Llevaba tiempo ya sin tocar a Amy Tan. Dejo pasar mucho tiempo entre un libro y otro porque las estructuras de sus libros suelen ser las mismas, aun cuando la historia no lo sea. Esta vez cayó en mis manos su última novela: El valle del asombro. Fue una lástima que me decepcionara.
Sinopsis: 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a cabal lo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la complejarelación entre madres e hijas.
Pues sí, eso es el libro, una historia de cortesanas. No puedo decir que no me gustó, pero tampoco me impresionó tanto como otros libros de la misma autora. Me parece que tiene partes muy buenas, pero otras que yo simplemente rebanaría con una tijera. Muchas veces sentí que estaba leyendo algo parecido, al principio, a Memorias de una Geisha. Obviamente con las debidas diferencias entre una cortesana china y una geisha (además de que se nota que Amy Tan no se sacó el noventa por ciento de cosas de su invención).
Pero llegado a un punto, no supe que pensar del libro. De repente parece una sola sucesión de desgracias y mala fortuna para la protagonista y la gente cercana a ella. Violeta es una protagonista fuerte, pero simplemente verla sufrir no me produce empatía, me produce algo peor, algo llamado lástima y ninguna protagonista que me causara lástima ha llegado nunca a parecerme extraordinaria. necesito que me hagan sentir algo más además de pena por todas sus desgracias.
Lo que si es claro es todo lo que el libro no es, así que si lo empiezas a leer ten en cuenta los siguientes puntos:
Sinopsis: 1912, Shanghái. Violeta es la hija adolescente de Lulú, una estadounidense propietaria de la mejor casa de cortesanas de la ciudad. Siempre a cabal lo entre dos mundos, y viendo cómo Lulú evita hablar del pasado, Violeta no acaba de encontrar su lugar, y está convencida de que su madre no la quiere. Pero antes de que puedan arreglar sus diferencias ambas serán víctimas de un engaño que las separará, llevando a Lulú de vuelta a San Francisco y convirtiendo a Violeta en cortesana. Años después, y como si el destino fuera una condena a la que no pueden escapar, Violeta sufrirá también los reveses de la suerte, y se dará cuenta de que su única oportunidad de encontrar la felicidad pasa por enfrentarse al pasado, compartir sus secretos y profundizar en la complejarelación entre madres e hijas.
Pues sí, eso es el libro, una historia de cortesanas. No puedo decir que no me gustó, pero tampoco me impresionó tanto como otros libros de la misma autora. Me parece que tiene partes muy buenas, pero otras que yo simplemente rebanaría con una tijera. Muchas veces sentí que estaba leyendo algo parecido, al principio, a Memorias de una Geisha. Obviamente con las debidas diferencias entre una cortesana china y una geisha (además de que se nota que Amy Tan no se sacó el noventa por ciento de cosas de su invención).
Pero llegado a un punto, no supe que pensar del libro. De repente parece una sola sucesión de desgracias y mala fortuna para la protagonista y la gente cercana a ella. Violeta es una protagonista fuerte, pero simplemente verla sufrir no me produce empatía, me produce algo peor, algo llamado lástima y ninguna protagonista que me causara lástima ha llegado nunca a parecerme extraordinaria. necesito que me hagan sentir algo más además de pena por todas sus desgracias.
Lo que si es claro es todo lo que el libro no es, así que si lo empiezas a leer ten en cuenta los siguientes puntos:
- No es una novela histórica. Tiene la caída de un emperador, y quizá una guerra. Pero no es, en ningún caso, histórica. No habla de personas reales.
- No es una novela erótica. Hay sexo. Demasiado sexo. Pero no hay erotismo en él, simplemente es el trabajo de una cortesana.
- No es una novela romántica. Hay romance, pero no es el punto central del libro, en ningún caso.
Creo que era un intento de novela para descubrirse, dejar que Violeta se descubriera, pero nada me quedó claro al final. Un reencuentro con su hija que sinceramente disfruté y una brutal sinceridad por parte de ésta, un perdón a su madre, que se lo merecía y un romane... vale, esa parte ya no me pareció bien. Podíamos haber vivido muy cómodamente sin averiguar de quién se enamoraba Violeta, sobre todo por ese sabor de boca extraño que me dejó.
Si rescato la novela es por algo: por Edward, pero por otro lado, ¿a quién le gusta leer sucesiones de desgracias? Necesito, además de todas las adversidades de los protagonistas, algo que me anime a seguir leyendo.
Quiero que nuestro amor sea tan grande que nos duela por dentro.
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