Óscar? Pobre mango...
ResponderEliminarDejando la (ausente) gracia de lado, he de decir que lo empecé a leer hace poco, pero lo abandoné para estudiar en serio y no tengo ganas de continuarlo. Me llamaba el morbo, cómo no, pero ahora mismo no quiero hacerme sangre.
Como en los aspectos "técnicos" no puedo opinar, sí que suscribo totalmente lo que comentas al final. Se hace (intenta) literatura para dar visibilidad a la comunidad LGTB+, pero no. La cosa no se está planteando nada bien. Es como si, por el mero hecho de que haya parejas heterosexuales, toooda la literatura fuera romántica. Y no. Vamos, es terriblemente absurdo.
Un besín^^
Ni te hagas sangre, no es un libro para sacar tanta y además es anodino como el que más. O sea, ni para odiarlo de veras: ni para eso vale.
EliminarLa cosa no se plantea muy bien, pero bueeeeeno, algo se hace. Espero que las cosas mejoren cuando la gente se aburra de las historias sobre salir del clóset.
Nea.
No he leído el libro y no puedo opinar de él, pero en tus dos últimos párrafos has descrito perfectamente mi opinión sobre el tema. Estoy harta de que todas las obras en las que salga gente LGBT+ vayan sobre lo duro que es serlo y que el mundo es horrible y blablablá, lloremos por favor. Además que me parece un poco una manera de encerrar la temática en un gueto, en plan: los héteros copan todos los géneros y si quieres historias LGTB+ tienes que irte a ese género específico que sólo trata de eso (y siempre de la misma manera), no vaya a ser que nos contamine lo demás.
ResponderEliminarYo lo que quiero es obras de todas las temáticas que lo traten como lo más normal del mundo, que es como debería considerarse. Quiero leer libros juveniles que vayan de una chica trans que descubre un mundo fantástico oculto y derrota a un hechicero maligno, libros policíacos de una agente de la CIA bisexual infiltrada en un grupo terrorista, libros de fantasía en que dos cazadores de demonios sean novios, libros de terror en que una asexual tanga que escapar de una isla maldita llena de fantasmas, libros ci-fi en que una piloto de naves espaciales pansexual explore planetas con su novie científique de género fluido. Y que en todas esas obras lo LGBT+ se trate como lo más natural del mundo, o sea, exactamente como se trataría si los personajes fueran héteros.
Que entiendo la necesidad de etiquetar a esta literatura, pero encerrarla en guetto no le hace un favor a absolutamente nadie. Además que no ayuda a darle variedad. (Y, si te das cuenta, las historias de chicas lesbianas son raras, y las de trans y las de asexuales y las de intersexuales... No, si son los chicos gays los que tienen más representación aquí).
EliminarTe entiendo perfectamente ;)
Nea.
Desde hace rato decidí que no leería este libro. Antes le tenía muchas ganas, pero todo el mundo comentaba la cantidad de drama que tiene... así que prefiero pasar de él.
ResponderEliminarLamento que no te gustara nada :/
Saludos!!
Pues nada, otro libro será. :DD
EliminarLamento que hayas decidido pasar de él pero cuando no está dentro de tus gustos, lo mejor es no hacerse sangre.
Nea.
bof no te cebaste con él la verdad xD me da la sensacion que no es tan maaalo xD
ResponderEliminarMe quitaste todo el hype que tenía de este libro. Aún así le daré una oportunidad porque está en mi lista de los que quiero leer y me quiero formar una opinión propia para saber qué contribuye a la literatura LGBT (que promete mucho).
ResponderEliminarExcelente reseña.
¡Saludos!
Nunca he leído un libro LGBTI, pero si me gustaría, y aunque aún tenga muchas ganas de leer el libro de Mike, es más que evidente que no es un libro que merezca mucho el afán por empezar con un libro de esta temática, así que seguiré buscando un libro que trate este tema como es debido y dejaré este para después. Muchas gracias por tu reseña tan objetiva y sincera, me gusto mucho.
ResponderEliminar¡Saludos!
Te recomiendo Dos chicos besándose de David Levithan. En inglés lo encuentras como Two Boys Kissing y creo que en algunas partes está traducido como El beso más largo. Es un libro muy bueno para empezar :)
EliminarNea.
Honestamente, nunca he leído nada que trate directamente el tema. Y parte de ello, es precisamente por el enfoque que le tienden a dar a este tipo libros, ya que se enfocan en lo difícil que es, los problemas que conlleva, etc.
ResponderEliminarSi bien es cierto, el problema persiste y todavía queda mucho camino por recorrer, es momento de empezar a tocarlo con normalidad. Con todo, cuando tenga la oportunidad, me gustaría leer Carol de Patricia Highsmith o Dos chicos besándose de David Levithan.
Te mando un beso enorme, Nea y perdona por haber andado desaparecida ♥
A mí me viene mal desde que es chico salva chico, el poder del amor y blah, desde que me quejo de las vaginas sanadoras que queda acá quejarse de los penes 'sanadores' mmm, es el mismo infierno con diferente diablo
ResponderEliminarComo siempre, creo que haces unas reseñas geniales y me habría gustado en este caso que pusieses ejemplos de lo que querías decir.
ResponderEliminarLas dos cosas que más me tiran para atrás del libro (tras leer dos o tres capítulos que el autor puso gratis) son los paréntesis (me cortaban el rollo muchísimo) y el drama por el drama.
Es decir, creo que está bien mostrar en el protagonista el drama de la violencia que sufre por su inclinación sexual pero juntar esto con una familia también abusiva, me hace sentir que se le da menos importancia al tema principal.
También sentí en lo poco que leí del libro que las autolesiones se trataban de forma un poco superficial y eso me des concentraba porque lo sentía muy violento.
Si además añadimos a esto el tema de que al final no parece sacarse mucha moraleja, creo que es un libro demasiado depresivo para mi etapa actual y creo que daré antes oportunidad a otros libros de esta temática.
Gracias por la reseña.